Después de los baby boom de la post-guerra, llegó la Generación X (kidults), nacidos en la década de los 70, también conocida como la Generacion Perdida, por su apatía y la falta de expectativas. Algunas de sus conductas sociales más características son la libertad sexual, la falta de respeto a sus padres o dar prioridad a los amigos antes que a la familia. Son también La Generación del Cambio, pues vivieron los primeros años de la democracia en España, la aprobación del divorcio o la llegada de Internet. Es la primera generación rigurosamente posfranquista y la más preparada de la historia de este país. Se los conoce también como JASP, "Jóvenes aunque sobradamente preparados". Universitarios que se encuentran en un mercado sobresaturado de universitarios. Solo ganan unos mil euros, por lo que no pueden permitirse hijos ni relaciones estables, comparten piso con otros mileuristas y, aunque están mejor formados que sus jefes, saben idiomas y dominan la informática, son marginados por ellos y no logran ascender. Se sienten frustrados porque no han podido llegar a donde querían.Por sus bajos salarios se puede hablar también de la Generación de los mil euros.  "El mileurista es aquel joven licenciado, con idiomas, posgrados, másters y cursillos (...) que no gana más de 1.000 euros. Gasta más de un tercio de su sueldo en alquiler, porque le gusta la ciudad. No ahorra, no tiene casa, no tiene coche, no tiene hijos, vive al día... A veces es divertido, pero ya cansa (...)"

Les siguen los jóvenes hiperconectados y consumistas de la Generación Y, los nacidos entre 1982 y 1992, una década marcada por el inicio de la revolución tecnológica y el crecimiento económico y el fin de la Guerra Fría. Acostumbrados a un alto nivel de vida y dispuestos a asumir retos, esta generación protagonizó el auge de la conciencia social y el surgimiento de familias no tradicionales, entre otros aspectos. La Generación Interactiva en España.A comienzos del siglo XXI España vivió una época de bonanza económica y en 2006 el PIB per cápita de España era casi igual a la media de la UE. El desempleo, que por décadas se había mantenido en el entorno del 20%, se redujo al 8,3% en 2007 atrayendo a una gran masa de inmigrantes que venían a buscar trabajo a España. Las generaciones de jóvenes trabajadores españoles afrontaron el nuevo milenio con grandes esperanzas de mejorar en su futuro, el pasado de sus padres.

Por último podemos hablar de otra generación, la Generación ni-ni. Jóvenes españoles que ni estudian ni trabajan. Se calcula que España había más de 700.000 jóvenes (1 min) menores de 34 años en esta situación a mediados de 2009. Y si consiguen un trabajo, seguramente será malpagado: España es mileurista (3 min).  Este debate en televisión española también trata sobre el tema: Más Gente - La juventud española ¿Generación perdida? (20 min.)

Emancipación.  La vida en la familia se hizo cada vez más permisiva por lo que el hogar paterno se ha convertido en un lugar extremadamente cómodo, barato, y libre. Si unimos a esto la falta de trabajo o los bajos sueldos, no es raro que muchos jóvenes españoles sigan viviendo con sus padres, como podemos ver en este informe de televisión: Más de la mitad de los jóvenes españoles viven con sus padres (1 min).

Cuando por fin se independizan, a la hora de elegir una forma de convivencia con su pareja, los jóvenes prefieren la formalización de las relaciones y la mayoría prefiere el matrimonio (civil o religioso).

Muchos padres quieren dar a sus hijos lo que ellos no pudieron tener de jóvenes. Esto lleva a veces a una pérdida de valores y algunos jóvenes prefieren buscar caminos alternativos como los amigos, el alcohol, las drogas, la conducción suicida... Historias del Kronen y Noches de San Juan son dos novelas que reflejan muy bien esta forma de vida.

Datos sobre la juventud en España: Según el: Informe 2008 - Juventud en España, vamos a sacar unos datos representativos de la juventud española actual.

Educación: El nivel de fracaso escolar es muy alto, el 31% no aprueba la Educación Secundaria y del resto otro 28% tampoco sacará el título de bachiller (High School).

Valores: Los problemas que más preocupan a los jóvenes españoles son: el paro (45,6%), seguido de la droga (33%), la vivienda (28,7%), la inseguridad ciudadana (23,6%), la falta de futuro para los jóvenes (21,6%) o el terrorismo (20%). 

Su participación en movimientos sociales ha disminuido desde el 2005: ecologistas, pro-derechos humanos, pacifistas, de gays y lesbianas, contra la discriminación racial, etc., y sólo uno de cada cinco jóvenes pertenece a algún tipo de asociación ya sea cultural, deportiva o juvenil. Su desafección política es muy grande y la mayoría de los jóvenes, el 56,5%, piensa que la política no tiene nada que ver con su vida.

Religión: La religión –junto con la política- sigue ocupando uno de los últimos lugares en su escala de valoración, pero más de la mitad de los jóvenes españoles de 15 a 24 años (53’5%) se definen como católicos, aunque el 62% de los jóvenes españoles dice no asistir nunca o casi nunca a la iglesia y sólo un 7% va a misa los domingos. 

Ocio: En cambio, para casi la totalidad de los jóvenes (92%) el ocio es bastante o muy importante, similar a la importancia que dan a las amistades, los estudios e incluso a la formación y competencia profesional. Su actividad favorita es escuchar música (95%), seguido de ver la televisión o escuchar la radio (aunque va disminuyendo). Ir a bares, discotecas o salir al cine, son actividades muy importantes (a pesar de la crisis). Igual importancia dan a las relaciones sexuales satisfactorias. 

Las chicas prefieren salir de tiendas, 81% frente a 62% para los chicos que prefieren los juegos de ordenador y juegos electrónicos (80% frente a un 60% para las chicas). Ellas visitan más museos y exposiciones que ellos (40% frente a 32%) y les gusta tocar un instrumento, pintar o escribir en su tiempo libre (29% frente a un 24% para ellos).

Entre los jóvenes de 16 a 24 años el uso del teléfono móvil es ya a casi absoluto (98%). El 58% dedica más de dos horas diarias a Internet, superando incluso la media de horas de TV (en torno a las 2 horas diarias). Y se ha extendido mucho la proporción de jóvenes que participa en comunidades virtuales como las redes sociales (70% entre los menores de 20 años y 63% para los mayores de 20 años).

Hemos visto como la mayoría de los mayores en España están contentos con el sistema de sanidad del estado, todos reciben pensiones, aunque no muy grandes, algunos necesitan una asistencia especial y muchos aprovechan las vacaciones que organiza el estado para ellos. Todo esto se incluye en lo que se llama La SeguridadSocial española, que es el sistema de protección social del Estado. Su finalidad es garantizar unas prestaciones sociales concretas e individualizadas, para hacer frente a las contingencias que pueden situar a la persona (y a quienes dependen de ella) en una situación de necesidad. Se trata, como su nombre indica, de dar Seguridad Social a todos los españoles.Hay dos modalidades, una contributiva, por la que cada uno paga un porcentaje de su salario, y una no contributiva, que cubre a todos los demás y que se financia con los Presupuestos Generales del Estado. 

El concepto de Seguridad Social en España es muy amplio y cubre los siguientes campos:

1. La asistencia sanitaria (atención primaria y hospitalaria).

2. La recuperación profesional.

3. Prestaciones económicas en caso de:

   • Incapacidad temporal

   • Maternidad

   • Muerte y supervivencia

   • Invalidez

   • Jubilación

   • Desempleo

4. Reeducación y rehabilitación de inválidos y asistencia a la tercera edad.

5. Asistencia social.

Es decir, que cubre prácticamente cualquier problema que podría provocar una situación de inseguridad en las personas, y sobre todo en los mayores que son los más vulnerables. No es solo la jubilación, sino también el desempleo y cualquier tipo de incapacidad, la sanidad y su posible recuperación, la rehabilitación de inválidos y la asistencia a nuestros mayores. Y además la cobertura es universal y cubre incluso a quien no haya contribuído sin importar el motivo. De este modo las personas mayores pueden tener la tranquilidad de que nunca se encontrarán desamparados, siempre podrán contar con la protección del estado.

Además, con el fin de ayudar todavía más a las personas dependientes, ya sea por sufrir una enfermedad o accidente invalidante o simplemente por llegar a la vejez, en 2006 se aprobó la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia y a las familias de España, más conocida como Ley de dependencia, que sienta las bases para construir el futuro Sistema Nacional de Atención a la Dependencia, a fin de dar más servicios sociales a estas personas, muchos de ellos mayores de 80 años. Por ejemplo se ha creado: El Servicio Público de Teleasistencia y el servicio público de Ayuda a Domicilio. También han aumentado las plazas en los centros sociales centros de día y de centros residenciales. 

E. Jóvenes y mayores

Hijos y padres: Según la encuesta de 2007, Jóvenes y personas mayores, los jóvenes españoles sitúan la juventud entre los 15,7 y los 37,6 años y consideran a una persona como mayor (anciana o vieja) por su edad (34%) y su aspecto físico (24%) sobre todo (también por la forma de pensar, 12%). Para dejar de ser joven lo más importante es la edad (21%) y la forma de pensar (18%) y el aspecto físico solo cuenta un 10%.

Un poco más de la mitad de los jóvenes consideran que sus padres no son estrictos con ellos en cuanto al control de sus actividades cotidianas.

La mayoría de los/as jóvenes hasta 29 años mantiene conversaciones frecuentes con sus padres sobre su trabajo o sus estudios (81%), sobre  sus proyectos y planes de futuro (78%), sobre sus relaciones personales (64%) o sobre el uso del tiempo libre (61%). Pero son menos frecuentes otros temas como las drogas (40%), las cuestiones políticas (33%), el sexo y los anticonceptivos (28%) o las cuestiones religiosas (25%). En general, la juventud española considera que las relaciones con sus padres son buenas (86%), y tan sólo el 2% que declara tener una relación bastante mala con sus padres, aunque un 8% consideran su forma de pensar como radicalmente opuesta a la de sus padres. El 17% se identifica con la forma de pensar de su padre y el 23% con la de su madre.