En cambio, los secesionistas catalanes nos anuncian que van a hacer un referéndum ilegal, que si no se les permite realizarlo procederán a declarar ilegalmente la independencia de forma unilateral. Para ello, ya han dispuesto los procedimientos necesarios en el Parlamento de Cataluña para que se pueda proclamar en un día. En este caso, el Gobierno ha decidido no actuar hasta que no se produzcan delitos consumados como el referéndum del 9 N.
Hay una manifiesta incoherencia entre ambas actuaciones del Gobierno. Este podría aducir que, en el caso de los yihadistas, se actúa preventivamente para evitar posibles atentados con probables consecuencias de muertos y heridos. Pero esta es una pobre argumentación. Recordemos lo que pasó el 6 de octubre de 1934. El Presidente Companys proclamó el Estado catalán, dentro de la República Federal Española. No proclamó la independencia sino un Estado catalán, dentro de España. Después de esta proclamación, llamó al Capitán General de Cataluña, pidiéndole que se pusiera a sus órdenes. El Capitán General era el catalán Domingo Batet. Companys pensó que, por su condición de catalán, el General no se opondría a su petición. Se equivocó. El Capitán General se puso en contacto con Enrique Pérez Farrás, jefe de los Mozos de Escuadra, para que se presentara en la Capitanía y se pusiera a sus órdenes. Éste le respondió que sólo obedecía al Presidente de la Generalidad. A continuación, el General Batet contactó con el Presidente del Consejo de Ministros, Alejandro Lerroux, y, siguiendo sus órdenes, proclamó el estado de guerra aplicando la Ley de Orden Público de 1933. Hubo desórdenes públicos en los que fallecieron 46 personas. De ellas, 8 militares. El orden se restableció en menos de un día. A las seis de la mañana del día 7 de octubre, Companys comunicó a Batet su rendición. La autonomía catalana fue suspendida indefinidamente.
Los acontecimientos, a partir del 1 de octubre de 2017, pueden ser similares: Los separatistas tratarán de hacer el referéndum secesionista y si no lo consiguen, intentarán declarar la independencia unilateral y procurarán que los Mozos de Escuadra se pongan a las órdenes del Gobierno secesionista para tratar de defender con las armas sus decisiones. Es posible que el Gobierno de España, aunque tarde, actúe y que logre evitar el Referéndum y la declaración de independencia. Pero es casi seguro que habrá desórdenes públicos con probable resultado de muertos, heridos y daños materiales. Los separatistas ya están caldeando el ambiente. Lo harán más en la Diada de septiembre y la CUP ya ha afirmado que la independencia no se logrará por medios pacíficos. ¿Tiene actualmente el Gobierno un General Batet? O, por el contrario, ¿hay muchos Pérez Farrás dentro de los mandos de los Mozos de Escuadra? Recientemente la Generalidad ha sustituido al Consejero de Interior y al Jefe máximo de los Mozos con esa finalidad. ¿Está en condiciones el Gobierno de España de asegurar que se mantendrá el orden y se restablecerá la normalidad constitucional sin daños a las personas?
Por favor, Presidente Rajoy, sea coherente. Actúe, contra los secesionistas como contra los yihadistas. Los catalanes no separatistas y el resto de españoles, muy mayoritariamente, se lo agradeceremos.
Evidentemente, hay otra forma de ser coherente: no deteniendo yihadistas, por muy radicalizados que estén. Incluso aunque anuncien que piensan matar el día 1 de octubre a todos los católicos que puedan en la Misa de 12 de la Catedral de Madrid y aseguren que han comprado las navajas necesarias. Usted en este caso, si siguiera el procedimiento que está aplicando a los secesionistas catalanes, se limitaría a comprobar el tamaño de las navajas y si alguna de ellas superase el reglamentariamente admisible detendría- eso sí, con todo el peso de la Ley- a su propietario. Pero nada más. Señor Presidente, esta forma alternativa de coherencia me temo que no nos gusta a los españoles. ¡Raros que somos!
Las aspiraciones independentistas que amenazan a otros países de la Unión Europea
España no es el único Estado miembro que se enfrenta a un movimiento nacionalista secesionista en el interior de sus fronteras
La gravedad de la situación que se vive ahora mismo en Cataluña es única, pero lo cierto es que muchos otros países miembro de la Unión Europea también sufren en el interior de sus fronteras desafíos independentistas similares.
Córcega
Córcega es la única comunidad en Francia que dispone de un estatuto particular. Tras años marcados por los atentados, el Frente de Liberación Nacional de Córcega (FLNC) anunció en 2014 que deponía las armas. Gracias a una alianza de independentistas moderados, los nacionalistas se hicieron con la Asamblea territorial en 2015. En junio, la isla eligió a tres diputados nacionalistas a la Asamblea Nacional.
La Asamblea de Córcega ha reclamado numerosas reformas, como el reconocimiento del corso como lengua oficial, junto al francés, o un estatuto fiscal específico. Pero solo la instauración de una comunidad única el próximo 1 de enero, reemplazando los dos departamentos y la actual comunidad territorial, ha sido validada por París. El 22 de septiembre, la Asamblea de Córcega subrayó «la legitimidad indiscutible del gobierno de Cataluña».
Escocia
Región semi autónoma del Reino Unido desde 1998, Escocia está dotada de un Parlamento que dispone de numerosas competencias. Solo la diplomacia y Defensa quedan en manos de Londres.
Escocia dijo no a la independencia por el 55% de los votos en el referéndum de 2014. Pero el Brexit ha relanzado los proyectos nacionalistas. Sin embargo, las fuertes pérdidas sufridas por el Partido Nacional Escocés (SNP, por sus siglas en inglés) en las legislativas de junio han forzado a la primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, a posponer la posible celebración de una segunda consulta en el otoño de 2018. Tras el referéndum en Cataluña, Nicola Sturgeon pidió a España «cambiar de rumbo» y condenó la intervención de la Policía.
Flandes
Flandes, región neerlandesa del norte de Bélgica, obtuvo durante estas últimas décadas numerosas competencias en el campo político y económico. La Nueva Alianza Flamenca (N-VA, por sus siglas en neerlandés), encarnación política del nacionalismo flamenco, reforzó su puesto de primer partido de la región durante las legislativas de 2014, convirtiéndose en la piedra angular del gobierno federal del francófono Charles Michel. Partidaria de la creación de una república flamenca, la N-VA pretende poner en marcha el camino hacia la autonomía en el otoño de 2019.
Geert Bourgeois, ministro presidente independentista de Flandes, pidió el domingo a Madrid «frenar la violencia» y dialogar con «los dirigentes legítimos de un pueblo pacífico».
Islas Feroe
Las islas Feroe, archipiélago de Dinamarca situado en el Atlántico norte, deben organizar en abril de 2018 un referéndum sobre una nueva Constitución que le otorgue el derecho de autodeterminación. Este territorio obtuvo su autonomía en 1948, posee un parlamento y aguas territoriales. Pero los Asuntos Exteriores y Defensa continúan siendo atribuciones que ostenta Dinamarca.
Nueva Caledonia
La Nueva Caledonia, archipiélago francés del Pacífico sur, organizará como tarde en noviembre de 2018 un referéndum de autodeterminación, al término de los 20 años del Acuerdo de Numea, que puso en marcha un proceso de descolonización progresivo. Teniendo en cuenta el mapa electoral, el escrutinio debería saldarse con la victoria de los contrarios a la independencia.
Lombardía y Venecia
Un referéndum con el objetivo de reclamar más autonomía para las regiones de Lombardía y de Venecia tendrá lugar el 22 de octubre. Pero el escrutinio no es en absoluto comparable al referéndum catalán. El presidente de Lombardía, Roberto Maroni, miembro de la Liga Norte, ha subrayado que se desarrollará «en el marco de la unidad nacional, que no es una cuestión de independencia».
La Liga Norte, que pedía en sus orígenes la independencia de la «Padania», defiende ahora un discurso contrario al euro y a la inmigración.
Cuando la Liga Norte declaró la independencia de Padania en Italia y fue el hazmerreír de Europa
Umberto Bossi declaró la DUI de la República Federal de Padania en septiembre de 1996 y anunció un referéndum para el año siguiente. Votaron cerca de 5 millones de italianos y ningún país reconoció la Padania
Cuando Italia está ultimando una reforma electoral que puede alentar pactos como el que tradicionalmente han formado Forza Italia, del incombustible Berlusconi, y los nacionalistas de Liga Norte, los norteños apenas recuerdan la declaración unilateral de independencia (DUI) para la Padania (el valle del Po según los nacionalistas norteños), que supuso un precedente europeo y simbólico para el «problema catalán».
Era 15 de septiembre de 1996 cuando, durante una manifestación en Venecia, el entonces Secretario de la Liga Norte Umberto Bossi proclamó la independencia de la República Federal de Padania. Además, el histórico dirigente nacionalista anunció la celebración de un referéndum para confirmar su independencia del Estado italiano. «Nosotros, el pueblo de Padania, proclamamos solemnemente: Padania es una República Federal independiente y soberana. Ofrecemos, con compromiso mutuo, nuestras vidas, nuestras fortunas y nuestro sagrado honor», fueron las palabras de Bossi, según recordó hace días el portal italiano «Ultima Voce». Ante cerca de 20.000 personas, el líder nacionalista declaró su particular «Independence Day», en unos días en los que se había estrenado con bastante impacto la película de ciencia ficción sobre la invasión de patrullas alienígenas a la Tierra, en la que, para variar, Estados Unidos se reafirmaba al frente del planeta y proclamaba un nuevo día de independencia.
En mayo de 1997, los xenófobos de la Liga Norte, que en los últimos años ha sufrido un importante desgaste por escándalos de corrupción y racismo, organizó un referéndum sobre la independencia de Padania, con casi 5 millones de votantes y con el 97% de los votos a favor. Como era de esperar, no fue reconocida por ningún Estado o formación política salvo la Liga del Tesino, un partido suizo que comparte la mayor parte de su ideología en materia de inmigración y con respecto a otras regiones del país. Umberto Bossi y su partido regional anti-establishment, la Liga del Norte, basaban su discurso en la continua denuncia de las desigualdades e injusticias promovidas por el Gobierno central -«¡Roma ladrona!», incidiendo en los supuestos miles de millones desperdiciados que se han vertido en el subdesarrollado sur dominado por la Mafia.
Casi mil partidarios de la "Lega Nord" acuden a una plaza en Venecia,
el 14 de septiembre, durante las celebraciones del primer aniversario
de la declaración de la «República de Padania» aquí en Venecia.
«Empezaremos a trabajar desde hoy para lograr el reconocimiento de la Padania por parte de la comunidad internacional», aseguró aquel 15 de septiembre el liguista Roberto Maroni, ex ministro del Interior del Gobierno de Berlusconi y por entonces uno de los cinco miembros del Gobierno provisional de la Padania. En su constitución, los xenófobos de la Liga Norte incorporaban a su territorio todo el norte de Italia, anexionando las regiones centrales de Toscana, Umbría y Las Marcas. Al ritmo del «Va'pensiero», el canto de los judíos esclavos de Nabucodonosor, de Giuseppe Verdi, los nacionalistas quemaban las libretas del canon que los italianos pagaban por el servicio público de la RAI, la radio televisión pública de Italia, imponían la lira padana, que tenía paridad d euno a uno con la italiana e izaban la bandera blanca con «la hoja de marihuana» que Bossi llamaba Sol Céltico, describía ABC en su crónica del 16 de septiembre de 1996 titulada «La Liga fracasa en el Norte».
El diario estadounidense «The New York Times» le restaba relevancia a la declaración: «El desafío legal de Bossi no es especialmente prometedor. La mayoría de los observadores están de acuerdo en que el desafío legal no es particularmente prometedor, a pesar de que Bossi haya acordado renunciar a su inmunidad parlamentaria y permitir que el caso judicial continúe».
Aunque la declaración de independencia no ha conducido, como era previsible, a una verdadera secesión, «la Liga del Norte sigue promoviendo activamente una concepción de Padania como una entidad política independiente», estima «Ultima Voce». Aun hoy, buena parte de los italianos, profundamente contrarios a la Liga Norte, se toman a chanza aquellos días de auge nacionalista. Recuerdan también cómo unos muchachos, del autodenominado Serenísimo Ejército de Venecia, «brazo armado» del Serenísimo Gobierno de Venecia, reivindicaron la independencia simbólica en la Plaza de San Marcos de Venecia a los mandos de un camión convertido en una suerte tanque.
«La declaración concluye que la Padania "es una república federal independiente y soberana", no sin que el texto invoque antes el recuerdo de unos denominados "Padres Padanos" que nadie sabe quiénes son», escribía el periodista de ABC en Venecia, Pedro Corral. Pero al tiempo que Bossi proclamaba la independencia, sus opositores políticos convocaron contramanifestaciones que superaban incluso las alentadas por la Liga Norte. El líder de la derechista Alianza Nacional, Gianfranco Fini, reunió el mismo día de la «independencia de la Padania» a más de 100.000 personas que defendieron la unidad de Italia.
Tras la declaración de independencia, se iniciaron investigaciones judiciales en Venecia, Turín, Mantua y Pordenone por «atentar contra la unidad del Estado» y hubo enfrentamientos entre militantes de la Liga del Norte y agentes en Milán. Desde su fundación en 1991, la Liga Norte ha proclamado en varias ocasiones la independencia de Padania. «Nadie tiene nostalgia de la Padania», declaró recientemente el actual líder de la Liga Norte, Matteo Salvini, en una entrevista para «La Stampa», desmarcándose de las comparaciones con el «procés». «El voto en Cataluña ha sido forzado y no aparece recogido en la Constitución», concluyó.