Cesare Pavese - Paternidad

Fantasía de la mujer que baila, y del viejo

que es su padre y una vez la tuvo en la sangre

y la hizo una noche, gozando en un lecho, desnudo.

Ella se apura por llegar a tiempo para desvestirse

y hay otros viejos que esperan. Todos

le devoran, cuando ella salta en el baile, la fuerza

de las piernas con los ojos, pero los viejos tiemblan.

Casi desnuda está la chica. Y los jóvenes miran

con sonrisas, y alguno querría estar desnudo.


Se parecen todos a su padre los viejos entusiastas

y son todos, vacilantes, un resto de cuerpo

que ha gozado otros cuerpos. También los jóvenes un día

serán padres, y la mujer es para todos una sola.

Ha ocurrido en silencio. Una alegría profunda

invade la oscuridad que rodea a la joven viva.

Todos los cuerpos no son más que un cuerpo, uno solo,

que se mueve y en el que se clavan las miradas de todos.


Esa sangre que recorre los miembros firmes

de la joven es la que se hiela en los viejos;

y su padre que fuma en silencio, acalorado

no salta, pero él ha hecho a la hija que baila.

Hay un perfume y un arrebato en el cuerpo de ella

que es el mismo en el viejo, y en los viejos. En silencio

fuma el padre y espera que vuelva, vestida.

Todos esperan, jóvenes y viejos, y la miran fijo;

y cada uno, bebiendo solo, volverá a pensar en ella.

Cesare Pavese de Trabajar cansa (Lavorare stanca) [1936]