POR EL CAMINO NATURAL DEL EBRO, DE GALLUR A CORTES DE NAVARRA.

Un exiguo grupo de cuatro senderistas, Lucía, Cristina, Guadalupe y Pascal, compareció en la dársena 10 de la Estación Central de Delicias de donde saldría a las 8:00 el autobús de las Cinco Villas con destino Uncastillo. El billete para Gallur, localidad de la Ribera Alta del Ebro, donde se apearían a las 8:40 para dar comienza a la travesía de la etapa 23 del Camino Natural del Ebro, tenía un precio de 5´10 euros.

 Envueltos en una espesa y desapacible niebla recorrieron la población hasta la plaza donde visitaron la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol, de origen medieval si bien en la actual planta del siglo XVlII, desde donde se dirigieron a la margen derecha del Ebro y comenzar el recorrido en dirección Novillas a 12 Km por un camino ancho y embarrado que discurría entre el río y el Canal Imperial.

En Novillas, antigua encomienda de los Caballeros Templarios en el límite con la Comunidad Foral, visitaron el exterior de la Iglesia mudéjar en la Plaza de España y el reducto de los Caballeros del Temple en la Plaza del Castillo. Salieron en dirección del GR-99 que separa el humedal palustre de salvajes sotos del río Huecha nacido aguas arriba de Añón de Moncayo mediante una mota en altura, transitable y firme. Anduvieron varios Km en dirección Buñuel sin intención de alcanzar ese municipio que marca el final oficial de la 23ª etapa de este patrimonial recorrido, flanqueado por sotos lineales de álamos desnudos configurando un bucólico entorno fluvial adusto gris, mezcla del pálido azul de las aguas con la desnuda e invernal. foresta 

Desviaron por un camino en dirección Cortes de Navarra, término previsto del actual periplo. Este derecho camino de cinco Km atravesaba llanas y fértiles extensiones de cereales recién nacidos algunos, recién sembrados otros, y terminaba perpendicular al Canal Imperial en el lejano horizonte, salpicado de arbolado en los márgenes de la lejana vía de agua. Encaramados al pretil de la canalización, los marchadores retrocedieron un par de Km hasta el puente cuya prolongación daba a la carretera de tres km más hasta la entrada del pueblo. De ahí hasta el apeadero ferroviario donde para el tren de Logroño a Zaragoza de las 16:33, dos Km añadiremos a la cuenta de un total de 24 Km que el medidor muñequero de alguien computó al final. Antes de ese adiós a las tierras navarras, restaurarían sus fuerzas a las 4:30 en el centro circular del bello parque de Cortes, ahora reconfortados por el tibio sol y los nutrientes de turno, y rendirían visita al Castillo Medieval amurallado del siglo XII, y la iglesia de San Juan Bautista de origen románico y torre mudéjar del siglo XVI.