(Manuscrito en hoja Rivadavia) 

Buenos Aires, 10 de septiembre de 1966

A la Comisión Directiva de Doyon 67:

Escribo estas líneas para expresarles lo muy preocupada y angustiada que me ha dejado la reunión del 8 de septiembre.

Todos sabemos que el día 25 del corriente cumplimos, y digo cumplimos porque supongo que todos lo sentimos igual, un año de reuniones, trabajos, preocupaciones, acompañado por alegrías y diversiones.

Pero muy a pesar mío, siento que a esta altura de los acontecimientos, pesan más las penas que las alegrías. Todos sabemos y conocemos el caos en que hemos caído. Es evidente que no hay unión, ni comprensión entre nosotros.

Entonces, si todos lo entendemos así, por qué no ponemos nuestra mejor voluntad para conseguirlo.

No es tan difícil que un grupo de 18 personas de 16 años no podamos comprendernos.

La reunión del día 8 fue un grito de rebelión que surgió de todos o casi todos los delegados al mismo tiempo, y como consecuencia lógica otra vez no nos comprendimos, y todo tuvo otro significado.

Yo supongo que esto por lo que hoy pasamos es un llamado de alerta que no podemos desoír y que está en nuestras manos solucionarlo.

Es por esta causa que, de ahora en adelante, tenemos que unirnos, para trabajar todos en armonía, con conciencia y pensando única y exclusivamente en Doyon y en su beneficio.

Los progresos que vamos logrando en las divisiones, ese interés que parece despertar recién ahora, no lo podemos coartar así porque sí.

Sería echar por la borda todo un año de sacrificios. No les parece que es hora de conocernos más, de tratar  de no ir uno contra otro y conseguir de una buena vez el compañerismo y la armonía que tanto, y vean que digo necesitamos y no deseamos.

Firmado:

Elida Carmen Pallone