Por Thurman Scribner
Traducción por David Basantes, 2020
Capítulo 1
Sé que esta es una escuela de sanidad. Enseño este tema dos veces al mes; y enseño un tema diferente cada vez. Nunca he enseñado en escuelas de sanidad en cinco años exactamente lo mismo. Cubro mucha información diferente. Bien, anoche me senté con la Palabra de Dios.
Cuando llegué a casa pasadas las 11:00, llegué a casa aproximadamente a las 11 de la noche en punto y me senté con la Palabra de Dios. Y a las 2:00 a.m. de esta mañana, este esquema llegó a tener 18 páginas de largo. Voy a cubrir todo lo que pueda. Revisé la Palabra de Dios y busqué muchas cosas y esto es lo que debes saber ahora.
Entonces, absolutamente debes saber cuál es la voluntad de Dios en materia de sanidad para poder recibir por fe lo que es tuyo. Ahora, este es el secreto: si no sabes lo que es tuyo, no puedes recibirlo por fe; si no sabes que te pertenece. Así estuve yo la mayor parte de mi vida.
Es por eso que de 0 a 45 años de edad, no tenía idea de que Jesucristo me sanó en la cruz hace 2.000 años. No sabía que, al no saber, no podría recibir por fe algo que era mío ahora. Entonces, es como tratar de hacer algo como ingeniero o en cualquier profesión.
Usted no puede ir más allá del conocimiento que posea sobre cualquier tema en la vida. No importa si eres una dama que solo se dedica a las tareas del hogar. Es un trabajo maravilloso ser un ama de casa y poder quedarse en casa. si todo lo que haces es cocinar, lavar y hacer las cosas del hogar, como tantas mujeres maravillosas lo hacen. Pero si alguien no te ha entrenado o te mostró cómo cocinar, no puedes cocinar. Quiero decir, si tu madre no te enseña.
Es decir, si una chica y un joven se casan y se criaron en un hogar donde la madre nunca se tomó el tiempo para enseñar a esa chica cómo cocinar, el amor solo dura la luna de miel. Después, cuando vuelvan a casa, ese chico va a querer algo de comer sabes. Y va a querer una mujer que sepa cocinar. Y si ella no sabe cocinar, entonces tendrá que aprender cómo cocinar o va a haber un problema.
En algunos casos, muchos jóvenes varones en la actualidad están aprendiendo a cocinar porque las madres de las chicas no enseñan a las hijas cómo cocinar y eso es triste pero no puedes ir más allá del conocimiento que tengas. Y la Palabra de Dios no es diferente. No puedes ir más allá, no. Debes aprender lo que la Palabra de Dios dice antes de que puedas tener una gran fe para recibir de Dios. Tienes que tener fe.
He escuchado a mucha gente decir: “Si no tengo fe, es porque Dios no me la ha dado”. Y he escuchado gente decir: “Thurman no vengas a decir a la gente que no reciben de Dios por no tener fe…”
Tengo algo que te voy a decir: eso es lo que dijo Jesús. Yo solo repito. Todo lo que te voy a decir hoy es una repetición de lo que Jesús dijo. Y si no puedes creer lo que Jesús dijo, entonces tienes un problema. Así estamos muchos de nosotros.
Pero no puedes tener la fe que necesitas para recibir la sanidad de Dios hasta que hayas tenido la Palabra de Dios sobre sanidad sembrada en tu corazón. Es por eso que, en una escuela de sanidad, enseño de tres a cinco horas. Muchas veces he tenido gente como Marilyn. Ella no está aquí hoy, pero ella vino a tres o cuatro escuelas de sanidad antes desarrollar suficiente fe para ser sanada.
Ella había tenido enfisema por veinte años. Después vino por tres o cuatro ocaciones a escuelas de sanidad. Un día vino, y se lo dijo a su marido. Y su marido le dijo: “Sabes, no vas a curarte”. Y ella dijo, “claro que sí. ¡Veo gente siendo sanada allí cada mes que voy!, No sé qué estoy haciendo mal, pero voy a seguir y voy a recibir mi sanidad”
Ella vino, creo que por cuarta vez. Hace unos meses, cuando ella vino a la oración ese día dijo, “Thurman, he confesado ya mis pecados de que tengo consciencia. La Palabra de Dios es verdad y sé que hoy es mi día para ser sana de enfisema”
Ahora, ¿Estaba ella diciendo las palabras correctas? Si, ella estaba diciendo lo correcto. Su fe estaba allí. Así que, extendí la mano y la toqué y dije, “sé sana en el nombre de Jesús”. Y esa mujer fué completa e instantáneamente sanada de años de enfisema y ahora puede hacer todo lo que ella quiere.
Esto es tener fe en Dios, pero ¿por qué Dios no la sanó a la primera vez? Oré por ella meses atrás, pero ¿por qué ella no recibió sanidad? No fué sanada porque no había suficiente fe allí. No había pasado suficiente tiempo construyendo su fe. No había pasado suficiente tiempo sembrando las semillas de la Palabra de Dios en su espíritu y en su mente para poder recibir de su Rey lo que era legítimamente suyo, porque el reino de Dios es un reino de fe. Debes saber y créelo ahora.
Entonces ¿cómo viene la fe? La gente viene a mí todo el tiempo luego de predicar y dice, “ora por mí para que tenga una gran fe como has dicho”. Esta no es una oración bíblica, así que no puedo hacer eso. No hay ningún lugar en la Palabra de Dios donde el Señor nos diga que oremos a Él para recibir más fé. En Romanos 10:17 dice que la fe viene al escuchar; escuchando la Palabra de Dios. En Salmos 107:20 el Señor dice, ”...Envió su palabra, y los sanó, Y los libró de su ruina.”
Entonces debes tener la Palabra de Dios en tí. Si vienes a una escuela de sanidad y escuchas estas nueve poderosas promesas que voy a enseñar hoy y todo lo que Jesús hizo por ti en la cruz, entonces el diablo va a tener problemas para engañarte desde este día en adelante. Si crees todo lo que te voy a enseñar hoy, el diablo no podrá engañarte. Va a tener dificultades para engañarte cuando tu aprendas lo que es legítimamente tuyo. Es exactamente lo que me sucedió a mí el día que entendí esta magnífica palabra aquí arriba en el logo que tenemos que dice SOZO.
Hace unos 20 años supe que la palabra griega SOZO significa cinco cosas en la Biblia:
1-Rescatado.
2-Sano.
3-Completo.
4-Libre.
5-Protegido.
La noche en que aprendí el significado de esa palabra, mi fe llegó al nivel necesario para caminar en sanidad divina. Cuando supe que Jesús hizo todas esas cosas por mí en la cruz, cuando la Palabra de Dios se convirtió en una revelación para mí, dije, “Señor, esta noche te recibo como mi sanador”. De ahí en adelante estoy completo y nunca he estado enfermo otro día en mi vida y en 20 años, a los 65 años que tengo, hoy puedo hacer todo lo que podía cuando tenía 35 años y te garantizo que tengo vigor; voy y vengo todo el tiempo que estoy despierto día y noche, sin limitaciones y no he tenido un día de enfermedad en 20 años.
Entonces, ¿qué hace Dios por ti por fe? Lo que sea. Puedes entender que no tienes que estar enfermo siendo cristiano. Jesús no vino solo para salvarte sino para sanarte. Él vino para hacerte completo. Él no vino para enfermarte, afligirte y atormentarte. Él vino y te hizo completo en la cruz hace 2.000 años y él está esperando que recibas por fe lo que él ya ha hecho.
Técnicamente hablando, nunca deberíamos tener que pedir oración por sanidad a nadie si nos apoderamos del hecho de que enfermamos cuando hemos pecado o cuando nuestros padres pecan, o cuando nuestros abuelos lo hicieron, o cuando nuestros tatara-tatara abuelos o cuatro generaciones atrás abrieron la puerta al mundo demoníaco para que Satanás venga a atormentarte, según lo dice la Palabra de Dios.
Si eres un joven de 15, 20 o 25 años, de ninguna manera deberías tener malestar en tu cuerpo. A esa edad debería ser nada más que perfecto. Pero digamos que comienzas a enfermarte con cáncer o lo que sea. Tal vez tienes solo cinco años. Tal vez solo tienes tres meses, como la niña el otro día, que tenía cuatro semanas de edad y su hígado empezó a fallar increíblemente.
Uno le pregunta al Señor, “¿no entiendo cómo puede un cuerpecito precioso como el de una bebé tener fallas en el hígado con tan solo 30 días de nacida?. Algo anda mal”. ¿Sabes cuánto tiempo debe durar un hígado? 120 años fácilmente, sin problema si se cuida ese cuerpo. Pero, si los pecados de los padres se pasan a los hijos, a la tercera y la cuarta generación, entonces abren la puerta a satanás y sus huestes de demonios para entrar a matar y destruir.
Así que tuvimos un caso, esta preciosa pequeña bebé con insuficiencia hepática. Su madre jóven corrió al hospital. Un médico, después de revisarla, dijo a la madre que pase un tiempo con la bebé, porque en cuestión de pocos días, el hígado de la bebé se dejaría de funcionar y la bebé moriría y no hay nada que puedan hacer.
Así que una de las damas que vienen a esta iglesia, que había estado aquí durante un año y medio, sabía estos principios y era familiar de la madre de la bebé. La madre de la bebé había concebido a la niña en una aventura sexual ilícita. Conoció a un muchacho, el padre, y a sabiendas cometieron adulterio, sabiendo que era pecado y ella sabía que eso había abierto la puerta al mundo demoníaco siendo cristiana y bautista, y debía arrepentirse de su pecado.
Nunca le habían enseñado esto en la Iglesia Bautista a pesar de haber asistido mucho tiempo. Si le hubieran enseñado acerca de estas cosas, ella nunca se habría acostado con un chico sin casarse. Creo que todo el mundo sabe técnicamente que eso es pecado, pero no nos damos cuenta de que hay una super consecuencia al romper las leyes de Dios. Pero es así que ella había transgredido la ley. Ella había abierto la puerta al mundo demoníaco y satanás había venido a matar a su niña con tan solo 3 o 4 semanas de edad; y ahora se estaba muriendo.
Cuando Gloria, la dama que asiste a esta congregación, consiguió que su familiar, la madre de la bebé se arrepienta, ella prometió a Dios ya no tener sexo con ese chico, a menos que se casara con él. Lo primero que hizo después de arrepentirse es ir a ver a la pequeña que estaba dentro de una incubadora de cristal. Puso sus manos sobre el cristal e hizo lo que dice Marcos 16:17 y 18.
La Palabra de Dios nos hace una promesa. Jesús mismo dijo cuando estaba a punto de regresar a los cielos que estas señales seguirán a los que creen. Ahora, para ser un creyente, tienes que actuar como dice la Palabra de Dios. Luego, una vez que te has arrepentido del pecado, entonces el demonio puede ser expulsado.
Estaba citando esos versos de Marcos 16: 17 y 18, donde Jesús dijo “... y estas señales seguirán a los que creen. En mi nombre echarán fuera demonios…” Entonces ella puso sus manos sobre el cristal. No podía tocar directamente a la pequeña bebé, pero le dijo al diablo que su derecho legal sobre esa pequeña niña había sido retirado y que debía irse, en el nombre de Jesús. Así ella expulsó a ese demonio que estaba matando a su niña y dijo, “Padre, en la última parte del versículo 18 me dijiste que ponga las manos sobre los enfermos y sanarán”. Ella dijo, “Señor, no puedo entrar allí donde está la pequeña bebé pero por fe extiendo mis manos sobre esta niña y por fe no tengo que tocarla”. Lo hizo por fe y dentro de una hora, la niña estaba completamente sana y a esta fecha de Octubre, esa niña está de vuelta en casa maravillosamente bien, luego de vencer lo que le estaba causando la muerte, ese derecho legal del diablo por el pecado de la madre.
La gente no se da cuenta de que sus pecados se transmiten a sus hijos, sus nietos y sus bisnietos, hasta cuatro generaciones. Está muy claramente establecido en la Palabra de Dios. Pero es obvio que la gente no cree. La mayoría de madres y padres de hoy no creen que su pecado será transmitido a sus niños. Conozco madres y padres que hacen todo tipo de cosas mal. Pertenecen organizaciones incorrectas que hacen todo tipo de cosas que no se debe hacer.
Conozco padres que salen de viaje y se involucran en actos sexuales con mujeres cuando están fuera de la ciudad, pensando que no hay consecuencias y luego se preguntan por qué su próximo hijo nace con parálisis cerebral.
Hay una razón para todo. Nada sucede accidentalmente. Si quieres criar bien a tus hijos o tener una buena familia, madres y padres, se requiere caminar totalmente en santidad delante de Dios. La santidad es un requisito en la Palabra de Dios.
Así que, a medida que avanzamos vemos en Romanos 10:17 lo que nos pide hacer Romanos 12:2 dice, “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”
El cristiano promedio de hoy está muy profundamente amoldado al mundo. Es increíble cuando voy a sus casas y entro. Yo voy a ministrar a personas todo el tiempo y voy a las casas de las personas. Cuando yo llego, están enfermos y afligidos allí, sentados, viendo telenovelas.
Déjame decirte, cuando pasas 10 o 15 segundos por uno de esos canales, todo lo que presentan es maldad: alguien viviendo con el marido de otra, alguien teniendo un bebé de otra padre, alguien mintiendo sobre alguien, alguien matando. Así que no hay nada bueno en esos programas. Ni una sola cosa.
Lo que pones en tu corazón es que va a salir de tu boca. Y si te conformas con el mundo, yo puedo asegurarte que tendrás enfermedad tras enfermedad y no serás capaz de caminar libre en esta tierra.
Apagué la televisión hace muchos años ya. Apagué la radio hace muchos años. No he leído un periódico sino solo para darle un vistazo a los titulares. Desde hace muchos años ya no pongo cualquier cosa dentro de mí, excepto la Palabra de Dios.
Esta mañana alguien me llamó y preguntó, “¿Vas a tener la escuela de sanidad?”. Me informaron que había una fuerte nevada.Yo estaba ocupado corriendo por la casa haciendo cosas y no miré que había tanta nieve. Así que fui y miré que había tres o cuatro pulgadas de nieve; pero dije, “vamos a estar allí, aunque sea yo el único pero te puedo asegurar que estaré allí. Nada me detendrá.” Encendí la TV después de eso en el canal ocho porque sé que es un WHF local de noticias e informaron que todos los caminos y pasos estaban bien así que pensé que no había problema. Luego lo apagué y preparé todo para la actividad
Esa es la cantidad de televisión que veo. A veces veo un poco de televisión cristiana cuando tengo tiempo, pero eso es cada vez menos. No tengo tiempo ya para ese tipo de cosas ahora.
Entonces la Palabra de Dios es la semilla que debe ser plantada en tu corazón o tu espíritu. Antes de poder producir una cosecha, tiene que haber semillas plantadas. Vamos a ponerlo de esta manera: si tienes una huerta o un jardín. Probablemente muchos de ustedes han tenido un jardín alguna vez en su vida. Yo que he cultivado muchos jardines diferentes, también campos de grano, avena, trigo o cosas como esas, si soy bueno para cultivar.
Lo primero que hago es salir y tomar mi tractor y cruzo el campo. Paso el arado con suavidad. Luego regreso y siembro. Si quiero tener una cosecha abundante, un muy buen retorno de mi inversión, no salgo a plantar cinco libras de semilla. Sabes, planto mucho más. Si quiero tener poca cosecha, planto poco; pero si quiero cosechar ochenta o cien libras por acre, las posibilidades aumentan cuando siembro mucho más.
Ahora, la semilla es la palabra de Dios. Este es el problema con la iglesia hoy. Yo entendí que la semilla es la Palabra. Debe ser sembrada en mi corazón y debe quedarse ahí. Solo hace unos años, yo difícilmente sabía de memoria versículos bíblicos, hace 15 o 20 años. Pero hoy, los he sembrado, cientos de ellos en mi corazón. muchos. Ya no sé cuántos realmente.
El otro día fui a Gainesville el fin de semana. El sábado pasado estuve en Gatesville. Estaba dando una escuela de sanidad. El pastor me dijo que fuera y enseñara desde las 9:30 de la mañana. Empecé a las 9:30. Fuimos hasta las 12:00 del medio día y tomamos un descanso para almorzar y estuvimos allí alrededor de una hora y luego salimos y enseñé dos horas más. Enseñé cinco horas completas intensivas. Enseñando, abrí mi Biblia y no tomé ninguna nota. Sin guías. Abrí mi Biblia una vez para leer dos versos y podría haberlos citado de memoria también. Pero por cinco horas de enseñanza intensiva no me fué necesario tener una Biblia. La tenía toda grabada en mi mente y en mi corazón.
¿Quieres saber lo que debes, hacer para poder vencer al enemigo y caminar en salud divina? Bien, primero debes tener plantada semilla en tu corazón y eso es lo que estamos haciendo hoy.
Entonces quiero ir a Mateo 13:19 y voy a hablar un poco sobre esta semilla, cuando alguien escucha la palabra del reino y no la entiende. ¿Qué pasa cuando alguien escucha la palabra de la reino la palabra de Dios y no la entiende? ¿cuántas personas conoces que cuando escuchan la palabra, no la entendieron?
Mucho gente vive así porque están en iglesia pero no están prestando atención. Están pensando en qué van a almorzar o cenar o en el partido de fútbol o están esperando que el predicador termine para poder irse.
Veamos qué pasa cuando escuchas la palabra del reino y no la entiendes. Entonces viene el malvado, el diablo o uno de sus demonios roba lo que se sembró en tu corazón. Este es el que recibió semilla por el camino. Ves, esta semilla, la Palabra de Dios, se está sembrando en tu corazón, y cuando los predicadores están predicando, el del diablo está tratando de que pienses en otras cosas. Oh!, él es bueno en eso. Él es muy bueno en eso. Así que si oyes pero no entiendes, el diablo puede llevarte allí.
Fui a la casa de un diácono una vez. Este hombre estaba enfermo. No había ido un par de los domingos a la iglesia. Pregunté por él porque siempre estaba en la iglesia. Me dijeron que estaba enfermo un par de domingos. Dije bien, Dios mío, iré allí a curarlo en nombre de Jesús. Sabes yo no soy normal. Un Bautista del Sur así no es normal. Alabado sea Dios. No soy un bautista del sur muy normal. Así que fui a su casa y le dije, “hermano, entiendo que estás enfermo”. “Oh sí”, dijo. Este tipo había sido diácono durante 50 años en una iglesia bautista. Era maestro de escuela dominical y amaba a Dios con todo su corazón, él y su esposa, ambos.
Yo le dije, “Antes de rezar por ti, quiero orar a Dios y recordar sus promesas”. El dijo, “nunca he escuchado a alguien decir eso pero está bien”. Le dije, “Bien, te voy a citar esto”. Repetí Santiago 5:14, “¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados.
Le dije, ¿a quién incluye la palabra -alguno-? a cualquiera de nosotros, si estamos enfermos estamos enfermos. Él dijo,“Thurman ¿qué clase de Biblia extraña estás leyendo?” y dije ”bien, es la King James (Reina Velera en castellano), el libro de Santiago” .Su esposa estaba sentada justo allí. El dijo, “mira Thurman, he leído el Nuevo Testamento seis veces y eso no está en mi Biblia”. Miré allí en su regazo y dije, “señora, tiene abierto el libro de Hebreos en este momento. Pase unas pocas páginas a la derecha y digame qué dice Santiago 5:14 en su Biblia. Entonces ella pasó unas pocas páginas y llegó a Santiago 5:14 y lo leyó. Al terminar dijo, “¡Es verdad, así mismo dice!”
Ahora, ¿cómo crees que ellos nunca habían visto eso habiendo leído seis veces el Nuevo Testamento? La respuesta está en Mateo 13. Cada vez que ella comenzaba a acercarse a ese verso, había un demonio se se escurría cerca de ella y le decía en su mente, “¡tienes que lavar los platos. No olvides que tienes que lavarlos y no lo has hecho. Y tienes que lavar la ropa también…” Todos estos pensamientos vienen a su mente y mientras ella lee. Tienes esos pensamientos y por eso es que no retienes lo que lees y el diablo lo sabe y no quiere que entiendas esos versos, no quiere que aprendas estas promesas de Dios en la Palabra porque si la gente aprende estas promesas se vuelven peligrosos. Así el diablo había robado la Palabra de Dios en ella cada vez que ella había leído. El maligno había robado esa semilla.
Aquí hay una gran lección: cuando te sientas a sembrar la semilla en tu corazón, lo primero que debes hacer declarar, “soy un Hijo de Dios, hijo o una hija del rey del universo y tengo poder sobre ti Satanás, te reprendo diablo y los demonio del infierno. Los reprendo en el nombre de Jesús y les ordeno salir de mi casa. Ningún demonio se queda aquí para robar la palabra de mi corazón, en el nombre de Jesús”.
Ahora, alguien dijo, “bueno eso sería estúpido, no puedo ver al diablo salir”. Le garantizo que no puede verlo pero él está allí y los demonios también. No los puedo ver, pero veo los resultados de lo que hacen.
El otro día una mujer vino llorando aquí mismo, a esta iglesia. Dijo,”mi esposo ha estado fuera de la ciudad unos pocos días y unos muchachos entraron a limpiar la alfombra en una de las habitaciones de la casa y mi esposo entró y se enojó. Le dije que era una demostración gratis en una sola habitación” Su marido se volvió y la miró y dijo las cosas más malignas que jamás había escuchado. Ella dijo, “si alguna vez vi al diablo, lo ví ese día, en sus ojos”. Eso es exactamente lo que era.
Le dije, “¿sabes lo que debías haber hecho? Verlo justo a los ojos, poner tu dedo en su rostro y declarar -diablo del infierno, soy una hija del rey y te reprendo en el nombre de Jesús y te mando que cerrar la boca”.
Le dije, “si lo habrías hecho en total fe, el demonio se habría retirado y él habría retrocedido. Ningún hombre en su sano juicio, amoroso de su esposa va a entrar y gritar y hacer ese tipo de cosas. Cuando eso pasa, es un demonio viviendo en tu esposo.”
Necesitas darte cuenta, si vives en santidad ante Dios, según esta Biblia, tienes poder total, total sobre las huestes demoníacas. Ellos solo tienen poder sobre ti cuando has entrado en incredulidad o cuando pecas. Ahora, cuando haces esto, ellos vienen a robar, matar y destruir. Hay muchas personas hoy que tienen un demonio, o toda una horda de demonios, viviendo dentro de sí. Y cuando algo insignificante sucede, esos demonios se manifestarán, y esa persona explota diciendo y haciendo cosas que nadie logra entender.
Déjame decirte que he aprendido qué es lo que sucede: es el diablo. Y tú tienes poder sobre él. No tienes que aguantar y escuchar a esa bestia. Él vendrá para robar la semilla de adentro de tu corazón. Ese es su único objetivo: robar la semilla, que es la Palabra de Dios y sacarla de tu corazón.
Desafortunadamente, hay tantas personas no tienen nada de semilla plantada en su corazón respecto a la sanidad divina, si eres como yo, que crecí en una iglesia bautista. No sé en qué tipo de iglesia creciste, pero en muchas iglesias jamás hablan de la sanidad, nunca oran por los enfermos. Algunos simplemente preguntan si alguien está enfermo. Alguien responde que fulano de tal y tales otros están enfermos. Entonces dicen, "hagamos una oración por ellos". Si luego voy y les pregunto, "¿crees que sanaron con esta oración?", ellos responden, "bueno, si es la voluntad de Dios, Él los sanará. Dios es soberano y hará lo que Él quiera". Déjame decirte que, con esa actitud jamás verás a Dios hacer nada en tu iglesia. Nada sucederá. Yo viví así 45 años de mi vida y nunca vi a Dios hacer nada.
Hay una mujer que vino a la escuela de sanidad hace unos meses. Vino y dijo, "he tenido problemas con mi espalda por años. Debo ir al quiropráctico regularmente. Por lo menos 100 personas han orado por mi y nunca he sido sanada." Le dije, "mujer, es que tu nunca esperabas ser sana con esas oraciones y nadie de ellos oró por tí en fé. Ahora, yo voy a orar por tí en fé. Pero debes esperar que Dios haga algo". Creo que ella tembló un poco porque yo no fuí muy suave con mis palabras. Pero oré por ella ese día, esperando que algo sucediera, y Dios la sanó. No ha vuelto a tener dolor y no a regresado al quiropráctico desde ese día. Ella había tenido ese problema por 30 años. Ella iba al quiropráctico 1 a 5 veces por semana por años y 100 personas oraron por ella y nunca fué libre, hasta que vino a una escuela de sanidad y le dije lo que Dios dice, y lo creyó y fué sanada. ¡Dios es asombroso!
Dios es un Dios de fe. Dios demanda que creas su palabra. Tu piensas que un Dios bueno no permitiría que una dama sufra, dama que es cristiana y va a la iglesia y recibió oración de cientos de personas. Pero ninguno esperaba que Dios obre y ella tampoco. Y como ella no esperaba que algo sucediera, nada sucedió todos esos años.
Vamos a profundizar en esa típica frase "... si es la voluntad de Dios...". Muchos realmente necesitan entender esto. Lo vamos a desarrollar mucho mejor más adelante, pero empezaré diciendo que si no sabes la voluntad de Dios sobre algo, no ores. Primero ve a la palabra de Dios y pon semilla en tu corazón. Eso es lo que estamos haciendo hoy.
Hay tantos que creen que la voluntad de Dios es sanar a unos y a otros no. Casi todos los cristianos de toda denominación creen que Dios tiene la capacidad de sanar. Pero no saben si los sanará a ellos. Ese problema tenía la dama que mencionamos con problema de espalda.
No se si fue así, pero por lo menos ella afirma que al menos 100 personas oraron por ella 100 veces y nada sucedió. Yo le respondí, " es que nadie jamás oró por ti en fe, nadie esperaba que Dios haga algo , ni siquiera tú." Esto confronta a la gente.
Luego de estar en la escuela de sanidad, su fe creció al nivel necesario y cuando vino a recibir oración dijo, "voy a tener la expectativa, voy a esperar que suceda." Yo le dije, "voy a orar por ti en fe y si tu también tienes expectativa, nada puede fallar" Y Dios la sanó. Dios es asombroso. Qué bueno es ya no tener esos problemas de espalda después de años. Jesús es asombroso. Cambió su vida. Dios es asombroso.
Pero esto es lo que debes saber: Dios es un Dios de Fe. Debes conocer su voluntad.
Existe una expresión capaz de destruir la fe: el "Si" condicional o "Si es que..."; "... si es la voluntad de Dios..." Si usas mal esta frase, Dios no hará nada por ti. Hay ciertas cosas que puedes pedir usando esa expresión. Hay algunas oraciones que puedes hacer usando esa expresión, pero definitivamente no en cuanto a la sanidad. La voluntad de Dios siempre, cada momento, 100% de las veces es sanar a todos y cada uno de sus hijos, porque según el significado de la palabra SOZO, Él ya nos sanó en la cruz hace 2000 años de la misma manera en que nos salvó.
Muy rara vez encuentras alguna iglesia que no crea Romanos 10: 8 - 10, donde la palabra SOZO se traduce como salvación. Casi toda denominación, gracias a Dios, cree que cualquiera puede ser salvo al venir a Cristo si lo acepta como su salvador, si lo confiesa con su boca y lo cree en su corazón, que Dios le envió a ser el sacrificio por sus pecados y lo levantó de los muertos para que tu seas salvo. Si confiesas esto con tu boca, y lo crees en tu corazón, serás salvo. Casi toda denominación cristiana cree que por confesión y fe somos salvos.
Pero la misma palabra significa Sanidad. La noche que aprendí esto, había pasado horas estudiando esta palabra y se usa 120 veces en 103 versos en el texto griego. Cuando volví y leí cada versículo, desde Mateo hasta Apocalipsis, y los leí todos, simplemente le dije al Señor, " Señor, si todo lo que dice este libro es lo que dice, no solo salvaste a la humanidad hace 2000 años, sino también nos sanaste a todos hace 2000 años. Nos hiciste completos, preservados y libres hace 2000 años. Si esto es verdad, y parece que así es, ¿por qué he estado enfermo tantas veces desde que te acepté como si Señor y Salvador a los 11 años de edad?
Entonces, Él me habló en una voz audible. Me dijo, "hijo, la razón por la que has estado enfermo es porque nunca me has recibido a mí como tu sanador, con fe en mi palabra." Yo le dije, "Señor, ¿debo hacer todo por fe?" Él me dijo, "Lo entendiste. Y esa es la única forma de agradarme". Esto es exactamente lo que dice la Palabra de Dios en hebreos 11:6. Dice sin fe es imposible agradar a Dios. Eso es lo que dijo.
Cuando escuchas una voz audible en tu mente, corazón o donde quiera que esto suceda, suena tan audible como una persona hablándote, si se alinea con la Palabra de Dios, entonces sabes que fué el Rey hablándote. Pero si no se alínea con la Palabra de Dios, entonces no era el Rey. Era el diablo. Él también puede hacer esto. Me ha hecho esto por lo menos 2 veces en mi vida. Pero ahora sé cómo interpretarlo: Si se alínea con la palabra de Dios, viene de Dios.
Esa noche me arrodillé y acepté a Jesús como mi sanador. Lo había aceptado como mi salvador a los 11 años. Pero uno no puede ir más allá del conocimiento que tiene. Esa semilla no había sido sembrada en mi corazón, el hecho de que Él también era el sanador. En ese momento lo acepté como mi sanador, hace aproximadamente 20 años. Luego empecé a decirselo a todo el mundo. Gracias a Dios, tu hoy estás viendo a un hombre que recibió a Jesús como su sanador y jamás volveré a tener un día enfermo en mi vida.
Ahora, si tu proclamas esto, la gente se burlará de tí. La gente de la misma iglesia, pastores bautistas. Bueno, yo soy especialmente molestoso con los pastores bautistas, porque yo he estado en una iglesia bautista toda mi vida. Si tu eres metodista, pentecostal, o cualquier otra denominación, probablemente tus pastores han sido iguales que los míos. Y no voy a dar más nombres de denominaciones. Menciono mi denominación porque soy uno de ellos.
Puedo hablar sobre los bautistas porque yo he sido uno de ellos toda mi vida y sé de dónde venimos. Pero pienso que es tiempo de que el Cuerpo de Cristo se olvide de los nombres bautista, metodista y cualquier nombre sin sentido, para empezar a trabajar juntos como un cuerpo. Empecemos a creer la palabra de Dios juntos, olvidando doctrinas de hombres y enfocándonos solo en lo que Dios dice.
Cuando nos enfocamos en lo que Dios dice, tenemos casos como el de una dama que está aquí sentada. Ella tuvo problemas en su espalda por años, recibió oración y fué sanada. Quiero que la gente viva así. Alabado se Dios. Yo veo casos por cientos, una y otra vez.
La palabra de Dios es la semilla que debe ser sembrada en tu corazón. Y cuando la palabra de Dios ha sido sembrada en tu corazón y tu sabes que es para ti, sin dudas empezaras a confesar con tu boca que Jesús te sanó en la Cruz. Empezarás a reprender al diablo. Te vas a asegurar de que tus pecados sean confesados. Ese es el primer secreto que debes aprender. Asegúrate de haberte arrepentido.
Ni siquiera podría decirte cuantas personas han sido milagrosamente sanadas en el momento, en estas escuelas de sanidad, y solamente tenían un pecado. Cuando la gente oye la palabra "pecado" creen que se refiere a ser infiel con otra mujer, asesinar o matar, etc. No. Esas cosas son pecado, pero no tienes que caer en esas cosas para caer en pecado y no recibir sanidad. Basta con tener incredulidad.
Esta dama aquí, su único pecado era la incredulidad, incredulidad a la Palabra de Dios. Cuando la semilla fué sembrada en su corazón, y ella se arrepintió, ella fue sanada.
Había otra mujer, de nombre Sally. En noviembre del año pasado, estuve en un área llamada Palestina, enseñando la palabra de Dios un sábado. Fue un 30 de Marzo del año pasado. Y en Noviembre, ella tuvo un accidente automovilístico y se dañó la espalda. Tenía mucho dolor. Cuando ella me escuchó enseñar estas poderosas promesas, se arrepintió de su incredulidad con lágrimas. Entonces, en el nombre de Jesús impuse manos sobre ella y dije, "sé sana en el nombre de Jesús". Y el Rey la sano instantáneamente. Ella vino hace tres Domingos a dar gloria a Dios. No ha vuelto a tener ningún dolor de espalda desde entonces.
Ese mismo día, había un hombre sentado aquí. El era un profeta de Dios. Caminaba en obediencia delante de Dios. Lo único que le mantenía enfermo por 2 años era la incredulidad. Él me escuchó enseñar la palabra de Dios por 2 horas y 45 minutos sin parar y dijo, "Dios, ¿por qué he estado enfermo por 2 años, si todo lo que ese hombre enseña está en tu Palabra?" Entonces él escuchó a Dios responder, "debido a tu incredulidad". El hombre respondió, "Señor, ¡me arrepiento!". Es todo lo que tenía que decir. Nadie tuvo que orar por él. Dios lo sanó instantáneamente. Sucedió hace casi 1 año.
¿Qué impide que Dios te sane? La incredulidad. Para deshacerte de la incredulidad simplemente debes sembrar la semilla de la Palabra de Dios en tu corazón.
Cuando vas al campo a plantar una semilla, ¿qué es lo que sucede? En el campo, donde paso la mayor parte del tiempo, voy y preparo el suelo, uso maquinaria para plantar y cubrir con tierra la semilla. Pero luego de 3 o 4 días yo no voy a desenterrar la semilla para ver si esta funcionando. Yo sé que está funcionando. Si empiezo a desplantar la semilla del suelo, ¿que sucederá?, pues cada una de esas pequeñas semillas morirá. Eso es lo que sucede con la expresión condicional "Si..." o "Si es que..." que habíamos mencionado antes. Cada vez que la usas, estas desplantando la semilla. Cada vez que oras "Si es tu voluntad..." has desplantado la semilla. Tu semilla no producirá fruto si usas la expresión "Si... " o "Si es tu voluntad...". En tema de sanidad, debes saber lo que es tuyo, lo que te pertenece. Cuando estás seguro que la sanidad es tuya, cada vez, es algo garantizado, si no desplantas la semilla y haces lo que dice la Palabra de Dios poniéndote firme en su palabra. Planta la semilla, arrepiéntete de tus pecados, repite la Palabra de Dios con tu boca, sin dudar en tu corazón.
Regresando a la historia que les conté, al saber estos principios, cuando mi nieta estaba en su lecho de muerte hace 2 años y medio, el 13 de Octubre, su cráneo estaba fracturado en 5 partes, con serias lesiones cerebrales, ojos desconectados, rostro desfigurado, irreconocible, con rodillas y brazos fracturados, yo entré a verla en el hospital. Los más respetables doctores del mundo me dijeron, "lo siento señor, ella no vivirá, es todo". ¿Qué hace un cristiano promedio ante esta situación? Pues, crees lo que te dicen los doctores. Pero mira, tu tienes algo mejor que los doctores. Tienes la Palabra de Dios. Ahora depende, ¿vas a creer la Palabra de Dios? Pues, la mayoría de personas no la creen. No tiene semilla plantada en su corazón. Si no conoces SUS promesas, si la semilla no está plantada en tu corazón, pues no habrá fruto.
Pero es diferente cuando has sembrado suficiente semilla en tu corazón, tanto como yo. Si tu pudieras verme en el mundo espiritual, verías que soy un hombre rodeado de plantas de fe por montones, llenas de fruto que brota por todos lados con maíz y granos de fe, todo al rededor de mí. Hoy tengo semillas de fe que han germinado, han crecido y han dado fruto tanto fruto que mi huerto está lleno. ¡Por eso puedo ir y extender la mano y cosechar fácilmente frutos espirituales listos para comer!
Primero va a brotar un pequeño tallo del suelo. Si sigues leyendo y estudiando la Palabra de Dios, riegas con agua la semilla, le pones fertilizante, entonces crece más y más. Luego pequeñas hojas verdes empiezan a brotar. Luego un gran día, las mazorcas de maíz empiezan a brotar por todos lados y si eres paciente, y esperas, y dejas que el Sol siga nutriendo a la planta, regando más agua y fertilizante, entonces un día podrás ir y coger esos frutos y los podrás comer. No puedes ir a medio proceso y cortarlos. Esperas a que estén maduros. Esto es lo que hará la Palabra de Dios en tu corazón. Probablemente recibas suficiente hoy como para ser sanado. Confío en Dios que así sea si necesitas ser sano. Pero si no eres sanado hoy, la respuesta de Dios todavía sigue siendo SI y AMÉN para ti. La respuesta de Dios jamás es NO para alguien que necesita ser sanado. Es algo garantizado por la Palabra de Dios sanar a todos y cada uno de sus hijos si cumplen los requisitos. Pero lo primero que debes hacer es sembrar la semilla en tu corazón.
Cuando estas semillas se plantan en tu corazón, ¿quién viene a robar la semilla? El diablo.
Entonces, debes estar claro contra quién estás luchando cuando vienes a una escuela de sanidad. Recibí una historia de un hombre que dijo, " estaba yo en la iglesia escuchándote predicar la palabra de Dios cuando de pronto vi por la ventana. Ahí afuera estaba una criatura pequeña sentada sobre una barra. La vi espiritualmente. Le pregunté al Señor qué era eso. El Señor me dijo que eso era un demonio. Le pregunté al Señor que hace un demonio aquí. El Señor dijo que ese demonio no puede entrar por el poder del Espíritu Santo que está presente. Pero tan pronto la gente sale, los ataca y roba la palabra que ha sido sembrada en los corazones para que no la recuerden al llegar a casa. Me contó esto y quedé impresionado. El diablo vino a robar la semilla. Esto mismo dice la escritura.
Cuando has plantado la Palabra de Dios en tu corazón, debes darte cuenta de que hay un demonio ahí afuera que quiere meter su mano en tu pecho y sacar la semilla de ti. Así que necesitas tomar autoridad sobre él, darle la orden en el nombre de Jesús de no robar la Palabra de tu corazón.
Otra dama me contó un sueño que tuvo. Dijo:
"la otra noche soñé que Jesús estaba de pié frente a mí en toda su gloria y yo estaba ahí hablando con él. Era un día hermoso. De repente sentí tristeza en mi corazón y depresión que venía sobre mí. Le pregunté al Señor que era todo eso. Al girarme vi que el diablo estaba de pié cerca. Le pedí a Jesús que haga algo porque estaba interfiriendo la conversación. Jesús respondió, "él no tiene nada en mi. Él no tiene nada en mi. Tú debes hacer algo". Yo le dije al señor, "Señor, ya me he arrepentido de todos mis pecados". Jesús dijo, "ok, entonces, haz algo. Te he dicho que tú tienes poder sobre el diablo en la tierra." Entonces le dije al diablo, "¡tú diablo del infierno, en el nombre de Jesús te ordeno que te vayas!". En ese momento el diablo salió huyendo en pánico.
Esta dama me dijo luego, "Thurman, nunca antes había yo tenido una experiencia así." Yo le dije, "Que bueno. Dios te acaba de dar una gran lección. Lo que te enseñó se alinea exactamente con lo que dice la Palabra de Dios. Él nos dijo que vino a deshacer las obras del diablo hace 2000 años."
Entonces cuando ese diablo viene a oprimirnos, afligirnos, enfermarnos, o lo que sea que hace, lo único que debemos verificar es que él no tenga nada en nosotros. Si él no tiene nada en nosotros, si nosotros no estamos viviendo en alguna forma de pecado, si hemos confesado y nos hemos arrepentido de todo pecado, entonces podemos reprender al diablo en el nombre de Jesús, y tiene que huir.
Otro hombre en otra ocasión, de nombre Richard Queen, vino en su silla de ruedas. Yo reprendí su cáncer. Y recibí un e-mail la semana pasada. Él dice, "gloria a Dios. Fui al doctor y el cáncer se ha ido completamente. Estoy aprendiendo a caminar nuevamente pero ya estoy caminando. Confío en el Señor que volveré a tener mi fortaleza completa."
Ves? La palabra de Dios ha garantizado sanidad para todos y cada uno de nosotros. Lo único que debemos hacer es tener la palabra sembrada en nuestro corazón. Este hombre sembró durante 1 hora y media. A veces, esto no es suficiente. A veces necesitas más que eso. Pero la palabra tiene que estar sembrada en tu corazón.
En cuanto a sembrar la semilla en nuestro corazón, hay otra parábola que Jesús dijo en Mateo 13:31:
«El reino de los cielos es como un grano de mostaza que un hombre sembró en su campo. Aunque es la más pequeña de todas las semillas, cuando crece es la más grande de las hortalizas y se convierte en árbol, de modo que vienen las aves y anidan en sus ramas».
La palabra de Dios es como esa semilla. Si tu siembras la Palabra de Dios en tu corazón, tal vez no tengas nada de fe, tal vez tengas una semilla muy pequeña, pero tan pronto como la semilla del reino es plantada en tu corazón, aprendes estos principios poderosos y grandes, y crecen hasta ser un gran árbol fuerte en ti y nada será imposible contigo. El Señor nos muestra esas cosas poderosas. Jesús sigue hablando de varias cosas en ese pasaje. Habla sobre diferentes tipos de semillas. Pero hay cosas maravillosas en el verso 43. Son ejemplos maravillosos de la semilla en el Reino. No los puedo mencionar todos, pero pero te voy a dar una vista panorámica: La Palabra de Dios es una semilla y debe ser plantada en tu corazón antes de poder producir una cosecha. Y tu debes plantar esa semilla una y otra y otra vez. Y debes persistir. La fe viene por el oír. No viene por oír una vez. La fe viene por escuchar una y otra vez de manera constante y permanente. Por eso debes repetir la palabra de Dios una y otra y otra vez. Debes despertar en la mañana diciendo "¡soy un hijo de Dios!", "¡soy una hija del Rey!", "¡Jesús es mi Señor!". Este es el misterio que estaba oculto desde la fundación del mundo.
Colosenses 1:27 dice:
"A estos Dios se propuso dar a conocer cuál es la gloriosa riqueza de este misterio entre las naciones, que es Cristo en ustedes, la esperanza de gloria."
Colosenses 2:3 dice:
"...Así conocerán el misterio de Dios, es decir, a Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento. "
Si todos los secretos del universo están escondidos en Cristo y Cristo está en mí, nada es imposible, tal como lo dice Pablo en Filipenses 4:13. Todos y cada uno de los secretos del universo están escondidos también en mí. El Señor Dios está en mí.
Cada mañana me levanto y declaro "Cristo en mi es la esperanza de gloria. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Gracias por tu manifestación. Salmos 103 dice, -Él perdona todos tus pecados y sana todas tus dolencias-. Tú sanas todas mis enfermedades. Me salvaste de la destrucción. Satisfaces mi boca cada día con cosas buenas y renuevas mi juventud cada día como las águilas."
Luego vas a Salmos 103, verso 20 donde dice, "ustedes sus ángeles, paladines que ejecutan su palabra y obedecen su mandato." ¿Cómo se habla la Palabra de Dios hoy? De tu boca. Mientras tu hablas la Palabra de Dios, los ángeles ejecutarán Su Palabra para hacer que suceda para ti.
Gracias a Dios, tenemos estos seres magnificentes, seres de grandeza radiante que están ahí, esperando a que tú y yo hablemos la Palabra de Dios para poder ayudarnos, para hacer por nosotros cosas poderosas. Y muchos de nosotros vamos por la vida sin jamás haber aprendido sobre esto. Sin haberlos llamado.
Recuerdo otra historia aquí en Dallas, hace unos años. Mi esposa estaba viendo el noticiero y me lo contó. Le pedí que me lo cuente. Me dijo, "hubo una dama. Iba de camino a su casa. Iba su ruta. Era ya tarde pasado el atardecer. No quería ir por ese camino pero pidió en oración - Señor, mira por mí y protégeme, en el nombre de Jesús-. Hizo esa oración así de corta. Siguió su camino y de pronto, ve un hombre de pié cerca de los tachos de basura. El hombre no dijo ni una palabra. Ella caminó y pasó de largo y llegó a casa. Al día siguiente ella lee en el periódico que 20 minutos luego de que ella pasara por ese lugar, otra mujer había pasado y había sido ultrajada y asesinada brutalmente, en el mismo lugar. En el noticiero pidieron que cualquier persona que haya estado en ese lugar se acerque, porque las autoridades habían atrapado 4 o 5 sospechosos. Era necesario que alguien vaya y los identifique. La dama de la historia fue. Al llegar, ella pudo reconocer al hombre que vio de pie cerca de los tachos de basura. La dama declaró reconocer a ese hombre 20 minutos antes de que la víctima hubiera sido asesinada. El criminal confesó su crimen. La dama le preguntó al asesino, "necesito preguntarle algo, si usted es el culpable, ¿por qué no me atacó a mí cuando yo pasé cerca de usted?". El hombre le contestó, "Mujer, ¡¿está usted loca?! Había 2 tipos grandes caminando justo detrás de usted".
Quién crees tú que eran esos dos tipos. ¡Ángeles de Dios! Ella había pedido que Dios le mire y le proteja en el nombre de Jesús. Como Dios es un Dios de fe y ella se lo pidió, ¿qué es lo que Dios hace? ¡Responde y lo hace! Y tal vez tu no puedes verlos, pero cuando alguien viene a hacerte daño, los podrá ver. Estos son esos seres de grandeza magnificente llamados ángeles, enviados a ministrarte a ti y a mi, tal como dice Hebreos 1:14.
No dudes en llamar a estos tipos grandes, en el nombre de Jesús. Ellos están aquí para ayudarte a hacer cosas grandes y asombrosas. A mí me han ayudado muchas veces. Ellos han hecho por mí cosas tangibles. Es algo absolutamente asombroso lo que los ángeles harán por ti por fe. Alabado sea el Señor. Él es asombroso.
Entonces, debes tener la Palabra de Dios en tu corazón antes de poder ser sanado. Debe convertirse en una realidad para ti el hecho de que Cristo te sanó en la cruz hace 2000 años. Tratar de ser sano antes de saber cuál es la voluntad de Dios, es como tratar de cosechar un fruto del suelo sin haber sembrado. Si no plantas semilla, jamás recogerás fruto. Te imaginas a mí, parado en mi terreno, empezando a mover la tierra y preparando para sembrar pero jamás planto ninguna semilla y luego me paro a esperar que la tierra me de algún fruto. ¿Sabes lo que me va a dar la tierra sin haber sembrado? ¡Hierba mala! Eso es lo que va a salir. Te garantizo que el diablo planta cosas también, y todo tipo de frutos malos saldrán, pero ningún fruto bueno para ti. Debes sembrar buena semilla, porque el diablo también plantará su semilla. Él se asegurará que la mala hierba aparezca en tu huerta. Aun cuando tu siembres buena semilla, él se asegurará que alguna mala semilla sea plantada. Te lo puedo garantizar.
Recientemente, cerca de mi casa tuvieron que podar y quitar hierba mala en un área de 100 pies. Pusieron un canal de riego. Dejaron el terreno al ras del suelo. Pero nadie sembró nada. A que no sabes que sucedió en todo ese terreno: hierba mala.
El diablo está sembrando hierba mala todo el tiempo. Si no siembras la palabra de Dios en tu corazón y no aprendes lo que te pertenece en cuanto a la sanidad, a que no sabes quién va a sembrar incredulidad en tu corazón: el diablo. Tal como le sucedió a esta dama que está aquí. La incredulidad había estado en su corazón todos estos años y todo ese tiempo ella tenía que ir al quiropractico, 4 o 5 veces por semana para tener un poco de alivio, y lo único que ella necesitaba era deshacerse de su incredulidad, tener una persona de fe que ore por ella y ahora ya no tiene más problemas con su espalda. Esto es asombroso. Es asombroso lo que Dios hace.
Yo alabo al Rey. Él es un Dios de fe. Es difícil pensar que Dios deje sufrir a una dama tan preciosa como esta tan solo por tener incredulidad. Pero así fue. Dios lo permitió. Pero en el instante que dejas la incredulidad, y le crees a Dios, Él te sana. El milagro con esta dama sucedió el 11 de Enero, durante una escuela de sanidad. Es asombroso.
Entonces, la oración sin fe no traerá sanidad. Yo solía hacer esto. Hice muchísimas oraciones y nunca vi una respuesta. Deberíamos ver respuesta a cada oración que hacemos todos y cada uno de nosotros. Cuando vamos al Señor, deberíamos verlo responder. Pero cuando oras sin fe, no serás sanado. El Señor dijo que la "oración de fe" sanará al enfermo.
Piensa en esto. Es una garantía. Yo pienso en estas promesas que les he compartido hace unos momentos. En toda la palabra de Dios, esta es la única promesa que necesitamos en cuanto a sanidad. En Santiago 5:14 dice:
"¿Está alguno enfermo entre vosotros?
Llame a los ancianos de la iglesia,
y oren por él, ungiéndole con aceite
en el nombre del Señor.
Y la oración de fe salvará al enfermo,
y el Señor lo levantará;
y si hubiere cometido pecados,
le serán perdonados."
Si no conocías este versículo, entonces debes plantarlo en tu corazón. Este es uno de los versos de sanidad de garantía de parte de Dios, que si cumples los requerimientos expresados ahí, te sanará cada vez que suceda.
He visto gente que con estos tres versículos se han levantado de su lecho de muerte con cáncer terminal con pocos días de vida el momento que yo había ido a orar por ellos. Los he visto levantarse.
Una vez vi una persona levantarse de su lecho de muerte con cáncer de seno. Había padecido por 2 años y sus intestinos estaban bloqueados. No podía comer en 3 semanas. Pasé 5 horas enseñando a esa dama y su esposo la palabra de Dios. Ellos eran bautistas del sur en ese tiempo. Ella estaba en su lecho de muerte. Tenía más o menos 50 años.
Ella repetía, "Yo confío que Jesús sanará". Yo le dije, "Señora, usted no ha entendido. Realmente no entendió nada de lo que he dicho". Ella dijo, "¿Por qué?". Le dije, "Jesús no le sanará". Ella dijo, "Pero yo tengo la esperanza de que así sea". Le dije, "Señora, esto también está mal. Usted no tiene nada de semilla plantada en su corazón. Voy a repetir con usted y voy a plantar semilla en su corazón."
Estábamos los tres solamente: Su esposo, ella y yo. Ella probablemente pesaba ya solo 8 libras. Completamente deshecha en su lecho de muerte. Se le daba una semana más de vida. Tenía bloqueos en sus intestinos. No había podido comer nada en 3 semanas. Pasé 5 horas enseñando la palabra de Dios a esa pareja. Al final de esas 5 horas vi a esa preciosa mujer bautista y le dije, "Señora, mi avión despega en 1 hora para regresar a Dallas. Necesito estar ahí. ¿Ha escuchado ya suficiente Palabra de Dios como semilla para ser sanada?" Esa preciosa dama bautista me miró con fuego en sus ojos y me dijo, "Jamás había escuchado lo que usted me ha enseñado hoy. Pero todo lo que usted dijo está en la Palabra de Dios. Venga y saque a este demonio del infierno de mí ahora mismo y seré sanada en este momento." ¿Crees que ella ya tenía fe en ese momento? Ella se apoderó de la semilla que fue sembrada en su corazón y produjo fruto, y lo produjo de manera acelerada. Debió tener algún fertilizante muy bueno y ella debió haber sido muy buena tierra, porque el fruto creció. Fui y ungí a esa dama con aceite y ordené a ese demonio salir. Hablé la Palabra sanadora de Jesús. Ella se puso firme y dijo, "Estoy sana. Está hecho. Alabado sea Dios".
Ella fue con su esposo a dejarme en el aeropuerto. Caminó hasta el final de la terminal. Yo le dije, "Probablemente se siente débil después de caminar y subir todas esas gradas. Debería ir a comer algo". Ella dijo, "No, yo lo voy a acompañar hasta el final de la terminal. Estoy sana. Está hecho. Jesús es mi fuerza." Ella estaba diciendo lo correcto. Ella regreso por la terminal a su auto hasta su casa esa noche. Yo no lo supe sino hasta la siguiente semana. En el camino de regreso, ella dijo a su esposo, "cariño, sabes, no he comido nada en 3 semanas. Veo ahí un restaurante de camarones. Vamos a cenar camarones." Ella se comió toda la cena y su cuerpo funcionó completamente bien. Al día siguiente amaneció bien.
¿Qué hace la fe? Te sana. Te libera. ¿Qué fue lo que lo que yo hice? Planté semilla en su corazón. Y fue la fe lo que produjo un fruto. Eso es lo mismo que debes hacer tú.
No puedes ser sanado antes de descubrir cuál es la voluntad de Dios. Orar sin fe no te sanará. Jamás uses esa frase mata fe llamada "si..." o "si es que....". Jamás.
Cuando usas la expresión que mata la fe, "si" o "si es que..." , el demonio sabrá automáticamente que no conoces lo que dice la Palabra de Dios. Dios es un Dios de fe.
Recuerdo a un hombre que vino a pedir oración una vez. Yo no era el pastor pero conocía personalmente a este hombre. El Señor le dijo a ese hombre, "te voy a dar una unción especial. Cuando pongas tu mano sobre alguien, sentirás un fuego en tu mano si es que hay un demonio dentro de esa persona y lo sacarás fuera." Esta era una unción especial que Dios había dado a ese hombre.
Este hombre dice, "Yo estaba orando por la gente en un lugar. De repente un hombre vino con una artritis paralizante. Podía dar pequeños pasos y no podía agacharse en absoluto. Ese hombre vino y puse mi mano sobre él. Entonces sentí ese fuego en mi mano y dije para mi, -oh, hay un demonio dentro- . Dije, - en el nombre de Jesús, ordeno a este demonio de enfermedad salir ahora-. Luego le dije al hombre, -caballero, por favor ahora veamos si usted puede agacharse e inclinarse. Y nada sucedió. Lo hice otra vez. Y nada sucedía. Otra vez y nada sucedía. Entonces dije, -no sé por qué no funciona-. Me di la vuelta para retirarme. Y se llevaron a ese hombre. Yo pensé, -bueno, no era voluntad de Dios sanar a este en particular-. Ahí es cuando nos retiramos y nos vamos a casa. Pero al girarme vi de pié frente a mi a Jesús. Su dedo estaba señalando mi nariz. Lo pude ver, literalmente, ahí, en la iglesia. Nadie más lo podía ver. Pero yo sí podía verlo. Le dije, -¡Señor!-. Todos se preguntaban con quién estaba yo hablando. Jesús dijo, -¡YO DIJE QUE ESE DEMONIO SALDRÍA EN MI NOMBRE!. Yo respondí, -Señor, ya hice todo lo que me dijiste que haga, y ese demonio no sale...."
Ahora, todo el mundo solo escuchar su lado de la conversación, esto está grabado. Y el Señor dice, "¡PERO YO DIJE QUE ESE DEMONIO SALDRÍA". El hombre responde, "Señor, te lo dije, ya le di la orden de salir pero no fue sano. Entonces supongo que no es tu voluntad sanarlo..."
El hombre siguió narrando, "esa vez supe lo que debió haber sido cuando Jesús entró en el templo con ese látigo a sacar esos mercaderes. Jesús me miró, con su dedo sobre mi nariz, fuego salía de sus ojos. Levantó su voz y dijo, "¡YO DIJE QUE EN MI NOMBRE ESE DEMONIO SALDRÍA!".
Entonces, el hombre dijo, "¡oh no!, ¡ya sé qué es lo que hice mal!, ¡traigan de regreso aquí al enfermo!"
Trajeron al enfermo nuevamente. El hombre dice, "Puse mi mano en su estómago y ahí estaba el fuego. Y dije, -¡Tú, demonio del infierno, sal ahora en el nombre de Jesús! Ahora caballero, por favor, inclínese y toque la punta de sus pies. Jesús lo ha sanado."
El enfermo fue completamente sanado. Lo único que el hombre hizo diferente las primeras 3 veces fue decir, "ahora, caballero vea si es que puede agacharse...". Ese demonio sabía que había duda en su corazón y eso le daba permiso para no salir, porque Dios es un Dios de fe, y tanto tú como yo debemos hacer todo por fe.
Tienes que saber estas cosas. Eso fue lo que le dije a esta dama que había recibido oración 100 veces. Ella no esperaba que Dios haga algo y nadie oró en fe por ti. No recibirás nada departe de Dios sino hasta que tengas la expectativa y alguien ore en fe. Entonces, yo oré en fe y ella también creyó. Es agradable tener testimonios vivos. Uno puede contar estas historias, y yo tengo multitud de estas. Pero es maravilloso cuando una de esas personas está presente. Es asombroso ver a Dios hacer cosas asombrosas.
Yo tengo un programa de radio. Llevo invitados allá. Hace 2 semanas dediqué toda una semana a testimonios reales. La gente venía y se sentaba conmigo. Llevé mi computador y mi micrófono y luego de la iglesia, nos sentábamos y hacíamos shows. Yo le pedía a la gente que venga y nos cuente su milagro. Escuchamos probablemente 7 testimonios diferentes durante 5 días en mi programa de radio. Gente de carne y hueso contando el testimonio de lo que Dios había hecho por ellos cuando recibieron oración.
Todo esto es un poco diferente a cómo viví los primeros 45 años de mi vida y nunca vi ni una sola oración contestada. Podría tener ahora semanas de programas de radio de testimonios y sería solo una pizca de todo lo que he visto.
¿Qué crees que Dios quiere hacer por nosotros sus hijos? ¡Cosas maravillosas! Él nos quiere sanar. Pero debemos sembrar la semilla en nuestro corazón, debemos creerle, y luego debemos actuar en Su Palabra, en fe, asegurándonos de que nos hayamos arrepentidos de todos nuestros pecados.
Ahora, probablemente el único pecado que tienes en este momento sea la incredulidad. Lo mismo le sucedió a la dama que una de las historias. El único pecado que ella tenía era la incredulidad. Ella no le creía a Dios. Pero la incredulidad impedirá que recibas tu sanidad. Debes deshacerte de esa incredulidad. Debes desechar esa expresión condicional "Si" o "Si es que...".
Si Cristo llevó nuestras dolencias y sanó nuestras enfermedades en la cruz hace 2000 años, entonces no tiene sentido que carguemos con ellas hoy. ¿Por qué no dejamos que Él las cargue? El las tomó por nosotros. ¿Puedes ver las cosas de esta manera? El Señor claramente dice en una carta de Pedro, "echa toda tu ansiedad sobre mi porque yo cuido de ti".
Vamos a la cruz, lloramos a los pies de Jesús, echamos nuestras cargas sobre Él, pero luego volvemos a tomar nuestras cargas para llevarlas de regreso. No hacemos lo que Él nos dijo. Si lo hiciéramos, caminaríamos libres. Si Él dice, "echa toda tus cargas sobre mi", hazlo y vive en libertad. Camina obediente a Su Palabra, sin problemas.
Ya hablamos sobre una escritura en gran detalle, sobre Santiago 5; 14 - 16. Déjame leer algo en esa porción.
En Santiago 5:14 dice:
"¿Está alguno enfermo entre vosotros?
Llame a los ancianos de la iglesia,
y oren por él, ungiéndole con aceite
en el nombre del Señor.
Y la oración de fe salvará al enfermo,
y el Señor lo levantará;
y si hubiere cometido pecados,
le serán perdonados."
¿No te parece que esta es una promesa maravillosa departe de nuestro Señor? ¿Seguimos viviendo en incredulidad? Si, muchos de nosotros seguimos viviendo en incredulidad. He usado ese verso muchas veces y he visto gente ser sana de cáncer terminal. Es algo garantizado de parte de Dios. Pero veamos qué dice la siguiente parte en el verso 16:
"...Confesaos vuestras ofensas unos a otros,
y orad unos por otros,
para que seáis sanados.
La oración eficaz del justo puede mucho."
Confiesa tus pecados si los tienes, toda tu incredulidad. Debes confesar tus pecados para poder ser sanado. Mira el requisito aquí: "La oración eficaz del justo puede mucho". Esto quiere decir que necesitas una persona que ore eficazmente con fervor por ti. Esta persona debe ser justa. Si esa persona roba, miente, engaña a su esposo o esposa, si es un diácono de la iglesia pero vive en inmoralidad sexual, no vayas a esa persona a pedirle que ore por ti. No me importa si es un diácono en la iglesia. No me importa qué cargo tiene en la iglesia. Dios conoce su pecado. Y cuando esa persona trata de ponerse de pié ante el trono de Dios, no va a tener confianza en su corazón, porque su corazón le condenará. Su pecado será confrontado. Al momento que esa persona intente hacer una oración de fe, su corazón saltará de su pecho gritándole, "¡eres un mentiroso! ¡asesino! ¡adúltero!". Tal vez esa persona nunca fue infiel a su esposa. Pero tiene un ojo pervertido y mira a todas las damas de su trabajo con perversión. Las desviste del cuello para abajo en su mente. El Señor dice bajo la gracia, si tu miras a una mujer con deseo de lujuria en tu corazón por ella, ya eres culpable de adulterio. También dice que si odias a tu hermano, ya eres un asesino. ¿Cuántas veces decimos en la iglesia, "que mal me cae ese tipo o esa mujer, los odio..."? Mira, así ya eres culpable de asesinato. Necesitas arrepentirte. Te has separado de Dios haciendo eso. Ninguna de tus oraciones será respondida. ¿Eso traerá enfermedades sobre ti? ¡Claro que si!.
Eso trae enfermedades sobre ti. No entendemos que hay consecuencias del pecado. Cuando aprendes esto, ¿sabes qué dejas de hacer? Dejas de pecar. Muchos dicen, "pero yo soy solo un ser humano, no puedo dejar de pecar". Pues déjame decirte que así tampoco serás sano, con esa actitud.
Debes saber que si el Espíritu Santo está sobre ti, si puedes dejar el pecado. No es necesario que vuelvas a pecar. Dios ha puesto como requisito que tu y yo caminemos en santidad delante de Él cada día de nuestra vida. Caminar en amor, caminar en obediencia a Su Palabra. Entonces, estos demonios del infierno no podrán tocarte y puedes caminar en sanidad divina. No abras ni una sola puerta al diablo.
En Santiago 1:6-8 quiero leer una asombrosa afirmación de lo que sucede cuando no le crees a Dios. Esto va a confirmar por qué tantas personas no reciben nada departe del Señor. Santiago 1:6-8 dice:
"Pero pida con fe, no dudando NADA;
porque el que duda es semejante a la onda del mar,
que es arrastrada por el viento
y echada de una parte a otra.
No piense, pues, quien tal haga,
que recibirá cosa alguna del Señor.
El hombre de doble ánimo
es inconstante en todos sus caminos.
Por esto debemos desechar la expresión condicional "Si" o "Si es que...", porque esto implica duda. No puedes venir a orar usando la expresión "Si" o "Si es que...". Esto es duda. Significa que no conoces las promesas de Dios.
"...el que duda es semejante a la onda del mar,
que es arrastrada por el viento
y echada de una parte a otra.
No piense, pues, quien tal haga,
que recibirá cosa alguna del Señor.
El hombre de doble ánimo
es inconstante en todos sus caminos."
Cuando le pidas a Dios algo, si oras pero no esperas recibir nada, y si la gente que ora por ti tampoco espera recibir nada de Dios, ¿qué sucederá? pues NADA. Tengo un testimonio vivo aquí. Por muchos años, más de 100 personas oraron por esta dama, sin tener la expectativa que algo suceda, eran de doble ánimo en sus caminos, y Dios no se manifestó. Pero cuando ella entendió la realidad de que es obligatorio orar en fe, teniendo la expectativa de que las promesas de Dios se cumplan en ella, así sucedió.
Tengo otra historia de un hombre llamado Boby Johnes. Él era un miembro de la iglesia bautista. Fui un diácono allí por 20 años por lo menos. Era maestro de escuela dominical. Yo asistí a esa iglesia por lo menos 25 años de mi vida. El doctor Ben Smith era un hombre de Dios. Amaba a Dios con todo su corazón, pero en la práctica no tenía fe. Yo se lo dije en su cara. Le dije, "tú no crees la Palabra de Dios." Él respondía, "tú Thurman me confrontas, me pones a prueba, pero eso es bueno, ¡sigue haciéndolo! Necesitamos hombres como tú". Yo decía, "gloria a Dios. Yo solo creo La Palabra". Él dijo, delante de una congregación grande, "Thurman es un hombre de gran fe, más que cualquier otra persona que yo jamás haya visto, pero tiene la mente tan simple. Es un hombre bien educado y estudiado, pero su mente es muy simple, tanto que si Dios dice algo, Thurman lo cree, y actúa sobre eso. Por eso Dios siempre se manifiesta para él." ¿No es eso asombroso? El es un doctor en Teología. Pensaba que hay un método estricto para cada cosa. Pero no es así. Pero había en esa iglesia un hombre llamado Boby Johnes.
Boby tiene 30 años de edad. Tal vez tenga 39 ahora. Boby se había roto la espalda en un juego de fútbol cuando tenía 14 años de edad. Había vivido en insoportable dolor desde los 14 a los 30 años de edad. El visitaba a todos los doctores de la región y se daba cuenta que necesitaba alguna terapia. Pero cada doctor que visitaba, todos y cada uno le decían, "le podemos ayudar un poco, pero no vamos a poder curarlo. Usted va a tener una vida de dolor."
¿Cuantos de ustedes les gustaría recibir ese diagnóstico? A mi no me gustaría. No si conozco la Biblia. Entonces, el año anterior fui a predicar en un auditorio de esa ciudad. Una dama de nombre Biky conocía a Boby. También me conocía a mi. La dama me invitó a visitar a Boby. La dama me presentó y dijo, "Thurman camina en la unción de Dios. Dios responde sus oraciones. Boby, tú necesitas hablar con Thurman."
Hablé con Boby y le pregunté si era cristiano. Él dijo, "¡claro que sí!". Le pregunté, "¿asistes a la iglesia?". Él respondió, "¡claro que sí!". Le pregunté, "¿diezmas?". Él dijo, "¡por supuesto!". Le pregunté, "¿vives en el amor de Dios y no tienes falta de perdón?". Él dijo, "no". Le dije, "entonces estás haciendo todo lo que Dios te ha mandado a hacer." Él dijo, " si señor, y me encanta cantar en el coro de la iglesia, dando gloria a Dios, pero me dijeron que si me opero la espalda, podría afectar mis cuerdas bocales y tal vez jamás vuelva a cantar nuevamente. He esperado lo más que puedo, pero el dolor es tan intenso que necesito tener algún tipo de alivio."
Yo le dije, "¿estarías dispuesto a arrepentirte por la incredulidad?". Él dijo, "pero Thurman, ¡yo no soy un incrédulo!" Yo le dije, "claro que si lo es. Déjeme citarle una de las promesas de Dios en Su Palabra." Yo tenía una Biblia e hice que abra en Mateo 18:19 y le dije, "Boby, quiero que leas esta promesa que nuestro Jesús nos hace. Mateo 18:19. Y quiero que piense en esta promesa. Jesús es quien la dice..."
Mateo 18:19 dice:
"Otra vez os digo,
que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo
en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren,
les será hecho por mi Padre que está en los cielos."
¿Qué tipo de promesa es esta? ¿No es esta una asombrosa garantía de parte de nuestro Rey? Entonces le dije a Boby, "Ves, o bien tú no sabías esta promesa, o bien tu no la crees, y necesitas arrepentirte de tu incredulidad". Boby respondió, "sí he leído eso, pero nunca pensé que significaba literalmente lo que está escrito". Yo le dije, "entonces, qué pensabas que Dios quería decir cuando Dios hizo una afirmación así?". Boby respondió, "Thurman, ¡eso sería demasiado poderoso!". Yo le dije, "eso es lo que está mal contigo. Le oyes al diablo en lugar de a Dios. Arrepiéntete y dile al Señor que lo sientes." Boby dijo, "Señor, lo siento, me arrepiento por no haber creído tu promesa." Encontes le dije, "Ahora Boby, voy a orar por ti y me voy a poner de acuerdo contigo en oración de que el Señor te sana. Él enviará su Espíritu Santo y renovará tu espalda completamente y despertarás en la mañana sin nada de dolor. ¿Puedes estar de acuerdo conmigo en esto?" Él dijo, "¡Si! ¡Jesús lo dijo! ¡Señor me arrepiento de no haberte creído!"
Boby Jhones llegó a casa. La mañana siguiente se despertó y por primera vez desde que tenía 14 años no sintió ningún dolor en absoluto y desde entonces, el se ha mantenido así.
Hace unas semanas me dieron la copia de un video donde él se puso de pié en 2 servicios en su iglesia bautista de Lakeland. Es una iglesia bautista gigante donde yo solía asistir. Yo asistía allí cuando habían solo 200 personas. Cuando salí de ahí había 25000 personas. Conozco muchas personas ahí. Y para muchos de ellos yo soy un hombre de gran fe, porque no soy un hombre común, no soy el típico bautista del sur. Uno de los diáconos ahí, cuando salí de ahí para ir a mi granja, me dijo, "Thurman, hay mucha gente que se ha ido y los olvido, pero jamás me voy a olvidar de ti."
Cuando Dios hace un par de cosas locas por Jesús y se manifiesta con un par de milagros asombrosos, la gente jamás olvida quien eres. Alabado sea Dios. Eso es lo que todos nosotros deberíamos estar haciendo. Deberíamos creer la Palabra.
Así que Boby Jhones se despertó la siguiente mañana, luego de haber recibido oración, sin dolor de espalda. Y ha estado sin dolor de espalda desde ese día en adelante. Ese hombre tiene mucha gratitud hoy. Sufrir desde los 14 años de edad a los 30 años, ¡eso es mucho tiempo de sufrimiento! Pero, ¿cuanto tiempo ha estado escrito el texto de Mateo 18:19? 2000 años. Entonces, ¿qué sucede con nosotros? ¿qué está mal? ¡Es que no creemos!, ¿verdad?.
Nuestro Dios nos dio un libro lleno de promesas y no le creemos. Dado que Él es un Dios de fe, ¿qué pasará sino le creemos? ¿qué vamos a obtener de él sin creerle? Nada. Nada de nada. Entonces es hora de que empecemos a creerle.
Ahora, según Romanos 10:8 - 14, tu milagro está en tu boca. Dios lo hizo así de simple. Tu milagro está en tu boca. Romanos 10:8 - 14 dice:
"Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás SALVO (SOZO en griego). Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado. Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será SALVO (SOZO) . ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?"
La palabra de fe no es cualquier palabra, es la poderosa semilla de la Palabra de Dios ¿y dónde está? en tu boca. Si la palabra de Dios está en tu corazón, saldrá por tu boca, y entonces tu milagro estará en tu boca. Dice que si confiesas con tu boca al Señor Jesús, y crees en tu corazón que Dios le levantó de los muertos serás SOZO. Se lo traduce muchas veces como "salvo". Dice que con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación, porque la escritura dijo quienquiera que crea en Jesús no será avergonzado.
La escritura se dirige tanto a judíos como a griegos por igual. Entonces ¿que pasa si tú eres bautista?¿Qué tal si eres de otra denominación, metodista, pentecostal, metodista, luterano? ¿Quién es el único Señor que tenemos? ¡Jesús! Él es nuestro Señor. No importa a qué denominación te has suscrito, creemos que solo hay un Dios del universo, y su nombre es Jesús. Jesús, Él es el Rey.
"porque TODO AQUEL que invocare el nombre del Señor, será SOZO. "
SOZO quiere decir SANADO
SOZO quiere decir HECHO COPLETO
SOZO quiere decir LIBERADO
SOZO quiere decir PRESERVADO
Pienso en esta preciosa dama y su esposo, Dan y Sara. Hace unas semanas, Sara chocó su automóvil y dio un giro completo de campana en su auto. Ella conducía un Jeep Grand Cherokee Station Wagon. Al salir despedida por los aires con su auto, ella gritó, "¡Jesús SOZO a mí!". Ella había aprendido el significado de esto. Ella no tuvo que decir más. Solo dijo "¡SOZO a mí Señor!. Y el auto dio un giro completo. El auto se destruyó por completo y los cristales se hicieron pedazos. Había cristales por todo lado. El auto aterrizó sobre las llantas en un barranco 20 pies más abajo. Cuando la policía llegó pudieron abrir la puerta de atrás del auto y le ayudaron a gatear para salir, pero sobre ella no había ni un solo pedazo de cristal. Había cristal sobre todo el auto. El policía que entró para ayudarla estaba cubierto en cristales, y dijo, "mujer, no entiendo. Yo mismo le he ayudado a salir y estoy cubierto de cristales, pero a usted no se le pega ni un solo pedazo de cristal. "
Cuando ella calmó al Señor con la palabra SOZO, ¿qué fue lo que el Señor hizo? Jesús hizo realidad esa palabra sobre ella. Su esposo nos dice, "puedo pellizcar a Sara en su brazo y no se le queda morado ni marca. Y luego del accidente ella no tenía ni un solo rasguño en ninguna parte de su cuerpo, ni un solo morado de golpe, ni siquiera la marca del cinturón de seguridad. Nada."
Cuando clamas al Señor en fe, ¿qué es lo que hace? Se manifiesta. Lo hace, se manifiesta. Alabado sea Dios. ¿Qué hubiese pasado si Sara no hubiese sabido el significado de la palabra SOZO? ¿Qué tal si ella era una dama cristiana tradicional y hubiese tenido ese accidente? No hubiese clamado al nombre del Señor. ¿Qué habría sucedido? Quien sabe. Probablemente habría muerto.
Una dama nos cuenta y dice, "Recuerdo que estaba conduciendo el auto por la autopista 20 hacia la 27 al sur. Era un mes de Abril, varios años atrás. Supe que estaba en problemas. Me iba a chocar con un bloque de hielo. Lo único que supe decir fue, "Jesús, Jesús, Jesús". Aunque no lo creas, mi auto se detuvo justo al borde, antes de caer a un barranco de barios metros. Solo pude dar gracias a Dios. Mi corazón latía salvajemente. Fue un milagro increíble de Dios. Sé que un ángel detuvo el auto."
Amén. Eso es lo que sucede cuando invocamos a nuestro Señor. Ahora, nuestro Señor no nos dejó en esta tierra sin nada. Nos dejó con todo. Y nos dejó todas estas promesas y nos lo dice, "solo pidan en mi nombre". El nombre de Jesús es lo más poderoso en todo el Universo. Entonces, necesitas aprender todas estas cosas y actuar sobre ellas.
¿Dónde está tu milagro, de acuerdo a Romanos 10? En tu boca. Lo más importante que haces es decir cosas con tu boca, porque lo que está en tu boca, es lo que está en tu corazón. Y cuando la semilla ha sido plantada en tu corazón, la Palabra de Dios empezará brotar de tu boca.
Es tal y como le sucedió a Emily Dotson. Ella tenía 53 años de edad. Ya había recibido 13 cirugías durante toda su vida. Ella pertenecía a una denominación evangélica tradicional que no voy a mencionar, pero su pastor jamás había hablado sobre el poder sanador de Jesús. Ella había tenido 13 cirugías y se preparaba para la cirugía número 14. Tenía cáncer terminal. Los doctores le dijeron, "una cirugía más, y le quedarán solo 6 meses de vida." Ella dijo, "olvídelo, me voy a mi casa a morir. Me han cortado y cocido demasiadas veces y no voy a pasar por eso otra vez. Solamente voy a morir e iré a estar con Jesús."
Entonces, un hombrecito como yo apareció y le dijo que ella no tenía que morir, que ella tenía una opción. Ella dijo, "¿que tengo una opción?". Ella no lo sabía. Ves, no puedes ir más allá de tu conocimiento de la Palabra de Dios. Alguien le dijo y ella empezó a apropiarse y afirmarse en la palabra de Dios y por los siguientes 3 meses, se mantuvo. No avanzó nada, pero tampoco retrocedió. Es que no tenía herramientas para luchar, solo tenía unos cuantos versículos. Pero ella empezó a sembrar más semilla en su corazón, aprendió más y más de la Palabra. Recibió material en audio sobre el tema. Estudió más la Palabra. Se afirmó sobre ella. Y al sembrar más de la Palabra de Dios en su corazón, se volvía más y más valiente y firme. Finalmente, pasó casi un año desde el día que le dijeron que iba a morir, hasta el punto en que no había ni la más mínima huella de cáncer. Pero al final de ese año, esa mujer salió completamente sanada. No ha vuelto a un doctor. No deja que los doctores le toquen. Ella dice, "Si Jesús me sanó, no necesito un doctor. Él es todo lo que necesito". Ella está en el nivel que yo estoy ahora. Yo no he ido a un doctor en años. No importa qué suceda en mi cuerpo físico yo me paro firme en la palabra de Dios y Él cuida de mi.
No importa cuán mal yo esté. Allá en mi oficio como ingeniero, en lo que hago, muchas cosas malas me han sucedido, pero estoy firme en la Palabra, y el Señor me sana y me restaura y no tengo ni cicatrices ni nada. Es algo asombroso. Pero tienes que pararte firme sobre su palabra. Emily pasó por esta situación y salió sin doctores. Llegó a fin de año completamente sanada y han pasado casi 15 años y esa dama es una de las personas más aguerridas y fogosas que conozco en el Reino de Dios.
El diablo la había dado unas grandes palizas. Pero en los últimos 15 años, Emily Dotson no ha tenido ni un solo día enferma. Piensa en eso, una mujer que ha tenido 13 cirugías a los 53 años, pero en los últimos 15 años, ella es una bola de fuego y es casi 3 años mayor que yo. Es de baja estatura, muy pequeña. Debe pesar 100 libras, pero es un aguijón en el costado del diablo hoy. El diablo le dio muchas palizas a ella, pero ahora ella es una molestia en su costado. Ella ahora puede enfrentar a otras mujeres y sacar demonios de sus vidas. Es algo asombroso. Es una chica ruda. Ella sabe si alguien tiene un demonio dentro y lo sacará de ti. Es fuera de lo común.
Luego de ver lo que podemos hacer, vayamos a algunas escrituras que son clara y absoluta prueba de que la sanidad es para todos y cada uno de nosotros. Vamos a cubrir estas citas en extremo detalle.
Isaías 53 es el capítulo más asombroso en la Biblia. Fue escrito casi 700 años antes de que Cristo venga y profetiza lo que iba a hacer. Isaías empezaremos en 53:1, porque esa primera línea es maravillosa.
"¿Quién ha creído a nuestro anuncio?
¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová?"
¿Quién ha creído al anuncio del Señor? Desafortunadamente yo mismo fui criado y educado y no creía el anuncio del Señor. Si me preguntabas, "¿Crees en Dios?", yo respondía, "¡pero por su puesto que creo!". Pero no creía. No sabía lo que dice la palabra de Dios. A pesar de haber sido maestro de estudio bíblico por 20 años, había estado sirviendo a Dios toda mi vida. Fui criado en un buen hogar cristiano. Estaba en la iglesia todo el tiempo que estuviera abierta, pero no sabía nada sobre esto. Isaías 53:1, 2 dice
"¿Quién ha creído a nuestro anuncio?
¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová?
Subirá cual renuevo delante de él,
y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él,
ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos."
Está hablando de Jesús ahí. Sigue el verso 3:
"Despreciado y desechado entre los hombres,
varón de dolores, experimentado en quebranto;
y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos."
La palabra "dolores" en el verso 3 se traduce como enfermedad en todas las otras porciones de la Biblia en la versión King James del En hebreo. Pero aquí lo tradujeron como dolores y quebranto. En toda otra porción de la Biblia estas palabras se tradujeron como dolor y enfermedad.
Jesús fue un hombre de enfermedad y experimentado en sufrimientos y dolores. Los verso 4 y 5 dicen:
"Ciertamente llevó él nuestras enfermedades,
y sufrió nuestros dolores (enfermedades);
y nosotros le tuvimos por azotado,
por herido de Dios y abatido.
Mas él herido fue por nuestras rebeliones,
molido por nuestros pecados;
el castigo de nuestra paz fue sobre él,
y por su llaga fuimos nosotros curados."
Si confesamos nuestros pecados, al venir a Jesús, y le pedimos que perdone nuestros pecados del pasado y nos permita entrar en Su Reino, y lo aceptamos como Señor y Salvador, cuando lo hacemos por fe, ¿a cuántos de nosotros él nos rechazará? ¡A ninguno!
¿Qué tal si tu fuiste un asesino malvado? ¿Qué tal si fuiste a prisión por asesinar a 50 personas brutalmente pero ahora te has dado cuenta de que Jesús es el Salvador? Si vienes a Él, ¿crees que el te puede salvar, a pesar de haber sido un malvado asesino? La Sangre de Jesús es suficientemente poderosa para limpiar todo pecado sobre la faz de la tierra. Dios reconcilió al mundo consigo mismo por medio de su único hijo, para que cualquiera de nosotros, si venimos a Él, en cualquier momento, sin importar lo que hayamos hecho, podamos ser salvos y yo le alabo por eso. Isaías 53: 6 sigue diciendo:
"Todos nosotros nos descarriamos como ovejas,
cada cual se apartó por su camino;
mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros."
¿No te parece asombroso? Mira el verso 10 y 11:
"Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo,
sujetándole a padecimiento.
Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado,
verá linaje, vivirá por largos días,
y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.
Verá el fruto de la aflicción de su alma,
y quedará satisfecho; por su conocimiento
justificará mi siervo justo a muchos,
y llevará las iniquidades de ellos."
Entonces, esta escritura queda muy bien confirmada en Mateo 8: 16, 17. Quiero que vean lo que Jesús dijo por medio del apóstol Mateo sobre lo que acabamos de leer en Isaías 53. Mateo 8: 16, 17 dice:
"Y cuando llegó la noche,
trajeron a él muchos endemoniados;
y con la palabra echó fuera a los demonios,
y SANÓ A TODOS los enfermos;
para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías,
cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades,
y llevó nuestras dolencias."
Si Jesús llevó nuestras enfermedades y llevó nuestras dolencias, ¿por qué rayos las estamos llevando nosotros?¿por qué permitimos que el diablo venga sobre nosotros? Te voy a decir por qué: Son muchas razones. Una de ellas es la incredulidad. Otra es la falta de conocimiento. Si no sabes que Jesús te sanó en la cruz hace 2000 años, si no sabes que Él tomó tus enfermedades, no sabes que el llevó tu pecado y vas y pecas, cuando pecas abres una puerta al mundo demoníaco.
Y ¿qué tal si tu único pecado es la incredulidad? ¿Qué pasará cuando el diablo venga a ti con incredulidad? ¿Cuántos años padeció la dama que les conté? 30 años tan solo por el pecado de incredulidad. Tan solo el único pecado de incredulidad permitió al diablo venir y atacarla por 30 años. ¡Ella estuvo derribada con enfermedades cuando todas estas promesas de Dios habían sido escritas hace 2000 años! La semilla no había sido sembrada en su corazón. La semilla tampoco había sido sembrada en mi corazón. Pero cuando sembré semilla en mi corazón, tal y como le sucedió a ella, fue una explosión. La semilla brotó aceleradamente y el fruto salió y recibió su sanidad. Ella es una de miles de testimonios que he visto.
Entonces según Mateo 8:17, si tienes una enfermedad, lo único que debes hacer es arrepentirte de tus pecados y empezar a reclamar las promesas de Dios y la sanidad será tuya. No puede fallar.