Cesare Pavese - Creación
Estoy vivo y descubro las estrellas en el alba.
La compañera sigue durmiendo y no lo sabe.
Los camaradas duermen. Tengo por delante.
el claro día, más limpio que los rostros hundidos.
Pasa un viejo a lo lejos, que va a trabajar
o a gozar la mañana. No somos distintos;
él y yo respiramos la misma claridad
y fumamos tranquilos para engañar al hambre.
También el viejo debe de tener un cuerpo puro
y vibrante —debería estar desnudo ante la mañana.
Esta mañana fluye la vida sobre el agua
y bajo el sol: en torno está el fulgor del agua
siempre joven, los cuerpos de todos estarán desnudos.
Tendremos el solazo, el rugoso mar abierto
y ese rudo cansancio que abate bajo el sol
y la inmovilidad. Estará la compañera
—un enigma de cuerpos. Cada uno donará su voz.
No hay voz que rompa el silencio del agua
bajo el alba. Y tampoco ningún sobresalto
bajo el cielo. Sólo hay una tibieza que funde las
estrellas.
Estremece sentir la mañana que vibra
totalmente virginal, como si nadie estuviera
despierto.
Cesare Pavese de Poesía completa [1991]