Tema 3: España hoy

Terminamos la sección histórica de este curso con el periodo que va desde la proclamación de la Segunda República en 1931 hasta nuestros días. Como ya hemos dicho, en Historiasiglo20.org y arteHistoria podemos encontrar más información y un resumen en los videos de arteHistoria.

A. República y Guerra Civil

En 1931, el descontento general de la población por las grandes desigualdades sociales favoreció el triunfo de los republicanos, lo que llevó a que el rey Alfonso XIII se exiliara estableciéndose la Segunda República que intentará llevar a cabo grandes reformas, especialmente en el plano socio-laboral y la secularización del estado.

En poco tiempo se firmaron leyes muy progresistas poniendo a España en la vanguardia de los países más democráticos. El voto femenino, derecho de huelga, seguro de maternidad y seguro social universal, son algunos ejemplos. Pero la oposición de los grupos más conservadores, la Iglesia Católica y los monárquicos, clamaban por la vuelta al antiguo régimen. Además, la izquierda más radical reclamaba una revolución social, política y económica. El gobierno republicano no pudo controlar la situación que se hizo cada vez más violenta.Los abusos de la izquierda radical, llegando al saqueo de muchas iglesias y asesinato de religiosos, favoreció el alzamiento nacional encabezado por el general Franco, que los conservadores veían como un rápido golpe de estado para volver al orden anterior. Pero el golpe no triunfó en todas partes, sobre todo en las grandes ciudades, por lo que el conflicto se convirtió en una cruenta guerra civil que duró casi tres años. España se dividió en dos bandos irreconciliables cometiéndose atrocidades que dejaron al país arruinado y con más de medio millón de muertos.

La guerra terminó con el triunfo de los sublevados y se estableció una dictadura que duró casi cuarenta años hasta la muerte del general Franco, obligando a miles de derrotados a iniciar un penoso exilio que los llevaría por todo el mundo, especialmente a Latinoamérica. 

 

B. Transición y Democracia

Durante años se reprimió brutalmente toda oposición, pero al final del franquismo el régimen dio algunos pasos hacia la apertura y se fue liberalizando la política cultural, educativa y económica. España pasa de la miseria de la posguerra a tener un gran auge económico en la década de los sesenta, y se va integrando de nuevo en occidente.

Un papel definitivo en la transición tras la muerte de Franco, lo tendrá Juan Carlos de Borbón, nieto del último rey, Alfonso XIII. Franco lo hizo traer a España a los 10 años como posible heredero de la corona tras su muerte, y efectivamente dejó todo establecido para que fuera nombrado rey de España con el mandato a sus seguidores de obedecerle como si de él se tratara. Cumpliéndose su voluntad fue coronado rey de España como Juan Carlos I, el 22 de noviembre de 1975, dos días después de la muerte de Franco, a pesar de que no le correspondía la herencia al trono al estar vivo todavía su padre, Don Juan, quien renunció a sus derechos de sucesión a favor de su hijo en 1977. Su postura era muy delicada pues no gozaba del afecto de ningún sector, ni franquistas, ni monárquicos, ni por supuesto socialistas o republicanos, por lo que se le apodaba en esa época como “el breve”, pensando que su reinado sería muy efímero. Pero Juan Carlos supo manejar muy bien todas las fichas que poseía al ser el jefe del estado, con el mismo poder que Franco tenía, generalísimo de los ejércitos y con la exigencia de lealtad que Franco había pedido que le guardaran. Y todo ese poder supo dirigirlo muy hábilmente para ir conduciendo a España en la senda de la democracia. La oposición, socialistas y comunistas, aceptaron moderar sus posiciones viendo que el rey tenía intenciones de reformar España, pero pacíficamente, sin necesidad de volver a la violencia. La sombra, quizás, de los horrores de la guerra hizo entrar en razones a todos, franquistas y oposición. En poco más de un año se aprobó la Ley para la Reforma Política, con la que las Cortes franquistas firmaron su autodisolución y en febrero de 1977 fue corroborada en referéndum, lo que abrió el paso para la aprobación de todos los partidos políticos incluido el comunista, aunque un poco más tarde. 

En junio de ese mismo año se celebraron las primeras elecciones democráticas que fueron ganadas por la coalición de Adolfo Suárez, Unión de Centro Democrático, UCD (165 escaños), seguida de los socialistas de Felipe González, PSOE (118), los comunistas de Santiago Carrillo, PCE (20) y la derecha Alianza Popular, de Fraga Iribarne, AP (16 escaños). La extrema derecha no consiguió ni un solo escaño al no obtener el mínimo del 5% de los votos. UCD no era un partido real, sino un paso intermedio antes de consolidarse las tendencias políticas de los españoles. Adolfo Suárez presentó su dimisión para no obstaculizar el proceso democrático, creando un sentimiento de inestabilidad que fue aprovechado por el sector más radical del ejército y el 23 de febrero de 1981 un grupo de la Guardia Civil entró en el Parlamento secuestrando a los diputados en espera de recibir el apoyo del resto del ejército y del rey. Pero solo un capitán general apoyó el intento de golpe sacando los tanques a la calle. La intervención del rey condenando el atentado fue definitiva y el golpe no progresó. Desde ese momento la aceptación de la figura del rey se hizo uniforme dándose la peculiaridad de que en España hasta los socialistas y comunistas son monárquicos, pues según la constitución aprobada en diciembre de 1978 España es una monarquía parlamentaria.

En este especial de TVE de 13 capítulos: La Transición, se retrata la evolución política de España desde el asesinato del almirante Luis Carrero Blanco, presidente del Gobierno, en diciembre de 1973, hasta las elecciones democráticas de junio de 1977.

Desde entonces ha habido una alternancia en el poder entre los dos partidos principales, el Partido Socialista Obrero Español, que desde su aprobación moderó su postura extrema eliminando de sus estatutos los términos marxista y leninista tratando de buscar el apoyo de los electores de centro; y el Partido Popular, que surgió de la transformación de Alianza Popular, que también moderó su posición buscando llenar el hueco que dejó vacío la desaparición de UCD. En las últimas 9 elecciones generales los socialistas han vencido 6 veces y los populares 3. 

El 20 de noviembre de 2011 el resultado fue una rotunda derrota para los socialistas que acusaban el descontento de la población tras la larga crisis económica. En el siguiente gráfico vemos los resultados. El tercer partido nacional. Izquierda Unidad, cuyo núcleo es el partido comunista, quedó en cuarto lugar, por detrás de los nacionalistas catalanes, CiU.

C. Autonomías y Nacionalismos

Según la constitución, España está dividida en 17 Comunidades Autonómicas (CCAA), pero algunas de estas regiones tienen un sentimiento nacionalista muy marcado.

El Nacionalismo, es una ideología que exige la creación de un Estado nacional como la condición para poder realizar las aspiraciones sociales y culturales de un pueblo. Para hablar de nacionalismo hace falta, ante todo, un fuerte sentimiento de comunidad derivado de unos orígenes, religión, lengua e intereses comunes.En el S. XIX se vive el despertar de la conciencia nacional de muchos pueblos europeos que iniciaron sus primeros pasos hacia la unidad y el establecimiento de estados nacionales pero que absorbían a minorías étnicas o lingüísticas que, a su vez, comenzaron a reivindicar para sí la independencia. España se configura como un estado nacional moderno (según el modelo francés) mediante un proceso de unificación social, cultural y política que culmina en 1876 con una Constitución que consagra la unidad nacional y anula los Fueros que ya no tenían cabida en la nueva concepción de España, aunque se mantuvo un cierto privilegio para el País Vasco y Navarra en forma de Conciertos Económicos. Se rompe así, con el regreso de los Borbones, con una tradición política que había otorgado siempre una gran autonomía a las regiones históricas, lo que hizo surgir en ellas un sentimiento de oposición al estado central y un fortalecimiento de su unidad como pueblo distinto. Podemos distinguir en España tres nacionalismos principales: el catalán, el vasco y el gallego.

Nacionalismo catalán. En Cataluña, como en otras regiones de Europa, durante el siglo XIX se produce un resurgimiento del arte y la cultura catalana en todas sus vertientes. Pero la raíz del nacionalismo catalán es, sobre todo, de origen económico. Cataluña dominaba ya en el siglo XIX la industria española y exigía del gobierno central medidas de protección para sus productos. La idea no era conseguir la independencia sino, más bien, el control del estado. Pero las diferencias con el resto de España (mucho más atrasado) eran muy grandes y los intereses diferentes. Al no lograr el dominio del país, la burguesía catalana dirigente se replegó para intentar, por lo menos, gobernar en su región, pero para eso tenía que volver a convertirse en una nación, tener su propio estado.En 1892 la Asamblea constitutiva de la Unió Catalanista formuló las "Bases para la Constitución regional catalana". En ellas se reclamaban las Cortes Catalanas, un órgano de poder ejecutivo autónomo, el restablecimiento de la Audiencia de Cataluña como órgano de poder judicial, el control del orden público y la enseñanza, así como la oficialidad del catalán como única lengua propia del país. El principio básico inspirador de las bases es que "Cataluña será soberana de su gobierno interior".

Durante el siglo XX el nacionalismo catalán ha dado origen a dos ramas: una radical, que aboga por la independencia de Cataluña del resto de España y está representada por Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), partido tradicionalmente de izquierdas que durante la Segunda República Española creo la Generalitat de Catalunya, el gobierno autónomo que se apoyaba en un Estatuto de Autonomía aprobado por las Cortes de Madrid en 1932 y que fue abolida por Franco en 1939. La otra rama es la representada a principios de siglo por la Lliga Regionalista que defiende los intereses de la burguesía catalana. Durante los años 70 se relanza a través del Pacte Democràtic per Catalunya (PDC), cuyo núcleo principal es la Convergència Democràtica de Catalunya que forma una coalición con Unió Democràtica de Catalunya (Convergència i Unió CIU). En las elecciones al Parlamento catalán de 2010 CiU obtuvo 62 escaños, suficientes para gobernar. Le siguieron los partidos no nacionalistas, socialistas y populares, con 28 y 18 escaños. Y los mismos resultados se registraron en Cataluña en las elecciones generales de noviembre de 2011. 

Nacionalismo vasco. En el nacionalismo vasco el elemento más claramente diferenciador es su lenguaje, que no ha sido emparentado oficialmente con ninguna familia lingüística conocida y sobre el que fundan los vascos su nacionalismo. Pero históricamente la lengua vasca se vio relegada al mundo rural. También la repoblación de amplios territorios ganados a los moros y el descubrimiento y colonización de América, en los que participaron numerosos vascos, además de la moderna inmigración, contribuyeron al retroceso de su lengua. El euskera no ha sido nunca la única lengua del país vasco sino que los vascos han sido siempre bilingües o trilingües.Otro factor fundamental en el surgimiento del nacionalismo vasco fue la abolición de los Fueros. Los fueros ofrecían grandes ventajas económicas a las provincias vascas: libertad de comercio y barreras arancelarias, exenciones aduaneras de cara al exterior y una menor presión fiscal. Además de garantías personales como la prohibición de confiscar los bienes del acusado (salvo en caso de delito), la prohibición del tormento a los presos y la exención del servicio militar en tiempos de guerra. La supresión de este régimen foral, incompatible con el moderno capitalismo, provocó un choque social, de clases con intereses económicos contrapuestos. El País Vasco tuvo un gran desarrollo y se convirtió en la segunda región industrial de toda España y tuvo también un gran incremento demográfico. La abundancia de trabajo en las minas vizcaínas atrajo a numerosos trabajadores de otras regiones españolas, los maketos, que aspiraban a mejorar sus condiciones de existencia.

La pérdida de Los Fueros hizo surgir el independentismo vizcaíno, con Sabino Arana a la cabeza. Según él, al abolirse los fueros la corona española había roto el pacto de integración de los vizcaínos por lo que estos dejaban de ser españoles. Esta ideología independentista, se mezcló con las corrientes románticas de finales del siglo XIX: una lengua, un pueblo, una nación, dando lugar al nacionalismo vasco y la fundación del Partido Nacionalista Vasco en 1895. Sabino Arana llamó a la nación Euskadi, neologismo que significa: tierra de los vascos, en lugar de Euskal Herria, pueblo capaz de hablar euskara, que como han llamado los vascoparlantes a su tierra desde los visigodos.

Las bases de este nacionalismo revelan un apego al pasado, la defensa de los fueros y las tradiciones locales, frente a la evolución del mundo industrializado que los amenaza, y frente a los de fuera, los maketos, que los invaden. Mientras Cataluña asimilaba a sus inmigrantes, Arana los rechazaba; nunca serían vascos, sólo puede nacerse vasco. En 1936 se forma el primer Gobierno Vasco (con su estatuto de autonomía) y se elige el primer Lehendakari de Euskadi en plena guerra civil española. Poco después se lleva a cabo el bombardeo de Gernika (el árbol de Gernika es símbolo de las libertades vascas), y el lehendakari declara unilateralmente el estado vasco independiente. La ciudad quedó totalmente detruida, pero el árbol y la Casa de Juntas quedaron intactos. Poco después, finaliza el Estado de Euskadi por la victoria militar del Franquismo.El régimen franquista supuso la pérdida del sentimiento de españolidad de gran parte de la población vasca, lo que hizo arraigar con más fuerza el nacionalismo vasco y el independentismo. Ante la pasividad del PNV y como alternativa frente a la represión, nace en 1959, ETA, Euskadi Ta Askatasuna (Euskadi y la libertad), con la pretensión de crear un nuevo movimiento nacional, urbano, dinámico, progresista y moderno, y ganarse el apoyo de la sociedad vasca. Pero fracasa al no poder superar el antagonismo entre nacionalismo y no nacionalismo y al no saber adaptarse a la nueva realidad sociológica, política y económica vasca. En lugar de resolver los problemas lo que hace es añadir uno nuevo, el de la violencia, al elegir, como forma de reivindicación, la lucha armada mediante el terrorismo.

Los planteamientos teóricos de la primera ETA difieren muy poco de los ofrecidos por el nacionalismo oficial-PNV, si bien en ETA hay dos aspectos que la distinguen claramente de la línea del nacionalismo oficial: el primero es el rechazo al confesionalismo católico que tanto había caracterizado al PNV, y el segundo es factor racial se pone en segundo plano y se sustituye por el étnico, cuya base principal es la lengua como factor aglutinante y determinante de la idiosincrasia nacional vasca. Es decir, que no hace falta nacer vasco (tener sangre vasca), se puede ser vasco si se habla su lengua y se está dispuesto a luchar por su independencia.La aprobación en referéndum del Estatuto de Autonomía vasco no supuso el cese de las actividades de ETA. Un sector de ETA (ETA p-m, ETA político-militar) se incorporó a la vida política parlamentaria con lo que quedó como única expresión del radicalismo vasco, ETA (militar) y Herri Batasuna (su brazo político), que tratan de canalizar, dentro de una perspectiva abertzale (patriótica), todo tipo de movimiento social separatista, creando una infinidad de organismos satélites que se caracterizan por estar formados siempre por los militantes o simpatizantes del MLNV (Movimiento de Liberación Nacional Vasco). A pesar de la llegada de la democracia ETA sigue utilizando la violencia para conseguir sus fines políticos al margen de las vías democráticas. Utiliza la extorsión a empresarios para su financiación, el asesinato de miembros de los principales partidos políticos españoles, de las Fuerzas de Seguridad del Estado y del Ejército, así como la coacción, para imponer un cambio en la constitución española que posibilite la introducción del derecho de autodeterminación. Durante la dictadura, el apoyo de los vascos a ETA era casi total, pero con la democracia dejó de tener sentido esta lucha armada y la sociedad vasca ha ido distanciándose progresivamente de ETA hasta el punto que hoy día solo el 10% de los vascos comparte sus fines, pero no sus métodos violentos, y apenas un 1% la apoyan totalmente. Por fin, en octubre de 2011, ETA anunció el abandono definitivo de la lucha armada. En numerosas ocasiones diferentes agrupaciones políticas afines a ETA han sido declaradas ilegales tras demostrarse su afiliación con ella.

A la hora de formarse la división actual de España en Autonomías, los navarros no quisieron integrarse (por mayoría) en una comunidad autónoma vasco-navarra con capital en Pamplona que incluyera a Alava, Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra, y surgieron dos estatutos, el de Gernika, que aglutina a las regiones vascas y la Ley del Amejoramiento Foral Navarro, que engloba solamente a la región de Navarra. Tampoco Aquitania, el país vasco francés, quiso integrarse en el gran país vasco. Ni siquiera es seguro que los vascos ganaran un referéndum de autodeterminación en su Comunidad por lo que no es real pretender hoy la unificación de Vasconia. Sería mejor buscar esa unidad mediante el fortalecimiento de las relaciones entre la CAV, Navarra y Aquitania en el marco de la Unión Europea.

El Estatuto de Autonomía Vasco y Navarro permiten la recuperación de la identidad vasca mediante la creación de: Órganos políticos (Parlamento, Gobierno...), una Administración pública propia, una poderosa base financiera y económica, la recuperación del Euskera, etc., por lo que ya no tiene sentido hablar de opresión.

En las elecciones al Parlamento vasco de 2009 el PNV no obtuvo la mayoría absoluta (solo 30 escaños) y no pudo formar gobierno por lo que por primera vez en la historia está presidido por un Lehendakari no nacionalista, Patxi López, gracias al pacto entre socialistas (24 escaños) y populares (13 escaños) que no les importa unirse para hacer frente a los nacionalistas. Estas elecciones dejaron muy claro que la Euskadi nacionalista no es mayoría en el País Vasco. Pero los resultados de las elecciones generales de 2011 en el País Vasco suponen un cambio en el espectro político. Por primera vez el PNV no obtiene la mayoría de los votos (5 escaños), sino que por delante de él (con 6 escaños) quedó una nueva formación Amaiur, que agrupa a todas las fuerzas que defienden el derecho de autodeterminación del pueblo vasco. Le sigue el PSOE vasco con 4 escaños y el PP con 3. Esto supone que de nuevo los nacionalistas son mayoría aunque si sumamos los votos de los votantes de Amaiur y PNV apenas superan el 51% de la población vasca.

Nacionalismo gallego. El tercer nacionalismo que hemos mencionado es el gallego. Al contrario de lo que sucedió en Cataluña y Vizcaya, Galicia permaneció al margen del proceso de industrialización: era una región pobre, con una población de campesinos y pescadores y una fuerte emigración hacia las ciudades y al extranjero, con una enorme influencia de la Iglesia y el caciquismo. Sin embargo, Galicia tenía su propia personalidad y un sentido de patriotismo local muy marcado entre sus gentes.Gali­cia tuvo también su Rexurdimento en el siglo XIX. Los historiadores y los folcloristas dieron a conocer los textos antiguos y las leyendas tradicionales, y a partir de 1861 La Coruña empezó a organizar Juegos Florales. La poetisa Rosalía de Castro devolvió al gallego una dignidad literaria perdida desde hacía mucho tiempo. En 1889 se constituyó un partido regionalista y, algo después, en 1889 se publicó El regionalismo, manifiesto con algunas influencias carlistas en el que se expresaba el deseo de un estado gallego autó­nomo aunque estas reivindicaciones no se concretaron hasta veinte años más tarde.

Otros movimientos, como Solidaridad Gallega, Unión Campesina y Acción Ga­llega también se esforzaron en arrancar a la región de la mediocridad en que vegeta­ba y en mejorar la suerte de sus habitantes. En 1916 se fundó, en La Coruña, A Irmandade da Fala, cuyos miembros se comprometían a hablar en ga­llego entre ellos y a promover su lengua. Dos años después, en Lugo, una asamblea se puso como objetivo el conseguir una autonomía total para Galicia, definida como una nación que deseaba afirmar su personalidad en el conjunto español.

Frente al País Vasco, Galicia tiene la ventaja de que la mayoría de la población habla el gallego aunque no es nacionalista. En el nacionalismo gallego se entremezclan los elementos culturales y lingüísticos con las reivindicaciones económicas frente a las imposiciones comunitarias claramente desfavorables y discriminatorias para Galicia. Es un nacionalismo de elite, sobre todo de lingüistas, intelectuales y profesores, con una pequeña pero activa base popular en ciertos sectores del campesinado.En las elecciones al Parlamento gallego de 2009 el Partido Popular obtuvo la mayoría con 37 escaños, seguido de los socialistas con 25 y el Bloque Nacionalista Gallego con solo 13 escaños. Los resultados en Galicia de la elecciones generales de 2011 acentúan la victoria del PP (15 escaños) y la derrota del PSOE (6 escaños) y del BNG que queda solo con 2 escaños.

Comparación. La mejor forma de medir el grado de nacionalismo en las diferentes regiones de España es preguntar la opinión de los propios ciudadanos. En una encuesta del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas), a la pregunta de si consideraba a su comunidad autónoma una nación o una región, la respuesta (en %) en Cataluña fue del 36/59, en el País Vasco del 34/60, y en Galicia del 19/72. Le seguía la Comunidad Valenciana con 14/80 y Andalucía con 9/89. Estos datos confirman que Cataluña y el País Vasco son las CCAA con un mayor sentimiento nacionalista (seguidas de Galicia en tercer lugar) y sin embargo, en ambos casos, la mayoría, casi el doble, considera su CA una región y no una nación. Esto se explica porque en las encuestas se incluyen a todos los residentes de las CCAA y, tanto en Cataluña como en el País Vasco, aproximadamente la mitad de sus ciudadanos son inmigrantes de otras regiones de España. Si la encuesta se hubiera hecho exclusivamente a los oriundos de esas regiones, los porcentajes de nacionalismo se duplicarían probablemente. Este es uno de los factores que más agravan el problema del nacionalismo, la integración de “los de fuera” en sus nuevas comunidades, especialmente en el País Vasco por la dificultad de aprender el idioma.

Resumiendo, podríamos decir que el nacionalismo catalán es sobre todo económico y lingüístico, es muy pragmático y busca instalarse en una posición de privilegio con respecto a la España no nacionalista. En comparación con el vasco, es partidario de avances lentos y profundos, logrados a base de una presión reivindicativa constante e incansable contra el Estado, sea éste del signo que fuere. Pretende ejercer sobre Cataluña la hegemonía política, social y cultural. Los catalanistas rechazan la violencia física, pero no la cultural.

El catalanismo es un nacionalismo culto, cívico y educado, en contraste con la visceralidad del nacionalismo vasco. El nacionalismo vasco, esencialmente étnico y racial. El vasco, debido a su dificultad, sólo es hablado, por una minoría y es difícil que se convierta en una lengua verdaderamente popular. El nacionalismo vasco puede caracterizarse por su tendencia a encerrarse en sí mismo; más que afirmarse a sí mismo lo que hace es “negar al otro”. La oposición radical a lo no vasco se convierte en la razón de su existencia, y en concreto, negar a España, el estado extranjero que los ocupa y oprime.

El nacionalismo catalán, hábil y prudente, sigue por vías moderadas y dialogantes, dentro de los márgenes legales y democráticos, tratando de ampliar, paso a paso, sus áreas de poder y de influencia, mientras que el nacionalismo vasco toma una postura claramente antiespañola y separatista y está marcado por el terrorismo de ETA.

El nacionalismo gallego es el menos separatista de los tres y en general, se conforman con mantener su idiosincrasia lingüística y cultural.

Nacionalismo español. Por último habría que hablar también de un nacionalismo español que sería el colocar al castellano en posisición de superioridad ante las demás lenguas de España. El caso extremo fue la dictadura de Franco que trató de reprimir el idioma y los sentimientos peculiares de vascos y catalanes consiguiendo el efecto contrario: exacerbarlos. Hoy la situación es muy diferente porque en todas las autonomías es oficial su lengua junto al castellano que lo es para toda la nación. Pero en algunos casos se puede llegar al extremo de que, en el afán de proteger su lengua, se llegue a discriminar al castellano. Esto es lo que sienten algunos castellanoparlantes que proponen hacer una defensa del castellano. Como ejemplo podemos citar el Manifiento por una lengua común, que un grupo de intelectuales presentó en el Ateneo de Madrid en 2008. Pero la lengua común que proponen es la castellana, puesto que es la que saben hablar todos los españoles, pero esto, naturalmente, supone una discriminación sobre las demás lenguas de España, como se recoge muy bien en el siguiente video:

La constitución trata de enfrentar estos problemas ofreciendo una gran gama de libertades y de control a cada una de las CCAA, buscando satisfacer las inquietudes nacionalistas de cada una, pero sin hacer discriminaciones, lo que se vino a llamar: “Café para todos”. Según el texto de la constitución, estas libertades, culturales, lingüísticas, económicas…, nunca podrán llevar a una total independencia del estado, por lo que se produce un choque frontal con los nacionalismos más extremos. Las regiones autónomas no pueden encargarse de las relaciones internacionales, que suponen tratados vinculantes y sólo pueden hacerse entre estados, pero se está avanzando en el campo de las relaciones transnacionales, que no suponen obligaciones de los estados, pero que pueden ser preparadas, estudiadas y discutidas por las regiones (CCAA) a las que afecte, aunque la aprobación final de los acuerdos corresponda a los estados. Se trataría de dar una mayor representación a las regiones (sobre todo aquellas con fuerte sentido nacionalista) en los asuntos de su interés. De esta forma, los nacionalistas moderados estarían dispuestos en la práctica (aunque no en teoría) a renunciar al derecho de autodeterminación, a cambio de un protagonismo propio en el seno de la Unión Europea. 

 

Preguntas de comprensión.  Di si son verdad las siguientes afirmaciones y corrígelas si no lo son:

1. La Segunda República no pudo controlar el descontento de los españoles.

2. Franco fue elegido jefe del estado por votación popular.

3. La guerra civil es uno de los periodos más trágicos de la historia de España.

4. Juan Carlos I fue nombrado rey por Franco. 

5. La transición a la democracia en España fue un proceso muy violento.

6. La Constitución de 1978 intenta resolver el problema de los nacionalismos.

7. El nacionalismo más independentista es el gallego.

8. Las autonomías no ofrecen suficientes libertades a las regiones.

 

Preguntas de opinión.  Expresa tu opinión sobre los siguientes temas:

1. ¿Por qué crees que la República no pudo llevar a cabo muchos de sus proyectos?

2. ¿Cuál crees que fue la causa más importante que llevó a los españoles a una guerra civil?

3. ¿Por qué crees que la transición española pudo realizarse sin apenas violencia? 

4. ¿Crees que las autonomías es una buena solución para el problema de los nacionalismos?

5. ¿Cuál crees que es el nacionalismo más radical en España?

6. ¿Qué significa E.T.A?

7. ¿Qué quiere decir "Nacionalismo español"?

 

Expansión:

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