La relación bilateral chileno-boliviana a partir de las demandas tarapaqueñas: aproximación teórica desde la paradiplomacia como heterologia
De: Cristian Ovando Santana y Sergio González Miranda
La relación bilateral chileno-boliviana a partir de las demandas tarapaqueñas: aproximación teórica desde la paradiplomacia como heterologia
De: Cristian Ovando Santana y Sergio González Miranda
Las relaciones diplomáticas entre Chile y Bolivia tienen una particular característica que se remonta al principio de su formación como Estados. En este texto los autores recuperan los principales hechos que definirían la política exterior de cada país con el otro; desde la Guerra del Pacífico, hacia el tratado de 1904 y su revisión en Francia de 1919, pasando por una normalización en lo que definirán como época dorada y finalmente, su rompimiento tras el conflicto por el Río Lauca de 1962. Además de esta revisión histórica, se profundiza en la importancia de la heterología para la diplomacia bilateral, así como en los esfuerzos colectivos -y paralelos a la diplomacia oficial- de los gobiernos locales por una paradiplomacia que lleva como sello el desarrollo regional.
Como bien sabemos, las fronteras no son espacios delimitados bajo un consenso por las poblaciones o naturaleza habitante de dichos territorios, sino bajo imposición y en el caso chileno-boliviano, con una dicotomía perdedor-ganador. Por tanto, la concepción de dicha región (Norte Grande de Chile, Sur de Perú, Este de Bolivia) como “espacio peruano” Sempat (1982) , hace posible el reconocimiento de lo que antes mencionado y siempre ha sido el territorio, uno solo.
Los autores explican con el concepto de la heterología -como el estudio de la diversidad con una necesaria comprensión del otro-, sumado al de la genealogía, la capacidad de superar el pensamiento de la diplomacia como arte formalizado, aislado y privado de la relevancia política inmediata de la vida diaria. Para en vez de esto, echar mano de la subjetividad y el contexto histórico del territorio. Hay más historia que estas fronteras que nos separan, son administrativas, no sociales.
Incluso desde antes de la Guerra del Pacífico de 1879, existió una articulación regional transandina. Los autores explican de manera sucinta 5 hitos históricos de las relaciones históricas de la región de Tarapacá.
La mayor parte de las relaciones tarapaqueñas tiene lugar en el siglo XX. Empezando por el Tratado de Paz y Amistad entre Bolivia y Chile que pondría sobre la mesa una promesa por construir un ferrocarril entre Iquique y Oruro. Dicha línea beneficiaría el comercio de ambas partes, con la posibilidad de un corredor comercial que permitiera a Bolivia el acceso al mar.
Para los años cincuenta y sesenta, se vieron dos caras de la moneda: por un lado, una década dorada, acompañada de la búsqueda de un desarrollo ambiental y complementación económica, un oleoducto, un puerto libre en Arica e incluso, caravanas de la amistad que materializaron el interés de la población por la unión de estos territorios. Pero por el otro, y bajo la diplomacia oficial, el renacimiento del conflicto en 1962 por el Río Arauca y la demanda ante la OEA por parte de Bolivia que cesaría toda intención de integración.
A través de diversas iniciativas puestas en marcha por sociedad civil, gobiernos locales y autoridades centrales se ha intentado reivindicar prácticas diplomáticas a distinta escala rastreando expresiones diplomáticas que operen más allá del arte de gobernar.
Expertos en el tema como Ricardo Anaya señalan incluso la posibilidad de la unión de Universidades de Perú, Bolivia y Chile para que con investigaciones sociales, económicas y culturales se intervenga en en el problema y se propongan soluciones, dejando de lado la sola idea de que el Estado sería el único interventor en las relaciones internacionales.
A manera de conclusión, dado que un rasgo de la diplomacia estatal es la diferencia constitutiva (y por tanto, diferentes visiones), es de esperarse que exista tensión en las relaciones por sus distintos imperativos. Pero ahí es donde Ovando y González nos demuestran como no solo a través de los actores oficiales se ha logrado establecer relaciones transfronterizas, sino que cada actor involucrado pone parte de su esfuerzo.
Con este trabajo los autores demuestran la importancia de la utilización de recursos como notas de periódicos, entrevistas y discursos pronunciados para un trabajo que contextualice una problemática que va más allá de las fronteras nacionales. Además, señala la multidisciplinariedad como ideal para la comprensión de dicha problemática con aportes de la Historia, la Sociología y la Ciencia Política. Por tanto, reconocer que el otro está constituido diferente posibilita a las relaciones la comunicación, y además, el encontrar sus similitudes las hace más igualitarias.
Bibliografía consultada:
Ovando Santana, Cristián, & González Miranda, Sergio. (2014). La relación bilateral chileno-boliviana a partir de las demandas tarapaqueñas: aproximación teórica desde la paradiplomacia como heterología. Estudios internacionales (Santiago), 46(177), 35-64. https://dx.doi.org/10.5354/0719-3769.2014.30868
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