ASCENSIÓN CIRCULAR AL MONCAYO.

Décimo cuarta Salida Senderista del Año 2023

 ASCENSIÓN CIRCULAR DEL MONCAYO

   Realizada el sábado, 9 de Agosto - 15 Km y 600 m de Desnivel de Dificultad Media


Seis candidatos para encumbrarse en el Moncayo acudieron a las 7:00 para participar en este propósito. Ocuparon las plazas correspondientes en el vehículo de Fefi, José Antonio, Cristina, Elisa, Gonzalo y Pascal. Llegaron a las 8:45 al aparcamiento que precede al Santuario, y a las 9:00 empezaron su despliegue tomando el sendero de la cima que atraviesa un pedregoso tramo por el interior de un bosque de pinos cuyas raíces afloran en el sendero.

La serena y radiante mañana alentaba a moderar el esfuerzo que habitualmente mejora en rendimiento después de las primeras rampas. Bloques pétreos, cascotes rocosos y fragmentos calcáreos flanquean a campo abierto extensas gleras, resultado de la degradación de la morrena glaciar preexistente. Conforme se va ganando en altitud el horizonte sobre el circo de San Miguel que se ahonda a nuestra derecha y las lomas que descienden del tronco geológico, se amplía excediendo de los límites del macizo.

Las balsas, bosques y poblados al pie de monte espejean en la llanada de fondo. La comitiva de cabeza ha de detenerse para reagrupar a los descolgados. La ronda que senderea por el flanco interior se quiebra una y decenas de veces sin otro intento que el de ganar altura hasta ponerse al nivel del cordal superior que aún se percibe lejano, pero no inalcanzable. El encuentro ya anunciado por internet con Charo y Ángel, una pareja de atletas de las alturas y no tan asiduos del colectivo andalanio, incrementa provisionalmente el número de participantes. Ellos se suman y han venido vía Agramonte. La comitiva no ceja hora en su pugna por ganar cotas que por tesón de los andariegos dejan de resistirse.

A las 10:50 besan el santo del monolito de entrada a la plataforma orogénica. Ahora la vista alcanza el sendero que ya no serpentea hasta la cima principal. Un hormiguero de montañeros se aleja hacia el objetivo. A los ojos, que contemplan una perspectiva nueva e ilusionante, se familiariza como asequible el reto que la cercanía motiva. Un viento moderado funciona como termorregulador. Los vivacs de piedras a modo de cráteres lunares acogen a unos mientras que otros obvian la tutela en ausencia de ventisca alguna. Toman sus nutritivos sustentos y frisando las 12:00 del mediodía se anuncia la llegada de Carmen Tejero, quien desde Tarazona se suma a nuestra comitiva. Su presencia obedece entre otros móviles a su autohomenaje por el 60º aniversario de su primera ascensión al Moncayo cuando de niña fue tutorizada por su padre.

En el borde superior del desmonte se yergue un túmulo erigido en memoria de su hermano que por proteger a unos desnortados compañeros de travesía le costó la vida. Superadas estas invocaciones, toman la ruta de descenso hacia el collado de Castilla los siete senderistas. Se internarán después de la vaguada recubierta de un ecosistema donde crece una vegetación arbustiva y herbácea distinta de la observada hasta ahora. Cambian de dirección entrando en el bosque primario cuyo trazado sigue la isométrica rodeando la montaña cuya ladera da vistas a los escarpes de Los Fayos y al accidentado relieve del cañón fluvial en que se incrusta.

La cinta pedestre ralentiza el paso de los expedicionarios toda vez que extensas gleras cubren buena parte de la ladera moncaína y dificultan el andar. Los alisos proliferan por el camino y el bosque en la última trocha - que revierte en el punto de partida - cobija con su sombra a los marchadores que verán completado su circuito a las 15:00 después de 6 horas desde su inicio de las que 4 y cuarto más ocuparon el tiempo neto de movimiento.