¿Cómo lo utilizo en mi aula?

Flipped Classroom: una metodología consciente y adaptativa en la educación

Primero y fundamental, el Flipped Classroom no es una varita mágica en el mundo educativo; no existe una metodología milagrosa que pueda resolver todos los desafíos de la enseñanza. En mi práctica educativa, he adoptado este modelo con un enfoque pragmático y reflexivo.

¿Cómo implemento este modelo? He creado dos webs llamadas "Quinto Cluny" y "Sexto Cluny" donde alojo mis recursos didácticos: vídeos, imágenes y formularios de google forms. Los estudiantes deben interaccionar con el vídeo, respondiendo al formulario correspondiente y reflejando su toma de apuntes en una libreta que me enseñarán a mí al día siguiente. Este proceso, aparentemente sencillo, es fundamental en la preparación para la clase.

No todos los estudiantes comprenden el contenido de los vídeos a la perfección. Además, el propósito no es que comprendan todo el contenido o concepto antes de llegar al aula, sino el propósito de estos materiales enriquecidos es doble: conocer lo que los alumnos han asimilado y detectar aquellos que requieren apoyo adicional. Esta información es crucial para actuar de manera efectiva en el aula.

En cuanto a la clase magistral, sigue siendo una herramienta valiosa en mi repertorio pedagógico. La utilizo cuando los indicadores muestran que la mayoría de la clase ha enfrentado dificultades con un concepto o contenido específico. Gracias a las interacciones con los vídeos y la recolección de datos a través de los forms, puedo identificar y abordar estos problemas de manera eficiente en el aula.

Mis estudiantes suelen dedicar entre 15 y 30 minutos en casa para interactuar con un vídeo; estos constituyen sus deberes. Si un alumno/a no visualiza el vídeo, sigo un protocolo similar al que aplicaría si no completase otra tarea: registro una nota en su agenda y adapto las circunstancias para que pueda realizar la tarea en otro momento. Si la omisión se debe a una causa mayor, no aplico sanciones.

Este modelo ha demostrado ser efectivo y bien recibido tanto por las familias como por los estudiantes, reflejándose en resultados positivos a lo largo de los años. Sin embargo, es vital recordar que la herramienta más imprescindible en cualquier enfoque educativo es el docente. Cada aula es única, y el contexto de cada estudiante debe ser considerado cuidadosamente. Por ello, en mi práctica, combino diferentes metodologías (flipped, cooperativo, gamificación, exposiciones magistrales, proyectos...), ya que no existe una receta infalible en educación. Lo que funciona hoy puede no ser efectivo mañana o en el próximo curso.

Un punto importante a considerar es la disponibilidad de dispositivos digitales y acceso a internet en el hogar de los estudiantes. En mi caso, la mayoría de mi alumnado tiene acceso a estos recursos. Para aquellos que no tienen acceso a internet, proporciono los vídeos en un pendrive y los formularios en papel. Llego a un acuerdo con las familias para que me entreguen estos formularios antes de comenzar la clase, junto con los apuntes correspondientes en su libreta para poder conocer sus conocimientos previos antes de llegar al aula. Es decir, si entramos a las 9:00 de la mañana al colegio, 5 minutos antes me tienen que dar la tarea para que pueda ver lo que ellos saben sobre el concepto/contenido.

En resumen, el Flipped Classroom es una metodología adaptable y consciente, que ofrece una oportunidad para personalizar el aprendizaje y responder efectivamente a las necesidades individuales de los estudiantes. Aunque no es una solución universal, representa un enfoque valioso y flexible en el dinámico campo de la educación.

Vídeo para ver como interaccionan mis estudiantes con la web de la clase.