Hay, pues, numerosas deformaciones pero seguramente la menos evidente (y la más decisiva) es aquella que está puesta no en la pluma del historiador sino en la cabeza del que lee al historiador y lo acepta o descarta conforme la descripción se ajuste a sus particulares creencias e intereses, o a las creencias e intereses de un grupo, pueblo o cultura en un preciso momento histórico. Esta suerte de “censura” personal o colectiva no puede ser discutida porque está tomada como la realidad misma y son solamente los acontecimientos en su choque con lo que se cree que es la realidad, los que finalmente barren con los prejuicios hasta ese momento aceptados. Desde luego, cuando hablamos de “creencias” nos estamos refiriendo a esas suertes de formulaciones antepredicativas de Husserl que son usadas tanto en la vida cotidiana como en Ciencia. Por tanto, es indiferente que una creencia tenga raíz mítica o científica ya que en todos los casos se trata de antepredicativos implantados antes de cualquier juicio racional. (8)
en: « Discusiones Historiológicas », Silo
Capítulo I. Lo pasado visto desde el presente, 1. La deformación de la historia mediata
A nadie se le puede escapar la diferencia que existe entre la ocupación sobre una región de hechos y el hacer ciencia sobre tal región. Tal cual Husserl comenta en su discusión con Dilthey: “...no se trata de dudar de la verdad de hecho, se trata de saber si puede ser justificada tomándola como universalidad de principio”.
El gran problema que rodea a la Historiología está en que mientras no se comprenda la naturaleza del tiempo y de la historicidad, la noción de proceso aparecerá injertada en sus explicaciones y no las explicaciones serán derivadas de tal noción. Por ello insistimos en que un pensar estricto debe hacerse cargo del problema. Pero la filosofía ha tenido que renunciar una y otra vez a explicar esto mientras trató de ser ciencia positiva, como en Comte; ciencia de la lógica, como en Hegel; crítica del lenguaje, como en Wittgenstein o ciencia del cálculo proposicional, como en Russell. Y por ello, cuando la Fenomenología, efectivamente, aparece cumpliendo con los requisitos de una ciencia estricta, nos preguntamos si no está en ella la posibilidad de la fundamentación de la Historiología. Para que esto ocurra debemos despejar algunas dificultades.
Centrando el tema: ¿la insuficiente respuesta sobre la historicidad en Husserl, está dada por un incompleto desarrollo de este punto en particular, o es la Fenomenología la que está impedida de hacer ciencia de la intersubjetividad, de la mundanidad y, en definitiva, de los hechos temporales externos a la subjetividad? (24)
(24). En una nota a las Meditaciones cartesianas, M. Presas hace las siguientes observaciones: “La Quinta meditación responde a la objeción de solipsismo trascendental y puede ser considerada –según opina Ricoeur– como el equivalente y el sustituto de la ontología de Descartes que introduce en su III Meditation por medio de la idea de lo infinito y por el reconocimiento del ser en la presencia misma de esta idea. Mientras que Descartes trasciende el cogito gracias a este recurso a Dios, Husserl trasciende el ego por el alter ego; así, pues, busca en una filosofía de la intersubjetividad el fundamento superior de la objetividad que Descartes buscaba en la veracitas divina. Cf. Paul Ricoeur, Étude sur les Meditations cartésiennes de Husserl, en Revue Philosophique de Louvain, 53 (1954), p. 77. El problema de la intersubjetividad ya se le había planteado a Husserl con motivo de la introducción de la reducción. Unos cinco años después extiende la reducción a la intersubjetividad, en las lecciones sobre Grundprobleme der Phänomenologie, dictadas en el semestre de invierno de 1910/11 en Gotinga. En varias ocasiones alude Husserl a estas lecciones publicadas ahora en el tomo XIII de la Husserliana, sobre todo cf. Formale und transzendentale Logik, p. 215, nota. Allí anuncia la breve exposición de las investigaciones que aparecerán en las Meditaciones cartesianas; pero señala que hay muchas y difíciles investigaciones especiales, explícitas, que espera publicar el próximo año. Como es sabido, Husserl no llegó a publicar estas investigaciones explícitas sobre temas especiales de la intersubjetividad...”. Meditaciones cartesianas. E. Husserl, Madrid, ediciones Paulinas, 1979, nota p. 150.
[…]
Husserl dice en Meditaciones cartesianas: “Si pudiera mostrar que todo lo constituido como propiedad, y por tanto también el mundo reducido, pertenece a la esencia concreta del sujeto constituyente como determinación interior inseparable, entonces, en la autoexplicitación del yo se encontraría su mundo propio como en el interior y, por otra parte, recorriendo este mundo directamente, el yo se encontraría a sí mismo como miembro de las exterioridades del mundo, y distinguiría entre él mismo y el mundo exterior”. Lo cual invalida en gran medida lo establecido en la Ideas relativas a una Fenomenología pura y una filosofía fenomenológica, en el sentido de que la constitución del yo, como “yo y mundo circundante” pertenece al campo de la actitud natural.
Hay una gran distancia entre la tesis de 1913 (Ideas) y la de 1929 (Quinta meditación cartesiana). Esta última es la que nos acerca al concepto de “apertura”, de ser-abierto-al-mundo como esencialidad del yo. Ahí se encuentra el hilo conductor que permitirá a otros pensadores encontrarse con el ser-ahí, sin tratarse de un “yo” fenomenológico aislado que no podría constituirse sino en su existencia o, como diría Dilthey, “en su vida”.
Daremos un rodeo, antes de reencontrar a Husserl.
[…]
Así es que solamente partiendo de la temporalidad del “ser ahí” se puede comprender cómo es inherente a ella el tiempo mundano. Y la temporalidad del “ser ahí” es una estructura en la que coexisten (pero no uno junto al otro como agregados) los tiempos pasados y futuros y éstos últimos como proyectos, o más radicalmente, como “protensiones” (conforme enseñara Husserl) necesarias a la intencionalidad. En realidad, el primado del futuro explica el pre-ser-se-en-el-mundo como raíz ontológica del “ser ahí”... Esto, desde luego, es de enormes consecuencias y afecta nuestra pesquisa historiológica. En boca del mismo Heidegger: “La proposición ‘el ser ahí es histórico’ se revela como una proposición ontológico-existenciaria fundamental. Está muy lejos de expresar una mera comprobación óntica del hecho de que el ‘ser ahí’ tiene lugar en una ‘historia del mundo’. La historicidad del ‘ser ahí’ es el fundamento de un posible comprender historiográfico, el cual trae a su vez consigo la posibilidad de un desarrollo intencionado de la historiografía como ciencia”. Con esto último, nos encontramos en el plano de los pre-requisitos que necesariamente deben ser develados para justificar el surgimiento de la ciencia histórica.
En el fondo, hemos vuelto a Husserl desde Heidegger.27 No respecto a la discusión en torno a si la filosofía debe o no ser ciencia, sino en cuanto a que el análisis existencial basado en la Fenomenología permite la fundamentación de la ciencia historiológica. De cualquier manera las acusaciones de solipsismo que cayeron sobre la Fenomenología, ya en manos de Heidegger resultan inconsistentes y así la estructuralidad temporal del “ser ahí” confirma, desde otra perspectiva, el inmenso valor de la teoría de Husserl.
en: « Discusiones Historiológicas », Silo
Capítulo III. Historia y temporalidad 1.Temporalidad y proceso
Edmund Gustav Albrecht Husserl Prossnitz, 8 de abril de 1859-Friburgo, 27 de abril de 1938. Filósofo fundador de la Fenomenología Trascendental y, a través de ella, del movimiento fenomenológico que influiría a los futuros existencialistas ya desde antes de su muerte.
1859 Nace Edmund Gustav Albrecht Husserl el 8 de abril en Proßnitz (Moravia) en el seno de una familia judía. 1876-81 Estudió matemáticas, física y filosofía en las universidades de Leipzig, Berlín y Viena.
1881 Se doctoró en Viena con una disertación sobre el cálculo de variaciones.
1884-86 Husserl asistió a conferencias de Franz Brentano, cuya filosofía de la conciencia y psicología ejerció una influencia duradera en Husserl.
1887 Conversión al cristianismo: Husserl se convirtió al protestantismo, lo que favoreció su carrera académica en aquella época.
1900-01 Publicación de las Investigaciones lógicas: Esta obra marcó el inicio de la fenomenología moderna y estableció la reputación de Husserl como filósofo importante.
1913 Publicación de Ideas para una fenomenología pura: Con esta obra, Husserl desarrolló aún más el método fenomenológico, en particular el concepto de «epoché» y de «reducción trascendental».
1916 Husserl fue nombrado catedrático de Filosofía de la Universidad de Friburgo, donde enseñó hasta su jubilación en 1928.
1933 Represión política tras la llegada al poder de los nacionalsocialistas: Husserl, de origen judío, fue excluido de la comunidad académica alemana por las leyes antisemitas.
1936 Publicación de Krisis der europäischen Wissenschaften: Esta obra tardía aborda la crisis fundamental de las ciencias y subraya la importancia del mundo de la vida.
1938 Muerte en Friburgo el 27 de abril de 1938 a la edad de 79 años. Su herencia fue posteriormente asegurada y editada por su alumno Eugen Fink.
Biografía
De joven, Husserl mostró un gran desinterés por todas las asignaturas escolares excepto las matemáticas, que estudió en las universidades de Berlín y Leipzig. Obtuvo su doctorado en 1883 en Viena con su obra “Contribuciones al cálculo de variaciones” (Beiträge zur Variationsrechnung). Durante 1884 fue discípulo del sociólogo Franz Brentano quien influyó enormemente en la formación filosófica de Husserl. Tras una lenta carrera académica, Edmund Husserl fue profesor en Gotinga antes de convertirse en catedrático en Friburgo en 1916, donde permaneció de por vida. Tras varios años dedicados a la enseñanza fue apartado de la docencia debido a la llegada del nazismo.
Como físico, matemático y filósofo su pensar interdisciplinario quedaría reflejado en su primera obra, “Filosofía de la aritmética” (Philosophie der Arithmetik, 1891).
Unos años más tarde se publicaría la que quizá sea su obra más significativa, “Investigaciones lógicas” (Logische Untersuchungen, 1900-1901). En esta obra Husserl define a la conciencia como un conjunto de actos que denomina “experiencias o vivencias”, no busca explicar qué es la fenomenología sino que apunta a una nueva idea de la ciencia filosófica como tal. Es en esta etapa que se le atribuye el mérito de ser el fundador del enfoque filosófico conocido como “fenomenología”.
Las investigaciones de Husserl fueron cambiando a lo largo del tiempo. En su obra posterior “Ideas relativas a una fenomenología trascendental" se ocupará de la teoría del conocimiento, entendida por él como crítica de la razón teorética o crítica del conocimiento natural. En esta obra se plantea establecer cuál es la correcta relación entre conocimiento, sentido del conocimiento y objeto del conocimiento. Destacamos aquí con gran simplicidad, que en esta obra se descubre otra propiedad de la conciencia: su potencialidad.
Finalmente en 1929, Husserl pronunció una serie de conferencias en la Sorbonne que fueron publicadas como libro titulado “Meditaciones cartesianas: Introducción a la fenomenología”. En este libro se presentan los rasgos principales de la fenomenología trascendental “madura” de Husserl, incluyendo la reducción trascendental, la epojé, la fenomenología estática y genética, la reducción eidética y la fenomenología eidética. Esta obra es aún hoy objeto de estudio y debate para filósofos, psicólogos, etnólogos etc.
Fenomenología: literalmente “ciencia de los fenómenos"
Al igual que Descartes, Husserl quería volver al primer estadío del conocimiento y redibujar el esquema usado sobre la percepción del conocimiento. Husserl defendía un cambio radical en la visión de dicotomías tales como las percepciones subjetivas y objetivas o el conocimiento directo e indirecto. Para él no era necesario dividirlas de esa manera, ya que consideraba que el mundo objetivo de las cosas estaba a disposición de nuestra conciencia independientemente de su existencia objetiva.
Así, mientras otras ciencias basan sus conceptos en la suposición de que hay leyes que controlan y predicen los fenómenos y en base a eso formaban una visión de las cosas, Husserl consideraba más importante centrarse en las experiencias-vivencias que se tiene de las cosas. No en cómo son las cosas en sus relaciones causales, sino en cómo aparecen como “fenómenos” en la conciencia.
Husserl caracterizó los fenómenos como la percepción de objetos o cosas que se presentan a la conciencia como una “aparición”, al decir de Husserl: “hay que dejar que las cosas se hagan patentes en su contenido esencial” (EH, 1949). Así, hay que descubrir los fenómenos tal y como se nos aparecen más allá de nuestra conciencia previa de ellos. Es necesario no preguntarse si lo que se experimenta es real y comprender que la percepción de las cosas puede ser ilusoria. Después de despojarnos de las percepciones, incluidos los conocimientos y las asociaciones subjetivas que hemos adquirido previamente sobre los objetos, se irá descubriendo la verdadera esencia de estos.
Como método de estudio, Husserl utilizó el concepto de epojé, de la antigua filosofía griega: “epokhé” = suspender, pero dándole un significado ampliado. Epojé puede explicarse como suspender los juicios previos que se tiene sobre las cosas; la técnica para lograr esto es despojarse de la realidad externa centrándose en las sensaciones como fenómenos psíquicos. Una vez despojados de conceptos previos, esta técnica permite al fenómeno mostrarse a la conciencia tal como es en sí mismo. De esta manera, la conciencia prevalece sobre la física en la interpretación de la vida. Surge así la fenomenología como un puente entre la filosofía y la psicología.
Sobre la conciencia Husserl dirá que esta es un conjunto de actos o vivencias que no puede ser concebida como una estructura interna del sujeto que solo espera a ser afectada por los objetos. La conciencia es un proceso, no es un recipiente que contiene impresiones y percepciones sensoriales, sino que toda aprehensión (asimilación) que la conciencia tenga de un objeto constituye ya una actividad de esta; la conciencia no percibe objetos reales sino que aprehende (asimila) objetos, aún siendo de manera pasiva la conciencia preconstituye los objetos.
Husserl diría que la “intencionalidad” es la característica fundamental de la conciencia y que todos los actos conscientes, como la percepción, el pensamiento y la voluntad, son actos intencionales. Con intencionalidad se refiere, así, a la dirección que tienen los actos o estados mentales hacia los objetos o los estados de las cosas. En otras palabras con “intencionalidad” Husserl se refiere al hecho de que nuestros pensamientos, percepciones y experiencias son siempre acerca de algo o dirigidos hacia algo. Husserl sostenía que esta dirección de la conciencia hacia los objetos es un rasgo fundamental de nuestra experiencia y que es lo que nos permite conocer el mundo.
En la fenomenología de Husserl, la intencionalidad es el fundamento de todo significado y comprensión, es el acto de la conciencia que plantea o se dirige hacia un objeto, dándole significado y sentido. También afirmó que el acto intencional debe distinguirse de su objeto, ya que el acto de conciencia está separado del objeto de conciencia. Otro aspecto importante es que el sujeto en la fenomenología trascendental ya no es un ser anónimo sino que es un sujeto activo que constituye el mundo y que, por ende, tiene una responsabilidad con el mundo y un compromiso histórico con la humanidad.
Es de interés mencionar que a los setenta años, Husserl se queja de que la mayoría de los lectores han malinterpretado la obra de su vida. Sin embargo, cuando él mismo emprende la reformulación de lo que es la fenomenología y de lo que ha logrado, escribe desde un punto de vista que no tenía dos décadas antes. Husserl se convierte, de hecho, en crítico e intérprete de su propia obra, que describe con una metáfora persistente tratándose a sí mismo como “un explorador que ha abierto el camino a un nuevo territorio para que otros lo conquisten, cartografíen y cultiven”.
Obras
Algunas obras editadas en español
Fenomenología de la conciencia del tiempo inmanente, Editado por Martin Heidegger, Trad. de Otto E. Langfelder, Nova, Buenos Aires, 1959
Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica, Trad. José Gaos, Fondo de Cultura Económica, México, 1949; 2a. edición revisada y ajustada a la edición alemana en Husserliana, 1962.
Investigaciones lógicas, 4 Volúmenes, Editorial Revista de Occidente, Madrid, 1929. Segunda ed., 2 volúmenes, 1967.
Investigaciones lógicas, 2 Volúmenes, Alianza, Buenos Aires, 2005
Lógica formal y lógica trascendental. Ensayo de una crítica de la razón lógica (1929), Ediciones del Centro de Estudios Filosóficos de la Universidad Nacional Autónoma de México, México, 1962.
Meditaciones cartesianas, Ediciones Paulinas, Madrid, 1979.
«El origen de la geometría» (traducción de Jorge Arce y Rosemary Rizo-Patrón), en Estudios de Filosofía, revista de la Pontificia Universidad Católica del Perú/ Instituto Riva-Agüero, IV, 2000, pp. 33-54.
Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica. Libro segundo: Investigaciones fenomenológicas sobre la constitución, UNAM, México, 2005.
La tierra no se mueve (traducción de Agustín Serrano de Haro), Editorial Complutense, Madrid, 2006.
La crisis de las ciencias europeas y la fenomenología trascendental. Una introducción a la filosofía fenomenológica. Filosofía. Clásicos. Barcelona, Editorial Crítica, 1991.
Influencia
Influencia de la fenomenología de Husserl
Husserl influenció autores en diversos campos tales como el existencialismo, el historicismo, la hermenéutica, la historia de la ciencia, la filosofía analítica, la llamada postmodernidad; su ascendiente es notable en personajes importantes de las místicas y las religiones contemporáneas.
Autores influenciados por la fenomenología
Emmanuel Lévinas, Jean-Paul Sartre, Maurice Merleau-Ponty, Paul Ricoeur, Jacques Derrida. Ludwig Landgrebe, Gerhard Funke, Van Breda, Alphonse de Waelhens, Stephan Strasser, Enzo Paci, Jan Patocka, Roman Ingarden, Marvin Farber, Alfred Schutz, Adhemar Gelb, Kurt Goldstein, Herbert Spiegelberg,
Disciplinas influenciadas por la fenomenología
Matemáticas, ciencias biológicas, psicología (psicopatología en particular), sociología, historia, estudio de las religiones y actualmente las ciencias cognitivas.
“…Es aquí donde encontramos a la Fenomenología que promete, luego de fatigosos rodeos, enfrentarnos a los problemas de fondo de la Historiología”
Husserl es citado varias veces a través del desarrollo del presente trabajo. Resumidamente diremos que la referencia central en esta obra está dirigida a la pregunta de si en la Fenomenología se puede encontrar la fundamentación de la historiología como ciencia, ya que esta permite adentrarse en los problemas de fondo de la historiología. Hay dos requisitos fundamentales que hacen al quehacer historiológico que se mencionan en esta obra y que refieren a Husserl.
Primero comprender que los “ante-predicativos” o “creencias” direccionan las ideas del historiador. Así, cuando se habla de la deformación de la historia mediata se menciona:
“Hay, pues, numerosas deformaciones pero seguramente la menos evidente (y la más decisiva) es aquella que está puesta no en la pluma del historiador sino en la cabeza del que lee al historiador y lo acepta o descarta conforme la descripción se ajuste a sus particulares creencias e intereses, o a las creencias e intereses de un grupo, pueblo o cultura en un preciso momento histórico…”
…“Desde luego, cuando hablamos de “creencias” nos estamos refiriendo a esas suertes de formulaciones ante-predicativas de Husserl que son usadas tanto en la vida cotidiana como en ciencia. Por tanto, es indiferente que una creencia tenga raíz mítica o científica ya que en todos los casos se trata de ante-predicativos implantados antes de cualquier juicio racional”...
Así, los ante-predicativos en Husserl son los juicios previos que se tiene sobre las cosas, los conocimientos y las asociaciones subjetivas. De este modo las creencias personales o de un pueblo determinan la perspectiva o punto de vista desde el cual se desarrollan las ideas o un sistema de ideas desde los cuales se interpreta el mundo personal, social científico, histórico etc
Segundo: es necesario comprender la naturaleza del tiempo y la historicidad para comprender la noción de “proceso”:
…“Dado que el gran problema que rodea a la Historiología está en que mientras no se comprenda la naturaleza del tiempo y de la historicidad, la noción de proceso aparecerá injertada en sus explicaciones y no las explicaciones serán derivadas de tal noción”
El tema de la temporalidad presentado por Husserl como “retenciones, estado fluyente y protenciones” (pasado presente y futuro no lineales) sienta las bases a la posibilidad de saber cómo la temporalidad ocurre en los hechos, de esta manera se hace indispensable destacar la temporalidad de quienes producen dichos hechos. Aquí es, entonces, donde la fenomenología de Husserl aparece dando una posible respuesta.
…“Así es que solamente partiendo de la temporalidad del “ser ahí” se puede comprender cómo es inherente a ella el tiempo mundano. Y la temporalidad del “ser ahí” es una estructura en la que coexisten (pero no uno junto al otro como agregados) los tiempos pasados y futuros y éstos últimos como proyectos, o más radicalmente, como “protensiones” (conforme enseñara Husserl) necesarias a la intencionalidad. En realidad, el primado del futuro explica el pre-ser-ser-en-el-mundo como raíz ontológica del “ser ahí”
Se destaca la gran distancia que existe entre las tesis de Husserl de 1913 “Ideas relativas a una fenomenología trascendental” y la de 1929 “Meditaciones cartesianas: Introducción a la fenomenología”. Destacándose en particular la Quinta meditación cartesiana en la que se descubre el hilo conductor que permitirá a otros pensadores encontrarse con el “ser- ahí”
“Así la estructuralidad temporal del “ser ahí” confirma, desde otra perspectiva, el inmenso valor de la teoría de Husserl”