Por David Basantes
La Guerra
La guerra espiritual se pelea en 3 frentes
-Interno: Alma vs. Espíritu.
-Terreno: contra los demonios.
-Aires (Lugares altos): contra principados y potestades.
La guerra espiritual interna es la más importante. Es la lucha de tu Espíritu contra tu Alma. Tu espíritu anhela a Dios, tu alma anhela este mundo. Tu espíritu debe gobernarte. Tu alma quiere gobernarte. Si tu espíritu gobierna tendrás sanidad. Si tu alma gobierna tendrás quebrantos de salud tarde o temprano.
La guerra espiritual en el terreno consiste en expulsar demonios que habitan en otras personas. Jesús nos ordenó ejercer autoridad y vencer esta guerra.
La guerra espiritual en los aires, en lugares altos está reservada para Dios. En esta batalla, la batalla es del Señor. Jesús NUNCA expulsó principados de lugares altos. Los principados se van solos cuando la población se arrepiente, no cuando los expulsas. Ningún apóstol, ni profeta, ni evangelista, ni pastor, ni maestro tiene autoridad para expulsar principados, ni hablando, ni con ningún ritual "profético". Hacer actos "proféticos" contra principados te expone a su ataque, porque un principado tiene permiso de gobernar. Dios lo permite mientras la población viva en pecado.
El mismo profeta Daniel, uno de los primeros en nombrar a los principados, cuando recibió la información de estos, su oración fué de arrepentimiento, no de "juicio" o "ataque" o "expulsión" a los principados.
Dios expulsa a los principados de un territorio cuando la población oye el evangelio, lo cree y lo practica y esto se concreta en la Guerra Espiritual Interna de cada persona. En el Padre Nuestro, Jesús deja en manos de DIOS librarnos del maligno.
El Enemigo
La palabra "satán" o "satanás" viene del hebreo "SHATAN". No es un nombre, sino una función. Significa "enemigo". Como creyente tienes 3 enemigos:
- Tu alma. (Ego/ Carne/ Inclinación interna al mal)
- Este mundo. (Sociedad corrupta/ Sistema/ 7 montes)
- Los Principados y Potestades. (El diablo y sus demonios)
Estos 3 enemigos se vencen en ese orden. Para vencer al siguiente, primero debes vencer al anterior. Para vencer a los principados, primero debes vencer a este mundo. Y para vencer a este mundo primero debes vencer a tu alma.
Perdemos el tiempo desarrollando estratégicas contra los principados o para "conquistar 7 montes" cuando todavía no hemos vencido la guerra interna. El Reino de Dios se manifiesta de adentro hacia afuera.
—La venida del reino de Dios no se puede someter a cálculos.[a] 21 No van a decir: “¡Mírenlo acá! ¡Mírenlo allá!” Dense cuenta de que el reino de Dios está entre[b] ustedes.
Lucas 17: 20, 21
En este verso, la palabra griega es ENTOS ( ἐντὸς ), "dentro". Si no logras vencer tu alma, tu propio ego, tu propia carne, ni en sueños podrás ir a lo siguiente. Entonces, el centro de todos tus esfuerzos debería estar en someter a tu alma bajo el Espíritu y la Palabra de Dios. El centro de tus esfuerzos debe ser formarte hábitos espirituales y destruir malos hábitos. De ahí, lo demás sucede "casi" de forma automática.
Viniste a la Tierra para formarte hábitos. Los hábitos de adquieras en la Tierra te seguirán por la eternidad. El hábito más importante es buscar a Dios. ¿Cómo está tu habito de buscar a Dios? Si no lo buscas aquí, en esta vida, tampoco lo encontrarás allá, en la eternidad.
Santiago 4:7
Reina-Valera 1960
7 Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.
...Continuará.
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