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Buenas tardes voy a empezar mi charla de hoy, primero una "divagación" histórica y luego una fast-crítica centrada en la función pública.
La parte histórica es un recuerdo a una gran figura de la antigüedad de nombre muy largo Abū ʿAbd Allāh Muḥammad b. Baṭṭūṭa ( أبو عبد الله محمد بن بطوطة), que podría traducirse como Mohamed, el siervo de Alá hijo de Battuta, más conocido como Ibn Baṭṭūṭa (ابن بطوط). Este personaje, natural de Tánger, vivió entre los años 1304-1368 y es conocido por su libro "A través del Islam" en el que describe los numerosos viajes que hizo, no sólo por el Islam, sino por la práctica totalidad del Mundo conocido en su época: Arabia, Iraq, Kurdistán, Yemen, Costa oriental de África, occidente de Asia y Asia central, India, China y SE Asia Crimea, Bizancio, al-Andalus, Occidente de África hasta Tombuctú. Así como islas como Sumatra, Ceilán o las Maldivas.
ITINERARIOS DE LOS VIAJES REALIZADOS POR Ibn Baṭṭūṭa
Este hombre era indudablemente un sabio cuyo nombre y fama le precedían antes de que él llegase, pues siempre obtuvo la hospitalidad de los mandatarios de los lugares que visitaba. Así vemos que fue nombrado juez en la India (sultanato de Delhi), embajador en China y asesor de muchos de los gobernantes que le ofrecían su hospitalidad. Tanto es así que se vio metido, contra su voluntad, en más de una lucha por el poder, siendo siempre respetado por ambos bandos.
El viaje a al-Andalus (1350) lo hizo enrolado voluntariamente en una yihad contra el rey castellano Alfonso XI, que tenía cercada la plaza de Gibraltar. Cuando Ibn Baṭṭūṭa llegó a la roca el monarca cristiano había fallecido infectado por la peste a los 39 años de edad. Esta muerte y la guerra fratricida que enfrentó a sus hijos Pedro I y Enrique II (bastardo) dieron un respiro al reino de Granada
Pero no es por lo que os acabo de escribir por lo que he decido hablaros hoy de este gran hombre, sino por algo que no había leído nunca de él.
Como ya he dicho en alguna ocasión, estoy ahora enfrascado en escribir un libro sobre ríos, historia y toponimia que me está dando muchas satisfacciones. Una de ellas fue encontrar un ejemplar antiguo de la obra de Ibn Baṭṭūṭa en una biblioteca pública del campo de Gibraltar.
El libro, a pesar de su extensión, lo leí de un tirón y me reportó bastante información para mi propósito pero no quedó en eso: cuando estaba terminando su lectura vi que dedicaba los últimos capítulos a algo que jamás habría pensado: la docencia y la didáctica ¡en el siglo XIV!, y no es sólo que hablase de estos temas es que lo que él decía era perfectamente aplicable hoy
¡Ojalá los maestros y profesores de hoy de todos los niveles lo aplicásemos!
Os voy a citar los títulos de estos capítulos:
· El Método de enseñanza.
· La Enseñanza primaria.
· La severidad perjudica a los alumnos.
· Los viajes de estudios.
Y no me resisto a citar las palabras que Ibn Baṭṭūṭa pone en labios del califa Hārūn ar-Rašīd ("el Justo", 706-809, هارون الرشيد), que no es otro que el Califa de la célebre colección de cuentos "Las mil y una noches", cuando habla con el preceptor de su hijo:
"No dejes pasar una sola hora del curso sin comunicarle algún conocimiento útil; no le causes malestar pues ello puede impedir la actividad de la mente; pero tampoco tengas demasiada permisividad pues caería en la pereza y cogería por costumbre el no hacer nada"
Su hijo fue el también califa al-Ma’mūn (“aquel en quien se confía”, 786-833, المأمون) que propició la llamada Edad de Oro del Islam y potenció en Bagdad la llamada Casa de la sabiduría (Baŷt al-Hikmah, بيت الحكمة), que había creado su padre como biblioteca de palacio. A su corte llegaron científicos y literatos de todo el islam y se tradujeron al árabe las obras de los clásicos griegos impidiendo que muchas de ellas se perdiesen pues a Occidente llegaron traducidas del árabe vía Escuela de Traductores de Toledo (siglo XI-XII).