La palabra CONFESAR es decir audiblemente con la boca algo , de manera audible, ante una audiencia de una o varias personas. Este es el significado en en hebreo , griego y español . El poder del Reino de los Cielos se manifiesta de manera visible cuando CONFIESAS dos cosas:

1 Que Jesús es el Señor y que Dios le levantó de los muertos.

2 Tus pecados.

Los cristianos, en especial los protestantes, parecen entender lo primero pero nos hacemos de la vista gorda con lo segundo. Confesamos a Jesús como Señor, verbalmente ante la audiencia de testigos, pero no confesamos nuestros pecados. Y el resultado es vivir un falso cristianismo. Muchos llegan a ser líderes, pastores, o ejercen los 5 ministerios (apóstol, profeta, evangelista, pastor o maestro) , pero jamás confesaron sus pecados. El pecado hiere y lastima el corazón de Dios. La confesión, el arrepentimiento y la oración hieren el corazón del diablo. Decide a quién prefieres lastimar.

"...que si CONFIESAS con tu boca a Jesús por Señor,

y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos,

serás salvo" Romanos 10:9

"y CONFESANDO sus pecados,

eran bautizados por él en el río Jordán. " Mateo 3:6

"El que encubre sus pecados, no prosperará;

mas el que los CONFIESA y se aparta,

alcanzará misericordia." Proverbios 28:13

"Por tanto, CONFESAOS vuestros pecados unos a otros,

y orad unos por otros para que seáis sanados.

La oración eficaz del justo puede lograr mucho." Santiago 5:16

La única señal de arrepentimiento es el cambio. El que no cambia, no está arrepentido. Pero el cambio empieza en la confesión del pecado. El que no quiere confesar, tampoco quiere dejar el pecado.

¿Cuanto del evangelio has entendido? Tu comprensión del evangelio se mide en el cambio. Si vives como antes, no has entendido el evangelio y debes volverlo a oír, prestando atención:

"Mas el que fue sembrado en buena tierra,

éste es el que OYE Y ENTIENDE la palabra, y da fruto; y produce

a ciento, a sesenta, y a treinta por uno." Mateo 13:23

¿Que te impide confesar tus pecados? El orgullo. Al confesar tus pecados, algo maravilloso sucede: tu orgullo queda roto y puedes iniciar tu proceso de arrepentimiento. El orgullo te aleja de Dios, te pone bajo el poder del pecado y ultimadamente te lleva al infierno. Rompe tu orgullo y confiesa tu pecado, verbal y audiblemente con un pastor o anciano, no mentalmente. Decirle a Dios tu pecado mentalmente no es confesión y no te sirve para ser libre.

La humanidad sufre del Síndrome de Estocolmo: Han sido secuestrados por satanás pero han terminado por enamorarse de él. Lo triste es que este síndrome está presente también en la Iglesia de Cristo. Las tinieblas han entrado a atacar a los hijos de Dios, pero ellos terminan amando las tinieblas en vez de combatirlas.

Podríamos decir que el pecado en sí mismo no es el problema. El verdadero problema es no confesarlo. Apartarse del pecado es posible solamente cuando lo confiesas, verbalmente, con un hermano mayor en Cristo (anciano o pastor). Muchos quieren dejar el pecado, pero sin confesarlo. Es gracioso y trágico, porque así no funciona. Jamás podrás dejar un pecado sin confesarlo. Mantenerlo en oculto te ata a él.

Es curioso que muchos cristianos no saben exactamente qué es pecado y el resultado es que lo tienen, pero no lo tratan o no se dan cuenta que lo tienen.

Mateo Capítulos 5, 6 y 7 es una lista de revisión para ver si hay pecado en tu vida. Léelo y si tu vida no está alineada con algún punto de esa lista, eso es pecado.

Arrepiéntete, confiesa el pecado y diseña un plan para cumplir lo que ahí se manda.

Revisa tu vida semanal y mensualmente (diariamente si es necesario) para ver en qué estás mal y cómo estás progresando.

"Poneos a prueba para ver si estáis en la fe;

examinaos a vosotros mismos.

¿O no os reconocéis a vosotros mismos de que Jesucristo está en vosotros,

a menos de que en verdad no paséis la prueba? " 2 Corintios 13:5

¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?

En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado,

¿cómo viviremos aún en él? Porque la paga del pecado es - M U E R T E -,

mas la dádiva de Dios es -V I D A---E T E R N A-

en Cristo Jesús Señor nuestro." Romanos 6:1- 23

"Ordena mis pasos oh Señor con tu palabra

y ninguna iniquidad se enseñoree de mí." Salmos 119:33

Prueba vs. Tentación

Dios te pone a prueba pero jamás te tienta a caer en pecado. La tentación en cambio, viene de satanás mediante tus inclinaciones, gustos y preferencias. Cuando entras en tentación, lo más probable es que caigas. Por eso, Jesus nos manda la clave:

"Velad y orad, para que no entréis en tentación"

Mateo 26:41

Si velas y oras, no entras, y si no entras, no caes. Velar es luchar con todas tus fuerzas contra el adormecimiento espiritual, contra la comodidad espiritual, contra la aceptación del mundo, leer disciplinadamente la Biblia y buscar ponerla por obra.

Dios en cambio, te pone a prueba mediante situaciones difíciles. ¿Por qué Dios permite problemas, enfermedades o situaciones difíciles a sus hijos? Para revelar lo que hay en el corazón de ellos.

¿Y por qué querría Dios revelar lo que hay en esos corazones, si Dios ya lo sabe de todos modos? Para que pueda haber un cambio en esas áreas.

¿Y por qué Dios no cambia esas áreas en los corazones de sus hijos si ya sabe y es Todo Poderoso? Porque necesita permiso de cada persona para poder cambiarlas y para que le puedas dar permiso, primero debes saber y darte cuenta qué está mal en lo secreto de tu corazón.

¿Y por qué tiene que hacer estos procesos? Porque Dios respeta el regalo de la vida y la libre voluntad que ha puesto en cada uno y no va a cambiar nada en la configuración de tu corazón sin tu consentimiento consciente. El diablo, él si trata de entrar en tu mente y corazón a la fuerza y cambiarlo con engaños, sin que te des cuenta.

El pecado hiere y lastima el corazón de Dios. La confesión, el arrepentimiento y la oración hieren el corazón del diablo. Decide a quién prefieres lastimar.

Pecados muy comunes que se hacen hábitos: Inmoralidad sexual y pornografía.

Claves para salir de la pornografía:

- Confesar cada vez que ves. No importa cuantas veces.

- Llenar tu mente con Versículos Bíblicos medita y memoriza

- Gym, Trote, Ejercicio Físico con plan y disciplina

- Amigos bien escogidos, que no tengan ese hábito.

La pornografía es un pecado que te lleva al infierno. Si es necesario, corta el internet en tu casa o los medios por los que accedes. Salir de ese vicio puede tardar 4 años de ardua disciplina y lucha, pero puedes vencer. Pídele guía al Espíritu Santo para escoger con qué Pastor, Anciano o Líder espiritual debes confesar tu pecado y que te ayude durante todo tu proceso. Es tu sola responsabilidad vencer.

CRISTO ROMPE LAS CADENAS LA SANGRE DE CRISTO TE REDIME.

Necesitas Fe de que Dios te puede usar e integridad para que Dios te pueda usar. El pecado hiere y lastima el corazón de Dios. La confesión, el arrepentimiento y la oración hieren el corazón del diablo. Decide a quién prefieres lastimar.

Muchas veces, el pecado se ha vuelto un hábito y se transforma en una adicción, como la pornografía, la inmoralidad sexual, el alcoholismo, etc.

Para romper el hábito, debes trabajar en las heridas de tu alma, perdonar a los que te ofendieron y te lastimaron y dejar de verte a ti mismo como víctima. Debes conocerte mejor a ti mismo y avanzar en tu propio proceso de restauración de tu alma.

Es importante que te Bautices en Agua. Averigua más sobre el Bautismo aquí.

Si ya te Bautizaste en agua, encuentra una iglesia que predique y practique la Biblia y conéctate para aprender y servir. Averigua más sobre la Iglesia aquí.

Procura escuchar Música Cristiana. Más sobre la Música Cristiana aquí.

Entiende que la Salvación es un proceso que debes diligentemente continuar. Más sobre el Proceso de Salvación aquí.

A medida que conozcas más a Dios descubrirás que dentro de ti hay 2 elementos: tu alma y tu espíritu. El alma siempre tiende al mal y necesita ser sanada y salvada. El alma se opone a tu espíritu. Tu espíritu siempre desea más de Dios. Aprende más sobre el conflicto entre tu alma y tu espíritu aquí.