Nací en el País Vasco, en Irún, Guipuzcoa. Aprendí euskera en el colegio, una lengua antigua increíble, bastante difícil de aprender, más que el castellano. Pero tiene palabras increíbles. Es cierto que es una lengua onomatopéyica y algunas tienen un significado muy interesante: sí, hay casi cien palabras para decir mariposa y otras como:

En euskera no decimos "enamorado", decimos "maiteminduta", que significa "herido de amor".

En euskera no decimos "cáncer", decimos "minbizia", ​​que significa "dolor intenso".

En euskera no decimos "dar a luz", decimos "erditu", que significa "dividir por dos".

En euskera no decimos "luna", decimos "ilargi", que significa "la luz de los muertos".

En euskera no decimos "desierto", decimos "basamortu", que significa "bosque muerto". 

En euskera no decimos "gratis", decimos "musutruk", que significa "a cambio de un beso".

En euskera no decimos policía, decimos "ertzain", que significa "guardián del pueblo".

En euskera no decimos cocina, decimos "sukalde", que significa "junto al fuego".

En euskera no decimos relación, decimos "harreman", que significa "tomar y dar".

En euskera no decimos enfermera, decimos "erizain", que significa "cuidadora de enfermos".

En euskera no decimos playa, decimos "hondartz", que significa "mucha arena".

En euskera no decimos curiosidad, decimos "jakinmin", que significa "dolor por saber".

En euskera no decimos barco, decimos "itsasontzi", que significa "contenedor marítimo". 

En euskera no decimos zapatos, decimos “oinetakoak”, que significa “los de los pies”.