Plancton

El plancton que alimenta al mundo

Los mares y océanos están repletos de microorganismos que viajan a la deriva y que son básicos para la vida ya que representan la base de la pirámide trófica del plan

El plancton se compone de un conjunto de organismos, mayoritariamente microscópicos, que flotan en las aguas dulces y saladas de la hidrosfera, a merced de las corrientes debido a su inexistente o muy limitada capacidad natatoria. Buena parte se desarrolla en profundidades intermedias, hasta los 600 metros, aunque algunas especies pueden llegar a vivir en las fosas oceánicas. El plancton se subdivide en fitoplancton(plancton vegetal) y zooplancton. El primer grupo está integrado en un elevado porcentaje por cianobacterias y algas unicelulares (diatomeas y dinoflagelados son las más abundantes) que producen su propio alimento a través de la fotosíntesis. Estos organismos autótrofos necesitan, por tanto, de la luz solar y de la existencia de minerales en suspensión y se por este motivo se suelen encontrar en las capas superficiales de los océanos, en los primeros 50 metros de profundidad. Además de servir de alimento para el zooplancton, el fitoplancton es responsable de la producción de más de la mitad del oxígeno del planeta. La radiación ultravioleta que llega a través del agujero en la capa de ozono representa una de las grandes amenazas para estos organismos, como se ha podido comprobar en zonas antárticas, donde las poblaciones de fitoplancton se han reducido un 10%.

La amplia comunidad de plancton animal o zooplanctonhabita toda la columna de agua oceánica, aunque es más numerosa en las zonas menos profundas ya que es donde se encuentra la materia orgánica elaborada de la que se alimenta. Dentro de esta amalgama de seres que componen diferentes protozoos, diminutos crustáceos, moluscos y gusanos, así como larvas de peces, se puede distinguir entre holoplancton y meroplancton. En el primer grupo se encuentran aquellos organismos que conforman el plancton durante toda su existencia, y en el segundo, los que sólo son plancton durante la etapa inicial o larvaria de su existencia. Muchas de las especies son transparentes, por lo que es difícil detectarlas dentro del agua, y algunas son bioluminiscentes. Esta capacidad para brillar en las profundidades les permite ahuyentar a los depredadores y también sirve como reclamo para reproducirse. Aunque las comunidades de zooplancton tienen la movilidad reducida y fluctúan pasivamente en el mar, muchas especies sí tienen la capacidad de migrar verticalmente para buscar alimento en la superficie por las noches y volver a la penumbra cuando sale el sol para protegerse de los depredadores.

CADENA ALIMENTARIA MARINA

El plancton constituye la base de la pirámide trófica del ecosistema marino. Gracias a la energía solar el fitoplancton genera materia orgánica convirtiéndose en el productor primario de la cadena alimentaria. El siguiente eslabón es el zooplancton (consumidor primario), que se alimenta del fitoplancton, y a partir de ahí le siguen los peces pequeños, las aves marinas, los peces mayores, las focas y los grandes depredadores del mar, como las orcas. En cada nivel de la pirámide, los animales crecen en tamaño pero disminuyen en número. Existen casos especiales, como el de las grandes ballenas oceánicas, que se alimentan directamente de zooplancton, filtrándolo con sus barbas. El ciclo se cierra cuando los consumidores devuelven la materia a través de sustancias de desecho o al descomponerse, al morir.

Un universo de consumidores primarios

El zooplancton engloba a un amplio grupo de organismos que incluye bacterias, crustáceos, cnidarios, radiolarios, foraminíferos, gusanos poliquetos, rotíferos e incluso larvas de peces.

CONSUMO HUMANO

RADIOLARIOS. Estos protozoos marinos, generalmente unicelulares, son capaces de producir intrincados esqueletos de sílice. De hecho, deben su nombre a la simetría radial de sus estructuras.

Un ingrediente que está de moda en la alta cocina

FORAMINÍFEROS. El principal rasgo característico de estos pequeños organismos unicelulares eucariotas es su caparazón de carbonato cálcico. Además, sus fósiles tienen un gran valor científico.

ROTÍFEROS. Existen unas 2.000 especies que viven mayoritariamente en ambientes de agua dulce y en zonas húmedas. Se trata de organismos microscópicos de vida libre ya que no suelen formar colonias.

KRIL. Alimento de peces, aves y, sobre todo, ballenas, este tipo de crustáceos del orden de los eufausiáceos es clave dentro del ecosistema antártico.

MEDUSA. Pertenece al grupo de los cnidarios, uno de los pocos componentes no microscópicos del zooplancton. Existen más de 2.000 especies identificadas que van de 1 cm a 2,5 m de diámetro.

TOMOPTERIS. Es un tipo de gusano poliqueto habitual en las profundidades de mares y océanos. Se caracterizan por ser transparentes y luminiscentes.

CYCLOPS. Es uno de los géneros de copépodos más comunes en el zooplancton. Este tipo de crustáceo posee un solo ojo dispuesto en posición central, de ahí su nombre.

ARTEMIA SALINA. Este diminuto crustáceo (no llega a 2 cm en estado adulto) es un alimento habitual de muchos peces en estado larvario, lo que la hace muy valiosa en acuicultura.

Hace apenas una década, el chef Ángel León decidió acudir directamente a la base de la cadena alimentaria y empezar a experimentar con plancton marino. El resultado ha sido un nuevo ingrediente culinario que se produce en polvo y se utiliza principalmente para potenciar el sabor a mar de los platos. Dado su origen, se trata de un alimento muy saludable y nutritivo, ya que cuenta con minerales esenciales (hierro, fósforo, calcio, magnesio, yodo), alto contenido en ácidos grasos ricos en Omega 3 y 6, antioxidantes y vitaminas B12, C y E. Además, su consumo es apto para celíacos y personas con alergia al pescado y el marisco.