Introducción

En esta introducción a la asignatura, nos planteamos una pregunta preliminar pero fundamental: ¿por qué entrar en la Universidad? A su vez, esta cuestión nos remite a otra más amplia: ¿para qué hacer algo? Contestar esta pregunta nos lleva a comprender que el ser humano es, fundamentalmente, un buscador. En la Universidad, lo que buscamos en primera instancia es el conocimiento, un saber cierto acerca del mundo que nos rodea, porque -como dice Aristóteles- al ser humano le gusta conocer. Pero, si esto es así, ¿por qué a veces nos cuesta tanto llegar a respuestas seguras sobre los asuntos que nos preocupan?

Para comprender más a fondo este punto de partida, puedes consultar los siguientes textos y videos:

1. ¿Por qué entrar aquí? Por aquello que espero.

  • Charlie y la fábrica de chocolate (Tim Burton, 2005): ¿por qué todo el mundo -niños, adultos, ancianos- quiere entrar en la fábrica de Willie Wonka?

2. El que espera es porque busca algo. Somos y nos definimos como buscadores.

  • Platón, Lisis: el que no busca, o es una bestia o es un dios.

  • San Agustín, De Trinitate: lo propio del ser humano es no dejar nunca de buscar.

  • Matrix (Larry y Andy Wachowski, 1999): Neo tiene una inquietud interior, que se expresa en una pregunta (¿qué es Matrix?). Lo que se ve a lo largo del film es que, precisamente, Neo destaca por ser un buscador ("searching" es lo primero que leemos en su pantalla de ordenador). ¿Qué busca? Muchas veces, no sabemos bien qué queremos. No obstante, si Neo es un buscador por excelencia, es porque es un buscador de realidades, que no se conforma con vivir en un mundo de ilusiones.

3. Dificultad de dar respuestas: es difícil dar con aquello que buscamos.

  • ¿Cuál es la causa que explica asuntos que, en algún momento, nos han inquietado (disturbios en unas fiestas locales, prohibición de la fiesta taurina, crisis económica del 2008, sedación masiva de enfermos terminales, dopaje en el deporte, etc.)?

  • ¿Da lo mismo afirmar una causa que otra?

4. Dificultad cultural: el entorno que nos rodea, además, dificulta el hallar respuestas seguras.

5. ¿Qué hacer? Preguntar más y pensar con rigor.

6. ¿Por qué y para qué? Porque pensar bien te mete en la realidad.

  • El sargento de hierro (Clint Eastwood, 1986). En estas dos secuencias, se observan con claridad dos actitudes que podemos tener ante la realidad. En la primera, mirar la realidad desde detrás de un escritorio (o, lo que es lo mismo, sólo con el pensamiento). En la segunda, mirar la realidad metiéndose a fondo en la vida, improvisando, sobreponiéndose y adaptándose a la naturaleza inabarcable de la realidad (esto es, mediante un pensamiento vivo, que parte de la observación atenta y apasionada de la realidad).

7. Para pensar bien se necesita una comunidad.

8. Pensar bien justifica una vida.

  • Duelo en Alta Sierra (Sam Peckinpah, 1962). ¿Para qué meterse en algo? y, sobre todo, ¿para que meterse en algo a fondo? Da igual que se trate de ir a la Universidad de verdad -cuando uno podría engañar, sacar la carrera con trampas o aprovechar ese tiempo para hacer otras cosas-, o que se trate de escoltar un cargamento de oro -pudiendo robarlo e irse a otra parte- como le ocurre al antiguo sheriff Steve Judd. Uno puede meterse en algo por muchos motivos, pero si bastara uno, quizá sería para entrar en casa justificado. Meterse a fondo en algo da razones para vivir.

  • Enrique V (Kenneth Branagh, 1989). Enfrentarse a retos que, a priori, parecen irrealizables es posible en compañía de otros que se atreven. Medirse con estos retos nos hace crecer y, como todo acontecimiento significativo en la vida, se recuerdan y constituyen un memorial, esto es, señales dentro de mi propia biografía que me indican quién debo ser, mi lugar en la realidad.