Los trastornos de personalidad son patrones persistentes y rígidos de pensamiento, comportamiento y funcionamiento que se desvían significativamente de las expectativas culturales y sociales. Estos patrones tienden a ser estables a lo largo del tiempo y afectan diversas áreas de la vida de una persona, incluyendo la forma en que piensan, sienten, se relacionan con los demás y se comportan. Los trastornos de personalidad pueden causar malestar significativo y dificultades en el funcionamiento personal, social y laboral.
Hay varios tipos de trastornos de personalidad, cada uno con sus propias características y síntomas distintivos. Algunos ejemplos de trastornos de personalidad incluyen:
Trastorno de Personalidad Paranoide: Caracterizado por una desconfianza y sospecha persistentes hacia los demás, interpretando las acciones de otros como amenazantes o maliciosas.
Trastorno de Personalidad Esquizoide: Se caracteriza por la falta de interés en las relaciones sociales y la tendencia a ser emocionalmente distante y aislado.
Trastorno de Personalidad Esquizotípico: Incluye pensamientos y comportamientos excéntricos, así como dificultades en las relaciones interpersonales y la percepción de la realidad.
Trastorno de Personalidad Antisocial: Se caracteriza por un patrón de desprecio por los derechos de los demás, falta de empatía y comportamiento manipulador o antisocial.
Trastorno de Personalidad Límite: Implica una inestabilidad emocional intensa, relaciones interpersonales caóticas y una imagen de sí mismo negativa. Puede incluir impulsividad y tendencias suicidas.
Trastorno de Personalidad Narcisista: Caracterizado por un sentido exagerado de autoimportancia, falta de empatía y la necesidad constante de admiración.
Trastorno de Personalidad Histriónico: Incluye la necesidad constante de atención y afirmación, así como la tendencia a ser dramático y emocionalmente expresivo.
Trastorno de Personalidad por Evitación: Implica la evitación de situaciones sociales debido al miedo al rechazo y la crítica, a pesar del deseo de tener relaciones.
Trastorno de Personalidad Dependiente: Caracterizado por la necesidad excesiva de ser cuidado y la dificultad para tomar decisiones independientes.
Trastorno de Personalidad Obsesivo-Compulsivo: Incluye la preocupación excesiva por el orden, la perfección y el control, así como la dificultad para relajarse.
Es importante tener en cuenta que los trastornos de personalidad son condiciones médicas y psicológicas, y el diagnóstico y el tratamiento deben ser realizados por profesionales de la salud mental con experiencia en este campo. La terapia, incluida la terapia cognitivo-conductual y la terapia de grupo, así como en algunos casos la medicación, pueden ser parte de la estrategia de tratamiento.
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