La mujer en la Ciencia

Científicas, matemáticas o ingenieras. Las mujeres en la ciencia representan menos del 30% de los investigadores del mundo. En España, las mujeres ocupan el 25% de las plazas de catedráticas de universidad y profesoras de investigación en el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Son el 28% de los profesionales que desarrollan su carrera en sectores de alta y media-alta tecnología. Solo un 7% de las jóvenes de 15 años manifiesta que quiera dedicarse a profesiones técnicas en el futuro, porcentaje que se triplica en el caso de los chicos.

Desde el año 2012, cada 11 de febrero se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, una fecha en la que se reivindica el acceso y la participación plena y en igualdad de las mujeres y las niñas en este sector.

Y es que cada vez más estudios avalan que los estereotipos de género son la razón principal por la que la presencia de las mujeres en la ciencia es tan reducida. Por ejemplo, a los seis años, a una niña le cuesta más describirse a sí misma –o al resto de niñas– como “brillantes” y también son menos propensas a unirse a actividades consideradas para “muy inteligentes”, al contrario que sucede en el caso de los niños.


Si hay una manera de cambiar los estereotipos de género es con ejemplos. Las mujeres son excelentes científicas, ingenieras o matemáticas y prueba de ello son los logros destacados que han alcanzado en el mundo de la tecnología y la ciencia a lo largo de la historia. Aquí incluimos algunos ejemplos:

Hipatia. Nacida en Alejandría en el 370 d.C. fue una filósofa y maestra griega reconocida por sus amplios conocimientos en matemáticas y astronomía. También fue inventora y es considerada como una de las precursoras de la presencia de las mujeres en la ciencia.

Si bien no se tiene mucha documentación sobre sus trabajos, se la reconoce como la primera mujer matemática, escribió libros sobre: geometría, álgebra y astronomía, además escribió comentarios sobre la Aritmética de Diofanto, las Cónicas de Apolonio y el Almagesto de Tolomeo. Se interesó en el campo de la cartografía de cuerpos celestes, elaboró tablas de los movimientos de estos, además de interesarse por la actualización de las herramientas utilizadas en esta disciplina, como la mejora del astrolabio.

Ada Lovelace. Augusta Ada Byron fue una matemática y escritora británica del siglo XIX, conocida por los avances que realizó en la máquina calculadora mecánica –antecesora de los ordenadores actuales– y autora del primer algoritmo de programación.

Ada fue capaz de desarrollar varios conceptos que actualmente se consideran visionarios. El más célebre se refiere al funcionamiento de lo que hoy se conoce como algoritmo informático. Ada tomó como ejemplo los números de Bernoulli (una serie infinita que juega un papel importante en la teoría de los números) para describir, por medio de un diagrama, las operaciones que la máquina de Babbage tendría que realizar para calcularlos.

También explicó cómo se introduciría ese algoritmo en la máquina, y esbozó conceptos informáticos como “bucle” (grupo de instrucciones que se ejecutan varias veces) o “subrutina” (segmento de un programa que puede ser invocado en cualquier momento). Si bien no se puede afirmar que Ada formulara el primer programa informático de la historia (Babbage lo había hecho antes), sí fue la primera que lo publicó.

Marie Curie. La científica polaca fue la primera mujer en ganar el premio Nobel y también la primera en conseguir el galardón en dos ocasiones (Física y Química), por sus estudios sobre la radioactividad –término que ella misma acuñó– y el descubrimiento de dos elementos químicos, radio y polonio. Sin embargo, la primera vez que lo ganó, tuvo que ser compartido con su marido y otro colega, ya que nunca antes una mujer había sido condecorada con ese premio.

Con un intelecto innegable y una voluntad que indudablemente resultó precursora para la corriente feminista, fue la primera mujer científica en recibir un premio Nóbel.

Marie dio literalmente su vida por la ciencia, pues los mismos estudios sobre la radiactividad que le galardonaron con múltiples reconocimientos fueron los que terminaron por arrebatarle su vida a los 66 años de edad.

Resulta imposible abarcar todo lo que esta figura ha supuesto para la física y la química modernas, pero podemos fijarnos en los dos elementos antes nombrados, el radio y el polonio, para hacernos una idea del legado de esta mujer y lo que ha supuesto para nuestra sociedad.

Rosalind Franklin. La primera científica que consiguió capturar la imagen de una molécula de ADN. A esta química y cristalógrafa británica le debemos muchos de los avances en materia genética del siglo XX.

Entre los aportes de Rosalind Franklin fue que usó una técnica llamada cristalografía de rayos X para descubrir la forma tridimensional de las moléculas. Ella aplicó esta técnica a diferentes muestras. Al principio de su carrera trabajó en carbón y carbón. Más tarde comenzó a trabajar en temas biológicos. Ella hizo importantes contribuciones al descubrimiento de la forma del ADN.

Katherine Johnson, Dorothy Vaughan, Mary Jackson: quizás te suene más el nombre de Neil Armstrong, pero estas tres mujeres afroamericanas fueron imprescindibles para que el hombre llegase a la luna gracias a sus cálculos.

Un equipo de matemáticas conocidas como las ‘computadoras humanas’ calcularon, con lápices, reglas y sencillas calculadoras, las complicadas ecuaciones que permitieron lanzar los cohetes y a sus astronautas al espacio y entre ellas figuraba un pequeño y excepcional grupo de mujeres afroamericanas especialmente talentosas que formaron parte de las mentes más brillantes de su generación.

Margarita Salas. Bioquímica española recientemente fallecida. Dos de sus descubrimientos principales son la direccionalidad de la lectura de la información genética y el ADN polimerasa del fago Φ29, el cual posee numerosas aplicaciones en el campo de la biotecnología por ser un amplificador del ADN.

Margarita Salas, junto a su marido Eladio Viñuela, inició el desarrollo de la biología molecular en España. Su estudio sobre el virus bacteriano Phi29 nos ha permitido conocer cómo funciona el ADN, cómo sus instrucciones se transforman en proteínas y cómo estas proteínas se relacionan entre ellas para formar un virus funcional.

Y ahora, dos documentales sobre estas y otras mujeres inventoras y científicas a lo largo de la historia...

Actividad. Mujeres en la ciencia.

Hay muchas otras grandes inventoras y científicas, completa el siguiente tabla, añadiendo datos biográficos y aportes.

Tabla científicas e inventoras
Cronogramas sobre inventos e inventoras de alumnas de 4º de E.S.O.