El agua gira en los desagües por la fuerza de Coriolis

La Falacia de hoy está extraordinariamente extendida. De hecho, está tan extendida que de vez en cuando se oye en clases de física, lo cual es bastante descorazonador: que un mito sea repetido por alguien a quien se lo han contado y no tiene por qué saber del asunto es una cosa – que alguien que debería saber del tema lo repita es más grave. En cualquier caso, la Falacia de hoy es la siguiente: el agua gira en un sentido en los desagües del Hemisferio Norte y en sentido contrario en el Hemisferio Sur debido a la fuerza de Coriolis.

Mentira.

La razón de que este mito no muera y desaparezca es, en parte, que la gente que lo repite no tiene ni idea de lo que es el efecto de Coriolis, supuestamente responsable del giro del agua en el desagüe. De modo que vamos por partes.

¿Qué es el efecto de Coriolis?

Bien, en primer lugar no hay realmente ninguna fuerza, igual que la “fuerza centrífuga” no es una fuerza real: es un efecto que se debe a mirar el movimiento de algo desde un sistema de referencia en rotación. De modo que, en este artículo, voy a llamarlo “efecto de Coriolis” en vez de fuerza. Pero esto no es lo importante.

Imagina que estás en el centro de un disco del tamaño de una habitación. El disco está girando con una velocidad angular constante (pongamos que gira una vez cada dos segundos). Si empiezas a andar en línea recta hacia el borde del disco, te parecerá que el suelo se mueve bajo tus pies cada vez más rápido, porquesegún te alejas del centro, los puntos del disco se mueven más deprisa, lo mismo que si cuatro coches realizan una curva todos a la vez, el coche de fuera se mueve a más velocidad que el de dentro.

De hecho, a alguien que esté sentado en un punto del disco y te mire le parecerá que no caminas en línea recta, sino haciendo una curva. Ese alguien podría decidir entonces que algo te está empujando para que hagas una curva – una fuerza que te desvía de tu camino. Esa “fuerza” es la fuerza de Coriolis. El efecto, es decir, el hecho de que la trayectoria de un objeto que se acerca o se aleja del centro de giro parece curvarse si se mira desde el sistema que gira, se llama efecto de Coriolis.

En la siguiente animación puedes ver cómo es la trayectoria de un objeto que se aleja del centro de un disco “de verdad” y observado desde el disco. La primera animación es la del movimiento real (lo que se vería desde fuera del disco), y la línea es la trayectoria real de la pelota. La segunda animación es lo que ve alguien que está sobre el disco, y la línea que se describe ahí es lo que quedaría si la pelota tuviera tinta y fuera marcando su recorrido sobre el disco:

Crédito: Wikipedia (GPL).

Para que quede aún más claro, un video en el que se observa el efecto con gran claridad, desde fuera y dentro del disco:

De modo que, antes de atacar la falacia, recapitulemos: cuando te mueves dentro de un sistema que gira, como un disco, y te alejas del centro o te acercas a él, como los puntos bajo tus pies se mueven más rápido o más lento que de donde partiste, te parece que estás haciendo una curva. Desde luego, visto “desde fuera” no estás haciendo ninguna curva, pero observado desde el disco sí la estás haciendo.

¿Se observa el efecto de Coriolis en la Tierra? Desde luego. Al fin y al cabo, la Tierra gira, y nosotros observamos todo lo que vemos desde ella, de modo que Coriolis aparece por todas partes: en el momento en el que te acercas al eje de giro de la Tierra o te alejas de él en cualquier porcentaje apreciable, notas el efecto de Coriolis.

Un ejemplo sencillo: imagina que viajas en avión desde el norte de Canadá hasta el Caribe. Como estás yendo hacia el sur y la Tierra es (más o menos) una esfera, según vas avanzando te estás alejando del eje de giro (que es la línea recta que une ambos polos por el interior de la Tierra), de modo que tu trayectoria, medida desde la Tierra, es una curva, y si no tienes cuidado no acabas donde querías llegar. De hecho, el efecto de Coriolis es tenido en cuenta para trazar las rutas de los aviones.

Lo mismo pasa con el movimiento de las masas atmosféricas. Los ciclones y huracanes giran en un sentido en el Hemisferio Norte y en el contrario en el Hemisferio Sur. La razón, una vez más, es que en el hemisferio norte ir hacia el norte significa acercarse al eje de giro terrestre e ir hacia el sur alejarse, mientras que en el hemisferio sur ir hacia el norte significa alejarse del eje de giro e ir hacia el sur, acercarse.

Borrasca sobre Islandia, que pone de manifiesto el efecto de Coriolis.

Pero dejemos estos fenómenos en los que los objetos recorren miles de kilómetros durante horas y horas, para ver qué le ocurre al agua de tu lavabo o el mío.

¿Puede el efecto de Coriolis afectar al agua en un desagüe?

Una vez entendido lo que es el efecto, creo que entenderás rápidamente por qué la afirmación es absolutamente falaz. Bien, tengo agua en un lavabo y quito el tapón. El agua empieza a bajar por el desagüe, y el agua del lavabo se acerca al desagüe y se pone a girar (a veces, muy rápido).

Bien, querido lector. ¿Cuánto se ha acercado o alejado el agua del eje de giro de la Tierra? Bien, hagamos un experimento mental. Visualiza la distancia que se ha movido el agua hacia el desagüe…y ahora imagina la distancia que te separa del eje de giro de la Tierra. ¿Comparamos ambas?

Pongamos que el lavabo tiene unos 50 centímetros de ancho (siendo generosos), y que tu latitud es media, de modo que tu distancia al eje de giro terrestre es de unos 3,200 kilómetros. Bien, la distancia que el agua se acerca o aleja del eje de giro es un 0,00001% del radio de giro. ¡Pero qué se va a notar ahí!

Pero es que hay más. Si el agua, que se mueve una distancia tan pequeña y a una velocidad de sólo unos cuantos cm/s, notara el efecto de Coriolis y se pusiera a girar como loca en el desagüe, ¿te imaginas cómo serían las autopistas? Los coches van muchísimo más rápido y se acercan o alejan al eje de giro muchísimo más que el agua del desagüe. Cogerías el coche, arrancarías y, en cuanto fueras rápido por una autopista recta, ¡boom! una fuerza fantasmal gigantesca te empujaría hacia un lado como una hoja, y te estamparías contra el lateral.

¿Y el agua de los ríos? ¿Y las cascadas? ¿Por qué razón en todas esas situaciones, en las que el agua se mueve mucho más rápido y más distancia que en el desagüe, no se ve ningún efecto de Coriolis en absoluto?

Pero eso no es todo. El efecto de Coriolis, naturalmente, es más intenso cuanto más rápido es el giro…y la Tierra gira muy, muy lentamente. Un avión o las nubes de una tormenta se mueven durante horas alejándose o acercándose al eje de giro, de modo que, durante ese tiempo, la Tierra se mueve “bajo sus pies” un ángulo considerable. Pero ¿cuánto gira la Tierra mientras el agua llega al desagüe? Si el agua tarda unos 10 segundos en llegar al desagüe y la Tierra da una vuelta cada 24 horas, el ángulo que ha girado la Tierra en ese tiempo es de 0,04º…es decir, prácticamente nada.

Es decir: en cualquier problema físico en el que el tiempo o la distancia son despreciables comparados con el tiempo que tarda la Tierra en dar una vuelta o la distancia al eje de giro de la Tierra, tener en cuenta el efecto de Coriolis es totalmente absurdo. Sólo lo puedes notar cuando recorres una distancia grande durante un tiempo largo. Pero es que, incluso entonces, piensa en el radio de giro de las nubes de la tormenta de la foto: ¡es enorme! El efecto Coriolis, en la Tierra, nunca jamás podría crear una trayectoria tan cerrada como la del agua en el desagüe. Absurdo.

Esto no quiere decir que el efecto no exista: de hecho, en un laboratorio y con condiciones absolutamente controladas, sí es posible detectar el minúsculo efecto de Coriolis incluso en el agua de un lavabo, pero es algo leve y sutil. Eso sí, te puedo asegurar que en el de tu casa no vas a notar el efecto nunca jamás.

¿Por qué entonces gira el agua en el desagüe en un sentido o en otro?

Por muchas razones – de hecho, por casi cualquier razón excepto el efecto de Coriolis. En primer lugar, las tuberías suelen tener acanaladuras (el agua baja pegada a las paredes, no por el centro). En algunos países, o incluso regiones de un país, las acanaladuras bajan en espiral en el sentido de las agujas del reloj, y en otros al revés. También afectan la forma del lavabo, el movimiento inicial del agua…en el caso de un inodoro, la dirección en la que introduce el agua…

Fíjate en lo que pasa cuando la tubería es casi perfectamente lisa. El video es un canal de desagüe de una presa en California (a unos 35º de latitud). Puedes ver que tanto la velocidad del agua como la distancia que recorre (y el tiempo que tarda) deberían hacer el efecto de Coriolis varios órdenes de magnitud más grande que en tu casa o la mía. Veamos este súper-efecto de Coriolis:

No tengo más que decir.

Si quieres colaborar en un pequeño “experimento”, haz lo siguiente:

Llena un lavabo de agua, espera a que se pare lo más posible y luego quita el tapón con cuidado. Repite el experimento tres veces, si es posible en lavabos diferentes.

Escribe un correo a pedro@eltamiz.com, diciéndonos en qué país vives y hacia dónde va el agua (en el sentido de las agujas del reloj, en sentido contrario a las agujas del reloj, o no gira) en cada una de las tres pruebas que realices, por ejemplo:

Argentina, 2 en el sentido de las agujas del reloj, 1 en sentido contrario a las agujas del reloj.

Hasta ahora no hemos recibido un número suficiente de “experimentos” como para publicar resultados numéricos, pero sí podemos adelantar (con unos diez enviados) que no hay correlación entre el hemisferio y el giro del agua en el lavabo: sólo en España hay más o menos un 45% que giran en un sentido, un 45% en el contrario, y un 10% no gira lo suficiente para ser determinado