Desde la antigüedad el hombre buscó elementos con los cuales pudiera escribir y así expresar sus pensamientos y sentimientos. Una de las formas más comunes y fáciles para escribir es, sin duda utilizando el lápiz.
Los Aztecas usaban un grafito suave, negro, lustroso, sacado del carbón natural, para marcar una raya en tablillas y piedras durante las ceremonias.
En el año 1564 cerca del poblado Borrowndale, Cumberland (Inglaterra),
una fuerte tempestad derribó un enorme árbol, debajo del sitio donde estaban sus raíces se descubrió el grafito más puro o plomo negro. Los pastores de los alrededores comenzaron a utilizar este material para marcar sus ovejas.
También con este material se fabricaban rudimentarios lapices, que eran grafito recortados dentro de un pequeño palo cuadrado que dejaba demasiadas manchas en las manos y el papel. Fueron vendidos en Londres con el nombre de "piedra de marcar". En Inglaterra y Alemania fueron mas tarde amarrados los palos con una cinta de moda.
A mediados del siglo XVIII, las minas de grafito eran explotadas por la Corona y servían también para la fundición de cañones, por lo que se convirtió en un material estratégico del ejercito inglés. Al obrero que encontraran extrayendo un trozo de dicho material era castigado con pena de muerte.
En 1790 el químico inventor francés Jacques-Nicolás Conte, por orden de Napoleón Bonaparte se dedicó a hacer lapices por la escasez que había de ellos a causa de la guerra de Inglaterra. Esto hizo que en 1795 Jacques-Nicolás Conte, ideara unos lápices de grafito molido y arcilla, que se horneaban en recipienes de cerámica. Por último se rodeaban de madera de cedro. Pronto se impusieron en todo el mundo. Fue este experimento la base de hoy para la fabricación de lapices.
Aunque otras documentaciones indican que el verdadero inventor fue el austriaco Josef Hardmuth, quien descontento con la baja calidad de los utensilios para escribir, tuvo la ocurrencia de mezclar arcilla con polvo de grafito, para formar unas minas y cocerlas al fuego y sumergirlas después en un baño de cera para que el grafito dejara rastro en el papel. Añadiendo unas cantidades determinadas de arcilla a la mezcla, pudo determinar el grado de dureza del lápiz. en 1792 fundó su propia empresa en Viena.
Hoy el lápiz se produce industrialmente es decir en fábricas: donde se mezcla polvo de grafito, arcilla y agua hasta obtener una masa que se cocina, tritura y compacta para crear una mina que luego se incrusta dentro de ranuras delgadas hechas en madera. Así obtenemos el lápiz. Para que aprendas más observa este vídeo del proceso de fabricación del lápiz..
El primer fabricante de lapices en América fue William Monroe en 1812 quien perfeccionó este proceso y en 1858 Hyman Lipman en Filadelfia inventó el lápiz con borrador.