La paradiplomacia en Brasil.
Una institución importada, pero con características propias.
De: Mónica Salomón.
La paradiplomacia en Brasil.
Una institución importada, pero con características propias.
De: Mónica Salomón.
Este artículo expone el conjunto de prácticas que conforman la paradiplomacia brasileña, desarrollada a partir de la década de 1990. Estas prácticas fueron participes en esquemas internacionales y regionales de cooperación multilateral entre ciudades, así mismo, se les dio difusión durante la gestión del Partido de los Trabajadores. La paradiplomacia, adaptada a las características y necesidades del país, forma parte del repertorio de instrumentos de desarrollo nacional. Mónica Salomón es doctora en Ciencia Política por la Universitat Autónoma de Barcelona. Profesora de Relaciones Internacionales en la Universidad de Santa Catarina, en Florianópolis, Brasil. Ha basado su investigación en temas como política exterior, paradiplomacia y género en Relaciones Internacionales.
¿De dónde surge la paradiplomacia brasileña? Orígenes y antecedentes.
La paradiplomacia brasileña tiene un sello distintivo en sus características, y es que a pesar de haber pasado por altas y bajas – como el ser precursora desde los noventa y a la vez, haber sido relegada en 2016-, se distingue por ser parte importante de la política exterior del país.
Al comienzo, la autora profundiza en los orígenes de la paradiplomacia, remontándose brevemente al periodo conocido como “La República vieja” de 1889 a 1930, y concretizando durante la etapa de democratización en los años noventa, de la mano del presidente José Sarney. Se pone de manifiesto que Brasil es uno de los países clave para la paradiplomacia latinoamericana, puesto que fue hogar de importantes cumbres que permitieron una gestión local internacional y alberga varias ciudades que son referentes de buenas prácticas.
Entre los hitos históricos precedentes que darían paso al desarrollo brasileño – y regional, a final de cuentas-, se encuentran la emulación de las Eurociudades en 1986 por parte de los gobiernos locales del Mercosur, posteriormente ambas establecerían alianzas entre sí. Lo que convierte a los gobiernos brasileños en precursores no fue sólo haber formado parte de esta alianza, sino que la mitad de las ciudades miembro eran brasileñas.
Para 1995, con el programa Urb-Al, varios gobiernos brasileños trabajaron coordinando redes temáticas, Porto Alegre participó en la red de finanzas locales y São Paulo, con una red contra la pobreza urbana. El trabajo de ambas ciudades impulsó la preparación de la segunda Conferencia Internacional del Hábitat y la creación de las Ciudades y Gobiernos Locales Unidos, en 2004. Desde 2006, la tarea de administrar dichas relaciones le perteneció a la Subsecretaría de Asuntos Federativos, organismo derivado del Ministerio de Relaciones Exteriores y al cual los gobiernos locales le comunican sus acciones.
El carácter partidista de la paradiplomacia.
Salomón menciona que si bien la acción de los gobiernos locales ya estaba puesta en marcha desde una década atrás, no fue hasta la llegada del Partido de los Trabajadores (PT) al gobierno nacional que se llevó la paradiplomacia hacia las regiones sur y sureste. Esta expansión permitió un intento por reformar la Constitución y así, incluir un artículo sobre las competencias internacionales de los gobiernos subnacionales, no obstante, la iniciativa fracasó.
La paradiplomacia brasileña (al menos durante las gestiones del PT) podría ser concebida como parte de la política exterior nacional, gesto raro de encontrar en otras administraciones debido a la contraposición de intereses o la falsa descentralización. Uno de los sellos que logró imprimir el PT fue una mayor inclinación hacia la cooperación sur-sur.
Paradiplomacia como característica de política exterior, conclusiones.
Por último, el texto hace un señalamiento importante sobre los ejes rectores de la paradiplomacia brasileña. Entre ellas, se encuentran la cooperación técnica y política, la captación de recursos de agencias de desarrollo internacionales (un gesto distintivo de la paradiplomacia de países del norte), la promoción de exportaciones e inversiones, y las relaciones protocolares y actividades de enlace.
Como conclusión, Mónica Salomón desarrolla de manera sucinta las aportaciones más significativas de Brasil, como país, así como de sus entidades subnacionales. Considerando que la voluntad de trabajo es uno de los puntos esenciales, se hace presente la intención de desarrollo de muchos de estos municipios, que hoy en día son considerados ciudades modelos en distintos rubros: movilidad, igualdad, género, medio ambiente. Sumado a esto, demuestra que a pesar de que cada municipio pueda llevar a cabo sus acciones, se procura voltear a ver al Ministerio de Relaciones Exteriores para comunicar resultados y así, verse provistos de legitimidad.
Referencias bibliográficas
Salomón, M. (2024). La paradiplomacia en Brasil. Foreign Affaris Latinoamérica, 24(1), 13-20. https://revistafal.com/fal-24-1/
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