ESTRECHOS DEL RÍO MARTÍN.

Un grupo de nueve personas se formó en el punto de salida de La Casilla a 4 Kms de Ariño para iniciar la travesía a las 8:30 por el sendero de las márgenes del río. Siete salieron de la Estación Central de Autobuses de Zaragoza a las 6:30 en el coche de Fefi en que montaron, Pilar de copiloto, Diego, José Mª y Lucía en la segunda fila, y Mª Luz y Pascal en la tercera (de asientos supletorios). Y dos, Fernando C. y Marta, salieron en su propio vehículo de la Puebla de Alfindén.

El primer tramo de la caminata conducía a las tumbas medievales excavadas en la roca donde se escenificó la inhumación de tres voluntarias que se alojaron en los nichos antropomorfos de origen visigodo, en la línea de las que se visitaron en el recorrido de Los Villarejos por Calmarza a Jaraba siguiendo la garganta del río Mesa el 9 de Abril del año pasado. Siguieron aguas abajo del cauce fluvial con vistas al santuario de la Virgen de Arcos enclavado en un promontorio, tipo fortín, de la orilla opuesta. Continuaron hasta el puente del Batán por donde cruzaron la corriente para discurrir por el otro lado en dirección a los asentamientos prehistóricos de los Chaparros donde visitaron tres diferentes abrigos rocosos, de los que en el primero se mostraban grabados en el muro rocoso, en el segundo escenas y danzas, y en el tercero ciervos y símbolos geométricos.

Desde el área de Los Chaparros prosiguieron por el elevado sendero protegido por sirgas que aseguraban el tránsito por paredes verticales. Al fondo de

los desfiladeros labrados por el trasiego erosivo ejercido por aguas bravas durante milenios sobre los farallones calizos, un escenario geológico inusual en un entorno en que la naturaleza alcanza niveles de asombro, se abre ante a los atónitos ojos de los senderistas. Frágiles pasarelas, que se alzan a poco más arriba del ras de la corriente, permiten el cambio de ribera al grupo que, salvo las detenciones para analizar las pinturas rupestres, siguen profundizando con su en el embudo al que parece abocarse la estrechez progresiva de los muros de un diedro al final del cual una central hidroeléctrica rentabiliza el flujo hidrológico del congosto.

La comitiva al alcanzar el vértice de este circuito se detiene ante el percance sufrido por uno de los excursionistas. Su resbalón le afecta al tobillo que tras breve exploración y vendaje se le considera de leve torcedura que descarta esguince o cualquier otro tipo de traumatismo. Encuentra algo de dificultad para caminar y teniendo en cuenta que justo se encuentran en el punto de retorno estimado en 11 Km, optan por ascender al camino que lleve a la carretera acompañado del responsable del equipo a las 12.30.

Mientras los siete restantes vuelven a La Casilla de salida por el sendero del canal que discurre a cierta altura por el muro rocoso. Por ese lado se aprecia con otra perspectiva la vertiente opuesta. El conducto canalizado atraviesa la roca y desaparece tunelado por el interior de la caliza en algunos tramos. El accidentado y su lázaro han superado el desnivel, han subido al monte y se disponen a alcanzar la cinta asfaltada después de cuatro Kms  y medio de marcha esteparia en una hora y 20 minutos por entre campos de labor abandonados y de almendros malogrados por la sequía.

Tras la renqueante e imprevista salida al exterior del Parque Fluvial alcanzan la red viaria a las 13:45. Un vehículo de la Guardia Civil con un agente se detiene, sin ser requerido, para cumplir una misión humanitaria: transportar al afectado y acompañante al estacionamiento de los dos vehículos, si bien se ofrece ese miembro de la benemérita, Álvaro, como buen samaritano a trasladar al infortunado senderista al centro médico de Ariño.

El resto del grupo, mientras se restauran las fuerzas almorzando a las 14.00, se hace esperar. Llegan y se reunifican con ¡vivas! y ¡hurras! a las 15:15, y sin otros proyectos que cumplimentar siete en un vehículo y dos en otro, regresan a casa a las 17:30, hora de llegada, vía Albalate, Lécera y Belchite. Al día siguiente, los hechos se actualizan. El cojitranco, después de ser trasladado en uno de los coches a su domicilio, acudió a urgencias, desde donde fue trasladado a su residencia en Tarazona en ambulancia. El diagnóstico definitivo es de fractura de tibia en su articulación con la rodilla. Ha sido escayolado hasta la ingle y deberá mantener reposo inicial de 9 días, y después, tal vez de un mes, en función de su evolución. Paciencia, amigo, y ¡feliz recuperación!, te desean los ocho supervivientes.