Los pedos huelen mal porque contienen metano

En la edición de Falacias de hoy destruiremos un mito maloliente que escucho con una frecuencia enorme, a pesar de que es (como espero demostrar) totalmente absurdo. Lamento que el asunto sea algo desagradable, pero la ciencia no hace distinciones. El mito al que me refiero es esa estupidez de que los pedos huelen mal porque contienen metano.

Mentira.

Existen varias razones por las que esta afirmación es absurda, y refleja una ignorancia supina por parte de quienes la repiten ciegamente. Eso sí, como siempre, tiene menos gravedad en las personas que simplemente repiten algo que han oído – pero es que también se oye de personas que deberían saber más química y más biología.

Eso sí, tengo que avisarte de que este artículo puede resultar desagradable por tratar temas escatológicos. Pero si quieres saber la verdad del asunto (además de, por cierto, conocer de dónde viene la palabra “escatológico”, porque tiene que ver con esto), sigue leyendo.

La primera razón por la que es absurdo decir eso es que ¡el metano no huele! Es un gas absolutamente inodoro. De modo que es difícil pensar que los pedos huelan mal por tener ese gas… sería como decir que huelen mal por tener nitrógeno. Tu casa podría estar ahora mismo llena de metano y no notarías nada en absoluto (bueno, hasta que notaras que te asfixias o encendieras una cerilla).

Pero es que hay varias razones más por las que es una tontería decir eso. La segunda es que el llamado gas natural que llega a las casas (por cierto, qué nombre más desafortunado) está compuesto, en su mayor parte… por metano. De modo que debería oler a pedo, pero si tienes gas natural en casa sabes que no es así. De hecho, probablemente has notado que tiene un olor peculiar (lo que la gente suele llamar “olor a gas”), que no tiene absolutamente nada que ver con el metano y que está ahí a propósito.

En efecto: como el metano no huele, un escape de gas podría ser muy peligroso porque nadie se daría cuenta; de manera que las empresas suministradoras añaden al gas natural sustancias olorosas adrede, como sulfuro de dimetilo, metanetiol o etanetiol. Por eso el gas de las casas “huele a gas”, para que nos demos cuenta si hay un escape.

Pero es que no acaba ahí la cosa. Es imposible además que los pedos huelan mal por contener metano, porque los pedos de mucha gente no tienen metano. Esto es otra falsa concepción (la de que los pedos son, en su mayor parte, metano) que merecería una Falacia aparte, pero destruyámosla aquí mismo: en los estudios realizados, menos de la mitad de la gente tiene pedos con metano. De modo que la mayor parte de nosotros deberíamos tener “pedos inodoros”…pero, como sin duda habrás notado, esto no es así.

Siendo lector de El Tamiz y, por lo tanto, una persona inteligente y con buen gusto, probablemente te estarás preguntando dos cosas ahora mismo: Entonces, ¿qué demonios hay en los pedos si en muchos no hay metano?, y también ¿Qué es lo que hace que los pedos huelan mal?

Vayamos por partes.

Los pedos contienen varios gases, algunos de ellos producidos dentro de nuestro cuerpo y otros no. Por ejemplo, tendemos a tragar cantidades de aire bastante grandes al comer, o simplemente al tragar saliva. En general, las personas más nerviosas tragan más que las más tranquilas. Este aire contiene, por supuesto, nitrógeno, oxígeno, dióxido de carbono y otros gases en menores cantidades.

El oxígeno suele ser absorbido en nuestro sistema digestivo, y la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera no es demasiado grande, de modo que ahí tienes parte de la respuesta a la primera pregunta: en una gran medida, los pedos están compuestos de nitrógeno, un gas inerte e inodoro, que hemos tragado en un momento y pasa a través de nuestro cuerpo hasta salir de nuevo.

Además, las bacterias de nuestro intestino grueso producen diversos gases como consecuencia de las fermentaciones que producen sobre los alimentos, dependiendo del tipo de bacterias (porque no todos tenemos las mismas) y del alimento consumido. Algunos de estos gases son inodoros, como el hidrógeno (que, por otro lado, es muy inflamable), el metano (en las personas con bacterias que lo producen, y también inflamable) o el dióxido de carbono.

Pero otros de estos gases, sobre todo los que contienen compuestos del azufre y nitrógeno, son nauseabundos. Los peores de todos (los que confieren “olor a pedo”) son el sulfuro de hidrógeno (que se usa mucho en las bombas fétidas), el ácido butírico (que se forma también cuando se pudre la mantequilla), el sulfuro de carbonilo, el indol y el escatol. Curiosamente, la palabra “escatológico”, al igual que el “escatol”, proviene del griego skatos, “estiércol”. Eso te da una idea del olor de este compuesto en grandes concentraciones.

Escatol (3-metilindol).

Curiosamente, la cantidad de estos gases suele ser pequeña, pero es que no hace falta gran cantidad para producir mal olor. De hecho, normalmente, un pedo con gran volumen suele estar generado por acumulaciones de gas poco olorosas, mientras que es posible (como seguramente sabes) producir flatulencias de muy poco volumen pero una toxicidad enorme