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Los valores coránicos como inspiración para el matrimonio homosexual

Pamela Taylor, cofundadora de Muslims for Progressive Values

Al igual que la Biblia y la mayoría de los otros textos religiosos, el Corán carece de un verso que diga “Dios os ha hecho blancos y negros, hombres y mujeres, heterosexuales y homosexuales. Sed como hermanos para con los demás, trabajando, comiendo, orando y amando como una sola familia”. Por otra parte, tampoco afirma que “el matrimonio es exclusivamente entre un hombre y una mujer”, o incluso “entre un hombre y hasta cuatro esposas”.

Existe una suposición clara en muchos pasajes del Corán de que el matrimonio es entre hombres y mujeres: pasajes que hablan sobre cómo debe decidir una pareja cuándo destetar a un niño, a qué horas es lícito tener relaciones sexuales durante ramadán, o qué hacer cuando surgen conflictos y el divorcio parece la mejor solución.

En cambio, otros pasajes, que hablan de la naturaleza fundamental de las relaciones humanas como una dualidad, no presentan una dicotomía de género. La palabra “zauj”, traducida a menudo como pareja o cónyuge, hace referencia a una mitad de una pareja, tanto al hombre como a la mujer. Este es un poderoso concepto que afirma la igualdad fundamental de ambos cónyuges y deja lugar para una concepción sin género de las relaciones humanas.

Este emparejamiento fundamental de los seres humanos está descrito en varios pasajes que hablan de la creación de la humanidad como personas. A la endidad humana inicial (la palabra en árabe es gramaticalmente femenina y a menudo se traduce como alma, aunque pueda significar sí mismo, persona o ego) se le da una pareja de naturaleza similar, creada a partir de su propia sustancia

«¡Oh, gentes! Cuidad vuestras obligaciones para con vuestro Señor, que os creó de una sola alma y a partir de ella creó su pareja, y a partir de la unión de las dos han surgido multitud de hombres y mujeres.» (Corán 4:1)

«Y entre Sus Signos está esto: que Él creó para vosotros parejas de entre vosotros mismos, para que viváis en tranquilidad con ellas, y ha puesto amor y misericordia en vuestros corazones. Ciertamente en ello hay signos para aquellos que los quieran ver.» (Corán 30:21)

Comprendo que es radical interpretar estos versos afirmando que proporcionan una visión de la pareja humana que no discrimina por el género, y que los musulmanes tradicionalistas fruncirían el ceño ante tal interpretación. Sin embargo, sigue siendo un hecho que el Corán es un documento vivo, el islam es una religión viva, y mientras están aquellos que querrían seguir interpretando el Corán como hace quinientos o mil años, yo considero que el Corán debe ser comprendido continuamente bajo la luz de la información actual sobre la naturaleza humana, la raza, el género y la clase, y haciendo referencia a entendimientos modernos sobre lo que es justo y compasivo.

Este mismo proceso se desarrolla en otras áreas de la interpretación coránica, como por ejemplo los versos que hablan de el desarrollo humano en el vientre: ha habido interpretaciones bastante curiosas a lo largo de la historia, al menos desde el punto de vista de la ginecología moderna. Ningún musulmán en sus cabales se aferraría hoy en día a las viejas intepretaciones e ignoraría la ciencia moderna, especialmente cuando la ciencia moderna nos da ina imagen que se corresponde bastante con los versos del Corán.

La ciencia moderna también ha demostrado que el cerebro de los homosexuales presenta diferencias estructurales en comparación con el cerebro heterosexual. Otros estudios hacen referencia a factores en el vientre materno que afectan la orientación sexual. Y son muchos los estudios que hablan sobre una base genética de la homosexualidad. Nuestras experiencias con parejas homosexuales nos muestran que los homosexuales encuentran el mismo nivel de amor, misericorcia y tranquilidad con personas de su mismo sexo que la mayoría de nosotros en relaciones heterosexuales.

¿Entonces cómo podemos fallar al interpretar el Corán a la luz de estos entendimientos, este conocimiento de la naturaleza humana y de la fisiología que simplemente no existía en el siglo VI o IX?

Igualmente importante, el Profeta nos enseña a desear para nuestros hermanos y hermanas aquello que deseamos para nosotros. El Corán nos enseña a ejemplificar la justicia, la misericordia y la compasión. Si yo deseo un matrimonio feliz y lleno de amor con la persona que yo escoja, ¿cómo puedo negárselo a mi hermano o hermana? Si las circunstancias sociales favorecen a aquellos que están casados (en nuestra sociedad las parejas casadas tienen beneficios especiales en términos económicos, hereditarios, sanitarios, al adoptar niños, etc.), ¿cómo podemos justificar la negación de esos derechos y beneficios a una porción entera de nuestra sociedad? Si el Corán enseña que la actividad sexual fuera del matrimonio es un pecado (que lo enseña), ¿cómo puedo yo condenar a una parte significativa de la población a pecar o a llevar una vida de celibato (lo cual no es muy bien visto en el Corán)?

Usar el Corán y las enseñanzas del Profeta para justificar el matrimonio homosexual puede ser una lectura radical, pero para mí es la única lectura que conserva los ideales islámicos fundamentales de justicia, igualdad para todos los seres humanos, compasión y misericordia.

Artículo original: http://mpvusa.org/index.php?option=com_content&view=article&id=127:-quranic-values-as-an-inspiration-for-gay-marriage&catid=38:gay-rights&Itemid=15