4.1 El deseo de aprender la verdad

Dice Charles S. Peirce que la vida de la ciencia consiste en el ferviente deseo de aprender. Con más razón puede decirse, entonces, que un primer medio para conocer es, justamente, el deseo humano de aprender y de aprender la verdad de las cosas. Ahora bien, ¿de dónde surge? ¿cómo cultivarlo? y, sobre todo, ¿cómo mantenerlo? Ha habido pensadores que, conscientes de la dificultad humana para conocer, han negado que ese deseo de aprender la verdad puede tener cumplimiento. Nuestras limitaciones de todo tipo nos lo impedirían. Ahora bien, ¿es eso así? En este tema vamos a desgranar una postura muy antigua sobre este asunto que, a falta de una palabra mejor, denominamos realista, y que comprende no sólo una tesis sobre la posibilidad del conocer con verdad sino, también, una tesis sobre la actitud humana que facilita el conocimiento auténtico (tema 4.1.1). A continuación, veremos la definición "clásica" y más aceptada de verdad que, no por casualidad, coincide con la del realismo (tema 4.1.2). Por último, veremos otras posturas respecto a la posibilidad y orígen del conocimiento humano que se han dado a lo largo de la historia del pensamiento (tema 4.1.3).