DEL EMBALSE DE LA SARRA AL ARRIEL ALTO.

Cuatro senderistas acudieron a la puerta calle de la estación Central de Autobuses a las 7:00 en respuesta a la llamada para realizar esta travesía. Montaron en el coche de Gonzalo, Mª Luz, Sezan (niño) y Pascal. Por la autovía de Huesca tomaron la carretera A-136 que en Sabiñánigo desvía por Biescas a Sallent y de ahí al Embalse de La Sarra, al final del cual fue estacionado el medio de transporte. Llegaron pasadas las 9:20 y diez minutos después enfilaron por la GR11 que discurre por el borde del desfiladero al fondo del cual corre el río Aguas Limpias.

Por la frondosa selva de Soba poblada de hayas, arces, acebos y abedules en el término de La Laña, ganando pronto en desnivel, alcanzaron el Paso de Onso. Ahí se deja la GR11 para tomar el ramal conducente a los Arrieles. El itinerario se abre camino por el valle que se ensancha formando el llano Cheto sobre el que vierten sus aguas saltos, cascadas y regueros que afluyen al arroyo del barranco del Arriel.

 Un cerrado hayedo mitiga a los senderistas con su sombra el fuerte calor del sol. Los montañeros afrontan una dura ascensión y acusados desniveles camino del Arriel Inferior. Una vereda se encarama a zonas de pradera flirteando el riachuelo alimentado por el ibón a 2.180 m. La extensión del Arriel Medio es notoriamente superior a la del anterior. Fuera ya del bosque la exigua senda el barranco remontando una gran pedriza acumulada por desprendimiento del pico homónimo de 2.822 m de altitud. Una vez superada la glera, una pequeña garganta abierta por el torrente en el compacto granito les permitió el acceso al umbral del circo.

En el seno de ese espectacular anfiteatro montañoso coronado por el Palas, el Arremoulit y el Balaitus, surge un lago que reverbera reflejos, luz y fantasía. Han tocado los "infatigables" (?) la gloria. El Alto Arriel a 2.235 m les da la bienvenida amortizando el arduo trepar por un caos ingente de clastos, un infierno de encrespadas y descomunales guijas que pusieron a prueba la voluntad indómita de un exiguo colectivo poco conformista.

De los 1.443 m, altitud en la que se aloja La Sarra, a los 2.235 m en que se asienta este Alto Arriel, han resultado 792 m de desnivel conquistados a golpe de tesón y empeño, proeza de un equipo que integra a un infante de 9 años recién cumplidos.

Les ha dado la hora del buen yantar (13:10) a orillas del espejeante ibón. Media hora después reemprenden la vuelta por el alto sendero sobre el valle que culmina en el gran embalse del Respomuso. Tocarán marro en su imponente presa y después de besar el santo emprenderán el interminable descenso por el barranco que bordea las cantarinas, a veces ruidosas, y cristalinas aguas del Aguas Limpias, donde no faltan hayas de gran fuste. Esto es, la GR11 que corre paralela del Cantábrico al Mediterráneo, a la GR10 del Pirineo francés recientemente hollada por los esforzados del senderismo con motivo de la salida del pasado día 2 de julio.

En aquella ocasión se tomó nota de un " hecho insólito". Coincidió el grupo de Andalanda en su travesía por los lagos franceses, con la presencia de una dama que asía dos cabestrillos enlazados a sendas cabras, una blanca y otra negra, apertrechadas de ajustadas y ergonómicas alforjas en que se alojaban las vituallas y accesorios de la travesía cántabro-mediterránea, marcha transpirenaica de cuya mitad ya había dado cuenta el heterogéneo trío. De refugio en refugio culminarían, en su momento, tan singular hazaña ¡Feliz "anábasis", madame!

Los nuestros, mientras tanto tardarían lo suyo hasta cruzar el puente "deras Faxas" en la cola del embalse de La Sarra. Dieron con esa cuca pasarela a las 18:43, lo que significa invirtieron 9 horas (¡nueve!) y 13 minutos, -7 horas y media en movimiento-, en una gesta que no se puede emprender todos los días. Y que se recuperen, durmiendo como un mustélido, tus piernecitas, nene.