Sopa de mondongo


Sopa

de mondongo

Por: César COLOMA PORCARI

Presidente del Instituto Latinoamericano de Cultura y Desarrollo

Uno de los platos más sabrosos de la culinaria criolla era la sopa de mondongo, que ahora ya casi no se conoce en Lima, aunque sí se prepara en otros lugares del Perú.

Este potaje fue tan apreciado que se ocupa de él, a mediados del siglo XVIII, nada menos que Esteban de Terralla y Landa, en su famosa obra “Lima por dentro y fuera, escrita bajo el seudónimo de Simón Ayanque (Lima, Imprenta de Tadeo López, 1838, p. 37).

En ella el autor, al referirse a una comida en casa de una familia principal de nuestra ciudad, escribe:” Que empiezan los halagos, /Que cesan los cumplimientos,/ Y que te alargan finezas,/ Que te hacen mil obsequios./ Que pon en por primer plato. /Que ponen por primer plato / Un manjar estupendo, / Que es la sopa de mondongo / Que a veces viene relleno”. (sic)

Es importante tener en cuenta que Terralla, en su obra, afirmaba que la sopa de mondongo era una de las “comidas del país” (Idem, p. 152).

Por su parte, el poeta costumbrista Arturo Montoya nos da la receta: “Es la sopa de mondongo / una agradable comida / tanto para quien es pobre / cual para la gente rica. /Primero, el mondongo lávase; / después de esto, se cocina / hasta que se ponga blando / i, a continuación, se pica. / Colorado ají se muele / junto con especerías, / con sal, ajos, yerba buena / i pimienta de Castilla. / De manteca con un trozo, / se pone en una vasija / apropiada, sobre el fuego, / para que todo se fría. / Por fin, el mondongo se echa / y se revuelve en seguida; caldo del mismo se añade, / también rebanadas chicas / de ese pan que es salutífero / y que francés se apellida, / sin duda porque lo hicieron / francesas panaderías” (sic). (“Romancero de las calles de Lima”, VI serie, Lima, Imprenta Rivas Berrio, 1934, p. 49).

Recuperemos nuestra tradicional sopa de mondongo, que fuera tan apreciada en Lima desde la época colonial, con esta antigua receta que nos ofrece el poeta Montoya.


(Publicado en “El Comercio”, Lima, 22 de noviembre de 2004, página b-7).