Como en Comte, aparece en Spengler un no disimulado interés práctico por la previsión histórica. Por lo pronto le parece posible tal previsión. Así: “En este libro se acomete por vez primera el intento de predecir la historia. Trátase de vislumbrar el destino de una cultura, la única de la tierra que se halla hoy en camino de la plenitud: la cultura de América y de Europa occidental. Trátase, digo, de perseguirla en aquellos estadios de su desarrollo que todavía no han transcurrido”. En cuanto al interés práctico, pretende que las nuevas generaciones se dediquen a ciertas actividades como la ingeniería, la arquitectura, la medicina, abandonando toda filosofía o pensar abstracto que ya entra en su “etapa declinante”. Y tiene otros intereses, además, al indicar un tipo de política (tanto en sentido específico como lato) que debe corresponderse con el momento preciso e inmediatamente posterior de la cultura en que él escribe.
Para Comte todavía podía ser comprendida la historia a escala humana. Su ley de los tres estadios era válida tanto para la humanidad como para el individuo en su desarrollo. Ya para Spengler la historia se deshumaniza y se convierte en protoforma biográfica universal que sólo tiene que ver con el hombre biológico (como con el animal y la planta), en tanto a éste le sucede el nacimiento, la juventud, la madurez y la muerte.
La visión spengleriana de la “civilización” como último momento de la cultura, no ha impedido que Toynbee tome a la civilización como unidad de investigación.)
en: « Discusiones Historiológicas », Silo
Capítulo II. Lo pasado visto sin el fundamento temporal, 2. La historia como forma
1880 Nace el 29 de mayo en Blankenburg am Harz/Alemania como segundo hijo del secretario de correos Bernhard Spengler y su esposa Pauline.
1899-03 Estudia matemáticas y ciencias naturales en Halle, Múnich y Berlín.
1904 Se doctora en la Universidad de Halle con la tesis «Der metaphysische Grundgedanke der Heraklitischen Philosophie».
1908-11 Trabaja como profesor de secundaria en Hamburgo en las asignaturas de ciencias, matemáticas, alemán e historia.
1911 Se traslada a Múnich, donde trabaja inicialmente como redactor cultural para varios periódicos y más tarde como escritor independiente y erudito privado.
1918-22 Publicación de su obra principal, «La decadencia de Occidente», en dos volúmenes, que le dio fama instantánea. En los años siguientes: Publicación de otros escritos políticos como «Preußentum und Sozialismus» (1919) y «Neubau des Deutschen Reiches» (1924).
1936 Fallece el 8 de mayo en Múnich.
Temas
Los ciclos culturales y la decadencia de Occidente:
La principal obra de Spengler, «La decadencia de Occidente», postula que las culturas, al igual que los organismos, están sujetas a un ciclo vital que incluye la infancia, la juventud, la madurez y la vejez. Sostenía que Occidente se encontraba en la etapa de la vejez y se dirigía hacia un declive inevitable.
Morfología de la historia mundial:
Spengler desarrolló la idea de una «morfología de la historia mundial», en la que consideraba las culturas históricas como organismos independientes que siguen ciertas leyes. Este punto de vista representaba una ruptura con la comprensión lineal de la historia y hacía hincapié en la naturaleza cíclica de la historia.
Cultura frente a civilización:
Spengler distinguía claramente entre cultura y civilización. Para él, la cultura representaba la fase creativa y de aspiración de una sociedad, mientras que la civilización representaba la fase posterior, decadente, que marcaba el declive de una cultura.
Crítica política y social:
Spengler era crítico con la República de Weimar y esperaba la instauración de una dictadura fuerte que pudiera superar los retos de la época. Sus escritos políticos, como «Preußentum und Sozialismus» y «Neubau des Deutschen Reiches», reflejan sus opiniones antiparlamentarias y monárquicas. Formó parte de la «Revolución Conservadora» nacionalista y antidemocrática, pero rechazó el nacionalsocialismo y su ideología racial.
Tecnología y destino:
En su obra «El hombre y la tecnología», Spengler abordó el papel de la tecnología en el mundo moderno y la consideró una expresión del destino y el poder que influye en el curso de la historia. Consideraba ambivalente el desarrollo tecnológico, ya que puede traer tanto el progreso como la perdición.
Obras principales
La decadencia de Occidente
Esta obra, cuyo primer volumen se publicó en 1918 y el segundo en 1922, es la más conocida e influyente de Spengler. Presenta una teoría cíclica de la historia en la que las culturas se consideran seres orgánicos con una vida de unos 1.000 años. Spengler sostiene que las culturas atraviesan fases de nacimiento, florecimiento, declive y muerte. Para él, la civilización occidental de su época estaba en declive y predijo su desaparición.
Las ocho civilizaciones avanzadas según Spengler:
Cultura egipcia: desde alrededor del 2600 a.C. en el Nilo, incluida la cultura cretense-minoica.
Civilización babilónica: desde alrededor del 2600 a.C. en lo que hoy es Oriente Medio. (Según Spengler, esta cultura alcanzó su apogeo con el Imperio de la Antigua Babilonia, pero comenzó con la transición de la supremacía de los sumerios -que Spengler consideraba predominantemente una precultura- al Imperio acadio.
Cultura india: desde 1500 a.C. en la región del Indo y en el interior del subcontinente indio.
Cultura china: desde el 1400 a.C. en el continente asiático oriental.
Cultura antigua, es decir, grecorromana: desde el 1100 a.C. en la región mediterránea (el núcleo es la actual Grecia e Italia).
Cultura árabe (+ Bizancio): desde el nacimiento de Cristo en el extremo oriental del Mediterráneo.
Cultura azteca: desde alrededor de AD en la zona principal de América Central.
Cultura occidental: desde el año 900 d.C. en Europa occidental, más tarde también en Norteamérica.
El hombre y la tecnología: Esta obra, publicada en 1931, trata de los efectos de la tecnología en la cultura humana. Spengler ve la tecnología como una fuerza motriz que influye tanto en el progreso como en el declive de las civilizaciones. Discute el papel de la tecnología en la historia y su importancia para el futuro de la humanidad.
Estas dos obras han contribuido significativamente a la reputación de Spengler como importante filósofo cultural y han sido objeto de intensos debates y críticas.
Influencia
La principal obra de Spengler, «La decadencia de Occidente», siguió siendo influyente y controvertida incluso después de su muerte. Se convirtió en una de las obras más exitosas y discutidas desde 1918, y su título se convirtió en una «palabra alada».
Hoy en día, la obra de Spengler ya no es considerada fundamental por los historiadores. Su metodología ha sido a menudo rechazada por los estudiosos por considerarla diletante.
No obstante, Spengler ejerció una influencia considerable sobre algunos historiadores importantes, en particular Arnold J. Toynbee.
En las últimas décadas, la obra de Spengler ha experimentado una especie de renacimiento. Algunos académicos le han honrado como «pensador maestro de la revolución conservadora» o como «pensador del cambio de época».
Voces críticas, como el filósofo Theodor W. Adorno, se han ocupado intensamente de las ideas de Spengler y han criticado su pesimismo cultural y su actitud antidemocrática.
El filósofo de la ciencia Karl Popper atacó la suposición de Spengler de leyes históricas inalterables en su ensayo «La miseria del historicismo».
El filósofo marxista Georg Lukács criticó el rechazo de Spengler de la causalidad y la legalidad en la historia y lo describió como un «diletante superficial y frívolo».
En general, la influencia de Spengler sigue siendo ambivalente: aunque su metodología y muchas de sus tesis son rechazadas en los círculos académicos, sus ideas culturalmente pesimistas y críticas con la civilización siguen resonando en los debates intelectuales y políticos.
Debido a la gran influencia de Spengler y en vista de su extensa obra, Silo habla de Spengler y reconoce en él (como en Comte) el intento de poder determinar el futuro mediante una comprensión cíclica de los procesos históricos. Pero Silo también aprovecha la oportunidad para nombrar la deshumanización en la visión de la historia de Spengler.