VISITA A ALQUÉZAR Y CIRCULAR DE ALQUÉZAR A COLUNGO.

RESEÑA DE LA 8ª SALIDA SENDERISTA Y 3ª CULTURAL DEL AÑO 2024

CIRCULAR -Y PASARELAS- DE ALQUÉZAR A COLUNGO

Realizada el sábado, 13 de Abril - 17 Km y 600 m de Desnivel de Dificultad Media

 

 

Esta actividad senderista-cultural tenía un doble objetivo que conformaban dos itinerarios: la visita al conjunto monumental de Alquézar y la travesía desde esta villa medieval a Colungo. Ambas incluían el recorrido por las pasarelas sobre el río Vero.

A tal fin se configuraron dos grupos complementarios. El primero configurado por once personas y el segundo por cinco. Por orden de salida, éste, partió de la puerta calle de la Estación Central de Autobuses a las 7:00 en un vehículo conducido por Ana V. a quien le acompañaron, Ana A., Fefi, Olga y Pascal. Aquel lo hizo del IES Andalán a las 8:30 en tres vehículos conducidos, uno por Leandro, acompañado por su esposa Rosa, hijo.... y nuera....- y nieto.... ; otro manejado por Eloy en compañía de Pilar, Pascual y Rosa, y otro más con Reyes y Raquel.

El grupo senderista llegó a Alquézar a las 8:40 y se dirigió al Ayuntamiento para adquirir las cinco entradas de las 20 que previamente la Asociación había reservado para todos los participantes de los dos subgrupos, de modo que a las 9:10 los cinco de marras se introdujeron por el pasadizo de inusual atractivo. Este enclave de acceso al cañón del río Vero sorprendíó a los concurrentes dada la naturaleza salvaje del desfiladero que descendía abrupto entre paredes rocosas muy escarpadas y una vegetación profusa, variada y fragante.

Pronto desviaron a la cueva de Picamartillo para explorar la cual tuvieron que cruzar descalzos la orilla de grava del río y el propio cauce de frías pero estimulantes aguas, lo que incluía la terapéutica fricción de las plantas de los pies sobre los cantos rodados del lecho fluvial. Retomaron el curso homologado del desfiladero por el que alcanzaron el armazón metálico anclado en los muros verticales de la garganta avanzaron y por ese anclaje desfilaron admirando tan singular morfología geofluvial. El tramo aéreo de la pasarela hace que los viandantes sientan un mórbido hormigueo en las extremidades inferiores. Un desplome de vértigo de decenas de metros bajo la frágil anatomía andante. Una corriente de aguas turbulentas de blanca espuma y badinas de azul turquesa corre rauda. Esta garganta esculpida a golpe de sol, viento y agua eleva el nivel de expectación al paso por tan inolvidable paraje.

Un mirador sobre el estrecho desfiladero que queda a la espalda permite una síntesis panorámica de memorable impacto. Pasan los caminantes del vacío a la tierra firme por sendero y camino pedregoso cuando no de conglomerado suelo. Puente medieval de Fuendebaños, que vira 45º, por el col de San Lucas de 730 m camino de Asque. Quedan atrás agrestes e inaccesibles relieves cincelados por los elementos. Saltan a la vista las blancas florecillas esparcidas entre enebros sobre las que se especula eventual filiación. Resultado, floración del romero macho. A veinte minutos más por la GR 1.1, ramal de la Cántabro-mediterránea, se acerca la aldea de Asque y su iglesia de Santa Coloma del siglo XVII, entre viejos y milenarios, diríamos, olivos, almeces o litoneros, no tan viejos, almendros e higueras, algunas arracimadas de achatados higos.

La senda baja con fuerza hacia el barranco del Fornocal. Para salvar las Gargantas y el amenazador cauce tiende su pretil el legendario puente del Diablo de un solo y ojival ojo, levado sobre pequeñas dovelas, y de difícil y arriesgada construcción.  Se cuenta que una joven cansada de cruzar el barranco para tener que ir a buscar agua cada día, ofreció su alma al diablo a cambio de que levantara un paso como éste en una sola noche. Se asegura que Satán aceptó "antes que cantara el gallo". Sin embargo, antes de que amaneciera, la joven hizo que aquél cantara, y ésta salvo su alma en tanto que el puente ya se había alzado.

Dos barranqueras separan a casi tres Km Asque de Colungo. Esto quiere decir que el camino se convierte en un tobogán de sucesivos " sube y baja". Estas dos localidades se miran frente a frente y a la misma altura, sólo que separadas por dos lomas y sus correspondientes cursos o brechas. En Colungo las calles, jalonadas de buenas muestras de arquitectura popular, confluyen en la iglesia tardo-gótica del siglo XVI consagrada a San Esteban Protomártir. Los explorarutas restauraron fuerzas a la sombra de los árboles el parque-placeta, donde una fuente dispensaba provisión de agua fresca.

Terminado el refrigerio se pusieron en camino baja el fuerte sol de regreso a Alquézar por la misma ruta de la ida, lo que no impidió que, a iniciativa de la más osada, los cinco se zambulleran, sin pensarlo demasiado, en las rápidas y cristalinas aguas del río Vero, justo a los pies del puente de Fuendebaños. Con el brioso estímulo proporcionado por la inmersión, reemprendieron el camino que rampaba entre olivares aún con aceitunas no recolectadas, y cromáticos lirios de solemne belleza, preámbulo del inaccesible Alquezar, visto desde abajo y cuajado de majestuosa arquitectura sobre la que pivota la Colegiata que culmina sobre verticales paredes rocosas.

Se encontraron con el grupo complementario que venía del restaurant O'Cado y se dirigía a la mencionada colegiata. Hasta la vista Amigos del Andalán: Reyes y Raquel, Leandro y Rosa con su hijo y nuera, amén del nieto, Pilar A. y Eloy, Pascual (tocayo) y Rosa. Después disfrutaron deambulando por plazas y placetas, calles y callejones, rincones y miradores con vistas, hasta que la pequeña comitiva dio por amortizada la singladura en tan eximio e histórico-artístico rincón, joya de un venerable pasado que aún resplandece con orgullo en el seno del sin parangón Parque Natural de la Sierra de Guara.