“Invocar el término “arte”, hecho que indica la intención de reconocer en las prácticas expresivas de las etnias un valor estético, por encima de sus destinos rituales y sus funciones utilitarias y más allá de su consideración etnográfica como meros objetos de “cultura material”. La consideración de ciertas manifestaciones culturales indígenas como genuinas formas de arte. Presentar, en un mismo nivel de importancia, el arte indígena, el popular y el ilustrado.”

Bajo esta premisa, tomada de la experiencia del Centro de Artes Visuales/Museo del Barro, el abordaje de las distintas manifestaciones y prácticas expresivas de los pueblos originarios son tomadas como obras de arte en sí misma y también estudiadas desde el material con que se producen, la función y el contexto en que se dan, para así construir una visión más integral sobre la realidad de los pueblos originarios. Una pieza de barro, un tejido o una talla en madera narran una historia única. Se presenta como un objeto que vincula el pasado de nuestros ancestros con nuestro presente y cómo lo entendemos y valoramos, traza y da continuidad y lo convierte en legado.

La sabia cosmovisión de los pueblos originarios que vibran en unidad con la naturaleza, nos muestran valores que son necesarios rescatar. Con los niños hemos realizado un recorrido maravilloso, donde no sólo conocimos parte de la cultura de los pueblos originarios que habitaron y habitan estas tierras, sino hemos transitado los senderos que nos llevan a conocer nuestra propia identidad.