Haruki Murakami

Escritor japonés, nació el 12 de enero de 1949 en Kioto, Japón, durante el baby boom posterior a la Segunda Guerra Mundial.

Desde muy temprano recibió influencias literarias y musicales de la cultura occidental. Cursó estudios de literatura y teatro griegos en la Universidad de Waseda (Soudai). Decidió escribir su primera novela viendo un partido de béisbol; sucedió en 1978, en el estadio japonés de Jingu, Murakami asistía a un partido entre los Yakult Swallows y los Hiroshima Carp. David Hilton salió a batear y, en el instante en que golpeó la bola, se dio cuenta de que quizás él podía escribir una novela.

El escritor declaró que le gusta crear historias que causen desconcierto en sus lectores en novelas tales como Tokio blues, su primer gran éxito internacional, que llegó a los cuatro millones; o en títulos como Los años de peregrinación del chico sin color, una historia de crecimiento personal y de reflexión a través de la soledad y que superó el millón de ejemplares vendidos a las dos semanas de su publicación. Tras el éxito de su novela Norwegian Wood en 1986, residió en Europa y Estados Unidos; aunque regresó a Japón en 1995. Posteriormente escribió sobre estos sucesos en títulos como Underground: The Tokyo Gas Attack and the Japanese Psyche. Otras de sus novelas son: Crónica del pájaro que da cuerda al mundo; Al sur de la frontera, al oeste del sol y Kafka en la orilla.

En su país, algunos le llegaron a acusar de querer "destruir la tradición japonesa". Su obra ha sido clasificada como literatura pop y surrealista, en la que trata sobre la alienación y la soledad posmodernas y recibió la influencia de autores a los que ha traducido, como John Irving, Raymond Carver, o incluso F. Scott Fitzgerald a los que declaró como sus maestros. Murakami suele poner nombre a sus personajes relacionados con su kanjis (sinogramas utilizados en la escritura de la lengua japonesa). Su afición por la música impregna su literatura.

Reconocido en todo el mundo, ha sido galardonado con premios como el Noma, el Tanizaki, el Yomiuri, el Franz Kafka o el Jerusalem Prize. En España, ha recibido la Orden de las Artes y las Letras del Gobierno español y el Premi Internacional Catalunya 2011.

En su escritura, Haruki Murakami combina lo real y lo irreal. Hay muchos lugares que menciona en sus obras: hoteles, restaurantes, tiendas de discos, etc. Muchos comercios de música no han sido quitados por la gran afluencia de los fans del autor de Oye cantar al viento.

En todas sus obras incluye vivencias personales y se describe a sí mismo, tal como lo hace en la obra de Tokio Blues, en donde su personaje principal Toru Watanabe, obtiene su primer empleo en una tienda de discos.

El señor Murakami es un melómano por excelencia y lo demuestra en sus novelas. Regularmente, gran parte del contexto se desenvuelve en medio de una de sus melodía favoritas o acompañado por la letra de alguna canción. Sus obras estén repletas de música, tiene temas y títulos referentes a canciones.

ALGUNAS CURIOSIDADES:

Fue un ficionado a las sinfonías de Gustav Mahler y a series de televisión como Los Soprano. No le gustan los perros ni las celebridades; no se deja fotografiar fácilmente y muy rara vez concede entrevistas.

Asimismo, en sus obras describe sus comidas favoritas y su elaboración y la afición que tiene sobre algunos colores, rituales y acciones, como el fetiche por las orejas descubiertas. Nunca habla de su vida privada, intenta no salir en televisión ni participar en la promoción de sus libros y casi nunca concede entrevistas y cuando lo hace viste en vaqueros y camiseta.

En 2009, los alumnos de Instituto Rosalía de Castro de Santiago de Compostela logran seducir a la estrella japonesa y recoge , para sorpresa de todos, el Premio San Clemente por su novela Kafka en la orilla.

Enemigo de Mishima, no le interesa ni su visión de la vida ni de la política, “muchos de sus libros no he podido ni acabarlos”-dijo. Algunos escritores japoneses que le gustan son Ryu Murakami y Banana Yoshimoto.

Cuando estuvo en Barcelona visitó Cadaqués y Port Lligat porque él mismo se define como surrealista.

Sus dos biblias son “El gran Gastby” de Scott Fitzgerald y “Un largo adiós” de Raymond Chandler.

Se levanta a las cuatro de la mañana, se prepara café y enciende el ordenador. Por la mañana escribe durante cinco o seis horas en una concentración máxima, por la tarde corre diez kilómetros o nada, y se acuesta a las 9 de la noche. Escribe como cinco o seis borradores, el primer borrador le lleva seis meses, después se dedica a reescribir.

No le interesa escribir sobre otros países, solo sobre Japón, aunque le tachen de estilo “poco japonés”.

Es asiduo a ir al cine, y su director favorito es el finlandés Aki Kaurismaki.

ALGUNAS DE SUS OBRAS MÁS FAMOSAS:

1979 Oye cantar al viento

1982 La caza del carnero salvaje

1985 El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas

1987 Tokio blues (Norwegian Wood)

1988 Baila, baila, baila

1992 Al sur de la frontera, al oeste del sol

1995 Crónica del pájaro que da cuerda al mundo

2002 Kafka en la orilla

2013 Los años de peregrinación del chico sin color

FRASES DEL LIBRO DE KAFKA EN LA ORILLA

1. No es fácil convertirse en otra persona. Pero sí tomar un nombre distinto.

2. Mi sueño es inestable. Mi cuerpo reclama un sueño profundo, mi mente se lo niega. Y yo oscilo entre ambos como un péndulo.

3. Pero la policía, la policía y cualquier otra persona, no te exigirá responsabilidades poéticas.

4. ¡Gracias! –dijo Okawa [un gato]-. Te debo una. ¿Quieres que te lama en alguna parte?.

5. Sólo con que tuviéramos dinero, ya seríamos ricos.

Kafka en la orilla es una novela/enciclopedia, sin duda. Un tratado de postmodernidad desde Japón y para el mundo, pese a que el término postmoderno disguste a Murakami. Surrealista, hedonista, minimalista, existencialista... con las dosis apropiadas de hard backstage episode cuando es necesario. Una historia (dos historias que convergen) en la que los héroes son confusamente sacralizados y dónde la clave final que Oshima lanza al adolescente perdido, es sólo un apunte de esos laberintos que vivimos cotidianamente: ‘El mundo es una metáfora, Kafka Tamura’.


LA CAZA DEL CARNERO SALVAJE

" La primavera de 1935 transcurrió en calma. Fue en julio cuando los acontecimientos se precipitaron. Un buen día, el profesor salió a caballo para inspeccionar los rebaños, pero no volvió, y se temió que hubiera desaparecido. Pasaron los días, y el profesor Ovino no regresaba. Al cuarto día, una patrulla de rescate, formada en gran parte por soldados, se lanzó en su busca por aquellos parajes solitarios, pero fue imposible dar con él. Se pensó que tal vez hubiera sido atacado por los lobos, o secuestrado por nativos rebeldes. Sin embargo, transcurrida una semana, cuando ya se había abandonado toda esperanza, el profesor Ovino volvió al campamento una tarde, a la caída del sol, casi en los huesos. Tenía la cara demacrada y presentaba diversas heridas, sólo el brillo de sus ojos permanecía inalterado. Había perdido, además, el caballo y su reloj de oro. Explicó que se había extraviado por el campo, y que su caballo se lesionó y tuvo que abandonarlo. Nadie puso en duda esta explicación.

No obstante, aproximadamente un mes más tarde, empezaron a circular extraños rumores por las oficinas estatales: se decía que el profesor había mantenido "estrechas relaciones" con los carneros. Con todo, nadie sabía qué quería decir eso de "estrechas relaciones". Su jefe le llamó a su despacho, para escuchar su versión, pues no se podían desechar alegremente aquellos rumores, sobre todo en una sociedad colonial. "