El hombre primitivo aunque era fuerte debió cuidar y proteger sus pies del frío, piedras y alimañas. Para dar solución a esta necesidad cubrió sus pies con hojas o pieles de animales que cazaban para alimentarse.
Mucho tiempo después en Egipto, hace unos 6000 años, se fabricaron unos zapatos o sandalias de un material llamado papiro, que se extraía de una planta. Sin embargo, esto era un lujo y era fabricado sólo para personas muy importantes como el Faraón.
El calzado de los romanos eran unas sandalias atadas con unas correas.
En la Edad Media, hace unos 1000 años tanto mujeres como hombres usaban unos zapatos hechos a mano con cuero de vaca o cabra, era un zapato blando que permitía correr, saltar, trepar en cualquier terreno. Estos zapatos eran semejantes a las zapatillas. Algunas personas usaban botas que se amarraban delante o al lado.
Hace unos 360 años se hicieron por primera vez zapatos en gran cantidad. Esto sucedió en Inglaterra debido a que se necesitaba calzado para el ejercito.
En el sigo XIX comenzaron a aparecer las máquinas para la fabricación de calzado, así como también la diferenciación entre el pie izquierdo y pie derecho. A mediados de ese siglo la industria del calzado tuvo grandes cambios cuando se remplazó el cuero por materiales sintéticos como cuerina, caucho, gamuza, corcho y plástico entre otros.
En 1853 el norteamericano Hiram Hutchison fabrica las botas de caucho.
A través del tiempo la moda va cambiando y los estilos son diversos. En las primeras décadas del Siglo XX se realizaron zapatos con pedrería, de tela bordada, los zapatos de cuero bicolor o las plataformas de corcho en la década del 30.
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