Pídele a Jesús que entre en tu corazón y te salve. Haz esta oración, en voz audible, no importa si estás solo, o sola, debe ser audible y con fe:
"Señor Dios, entiendo que tu amor por mí es tan grande, que diste a tu único hijo Jesús, para que muriera en una cruz por mis pecados. Acepto a Jesús en mi corazón como mi Señor y Salvador. Rechazo a Satanás y a su mundo de tinieblas. Entrego mi vida a Jesús para que la limpie y la restaure. Escribe mi nombre en el libro de la Vida. Ayúdame a seguir tu camino hasta el fin de mis días."
Si has hecho esta oración con fe, Jesús ha entrado en tu corazón. Ahora debes empezar a leer la Biblia y buscar una iglesia donde reunirte con más personas que buscan a Jesús. Conoce más a Jesús en la Biblia. Puedes empezar con el evangelio de Marcos:
Encuentra una iglesia cristiana que predique y ponga en práctica la Biblia. Asiste regularmente e involúcrate en el proceso de aprendizaje y servicio local. Busca ayudar y servir. No dejes de leer la Biblia y hablar con Dios hasta el fin de tus días.
¿Es necesario confesar tus pecados?
Muchas veces, el pecado se ha vuelto un hábito y se transforma en una adicción, como la pornografía, la inmoralidad sexual, el alcoholismo, etc.
Para romper el hábito, debes trabajar en las heridas de tu alma, perdonar a los que te ofendieron y te lastimaron y dejar de verte a ti mismo como víctima. Debes conocerte mejor a ti mismo y avanzar en tu propio proceso de restauración de tu alma.
Es importante que te Bautices en Agua. Averigua más sobre el Bautismo aquí.
Si ya te Bautizaste en agua, encuentra una iglesia que predique y practique la Biblia y conéctate para aprender y servir. Averigua más sobre la Iglesia aquí.
Procura escuchar Música Cristiana. Más sobre la Música Cristiana aquí.
Entiende que la Salvación es un proceso que debes diligentemente continuar. Más sobre el Proceso de Salvación aquí.
A medida que conozcas más a Dios descubrirás que dentro de ti hay 2 elementos: tu alma y tu espíritu. El alma siempre tiende al mal y necesita ser sanada y salvada. El alma se opone a tu espíritu. Tu espíritu siempre desea más de Dios. Aprende más sobre el conflicto entre tu alma y tu espíritu aquí.