Araña Engañada

ARAÑA ENGAÑADA

Por:Lebran

Úrsula Jarariyú llevaba tejiendo a mano una mochila que le había sido encargada por una amiga, el patrón exigido se encontraba sobre un banquito, era media hoja sucia de manipulación que tenía impresos a los personajes más icónicos del universo Disneyland en una composición colorida que jugueteaba con el nombre “DISNEY” en medio.

La señora concentrada en lo que hacía respondió escasamente a mi saludo de buenos días, una niña llegó con un plato plástico y un vaso de acero inoxidable con lo que sería su desayuno, lo deja servido y desaparece, Úrsula se molesta un poco por mi terca mirada y aprovecha el momento del desayuno para acceder a mis preguntas.

¿Como era posible que se encontrara tejiendo una mochila cuyos trazos resaltan entre las artesanías típicas que estamos acostumbrados a ver en la cultura wayuu?, me explica que desde estados unidos le solicitaron el trabajo a través de una amiga, que llevaba una semana en la tarea con una dedicación de 12 horas diarias y ya estaba próxima a entregar.

Al ver que era un trabajo especial y muy específico, mi curiosidad arreció con preguntas que fueron algo incómodas para la veterana tejedora, yo quería conocer el valor de tan arduo trabajo, los asombros no cesaban a medida que iba conociendo detalles, el valor prometido al terminar el trabajo a satisfacción de la demandante eran $40.000 pesos colombianos que equivalen a 15 dólares americanos, lo que puede costar una hora de un trabajo más o menos decente en estados unidos.

Considerando la experticia de la artesana, el tiempo dedicado a un trabajo especialmente difícil y fuera de sus tradicionales tejidos además de la consabida contaminación de su cultura al desviar su labor a una estética carente del significado cultural de los trazados tradicionales, el valor del producto es insignificante, me fui con la desazón de la impotencia al ver como es aprovechada vilmente la baja preparación académica de las mujeres Walekerü de la etnia.

Semanas después en la apacible calidez de mi hogar, durante el placer que me produce el compartir tiempo con mis hijos, vi en Disney chanel cuando en una serie de televisión que muestra estudiantes en un instituto, una de las protagonistas colocó sobre su escritorio la mochila que Úrsula había estado tejiendo laboriosamente con la habilidad y paciencia transmitida de generación en generación y cuyo precio fueron los irrisorios 15 dólares.

Autor: Iván Javier Cuesta Sierra