La Dieta Mediterránea
La Dieta Mediterránea, Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO
El Comité Inter-gubernamental de la UNESCO para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial ha acordado inscribir la Dieta Mediterránea en la Lista representativa del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. Esta candidatura transnacional, ha sido elaborada y presentada conjuntamente por España, Grecia, Italia y Marruecos, y coordinada técnicamente por la Fundación Dieta Mediterránea.
En España este proyecto, liderado por los Ministerios de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, y Cultura, ha contado con el apoyo de todas las Comunidades Autónomas, muchos ayuntamientos y del conjunto de la sociedad civil, a través de miles de adhesiones personales y centenares de asociaciones de todo tipo.
¿Qué es la Dieta Mediterránea?
Según la Fundación Dieta Mediterránea, es un estilo de vida, no solo un patrón alimentario que combina ingredientes de la agricultura local, las recetas y formas de cocinar propias de cada lugar, las comidas compartidas, celebraciones y tradiciones, que unido a la práctica de ejercicio físico moderado pero diario, favorecido por un clima benigno, completan ese estilo de vida que la ciencia moderna nos invita a adoptar en beneficio de nuestra salud, haciendo de ella un excelente modelo de vida saludable.
Es una valiosa herencia cultural, que a partir de la simplicidad y la variedad ha dado lugar a una combinación equilibrada y completa de los alimentos, basada en productos frescos, locales y de temporada en la medida de lo posible.
Este tipo de alimentación está implantada en casi todos los países de la ribera del mar Mediterráneo. Entre ellos, se puede citar a España, Francia, Italia, Grecia, Chipre, Portugal, la ex-Yugoslavia, Albania y también Marruecos, Túnez, Malta, Libia, Israel, Jordania, Egipto, y Siria.
Se ha ido forjando a lo largo del tiempo y es fruto de la influencia que nos han dejado todos los pueblos que han pasado por estos países: iberos, celtas, griegos, romanos, bárbaros y árabes. Griegos y romanos sentaron las bases de lo que actualmente conocemos como dieta mediterránea con la "trilogía mediterránea": pan, aceite y vino, presentes desde siempre en nuestra cultura.
Decálogo
El decálogo de la Dieta Mediterránea, definido también por la Fundación mencionada anteriormente, sería el siguiente:
1- Utilizar el aceite de oliva como principal grasa de adición. Es el aceite más utilizado en la cocina mediterránea. Es un alimento rico en vitamina E, beta-carotenos y ácidos grasos mono-insaturados que le confieren propiedades cardio-protectoras.
2- Consumir alimentos de origen vegetal en abundancia: frutas, verduras, legumbres y frutos secos. Las verduras, hortalizas y frutas son la principal fuente de vitaminas, minerales y fibra de nuestra dieta y nos aportan al mismo tiempo, una gran cantidad de agua.
3- El pan y los alimentos procedentes de cereales (pasta, arroz y especialmente sus productos integrales) deberían formar parte de la alimentación diaria. El consumo diario de pasta, arroz y cereales es indispensable por su composición rica en carbohidratos.
4- Los alimentos poco procesados, frescos y de temporada son los más adecuados. Es importante aprovechar los productos de temporada ya que, sobre todo en el caso de las frutas y verduras, nos permite consumirlas en su mejor momento.
5- Consumir diariamente productos lácteos, principalmente yogurt y quesos. Nutricionalmente hay que destacar que los productos lácteos son excelentes fuentes de proteínas de alto valor biológico, minerales (calcio, fósforo, etc.) y vitaminas.
6- La carne roja se tendría que consumir con moderación y si puede ser como parte de guisos y otras recetas. Y las carnes procesadas en cantidades pequeñas y como ingredientes de bocadillos y platos.
7- Consumir pescado en abundancia y huevos con moderación. Se recomienda el consumo de pescado azul como mínimo una o dos veces a la semana ya que sus grasas, aunque de origen animal, tienen propiedades muy parecidas a las grasas de origen vegetal.
8- La fruta fresca tendría que ser el postre habitual. Los dulces y pasteles deberían consumirse ocasionalmente. Las frutas son alimentos muy nutritivos que aportan color y sabor a nuestra alimentación diaria y son también una buena alternativa a media mañana y como merienda.
9- El agua es la bebida por excelencia en el Mediterráneo. El vino debe tomarse con moderación y durante las comidas. El agua es fundamental en nuestra dieta. El vino es un alimento tradicional en la dieta mediterránea que puede tener efectos beneficiosos para la salud consumiéndolo con moderación y en el contexto de una dieta equilibrada.
10- Realizar actividad física todos los días, ya que es tan importante como comer adecuadamente. Mantenerse físicamente activo y realizar cada día un ejercicio físico adaptado a nuestras capacidades es muy importante para conservar una buena salud.
Pirámide alimentaria
La pirámide alimentaria es una guía de lo que se debe consumir diariamente para obtener los nutrientes que el cuerpo necesita. Para su interpretación se entiende que los alimentos del vértice superior son los que deben consumirse en menor cantidad y los que están cerca de la base son los que se deben comer con mayor frecuencia y en cantidades mayores.
Como ejemplo se puede establecer la siguiente frecuencia de consumo de alimentos:
Diariamente: De 1 a 3 raciones máximo de cada alimento, a elegir entre frutas, vegetales de todo tipo, pan, cereales variados, pasta, patatas, aceite de oliva y vino.
Semanalmente: De 2 a 4 raciones de cada alimento, a elegir entre la variedad de legumbres (4 raciones a la semana), nueces, aves, pescados, sobre todo azul, (mínimo 3 raciones) y huevos (3 a la semana).
Ocasionalmente: De 2 a 3 raciones al mes de cada alimento, a elegir entre helados, dulces industriales, postres y carne roja (2 raciones al mes). Recuerda que sean raciones moderadas, no platos enteros, es tan solo para complacer al paladar.
Vías de documentación:
http://fdmed.org/dieta-mediterranea/que-es-la-dieta-mediterranea