¿Es Bucaramanga una ciudad para personas o para carros?

Fecha de publicación: Feb 19, 2018 12:35:11 AM

Un estudio por la Dirección de Tránsito de Bucaramanga encontró que en el área metropolitana hay alrededor de un vehículo motorizado por cada dos habitantes, pues a finales del 2016 el parque automotor consistía de 632,104 vehículos, con una tasa de ocupación automotriz promedio de tan solo 1,1 personas/carro. Pero, ¿qué significa esto para Bucaramanga? Todos bien sabemos que Bucaramanga es una ciudad que está creciendo rápidamente “hacia arriba,” donde se tumban casas, a veces unas con significado histórico y cultural, para construir edificios masivos. Mientras esta forma de urbanización crea viviendas para más gente en un espacio reducido, esto ha causado una acumulación de vehículos motorizados en calles que no tienen adonde expandirse. Mientras edificios se levantan, las calles no se expanden, y es así como se incrementa el tráfico y los trancones en la ciudad.

Una de las principales razones por las cuales los Bumangueses (y en general los Colombianos) siguen comprando carros y manejándolos es porque nuestras ciudades carecen de incentivos para no hacerlo. Un servicio de tránsito con carriles exclusivos para buses que funciona a medias no es suficiente para que los bumangueses se motiven a dejar el carro en casa –o mejor aún, a no tener uno– y usar medios alternativos que sean amigables con el medio ambiente y con nuestra salud. Lo que necesitamos son estímulos que hagan que nos den ganas de caminar y de tomar transporte público, y por qué no, de montar en bicicleta.

Si miramos a lo que otros países están haciendo, nos damos cuenta que las empresas incentivan a los trabajadores a usar medios de transporte activos (como lo son caminar, montar bicicleta, y tomar transporte público) creando actividades internas incluyentes, proporcionando espacio seguro para parquear una bicicleta, casilleros y duchas sin cargo adicional, y hasta tienen establecido un día oficial de ir al trabajo en bicicleta. Esto sucede en gran parte porque las empresas reconocen los beneficios económicos que se dan a causa del mejoramiento de la productividad de los trabajadores y de la salud de los empleados, así como la reducción de gastos en construcción mantenimientos de parqueaderos.

El 21 de Octubre del 2016 se firmó La 1811, o Ley de la Bicicleta, “por la cual se otorgan incentivos para promover el uso de la bicicleta en el territorio nacional y se modifica el código nacional de tránsito.” Aunque no es perfecta o tan completa como pudiera serlo, es un buen comienzo. Sin embargo, ¿dónde están los avances? ¿Dónde están las iniciativas de integración intermodal para poder usar la bicicleta como medio alimentador de los buses? Si hay avances, necesitamos reportes. Y si estos existen, necesitamos que sean públicos y transparentes. Pero, por encima de todo, necesitamos que las ciclorrutas se hagan una realidad. “Constrúyanlas y las bicicletas vendrán.” ¿De qué sirve poder parquear una bicicleta si no se puede andar en ella sin miedo a ser atropellado?

Ciudades en Colombia, grandes y pequeñas, han hecho avances en el tema de la movilidad sostenible. Sin embargo, Bucaramanga se ve estancada en una época arcaica y anacrónica donde se cree que los carros, que son un modo costoso y, frecuentemente ineficiente, son los que mandan en la ciudad. Poder caminar, montar en bicicleta, y disfrutar de un transporte público eficiente, limpio y agradable, son derechos que tenemos todos como ciudadanos, pero que en el área metropolitana a menudo se ven comprometidos. Como dijo Eli David, un Israelí que vivió seis meses en Colombia, pasando por ciudades grandes y pueblos icónicos: “Para un país con la gente más amable del planeta, nunca entendí por qué es tan difícil ser un peatón en Colombia.” (Lea la carta abierta en: Las impresiones de un extranjero que vivió en Colombia.) “Y sí, estoy hablando con mi amada Bucaramanga, La ciudad de los parques. Sus ciudades no son divertidas para caminar en absoluto. Aparte de la contaminación, tienen muy pocos parques que siguen desapareciendo cada vez que un proyecto inmobiliario paga lo suficiente para obtener un permiso. Así terminan destruyendo uno más de los pulmones verdes de sus ciudades.”

Qué bueno sería que en los periódicos todos los días se vieran menos noticias de obras que llevan años de retraso, accidentes, huelgas, trancones, etcétera, y pudiéramos leer sobre las mejoras en el transporte público, en reclamos de espacio para las personas, y en construcciones de carriles seguros para bicicletas.

¿Por cuál ciudad estamos abogando: la saludable o la congestionada?

Otros links de interés:

Por cada dos habitantes hay un automotor en el área metropolitana de Bucaramanga

http://www.vanguardia.com/area-metropolitana/bucaramanga/388923-por-cada-dos-habitantes-hay-un-automotor-en-el-area-metropolit

Preocupa la ocupación de los vehículos

https://issuu.com/diarioadn.co/docs/adn-bucaramanga_e856de0fd00b48/2

Las impresiones de un extranjero que vivió en Colombia

http://www.semana.com/mundo/articulo/las-duras-impresiones-de-un-israeli-que-vivio-en-colombia/539856

*Maria Daniela Castillo es una ciclo-usuaria de Bucaramanga que terminó su carrera de Ciencias Ambientales en la Universidad de Wisconsin-Madison en 2017. Ahora se encuentra haciendo investigación en la Universidad de Boston en temas de calidad de aire, salud pública y transporte sostenible. También está involucrada con iniciativas de oportunidades para mujeres y jóvenes en Costa Rica y América Latina.

Por Maria Daniela Castillo*

@mariadcastilloc