Law

En el buffet todos tenían una hora de almuerzo.

Era la ley.

-¿Será que no pueden quedarse unos diez minutos mas hasta que terminen el trabajo?, preguntó el jefe, un abogado de moral dudosa que se rascaba su panza con la punta de una regla.

Todos los días esa figura se repetía.

Y, peor, justo a las doce en.punto del.dia, cuando el estomago protesta.

De poder podemos. Pero también seria justo poder llegar diez minutos mas tarde después de la hora de almuerzo, le.dije al licenciado guardando el celular en sus bolsillo

Pero ¡es que este trabajo era para ayer!

No se.enoje, jefe querido, le dijo Carmela, la abogada junior, sacando sus lentes para ponerlos dentro del protector – “ pues si el jefe se alista para irse, yo también lo voy a hacer

Ademas, usted no nos ha enviado mis archivos con los datos que necesitamos para completar el trabajo.

Bueno, entonces pueden llegar diez minutos mas tarde, pero d-i-.e-z m-i-n-u-t-o-s y nada mas.

Nosotras, las tres asistentes del distinguido abogado, habíamos ganado la causa.


Autora: Sandra Claros Z