Bryan Melvin, Testimonio
Eclesiastés 12. Voy a leer la versión Reina Valera desde parte del verso 5.
5 … porque el hombre va a su morada eterna, y los endechadores andarán alrededor por las calles;
6 antes que la cadena de plata se quiebre, y se rompa el cuenco de oro, y el cántaro se quiebre junto a la fuente, y la rueda sea rota sobre el pozo;
7 y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio.
Eclesiastés 12:5 – 7
Cuando lo pienso, sé que no debería estar aquí hoy. No debería, porque hace 28 años fallecí. Literalmente fallecí. Fue una experiencia muy profunda, porque ví un lugar al que no quiero que nadie vaya. Ví el infierno. Fue el lugar más terrorífico que jamás haya visto o experimentado en mi vida. He estado en lugares extremos en mi vida, pero esto fue lo peor. Cuando termine esta charla tu vas a tener ganas de bailar, y vas a entender por qué vas a bailar de felicidad en el Cielo. Amén.
En ese entonces, yo no era salvo. Era un ateo militante. No creía en Dios. Yo hacía burla de los cristianos. Algunos cristianos se me acercaban mientras yo caminaba por la calle, porque yo crecí cerca de este lugar. Crecí cerca de la Iglesia, cerca de la plaza. Ahí pasaba yo el tiempo libre.
Los cristianos solían salir a la plaza para dar su testimonio y yo discutía con ellos. Yo les decía, “¿tú qué sabes de Dios? ¡Dios no existe!”. Yo era un activista ateo.
Luego me mudé a vivir en el área de Tucson, Arisona. Ahí es donde todo sucedió. Lo que pasó es que bebí agua contaminada. Me contagié de una enfermedad por esa agua. Tuve todos los síntomas del Cólera. Si alguna vez has tenido esa enfermedad, sabes que te hace perder los líquidos de tu cuerpo muy rápido.
Después de 4 o 5 días, mi cuerpo entró en shock y fallecí. Es sólo por la gracia y misericordia de Dios que hoy estoy de pié ante ti hoy. No soy perfecto. Soy como cualquier persona. Un pecador que fue salvado por la gracia. No soy especial. Nadie ha escuchado de mí excepto en el área de Colorado, en algunos lugares.
Entonces, el Señor me escogió, por alguna razón, para traerme de regreso. Y muchas veces cuando estoy de pié para hablar ante grupos de personas, o compartir mi testimonio, la pregunta más frecuente que me hacen es “¿qué pasa cuando mueres?”. Porque mucha gente tiene miedo. No sabes qué se siente morir. Así que, aquellos de nosotros que hemos muerto, te podemos dar un poco de entendimiento. Si eres cristiano, no tienes nada que temer. Amén. Pero si no eres cristiano tienes todos los motivos para tener miedo.
Recuerdo cómo se siente morir. Déjame decirte qué se siente morir. Cuando mueres, cobras vida. No tengo la menor idea de cómo explicar esto.
Mientras yo estaba recostado enfermo en mi cama, temblando con fiebre, de repente, la fiebre llegó al límite y respiré mi último aliento. Es una sensación única: Estar vivo pero sin respirar.
Giré mi cabeza y miré alrededor y me dí cuenta que mi quijada todavía estaba apuntando hacia arriba pero me podía mover. Y luego, tu debes entender que esto sucedió en el año 1980. No había tanta información sobre las experiencias cercanas a la muerte como hay hoy. Yo era un ateo y no tenía la menor idea como era todo esto. Jamás había escuchado de una experiencia cercana a la muerte. Nunca había escuchado de un encuentro cercano a la muerte. Nunca.
Como un ateo activo, crecí en un hogar cristiano, pero me aparté. No tenía un conocimiento suficiente de la Biblia. Sabía lo suficiente para discutir con cristianos, pero no conocía en verdad la Biblia.
Así que, aquí estoy ahora, flotando sobre mi cuerpo, tal como lo cuentan otras experiencias cercanas a la muerte. Yo uso lentes y me di cuenta que ya no los llevaba puesto, pero podía ver la habitación y podía escuchar todo. Podía escuchar a la gente afuera hablando. Todo era cristalinamente claro. No tenía más fiebre, no más dolor. Estaba totalmente en paz. Yo miraba alrededor en la habitación y afuera hacía muchísimo frío. Yo pensé: “¡esto es grandioso!”. De repente, alcé a ver al techo y lo atravesé.
Al atravesar el techo ingresé en un vacío oscuro. Eran unas tinieblas totalmente negras, más oscuras que una media noche dentro de una cueva. De repente ví una luz en la distancia. Brillaba y yo empecé a dirigirme hacia allá muy rápido, pero al mismo tiempo parecía que me estaba moviendo muy lento.
Entonces, empecé a escuchar un coro celestial y una música. Esta música hermosa y este coro celestial sonaban. Y pude escuchar un lenguaje celestial, pero podía entender lo que se me decía traducido al inglés.
Luego, de esta luz que estaba en la distancia escuché una voz calmada y tranquila que me empezó a hablar. Solo me hablaba. Me decía cosas. Me decía y.me explicaba muchas cosas muy profundas sobre Dios y la eternidad. Me explicaba y me respondía todos los porqué y las preguntas que tenemos en la vida.
Cuando mueras, posiblemente tu también experimentes esto. Dios empieza a responder todos los porqué de la vida, la razón de cada evento que te sucedió, y porqué existe maldad en el mundo. Todos estos misterios que rondan la mente de la gente son respondidos mientras experimentas esto.
Muchos que regresan a la vida luego de tener estas experiencias dicen que no recuerdan, pero saben que oyeron a Dios hablar y decir muchas cosas muy profundas. Muchas de estas cosas tienen que ver con quién es Dios y la eternidad. Dios explica. La voz y el coro cantan explicándote los misterios de quién es Dios. Todo lo que ellos proclaman, luego descubrí que está escrito en la Biblia, como lo vamos a ver a continuación.
Así que, mientras yo viajaba flotando en estas tinieblas, escuché por medio de la música y el canto que nosotros fuimos creados seres eternos, porque Dios ha puesto eternidad en nuestros corazones. Eclesiastés capítulo 14 dice:
“He entendido que todo lo que Dios hace será perpetuo; sobre aquello no se añadirá, ni de ello se disminuirá; y lo hace Dios, para que delante de él teman los hombres.”
Eclesiastés 3:11 dice:
“Todo lo hizo hermoso en su tiempo;
y ha puesto eternidad en el corazón de ellos”
Se me dijo que, dado que Dios es un Dios vivo, por eso todos nosotros también vivimos, como lo dice Hechos 17:28
“Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos.”
Como dije antes, en ese tiempo yo no conocía la Biblia, luego al leer la bíblia empencé a encontrar estos cúmulos de verdad. Y ahun 28 años después sigo encontrandolos.
Tal como Jesús lo dijo en Marcos 12: 27:
“Dios no es Dios de muertos, sino Dios de vivos”
¿Tienes idea de lo que esto significa? Vivimos porque Dios vive. Él es Dios de los vivos.
Cuando fallecí, yo era un ateo militante. Según yo, al morir yo iba a caer en un estado de no existencia, solo iba a dejar de existir. Los viejos ateos dicen que cuando mueres, lo único que sucede es que te conviertes en un pedazo de carne muerta. Y esto es lo que yo creía.
Pero ahí estaba yo, vivo, escuchando esta música. Esa voz suave y calmada me expicaba cosas. Me decía que hemos sido creados como seres eternos. No vamos a un estado de adormecimiento al morir. No dejas de existir. Vas a seguir vivo, porque al morir en realidad cobras vida.
Por medio de esa música y los cantos de alabanza aprendí y me enseñaban sobre Dios. Me decían que los regalos o dones de Dios son irrevocables. Romanos 11:29 lo dice:
“Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios”
Me explicaban que Dios siempre cumple su palabra y hace todo lo que dice. Isaías 55:11 dice:
“así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.”
Dios nunca faltará a su palabra. Eso me decían. Dios nunca fallará a sus palabras. El honra el regalo de la vida que te dio. ¿Sabías que Dios te dio el regalo de la vida? Cuando sopló aliento de vida en Adán en Génesis 2:7, que habla del aliento de vida. Tienes un gran regalo y Dios no te lo va a quitar, no importa cuán malo seas, no te será quitado.
Dios es muy justo, incluso con el injusto. Dios te mantiene con vida por un acto de amor y misericordia. Tal vez te suene mal y pienses, “bueno, el infierno es un lugar bastante malo y sería mejor si Dios simplemente nos anula y hace que dejemos de existir para no tener que pasar por todo eso…”. Pero, espera a escuchar lo que te voy a decir antes de que se te ocurra pensar esto. Ni siquiera he mencionado todavía muchas verdades sobre el infierno.
Dios me dejo muy claro que Él no iba a retirarme el regalo de la vida. Así de justo es Dios. Se me demostró durante ese tiempo que la Integridad de Dios es el orden supremo de todas las cosas como son.
La integridad de Dios se te explica en la Biblia en Deuteronomio 32: 4
“El es la Roca, cuya obra es perfecta,
Porque todos sus caminos son rectitud;
Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él;
Es justo y recto.”
Job 34, versos 10 al 12 dice:
“Por tanto, varones de inteligencia, oídme:
Lejos esté de Dios la impiedad,
Y del Omnipotente la iniquidad.
Porque él pagará al hombre según su obra,
Y le retribuirá conforme a su camino.
Sí, por cierto, Dios no hará injusticia,
Y el Omnipotente no pervertirá el derecho”
Tenemos algo asombroso llamado “Sentido de Justicia” aquí. Justicia no es cuando vas ante un juez y eres sentenciado. Esa es la idea que tiene mucha gente. Pero la justicia de Dios va mucho más allá. Dios es recto y justo con todo. Él honra el regalo de la vida que ha puedo en cada uno de nosotros y no nos quitará sus regalos. Así de justo es Él. Dios nunca violará su propia integridad.
Lo que yo estaba aprendiendo, básicamente es que Dios es fiel, sin iniquidad, era recto, justo, nunca haría algo malvado y jamás pervertiría la justicia porque es bueno con todo y con todos como dice el libro de Salmos. Él cumple su palabra, honra sus dones y llamado. Es justo y todo en él. Esa es su integridad. Nunca violará su propia integridad. Esto está dicho en 2 de Timoteo 13, que Dios no puede negarse a sí mismo y el no negará lo que tú eres.
Mientras viajas en este vacío, vas aprendiendo quién es Dios. Entiendes que vas a un lugar donde vas a ser juzgado y vas a ser juzgado por alguien que es perfecto, recto, justo. Todo en el está bien. Inmediatamente te quedas sin excusas que presentar.
Recuerdo que flotaba avanzando en esas tinieblas y me acercaba a la luz. La luz se hacía cada vez más grande. Y empecé a entender que iba a ser juzgado.
De pronto, toda esa paz y tranquilidad que estaba sintiendo en el vacío, sin dolor, sin dolor en el estómago, sin vómito, ni ninguno de los síntomas que tenía desaparecía. Empezaba a sentirme un poco nervioso. Sabía que tan pronto llegue a la luz, iba a ser juzgado.
Iba a ser juzgado por abusar del regalo de Dios, la vida que Él me había dado, por tratar de sacar ventaja de la integridad de Dios. Iba a ser juzgado por tratar de aprovecharme de la bondad de Dios. Dios es bueno contigo. Es bueno con todos. Hace que su sol salga sobre malos y buenos, justos e injustos. ¿Cuántos nos hemos aprovechado de eso?
Hemos tratado de sacar ventaja de la bondad de Dios. ¿Qué vamos a hacer al respecto? Muchos vamos a emborracharnos en bares, golpeamos a nuestras esposas o esposos y abusamos de ellos. Maltratamos a nuestros hijos. ¿Qué estamos haciendo con la bondad de Dios? El es lento para enojarse. Es muy lento para enojarse, pero te está observando.
Estás abusando de su integridad. Estas mal usando el regalo de la vida que te dio, como el hijo pródigo, pasamos nuestra vida comiendo comida de cerdos. Nos perdimos lo que Dios tenía para nosotros y nos fuimos de casa. Y tal vez el Espíritu Santo nos susurra al oído y nos despierta para hacernos saber que debemos volver al Padre. Hemos estado abusando de la integridad de Dios y de su regalo de la vida.
Cuando estés de pié ante el Señor para ser juzgado por abusar de su bondad, su integridad, y lo peor, abusar de su amor y su misericordia, ¿dónde te vas a esconder? ¿dónde nos podríamos esconder?
Mientras la luz se hacía cada vez más grande noté que estaba ingresando en ella. La veía a la distancia pero ahora estaba bastante cerca. Noté que era una roca sólida gigantesca fuera del vacío de tinieblas. Había un resplandor alrededor. Yo sabía que había cosas alrededor pero no se me permitía ver. Solo veía esta enorme roca gigantesca. Ví que había una persona de pié sobre esta roca. La luz salía de esta persona.
Mientras me acercaba a esta roca, seguía escuchando la música y los cantos que decían algo. Lo voy a repetir de la manera más cercana posible. No son las palabras exactas pero decía algo así:
“Dios, la Roca, su obra es perfecta. Dios, la Roca, su obra es perfecta. Dios, la Roca no hace nada malvado. Él no hace maldad. El Todo Poderoso jamás pervierte la justicia. El Todo poderoso jamás pervierte la justicia”
Estas son porciones Bíblicas. Cantaban versículos que están en la Biblia.
Sobre esa roca estaba esta persona. Luz salía de esta persona. Me acercaba cada vez más rápido. Noté que esta persona vestía una túnica y tenía sus manos metidas en las mangas de su túnica. Pero cada vez que sacaba sus manos y las dejaba ver, salía luz de las palmas de sus manos. Su cabeza estaba cubierta con una capucha. Los rayos de luz en sus manos eran colores de luz hermosa que jamás has visto, tal como lo dice Habacuc 3:4
“Y el resplandor fue como la luz;
Rayos brillantes salían de su mano,
Y allí estaba escondido su poder.”
Era algo asombroso. Me parece tan interesante cuando Jesús dice ser la Luz del Mundo. Amén. Esto está en Juan 8:12
Noté que su rostro estaba cubierto por esta capucha. Era la capucha del juicio. Había una razón por la que su rostro tenía que estar cubierto y no podía verlo. Yo sabía que ese era Jesús, porque aterricé justo frente a Él.
Levanté la mirada y el me atravezó con su mirada. Vió todo lo que yo era y todo lo que había hecho. En un solo instante yo era culpable, culpable de abusar el amor de Dios, por haber desperdiciado su amor en cosas sin valor: dinero, autos, relaciones incorrectas con mujeres, lo que sea.
Había malgastado todo. Había desperdiciado mi vida. Había mal usado el amor de Dios. Había insultado su amor pensando: “Oh, Dios no existe y al morir solo seré un pedazo de carne muerta”. No tienes nada que decir.
Instantáneamente caí boca abajo, rostro en tierra. No lo puedo explicar. Fue de inmediato. No podía sostenerme ante su presencia. De repente, una mano se puso sobre mi espalda. Fue como si tuviera un fuerte pegamento y se pegó a mi espalda para ponerme de pié nuevamente. Pero yo no quería estar de pie. Solo quería escapar arrastrandome lo más lejos que pudiera.
Él estaba de pié frente a mi. No té que yo estaba vestido de una túnica que parecía esos trajes de judo, algo así como pantalones flojos. Mi ropa estaba inmunda. Estaba amarillenta, mugrienta, sucia y asquerosa. Eran ropas desagradables.
Estaba de pié ante Jesucristo. Él llevaba puesta su capcucha de juicio. Ahí estaba Él. Había este resplandor de gloria que salía de Él, en Él, alrededor de Él. Todo en Él. Era como un espíritu, como una nube.
Entonces noté que había algo único. Detrás de Jesús, detrás de esa nube que era Él mismo había alguien más de pié, pero era parte de Él y era uno con Él.
En ese momento se me reveló la trinidad. No puedo explicarlo. Ahí estaba yo, de pié ante la trinidad. No ví al Padre. Jesús era quien estaba de pié ante mi y el Espíritu. Jesús estaba alistandose para juzgarme. Le preguntaba al Padre, “Padre, ¿qué hacemos con este sujeto?”.
Siendo ateo en ese tiempo, me fue recordado cómo yo hablaba contra la trinidad, como ponía excusas en discuciones con los cristianos acerca de este tema. Siempre podía ganar las discuciones lógicas y hacer que los cristianos se confundieran tratando de explicar la trinidad. Pero ahora estaba yo ahí de pié ante la realidad de la trinidad.
Tiempo después, cuando ya volví, me fue revalado y fui confrontado con algo en la Biblia. La Biblia habla de los 3 testigos en Deuteronomio 17:6 y 19:15
“Por dicho de dos o de tres testigos morirá el que hubiere de morir;
no morirá por el dicho de un solo testigo.”
Deuteronomio 17:6
Romanos 5:12 declara:
“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre,
y por el pecado la muerte,así la muerte pasó a todos los hombres,
por cuanto todos pecaron.”
Cuando estás ante el Señor entiendes tu pecado, cuán fea ha sido tu conducta y cómo has abusado de la integridad de Dios.
La Bíblia señala que un solo testigo no puede condenar a una persona. Lo que se necesita legalmente es 2 testigos para establecer un hecho. Sin embargo, el testimonio de 3 testigos es más fuerte que el de 2 y establece el asunto a la perfección, para terminarlo, para someter el veredicto.
Yo estaba de pié ante un juicio triple. Si Jesús se hubiese descubierto la cabeza, yo no estaría aquí hoy. Habría tenido en mi contra el testimonio de 3 testigos y no habría podido estar aquí hoy.
Quiero que pienses en algo. ¿Cómo es que Dios puede ser perfecto en todos sus caminos, nunca pervertir la justicia, ser fiel a su palabra, capaz de hacer sentencias justas, ser un solo Dios y al mismo tiempo ser Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo?
Cuando estás de pié ante ese tipo poder, evidentemente caes de cara al piso. Voy a hacer una pregunta que siempre le hago a la gente: ¿Quieres que este testimonio triple esté contra ti? Eso es más aterrorizante que mi experiencia luego en el infierno. Saber que estuve así de cerca de corten mi cordón de plata para entrar en juicio.
Todo lo que te digeron y lo que aprendiste mientras viajabas en ese vacío negro se vuelve real en un momento. Dios honra su don de la vida. El no hace nada maligno. Es así de justo y no faltará a su palabra o su integridad.
Me pregunto ¿cuandos de ustedes aquí son guerreros de oración e intercesión? Siempre me gusta hablar con los intercesores. Son mi gente favorita. ¿Sabes cuál es el juego del diablo? Él está tratando de manchar la integridad de Dios. Pide que Dios te revele más sobre esto. Si esta fuese una reunión sobre guerra espiritual podría profundizar sobre el tema.
Te das cuenta que de repente aquí está un Dios que no hace nada maligno, no viola su propia palabra. Te dio el regalo de la vida. No te lo va a quitar. No irás a un estado de no existencia. Tu alma no va a quedar eternamente adormecida. Dios es así de justo.
Te das cuenta que no estás permitido vivir la vida loca solo porque eres humano. Pensamos, “oh, soy solo un ser humano, Dios entenderá. Él es lleno de amor…”. Seguro que sí. Él es un Dios de amor pero, ¿cuántos de nosotros estamos abusando de eso al pretender ser solamente humanos? Dios quiere que seas transformado a la imagen del Hijo, no que te quedes en la suciedad y la inmundicia de la vida.
Te queda claro que has estado abusando de la integridad de su amor, de la integridad de su misericordia, de la integridad de su gracia, de la integridad de su bondad y todo está demostrado por la forma en que viviste tu vida mortal.
Partes de mi vida pasaban como destellos frente a mí. También, cuando mi vida pasaba como destellos frente a mis ojos, de alguna manera, el Señor me habló y me mostró todas las veces en que yo había ignorado al Señor, cómo Él me había hablado tantas veces para llamar mi atención. Por ejemplo, cuando manejaba por una carretera y no choqué con ese otro auto, a pesar de estar borracho fuera de mi mente, y solo mi cuerpo estaba en el auto. Iba sin prestar atención a lo que hacía. O la vez que conducía a 130 km/h hacia una colina tratando de hacer que mi auto saliera volando como en la serie “Los Dukes de Hazzard” y el Señor me hizo giró mi volante y evitó que chocara con un auto.
Dios me mostraba todas esas veces. ¿Cuántas veces el Señor te libró del desastre y no te has dado cuenta? Todas esas cosas el Señor me mostraba.
Te das cuenta que has cambiado la Gloria de Dios por otras cosas y lo has perdido todo. Has cambiado la verdad de Dios y quién Él es por una mentira, tal como dice Romanos 1. Y a que no sabes esto: Dios amorosamente tiene que darte lo que deseaste.
Al estar de pié ante el Señor en esa hora, era una persona sin salvación. Estaba perdido. Se me hizo entender con totalidad en ese momento que yo era una bestia.
Eclesiastes 3:18 dice:
“Dije además en mi corazón
en cuanto a los hijos de los hombres:
Ciertamente Dios los ha probado
para que vean que son sólo animales.”
En esta vida, estamos siendo sometidos a un test para comprobar si vamos a volver a Dios y ser cambiados o si vamos a quedarnos como bestias.
De pié ante el Señor me di cuenta que yo era una bestia. Tremendo. Y si se me permitía entrar en el cielo en ese estado, en mi estado caído de bestialidad, yo corrompería el mismo Cielo. ¿Cómo? Pues, manipulando la bondad e integridad de Dios para mi propio beneficio egoísta.
Mira, cuando mueres, la eternidad te sella y ya no tienes una segunda oportunidad. Lo que hiciste en esta vida Dios lo ve y te dice, “eres una bestia”. Tú abusaste de la integridad de Dios, de su amor, su misericordia, y Él no va a dejar que eso suceda otra vez.
Por eso, busca en el libro de Apocalipsis, en los 2 últimos capítulos. Él dice que va a crear un nuevo cielo y una nueva tierra donde nada de esto va a existir. ¿Quieres ser parte de eso o no?
Eso es lo que el Señor te muestra. Eso es lo que el Señor me estaba mostrando. Yo era una bestia. Y no se me permitiría entrar en el Cielo porque habría aprendido en esta vida cómo quebrantar la ley, cómo manipular y torcer las cosas y salirme con la mía.
Sólo imagina un par de pecadores en el cielo que no hayan sido limpiados. Sacarían pedazos de oro de las calles de oro y se lo guardarían a escondidas en sus bolsillos pensando, “oh mira esos diamantes, no creo que Dios vaya a extrañar estos, mira me robé estos trajes que encontré…”
Dios no va a dejar que eso suceda, porque manipularías la bondad de Dios y su amor. Piensas, “oh, Dios no creo que me vaya a castigar, no creo que me vaya a pedir cuentas, creo que si podría robarme pedasos de las calles de oro, creo que si podría llevarme un par de diamantes y rubíes. Creo que todavía podría insultar y ofender a mis hermanos y hermanas…”
Por todas esas razones no entras al Cielo. ¿Cómo podrás estar de pié ante el Señor? ¿Piensas que puedes vivir una vida infernal en la tierra y luego esperas que Dios te deje entrar en el Cielo sólo porque Él debería ser amoroso?
¿Crees que puedes vivir infernalmente y esperas que Dios te deje entrar en el Cielo sólo porque Dios es amor y debería dejarnos entrar a todos?
Te voy a preguntar: Si un desconocido golepea a tu puerta pero has visto su rostro en los periódicos y sabes que es el peor de los criminales. Y ahí está él derribandote la puerta. Tú le abres sin saber completamente quién es y él te dice, “Buen día señor o señora. Sé que usted es cristiano y se supone que debe amarme y darme no solo la túnica sino también la capa, así que déjeme entrar y viviré en su casa. Demuestre su amor. Señor Cristiano, se supone que usted debe amarme”
¿Dejarías que esa persona entre en tu casa?. No. Cierras la puerta, ves y llamas a la policía. La policía viene y retienen al tipo lejos, lo desaparecen de tu vista para siempre en una prisión.
Mucha gente cree que puede entrar al Cielo de esa manera. Viven infernalmente en la tierra y le dicen a Dios, “Hey, tú allá, ¡tienes que dejarme entrar Dios!, ¡Eres un Dios de Amor, vamos anda, déjame entrar! ¡No te importa cómo viví mi vida, vas a dejarme entrar verdad!”
¿Qué crees que Dios va a hacer? “Apartaos de mí, nunca os conocí” dice. El triple testimonio del juicio dirá, “eres una bestia, lárgo de aquí, desaparece de mi vista!”. En ese momento entiendes cuán corrupto eres.
Si Dios dejara alguien que no es su hijo entrar al Cielo, esa persona corrompería el Cielo. Esto se te deja saber claramente luego de que mueres y deberían decirnos esto en esta vida ahora mismo también. Hay tantos lugares en los que nada de esto se enseña. La misma Biblia sí lo enseña.
Isaías 26:10 dice:
“Se mostrará piedad al malvado,
y no aprenderá justicia;
en tierra de rectitud hará iniquidad,
y no mirará a la majestad de Jehová.”
Esa tierra de rectutud se refiere al Cielo. Esta persona actuará corruptamente porque no ve la majestad del Señor. Cuando este verso habla de majestad está hablando de la integridad de Dios. Esta persona no puede verla. Otra vez:
“Se mostrará piedad al malvado,
y no aprenderá justicia;
en tierra de rectitud hará iniquidad,
y no mirará a la majestad de Jehová.”
Nahum 1: 3 dice:
“Jehová es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable. Jehová marcha en la tempestad y el torbellino, y las nubes son el polvo de sus pies.”
Isaías 48:22 dice:
“No hay paz para los malos, dijo Jehová.”
¿Estarás de pié ante el Señor como un criminal extraño tratando de entrar para abusar de la integridad de Dios y su amor para tu propio beneficio? ¿O entrarás como Su hijo, un ser humano que ha sido transformado?
Al estar ahí, frente al Señor, entiendes que Dios no va a pervertir el juicio. Él no va a pervertir su justicia. Él te muestra su amor. Su amor te concede lo que deseaste. Te ama tanto que te concede tu deseo. Salmos 145:16 dice:
“Abres tu mano,
Y colmas de bendición a todo ser viviente.”
Y la versión en Inglés dice: “…concedes el deseo a todo ser viviente”
En Salmos 145:20 dice:
“Jehová guarda a todos los que le aman,
Mas destruirá a todos los impíos.”
Eclesiastés 3:14 dice:
“He entendido que todo lo que Dios hace será perpetuo; sobre aquello no se añadirá, ni de ello se disminuirá; y lo hace Dios, para que delante de él teman los hombres.”
Entonces, Dios te dará tu deseo. Si no lo quieres a Él, por su bondad, misericordia y gracia, tan extraño como suena, pero Él te dará el deseo de tu corazón, te dará el Infierno.
Recuerda el ejemplo del extraño golpeando a tu puerta para entrar. Si vives tu vida como un perdido pecador y no quieres nada con Dios y lo demuestras por tu forma de vivir, y esperas que Dios te deje entrar sólo porque Dios es amor. Él te ama tanto que te va a dar lo que deseaste. Te enviará al infierno.
De pié en la eternidad ante el Señor, Él me empezó a hablar. Todavía tenía su cabeza cubierta por la capucha de su túnica. Yo estaba aterrorizado. Me dijo que yo sería un testigo de algo que estaba por venir. Empezó a hablar en rimas.
Me dijo,
“Una tierra desconocida verás
Que más vale olvidada
Pero no quedará sin ser vista…”
Siempre recuerdo estas palabras. No puedes simplemente olvidarlas, porque son tan únicas, porque algo así está en la Biblia. Busca en Apocalipsis. Busca en los últimos 4 capítulos y encontrarás referencias a esto y sabrás de qué estoy hablando.
Siguió hablando y me dijo,
“… cuando donde te envío llegues
mi Nombre y mi Título repetirás
para que tu cordón de plata
no sea roto…”
Su nombre es Jesucristo. Me dijo que lo diga.
Siguió hablando y me dijo,
“… para la Gloria de Dios volverás
no para tu propia gloria.
Cuando regreses,
de esto testimonio darás …”
Hasta la fecha, han pasado 28 años. He trabajado en el ministerio pastoral de las cárceles por 10 años y he hablado con muchos presos. Muchos han sido salvos. Duante el tiempo que estaba en el ministerio de las cárceles, el indice de reincidencia de criminales bajó de forma verificable.
Jesús también me dijo que Él puede resucitar a los muertos. Quiere hacerlo. Lo puede hacer. Muchos dicen, “…cuando mueres luego viene el juicio…”. Si, eso es verdad, mueres una sola vez y luevo viene el juicio, pero Dios tiene autoridad y te puede levantar de los muertos. Levantó niños muertos, resucitó a Lázaro, y todavía resucita muertos hoy. Jesús dijo esto, “… cando eras niño tenías un deseo por mí…”. Si era verdad. Cuando yo era niño, tenía un deseo por Jesús, pero caí en el ateísmo.
Entonces, una fuerza insistente me levantó y fui llevado a una puerta. La puerta se abrió como un rollo. Mis pies entraron primero. Pude ver mi cuerpo. Tenía una coloración extraña. Era algo increíble.
Lo siguiente que pasó es que se me puso en un tunel que giraba como un torbellino y llevaba a esa tierra desconocida. Era un túner horrible, verdoso, como remolino o tornado que giraba sin parar y una explosión de calor me impactó como cuando se abre un horno.
Podía escuchar chillidos y lamentos. Había gente gritando. Podía oir ruidos feroces. Escuchaba todo tipo de cosas desagradables. Podía oler el peor aroma impaginable mientras seguía viajando por ese túnel. ¿Cúantas personas han tenido una experiencia cercana a la muerte en la que ven un túnel? Ya verás de qué estoy hablando en un momento.
Avanzaba girando en este túnel. Empezaba a acercarme al final del tunel, era una especie de salida. Así es como lo puedo explicar.
Acto seguído ví que caía desde un cielo. Había atravezado una especie de luz amarilla, caía desde el firmamento hacía el suelo y al caer contra el suelo me hundí en el suelo y rebotaba varias veces.
Luego miré alrededor y pensé, “Si estoy en el infierno, ¿dónde está el diablo y su trinche? ¿Dónde estoy? ¿En el cielo, en el infierno?
Miré abajo. Luego ví al frente una colina y una casa en la colina. Me senté ahí mirándola de lejos. Luego me puse de pié. De repente, vi un montón de gente saliendo de la casa, corriendo hacia mí. Venían por el valle, y luego subían a donde yo estaba. Parecían personas que conozco, personas que habían muerto antes. Lo describo todo en mi libro de manera más detallada de lo que puedo contarte hoy.
Toda esta gente venía y me daban palmadas den la espalda y me decían, “Bryan, ¡bienvenido a este lugar! ¡Te amamos! Bienvenido al paraíso.” Me abrazaban, me daban la bienvenida. Me hacían pensar que estaba en un lugar pero yo no sabía si estaba en el paraíso o qué era.
¿Cuántas experiencias cercanas a la muerte narran que pueden ver a todos sus familiares muertos que les dan la bienvenida en esta tierra de amor y cuidado?
Si yo hubiera retornado en ese momento a la vida, me habría acordado solo de estoy diría lo que todo el mundo dice, pero el Señor me permitió ir un poco más allá.
De repente una de esas personas empezo a transformarse. Cobró el aspecto de un ser demoníaco. Y todos ellos empezaron a dejarse ver como lo que eran en realidad. Eran seres demoníacos. Cosas asquerosas, con formas diferentes y tamaños distinos. Había uno en particular, frente a mí, de un tamaño considerable parado frente a mí mirándome. Era en parte lagarto y en parte humanoide.
Todos trataban de sujetarme. Entonces dije el nombre “JESUCRISTO”. Recordé que debo decir Su nombre y Su título mientras esté en ese lugar. Al mencionar su nombre, todos retrocedieron. ¡No podían sujetarme!
Podían acercarse, podián hasta topar mi cuerpo, lo que era suficientemente horrible, pero no podían sujetarme, cada vez que yo decía JESUCRISTO, JESUCRISTO.
Yo repetía, “JESUCRISTO, JESUCRISTO, JESUCRISTO, JESUCRISTO, JESUCRISTO, JESUCRISTO, JESUCRISTO…” miles de veces muy rápido.
No dejé de decir el nombre JESUCRISTO hasta que salí de ese lugar. Es todo lo que decía. ¡HAY PODER EN SU NOMBRE!”
Ustedes intercesores, ¡Sepan que hay poder en Su Nombre! Los intercesores lo saben.
Entonces, esa criatura me dijo algo. Hacía ruidos inentendibles. Me hizo gestos con su mano para que le siguiera. En mi libro doy más detalles. Pude entender lo que esa criatura estaba diciéndome en Inglés mientras me hablaba en otro idioma del infierno. Me dijo que le siguiera, que me llevaría de tour.
Empezó a caminar a cierta distancia de mí. De pronto, la criatura metió su mano en el horizonte. Pensé que eso era algo muy extraño. Ahí estaba el horizonte y no puedes ir allá.
Pero esa criatura metió su mano y rompió la imagen del horizonte, rasgándola. Una bocanada de aire ingresó. Recuerdo mucho ese aire y el mal olor.
Detrás se veía un camino de tierra. Salí de donde estaba hacia ese lugar. Es un camino amplio y polvoriento de tierra blanquecina. En medio había algo como una hondonada, un espacio vacío. Salí de ese lugar.
Jesús dijo cosas curiosas en la Biblia. Jesús dice que amplio es el camino que lleva a la destrucción. Cada vez que lo leo, recuerdo ese lugar, porque así era. Es un lugar donde no hay agua. Es seco, caliente y polvoriento. Algunas rocas que habían ahí estaban calientes, encendidas en fuego. El calor es tan fuerte que sientes que tus ojos se van a derretir en tu cabeza y estás totalmente sediento. No sabes lo increíblemente sediento que llegas a estar en ese lugar. No hay agua. Desaría poder llevar agua y beber pero no puedes. La Biblia habla de eso en varias partes. Era tan caliente y tan seco.
Giré y ví que yo había salido de un cubo. Yo había estado en una celda cúbica grande. Un cubo. Yo lo llamo “El Cubo” y todo era tan caliente. En mi libro hablo de esto y digo que medía más o menos 3 metros cúbicos, pero no estoy seguro de las dimenciones.
Bill Wiese, en su libro “23 minutos en el infierno” describe los mismos cubos que yo ví pero dice que miden 4 metros cúbicos. Es una medida similar.
En todo caso, yo salí de ese cubo. Pensé que era algo interesante, porque dentro del cubo todo se veía grande. Pero desde afuera te dabas cuenta que solo medía 3 o 4 metros cúbicos. Era pequeño, pero cuando estabas dentro veías una ilusión de espacio y tiempo.
Es como si lo que está en tu mente se proyecta en ese lugar.
Alcé mi vista y ví había varios cubos montados uno sobre otro, como torres de hasta 6 cubos de alto hasta el extremo de ese camino. Entre cada torre había espacio a manera de pasillos y por ahí transitaban seres demoníacos.
Cuando me veían se ponían furiosos. Seguramente pensaban “¡quién rayos dejó que este se salga!”. Yo no les simpatizaba en lo más mínimo. Y tú tampoco les simpatizas.
Vinieron y me rodearon. La criatura que me había sacado explicó que me llevaría de tour porque eso me había sido concedido. Pero esa criatura también me despreciaba desde el fondo de sus entrañas.
Miré y ví que empezamos a caminar por ese camino amplio y polvoriento. Luego de una larga caminata llegamos a una especie de ascensor que movía los cubos. Los llevaba a una especie de fosa. Algo parecido a un espiral descendente. Resulta que el camino rodeaba un abismo y descendía hacia allá en espiral. Los cubos estaban apegados a la pared de un lado y al otro lado está el vacío sin fondo.
Lo que voy a compartirles es solamente una pequeña parte del infierno, porque ese lugar en realidad es muy grande. Otras personas han visto otras partes del infierno que yo no ví. Puedo verificar algunas cosas porque las ví al otro lado de los corredores. Ví cosas similares. Pero lo que yo ví es en realidad una parte pequeña del infierno, llamada “La Fosa”. Ese camino en espiral descendía hacia allá y tenía celdas a manera de cubos del lado de la pared.
Años después descubrí que en la Biblia se declara que en el infierno hay cámaras. Proverbios 7:27 dice:
“Camino al Seol es su casa,
Que conduce a las cámaras de la muerte”.
El infierno es descrito como una prisión o calabozo. Escucha esto en Isaías 24:22:
“Y serán amontonados como se amontona a los encarcelados en mazmorra, y en prisión quedarán encerrados, y serán castigados después de “ muchos días”
Es asombroso. Confirma lo que se ve en Apocalipsis 20, cuando la muerte y el infierno son lanzados al lago de fuego. Ezequiel 31:16 – 18: Ezequiel 32:21 – 32 describe una fosa infernal como esta. En el verso 22 dice que la fosa es circular. Dice que alrededor hay tumbas. La palabra hebreo para tumba es “celda” o cámara. Menciona que todo ese lugar está dispuesto en una especie de círculo. Ezequiel describe que la gente está colocada individualmente en esas cámaras que están hacia la pared y mirando hacia su líder que está en el espacio abierto del centro, por donde ingresan los muertos hacia las tumbas.
Ahí es cuando entendí que esos tornados como torbellinos o espirales estaban llevando gente hacia todos esos cubos. Era algo totalmente extraño. Veía gente venir en esos torbellinos y eran puestos en los cubos. Miles, millones de personas.
Ezequiel describe que la gente en ese lugar está perfectamente consciente y pueden ver, oir, oler perfectamente con sus sentidos y definitivamente no están durmiendo o adormecidos. El verso 21 dice que su jefe les habla y que están sin ayuda en medio del infierno. El verso 24 dice que la gente es llevada a las partes internas de la tierra, a la fosa, donde llevarán su vergüenza junto con los demás que van allá, en diferentes niveles.
Ví los niveles cuando miré hacia arriba y hacia abajo. Me percaté que la gente en los niveles superiores recibía mejor castigo o tortura que yo. Pero la gente en niveles más abajo que yo recibían más tormento que yo. Ahora, lo chistoso de estos cubos es que todos estos cubos están en lento movimiento hacia abajo. Y no importa si estás en un nivel superior, lentamente estás descendiendo igual, a niveles más bajos y tu recompensa o castigo va aumentando paulatinamente.
Regresamos caminando a los cubos y había gente dentro de cada cubo. Pude ver a cada persona que estaba dentro de cada cubo. Dentro, cada persona estaba viviendo una ilusión de espacio y tiempo.
Si alguno había fallecido en los 1700 veían esa realidad. Si habían muerto en los 1600, eso veían, ese era su mundo ahí dentro del cubo. Si habían muerto en el siglo 20, ese era su mundo. Lo que habían vivido en su vida lo volvían a vivir: Cada persona a la que habían mentido, cada cosa que habían robado, cada abuso que todos hemos hecho de la integridad de Dios, era retribuido.
Y lo curioso es que ninguna de estas personas estaba durmiendo. Dentro de esta fosa algunos recibían ráfagas o bolas de fuego. Otros sentían que estaban atrapados en agujeros muy pequeños. Era un lugar increíble.
Job 26:5 - 6 describe lo que les sucede a los muertos. No puedo explicarles la raíz hebrea en totalidad, pero si lo hacen por su cuenta, este es un pasaje increíble, en especial si lo lees en hebreo:
“Las sombras tiemblan en lo profundo,
Los mares y cuanto en ellos mora.
El Seol está descubierto delante de él,
y el Abadón no tiene cobertura.”
Cuando dice que las sombras tiemblan se refiere a que se mueven, se retuercen, se sacuden por angustia y dolor. Cuando menciona lo profundo de los mares se refiere a la sensación de hundirse bajo la presión de las profundidades de la tierra, no solo el agua, sino la presión en general. ¿Has ido buceando dentro del mar? Sabes como se siente la presión por todos lados. Aumenta mientras más profundo vas. Imagínate que ahí no puedes respirar y así se siente. Sientes que estás siendo sofocado ahí. La palabra mares también está asociada a piedra líquida en el estado de lava.
Dios dice en Deuteronomio 32:22 :
“Porque fuego se ha encendido en mi ira,
Y arderá hasta las profundidades del Seol;
Devorará la tierra y sus frutos,
Y abrasará los fundamentos de los montes.”
Lo que estaba sucediendo con los que estaban en el infierno es que su naturaleza de pecado estaba siendo expuesta, como está escrito. El Seol está descubierto ante el Señor. El pecado es como un poco de levadura que leuda toda la masa. Lo que sucedía con la gente en cada cubo es que su verdadero Yo estaba siendo expuesto. Si quieres emborracharte, entonces tu verdadero yo sale. Cuando vas a la iglesia te vistes con lo mejor, alabas a Dios pero si alguien se te atraviesa en el tráfico, de pronto te sale una palabrota y maldices y les sacas el dedo medio de la hermandad. Tu verdadero Yo será expuesto en el infierno y no es un día de campo. Quiero que entiendas. Tu verdadero Yo corrupto queda al descubierto tal como está escrito en la Biblia. El infierno está descubierto ante Dios. El lugar de destrucción no tiene cubierta. Quedas al descubierto.
En la parábola de Lázaro y el Rico de Lucas 16, Jesús lo explica. El hombre rico muere y su verdadera naturaleza quedó al descubierto. Si lo lees nuevamente tendrás revelación al entender qué es lo que queda al descubierto. Ves su verdadera naturaleza de pecado, su egoísmo. Él solo habla de sí mismo. Pide agua para sí para beber.
Tu verdadero yo queda al descubierto en el infierno y simplemente recibes tu merecido. Lo que siembras es lo que cosechas.
Yo solamente podía repetir infinitas veces JESUCRISTO, JESUCRISTO, JESUCRISTO, JESUCRISTO. Entraba en un cubo y luego pasaba a otro cubo, uno tras otro, visitando.
Y lo mas extraño es que en un momento, la criatura que me guiaba me hizo una señal para ir por los corredores entre los cubos. Todavía tengo pesadillas acerca de esta parte. Los cubos estaban apilados en torres muy cercanas pero podías pasar por esos pasillos. Ahora, dado que el lugar es circular, pero los cubos son cuadrados, algunos cubos ser rompían dejando ver lo que había adentro.
Fuimos a las partes más profundas de los corredores de la fosa donde estaba la pared trasera del infierno y tenía entradas y salidas para ir a otras partes, para ir y volver. Ibamos de un lado a otro, de ida y regreso. Y lo único que veía y recuerdo son las personas. Miles de personas, miles de millones de personas. Era algo horrible. Cada detalle de su naturaleza de pecado quedaba al descubierto.
Déjame decirte algunas cosas que ví dentro de los cubos. Si quieres más detalles tienes que conseguir mi libro.
Recuerdo a un tipo. Él había sido capitan de un barco. Al ingresar en cada cubo recibes revelación y conocimiento al instante sobre la historia de su vida y por qué están ahí. Él había vivido en los 1700s. Era capitán de un barco británico. Era un hombre sádico. Castigaba a su tripulación sin misericordia. Amaba torturar a su tripulación por diversión y les hacía juegos mentales. Su infierno consistía en experimentar lo que su tripulación había sufrido. Su barco se hundió en una batalla y ahí murió el ahogado. Él experimentaba el hundimiento una y otra vez. La verdadera naturaleza de pecado y maldad de ese hombre se manifestaba. Sin duda iba a ser castigado por siempre mirando cuan maligno era y eso repetía una voz mientras la gente veía todo eso: “mira lo malvado que eres, solo mírate…”. Tu verdadero yo y lo terrible que eres se muestra. Ese hombre era un sádico.
Luego ví una dama. Era una dama muy linda. Todos pensaban que era linda. Murió en un accidente automovilístico en los 1800s. Ví que ella había descendido por el torbellino que desciende descendió a mis pies. Ahora, yo podía ver lo que ella veía, a pesar de estar de pié fuera del cubo. La ví. Ella cayó al piso y se levantó. Yo podía ver un demonio ahí dentro, pero para ella, ese era su abuela que le daba la bienvenida al Cielo. “Bienvenida hija mía, este lugar te va a encantar” le decía. Otros demonios golpeaban la puerta y entraban en el cubo. Cuando entraron, ella los veía como amigos que ella tenía. Los reconocía y veía a su abuelo, sus tíos. La dama pensaba que estaba en el paraíso. Estaban dentro de una casa y todos iban a la cocina. El escenario cambiaba mientras ellos se movían. Ellos le invitaban a ir afuera para mostrarle algo en tour. La dama se emocionaba. Decía, “¡todo esto es grandioso y asombroso, es el paraíso!”. Su abuela en realidad era un demonio que estaba dando la apariencia ilusoria de ser una persona, porque eso pueden hacer. La dama no podía notar nada de esto. No sabía dónde estaba. Pensaba que estaba en el paraíso. La supuesta abuela le dice, “cariño, voy a volver a casa y te voy a hacer las galletas que siempre te gustaban. ¿porqué no vas por allá y descansas bajo los árboles?”. Esos árboles no eran reales. Eran demonios con forma de árboles. Debo decirte que algunos demonios tienen aspectos indescriptibles. Algunos parecen simplemente varas de palo que caminan, otros parecen árboles. En mi libro describo que otros se ven como vegetales podridos. No sé cómo más describir. Otros parecían dinosaurios, otros serpiente, todo tipo de criaturas horribles. La dama se sentó sobre una criatura en forma de roca. Había la ilusión de un río. La dama metió su mano en el agua del río y se dio cuenta que su mano no se mojaba. Empezó a darse cuenta y empezó a sentir olas de depresión al darse cuenta que no estaba en el paraíso. Entonces recuerdo y me da escalofríos, porque las ramas de los árboles le atrapaban y ella empezaba a llorar y ella se daba cuenta cuán fea era por dentro y todo lo que había perdido.
Luego fuimos a otro cubo. En ese cubo había un tipo. Era profesor de universidad. Escribía algo en un pizarrón. Lo repetía cientos de veces, como cuando te lo hacen repetir en la escuela. Era algo muy raro.
Luego fui otro cubo. Ahí había un hombre que creía estar de pesca.
En el siguiente cubo había otra dama que caminaba en las calles de parís en un amplio parque. Pero ella era totalmente malvada dentro de sí y eso se manifestaba. Caminaba odiando a todo el mundo remordiendo sus dientes y luego los demonios venían por manadas para golpear, cortar, morder. Y todo se ponía peor, nada mejoraba. Todo esto le sucede a esa gente.
De pronto, volvimos al camino polvoriento blanquecino. Lo cruzamos y ví a todos estos demonios, por cientos, por miles, por millones empezando a reunirse. Eran hechos como de vapor pero de repente cobraron la forma de torres de antenas telefónicas. Se agruparon y formaron entre sí unas como torres de antenas telefónicas. Entonces se me concedió poder ver a través de las paredes del infierno. Ví que estas torres de antenas telefónicas salían a la superficie de la tierra hasta el espacio en ciertos puntos de la tierra. En la parte superior habían unos demonios muy grandes y de alto rango. Los demonios tienen rangos. Los más grandes tienen más poder y los más pequeños obedecen.
Todos los demonios cantaban canciones. No era música celestial. Sus canciones son poco melódicas, monofónicas, adormecedoras. Lo que hacen es hechizar a la gente para que escuché esa música y les hacen bailar a ese ritmo. Era música depresiva y derrotista. Repetían cosas como “oh, soy tan miserable, oh pobre de mí. Qué mal me siento…” Cantaban ese tipo de cosas y la gente empezaba a creer todo eso. Empezaban a creer las mentiras que cantaban. Tan pronto alguien creía esto, la torre de antena convocaba a otros demonios que habían escapado del infierno e iban a atacarte y trataban de hundirte, trataban de manchar la integridad de Dios y su carácter. Te usan como arma de guerra contra Dios para hacer que Dios no cumpla sus promesas o no sea fiel a su palabra.
Años más tarde, cuando leí Efesios 6:13 habla de principados y potestades en lugares celestiales sobre la tierra. Bueno, yo los ví. Lo ví suceder. Jesús dijo en Mateo 12: 43 – 45:
“Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla.
Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la halla desocupada, barrida y adornada.
Entonces va, y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero. Así también acontecerá a esta mala generación.”
Yo lo ví. Cuando lo ví quedé impresionado. Decía “¡Señor, quién soy yo para que me muestres todo esto!”. Lo que me sucedió está escrito en la Biblia. Yo lo estaba viendo. Esto es digno de una conferencia de guerra espiritual.
Déjame cerrar esto diciendo una prisión de Salmos 40. Cuando yo estaba ahí, los demonios me llevaron de regreso a los cubos, a los lugares más profundos de la fosa, donde la pared de la fosa sostiene los cubos. Y había un cubo que estaba abierto. Todos estos demonios estaban ahí. Yo solo repetía JESUCRISTO, JESUCRISTO, JESUCRISTO, JESUCRISTO, JESUCRISTO. Estaba petrificado de miedo. Mis pies no se querían mover.
Estaba atrapado en lodo. Quería despertar y salir de ese lugar. Es tu peor pesadilla. Pero jamás despiertas. Es lo que experimentan esas personas en esos cubos. Son pesadillas vivientes. Yo veía todos estos demonios. Había cientos y no podía llegar a ver el fin de la multitud de demonios a la distancia, de todas las tallas, tamaños y formas. Todos ellos querían que yo ingresara en uno de esos cubos. Yo sabía que si entraba en ese cubo, jamás saldría. Yo no quería entrar. Llegué al final y no había quién me ayude.
Quiero leer Salmos 40 y nunca puedo leer esto sin llorar. La primera vez que lo ví en la Biblia y lo leí realmente me impactó profundamente. Es una escritura profunda porque tiene mucho sentido para muchas personas. Pero para mí tuvo un significado especial. Me tomó por sorpresa un año más tarde mientras leía la Biblia capítulo tras capítulo y llegué a esa parte.
Pacientemente esperé a Jehová,
Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.
Y me hizo sacar del pozo de la desesperación,
del lodo cenagoso;
Puso mis pies sobre peña,
y enderezó mis pasos.
Puso luego en mi boca cántico nuevo,
alabanza a nuestro Dios.
Verán esto muchos, y temerán,
Y confiarán en Jehová.
Cuando dice “pacientemente esperé” no es como esperar el bus. Es cuando llegas a un punto cuando nadie te puede ayudar. Estás a tu límite y no hay dónde más ir. Si Dios no te salva en ese punto, nada hay que te pueda salvar. Quedarías condenado y perdido para siempre. Es el fin de la calle.
Mientras yo estaba ahí repitiendo JESUCRISTO, JESUCRISTO, JESUCRISTO, con lo último de mi ser, empecé a sentir la presencia de Dios inclinandose hacia mí, descendiendo. Podía sentirlo. Podía sentir que venía. Podía sentir poder y autoridad viniendo.
Entonces alguien me levantó. Esta persona tenía heridas den sus manos desgarradas. Recuerdo me me tomó y me sujetó. Los huesos de las muñecas en sus manos estaban destrozados. Podías ver que esos huesos habían sufrido una separación. Dolía solo al verlo.
(llanto…)
Pacientemente esperé a Jehová,
Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.
Y me hizo sacar del pozo de la desesperación,
del lodo cenagoso;
Puso mis pies sobre peña,
y enderezó mis pasos.
Puso luego en mi boca cántico nuevo,
alabanza a nuestro Dios.
Verán esto muchos, y temerán,
Y confiarán en Jehová.
En el infierno sientes que estás atrapado, no puedes salir ni escapar, nadie te escucha. Pero Él me oyó y me tomó en sus brazos y me llevó. Y literalmente me sacó de la fosa. Regresé por ese túnel horrible y fui puesto sobre esa roca gigantesca, la roca donde había estado antes de entrar.
Todos pasamos por cosas difíciles, al límite, pero nada es más terrorífico que darte cuenta que nunca saldrás del infierno. No sé por qué Dios me salvó y me trajo de regreso, pero lo hizo.
Así que regresé y el resto ya es historia. Meses después de esta experiencia me volví cristiano. Y quiero decirte algo, porque muchos dicen, “oh, tu te convertiste a Cristo en el más allá…”. No, no fue así. Tuve que aceptar a Cristo como todos los demás aquí. Porque allá en la eternidad estás ya sellado. Lo que yo recibí fue una segunda oportunidad.
No lo merecía. Porque cuando estás en el infierno sabes que mereces estar ahí. No piensas que eres inocente. Sabes que mereces estar ahí. Pero Él me rescató de la fosa de horror.
Yo tuve que sentarme en una iglesia como todo el mundo, levantar la mano cuando hicieron el llamado, pasar al frente como todo el mundo, y ser salvo como todos los demás.
Isaías 24: 21 – 22 dice:
“Acontecerá en aquel día, que Jehová castigará al ejército de los cielos en lo alto, y a los reyes de la tierra sobre la tierra.
Y serán amontonados como se amontona a los encarcelados en mazmorra, y en prisión quedarán encerrados, y serán castigados después de muchos días.”
Tal vez tu digas, “oh, Dios juzgará a los reyes, eso es a los políticos… yo no.”. Vaya pues, Dios te dio un regalo en Génesis 1:26 – 31. Te dio dominio para gobernar en tu área. Tienes un pequeño campo de gobierno donde tienes autoridad. ¿Cómo estás gobernando? ¿Golpeas a tu esposo o esposa?¿Mientas, adulterás, traicionas?¿Cómo ejerces tu reinado? Este verso es para todos nosotros.
“Acontecerá en aquel día, que Jehová castigará al ejército de los cielos en lo alto, y a los reyes de la tierra sobre la tierra.
Y serán amontonados como se amontona a los encarcelados en mazmorra, y en prisión quedarán encerrados, y serán castigados después de muchos días.”
El infierno, tal como es hoy es un área donde te retienen. Yo he trabajado en el ministerio de las cárceles. Me gusta usar un pequeño ejemplo porque su conocimiento de revelación es increíble.
El infierno como es hoy es como un centro de detención local, un poco peor, dónde todos son juntados, se les lee su sentencia, y esperas tu juicio. Estás ahí hasta que termine tu juicio. Luego del juicio eres encontrado culpable y no regresas a ese centro de detención provisional, sino que vas a la cárcel. De eso habla este verso. Es lo más cercano en comparación.
Así que, en conclusión, no me ofende si alguien piensa que lo mío fue una visión del infierno. Pueden debartirme si quieren y cuestionar si morí o no. A mí no me interesa. Sé que fallecí.
Al final de todo quiero preguntar solo una cosa a todos, ¿Estás seguro que irás al Cielo, sin ninguna duda?
¿Cómo estarás de pié ante el triple testimonio de Dios? Antes de que tu cordón de plata sea roto y tu espíritu regresa a Dios que lo dio, ¿cómo vas a estar de pié ante Dios? ¿Estarás de pié perdonado, cambiado a la imagen de su Hijo, como un reflejo de la semejanza de Cristo en la tierra, transformado en su justicia, en su iglesia amada?
Es hora de sufrir una transformación. Estamos en medio del proceso de ser cambiados. ¿Quieres ser un hijo de Dios o un hijo del diablo? Sólo hay dos tipos de hijos. Muchos dicen “todos somos hijos de Dios”. No es así. Jesús dijo que hay hijos de la Luz e hijos de las tinieblas. Uno ama a sus hijos muy diferente que lo que ama uno a sus vecinos.
Cuando llegas a se un hijo de Dios, Él te adopta y eres su propio hijo. Eres cambiado y transformado a la gloria de Dios. Él va a poner su amor en tu corazón. Te va a enseñar cómo operar en su amor. Será doloroso, pero Él te enseñará y nunca te dejará.
Esta es una transcripción de un video en inglés en una conferencia sobre este tema, con la participación del Autor Bryan Melvin, en este link: