Fernando González del Valle, Diana Mesa Varona, Eva Avendaño Cantos, María José Domínguez Fernández, Laura Riveira Villalobos, Sonia López-Romero Moraleda, Jesús Lara Peñaranda, Agustín Núñez Sánchez, Jacobo Yáñez Martínez, Javier Celis Sánchez
1 INTRODUCCIÓN
2 CATARATA POSTRAUMÁTICA CON SACO CAPSULAR INDEMNE
3 PERFORACIÓN CRISTALINIANA
4 CUERPO EXTRAÑO INTRACRISTALINIANO
5 AFAQUIA. LENTE INTRAOCULAR SUTURADA TRANSESCLERALMENTE
6 AFAQUIA Y ANIRIDIA. TRASPLANTE DE SACO CRISTALINIANO
7 ANIRIDIA PARCIAL. IMPLANTE DE ANILLOS COSMÉTICOS
8 ANIRIDIA. IMPLANTES DE PRÓTESIS IRIDIANAS COSMÉTICAS
9 LENSECTOMÍA PARS PLANA
10 CATARATAS TRAUMÁTICAS PEDIÁTRICAS
Hechos conocidos
Datos a recordar
BIBLIOGRAFÍA
1 INTRODUCCIÓN
La catarata traumática sigue siendo una causa frecuente de pérdida de visión sobre todo en pacientes jóvenes, en los que es la causa de ceguera unilateral más frecuente (1). La prevalencia de la catarata traumática oscila entre el 30-65% en la población y es más frecuente en hombres que en mujeres (2).
Con la idea de estandarizar y clasificar los traumatismos oculares, en 1996 se desarrolló el Birmingham Eye Trauma Terminology System (BETTS) (3) que clasificó los traumatismos en dos grupos principales: abierto o cerrado según atraviesen o no la pared externa (córnea/esclera).
Las cifras de catarata secundaria a un traumatismo son muy variables. Es menos frecuente después de un traumatismo contuso, al menos inicialmente, pero puede alcanzar el 32% (4), 35% (5), 58% (6) o 64% (7) después de los traumatismos oculares perforantes según algunos estudios.
La edad de los pacientes con catarata traumática y herida perforante que necesita una intervención precoz es menor que la edad de los pacientes que tienen un traumatismo contuso (8).
1.1 Causas
Las principales causas de las cataratas traumáticas son:
1.2 Clasificación
No hay una clasificación estandarizada de la morfología de las cataratas traumáticas. Esta depende principalmente de la naturaleza de la lesión y del tiempo que transcurre desde la lesión y la intervención quirúrgica. Es frecuente observar cataratas capsulares anteriores, subcapsulares o cataratas blancas.
Shah et al en 2011 (9) las clasificó en:
1.3 Exploración
Las sinequias posteriores son el hallazgo más frecuente asociado a las cataratas traumáticas (10). También es frecuente la aparición de recesiones angulares. La tasa de glaucoma es mayor en traumatismos contusos que en los penetrantes y es responsable de hasta un 10-15% de los glaucomas secundarios. Probablemente esto sea debido a que suelen ser pacientes de más edad y el intervalo entre el traumatismo y la cirugía es mayor (11). Existen roturas de la cápsula posterior en el 23% de los pacientes con cataratas traumáticas y hasta el 45% de los casos presentan prolapso vítreo intraoperatorio (12). Un tercio de los traumatismos por contusión presenta algún grado de alteración zonular (13). Nos pueden hacer sospechar afectación zonular la presencia de un ángulo iridocorneal y una cámara anterior especialmente amplia con iridodonesis y facodonesis.
Las cataratas traumáticas además se asocian frecuentemente a daños en otras estructuras oculares como la córnea, el iris, el vítreo o la retina. Hasta el 48% de los pacientes con catarata traumática tienen asociadas lesiones en el segmento posterior (14).
Así que toda exploración de un traumatismo ocular debe incluir:
1.4 Tiempo de demora de la cirugía del cristalino
La cirugía se puede realizar durante el cierre de la herida en los casos de traumatismos perforantes o al presentarse el traumatismo contuso (procedimiento primario) o realizarlos después de un intervalo de tiempo de 2-30 días (19) o más (procedimiento secundario). Las ventajas e inconvenientes de una y los mostramos en la siguiente tabla (tabla 1):
El implante de la lente intraocular también puede realizarse en la misma cirugía (implante primario) o más tarde (implante secundario). Tabla 2
Rumelt y Rehany publicaron que no encontraron diferencias estadísticamente significativas en la agudeza visual entre extracciones primarias o secundarias del cristalino así como en implantes primarios e implantes secundarios (20). La elección de una u otra técnica debe realizarse tomando en consideración los pros y contras de cada una y además factores como:
1.5 Pronóstico
Los principales factores pronósticos son:
En el año 2002 el grupo de Khun et al, desarrollaron un modelo para evaluar el pronóstico visual de los traumatismos oculares (23), el Ocular Trauma Score (OTS), y ha demostrado ser un buen predictor de la AV en pacientes con catarata traumática a las 6 semanas de la cirugía (24). Se calcula asignando un valor numérico a 6 variables: AV como factor inicial, ruptura del globo, endotalmitis, perforación, desprendimiento de retina y existencia de defecto pupilar aferente. De esta forma surgen 5 grupos: del 1 (el más grave y peor pronóstico) al 5 (el más leve y mejor pronóstico).También tiene valor predictor de AV en cataratas pediátricas (25).
En 2008, Schimidt et al propusieron otro modelo para valorar el pronóstico visual de los pacientes con traumatismos con el globo ocular abierto: The classification and refression tree (CART). En esta clasificación se valora el defecto pupilar aferente y la AV como principales factores pronósticos y además la existencia de laceración palpebral y localización de la herida. El sistema OTS tiene mayor exactitud pronóstica que el CART (26).
El pronóstico es más favorable en pacientes con catarata traumática y traumatismo abierto que después de un traumatismo cerrado en el que suelen lesionarse más estructuras oculares.
En general los resultados son muy satisfactorios gracias al avance de las técnicas y a la mejoría de los materiales de las lentes intraoculares.
1.6 Objetivos de este capítulo
En este capítulo trataremos fundamentalmente las cataratas secundarias a traumatismos perforantes. La patología y el tratamiento quirúrgico de los traumatismos contusos con subluxación cristaliniana secundaria están recogidos, dentro de esta monografía, en el capítulo 10.6. En general nos referiremos a situaciones especiales, en las que abordaremos la cirugía de forma urgente, porque la rotura de las cápsulas permite la salida de material cristaliniano a cámara anterior o cámara vítrea, porque hay un cuerpo extraño intraocular (CEIO) concomitante o en situaciones especiales de afaquia inmediata o inducida por nuestro proceder quirúrgico, para las que también se han ofrecido soluciones quirúrgicas (para las traumáticas y no traumáticas) en el capítulo 10.5 de la presente Monografía.
También ofreceremos soluciones a situaciones especiales de patología del polo anterior y de aniridia parcial o total.
En cualquier caso mantener las cápsulas debe ser nuestro objetivo principal, ante una cirugía urgente o demorada por el tiempo, de una catarata traumática. La mejor opción posible es colocar una lente intraocular en los restos capsulares. En ocasiones se puede retrasar la cirugía del implante de la lente intraocular esperando que los restos capsulares se fibrosen y aumenten su resistencia para soportar la lente. Ante la duda la lente deberá de ser de tres piezas para aumentar su estabilidad futura. Si es posible la óptica de esta lente de tres piezas se debe luxar a través de los restos capsulares, dejando los hápticos en sulcus. Recomendamos que el material de la lente intraocular sea acrílico hidrofóbico.
2 CATARATA POSTRAUMÁTICA CON SACO CAPSULAR INDEMNE
Las cataratas pequeñas, localizadas, periféricas y que no tienen repercusión visual pueden no requerir cirugía. Es importante a tenerlo en cuenta en jóvenes con perspectivas de conservar el potencial acomodativo. A veces se opacifica el córtex pero no progresa a catarata generalizada o incluso hay casos de resolución completa.
Esto parece que se debe a un cierre precoz de la cápsula anterior que limita el paso de iones y a las mismas células del epitelio capsular, que fagocitan el tejido lenticular necrótico devolviendo la trasparencia al cristalino (27).
Si hay que operar y no tememos ninguna complicación podemos elegir una anestesia tópica. Si tuviéramos dudas razonables de que la cirugía se pudiera complicar sería mejor decantarse por una anestesia loco-regional, la mejor, la retrobulbar. En general una catarata con saco capsular íntegro se pude resolver utilizando una cirugía reglada convencional, siempre con la incisión corneal opuesta a la zona del traumatismo o perforación, en donde se presuponga que puede haber más riesgo de daño zonular o hernia vítrea. Recomendamos la tinción de las cápsulas con azul tripán. A veces la zona adyacente al traumatismo está fibrosada y hay que cortar la cápsula como comentamos en el capítulo 10.12 (con microtijeras, con vitrectomo, con tijera de Vannas, etc,) para poder continuar la capsulorrexis, en esos casos es muy rara la fuga. En ocasiones las cataratas pueden tener una dureza especial y es recomendable tener a mano un chopper. Puede haber flacidez del iris (rotura del esfínter, recesión iridiana, inflamación) por lo que recomendamos inyectar fenilefrina intracamerular (28) para evitar hernias iridianas que pueden ser frecuentes en estas cirugías. Estas hernias, si se producen, también pueden tratarse con una iridectomía periférica, sobre todo en casos en los que hay pérdida iridiana postraumática y se ha roto la continuidad del músculo del iris (fig. 1).
Figura 1. De izquierda a derecha y de arriba abajo, cirugía de catarata postraumática. Inyección de azul tripán. Inyección de viscoelástico de alta densidad, importantísimo en este tipo de cirugías. Es frecuente la herniación iridiana por la incisión, en este caso se resuelve haciendo una iridectomía periférica y colocando dos ganchos de iris. Las sinequias iridocapsulares se cortan (en este caso con tijeras Vannas) para poder realizar una capsulorrexis suficiente para realizar facochop e implantar una lente.
Las cataratas contusas son las más frecuentes después de un traumatismo (1). Es importante disponer siempre de un anillo capsular para tratar una posible subluxación asociada. La vitrectomía, si hay pérdida de vítreo, se puede realizar con vitrectomo o incluso con una tijera de Vannas (fig 2).
Figura 2. De izquierda a derecha y de arriba abajo, cirugía de catarata contusa postraumática. En estos casos puede ser frecuente la hernia iridiana, por lo que la fenilefrina intracamerular puede ser una buena opción antes de empezar la facoemulsificación. Aunque no es la mejor solución para después poder extraer las masas, la inserción de un anillo capsular puede ser imprescindible para terminar la facoemulsificación si descubrimos de forma intraoperatoria una subluxación (ver capítulo 10.6). Si no disponemos de vitrectomo podemos usar una tijera de Vannas para cortar la hernia vítrea. Para evitar más vitreorragia las masas cristalinianas se pueden aspirar con una cánula de Simcoe, controlando la infusión. Finalmente con más viscoelástico de alta densidad que bloquea la salida de más vítreo por la dehiscencia zonular, podemos implantar una lente intraocular. Si implantamos un anillo no sería necesario colocar una lente de tres piezas, aunque este tipo de lente siempre ofrece más estabilidad al saco cristaliniano.
También podría utilizarse el láser de femtosegundo en casos con sacos indemnes que al parecer podría permitir la realización de incisiones estancas, una capsulorrexis regular incluso con laceración de la cápsula anterior y la licuefacción del cristalino (29).
3 PERFORACIÓN CRISTALINIANA
Si existe una rotura capsular posterior pequeña podemos taponarla inicialmente con viscoelástico dispersivo y aspirar en seco los restos corticales que queden para no ampliar el desgarro y mantener un soporte capsular óptimo para el implante de la lente. El control de la infusión con bajos niveles y la luxación del núcleo a cámara anterior evita en muchas ocasiones la ampliación del desgarro y el desplazamiento anterior del vítreo. La inyección de triamcinolona en cámara anterior mejora la visualización del vítreo por si fuera necesario realizar vitrectomía anterior asociada. En ocasiones el traumatismo induce el estallido del cristalino (fig. 3) rompiendo a nivel central la cápsula anterior y posterior, lo que puede ocasionar un glaucoma secundario (30). Dependiendo de la localización de la rotura podremos realizar una técnica u otra, siempre con la mentalidad de rescatar en la medida de lo posible los restos capsulares para implantar una lente.
Figura 3. Tomografía de coherencia óptica de polo anterior mostrando un estallido del cristalino con salido de material cristaliniano a cámara anterior. Arriba y abajo imágenes de lámpara de hendidura del mismo caso con perforación corneal y CEIO.
El primer paso debe ser siempre suturar la puerta de entrada del CEIO o la perforación ocular. Si hay que extraer un CEIO prepararemos una ventana escleral que acogerá una de las cánulas de la vitrectomía microincisional y que después podrá ser retirada para ampliar en su lecgo la incisión y evitar que el CEIO se caiga de nuevo a la cavidad vítrea si la ventana escleral de salida no es lo suficientemente grande. La cirugía del cristalino se puede abordar mediante facoemulsificación si está íntegro el saco cristaliniano.
En estos casos si se prevé una cirugía larga y el paciente es joven será mejor decantarse por la anestesia general.
Podemos elegir entre una incisión corneal o una escleral tunelizada (si tenemos que manipular la cápsula posterior o si hay un importante daño corneal postraumático) y queremos acceder mejor al vítreo anterior.
Siempre es recomendable teñir con azul tripán los restos capsulares anteriores para distinguirlos perfectamente y así poder regularizarlos, si es necesario, cortando los picos que puedan rasgarse para que puedan recibir sin problemas el implante de una lente. Para poder usar esta opción debe haber un apoyo suficiente en dos zonas de las cápsulas enfrentadas entre sí 180º (Ver fig. 4) que permita la estabilidad de la lente en el postoperatorio (fig. 5). Si hay suficiente apoyo capsular anterior podemos eliminar los restos capsulares posteriores en la misma cirugía.
Figura 4. Paciente joven con estallido cristaliniano (ver fig. 35.3) secundario a CEIO. De izquierda a derecha y de arriba abajo describimos la técnica quirúrgica para implantar una lente en un procedimiento primario y de urgencia. En primer lugar se sutura la herida corneal y una vez cerrado el ojo se talla un tapete escleral por dónde se extraerá el CEIO. Las cápsulas se tiñen con azul tripán. La incisión principal la realizamos escleral superior. Mediante paracentesis ad hoc introducimos pinzas y tijeras desechables de 23G para regularizar los restos capsulares que sostendrán la lente. Colocamos la infusión y los trócares y a través de una de la esclerotomías y por las propias paracentesis aspiramos el cristalino y las masas con el vitrectomo en posición de aspiración. Abrimos los espacios retroiridianos con viscoelástico de alta densidad e implantamos la lente después de ampliar la incisión principal. Una vez suturada la incisión se coloca el último trócar en el lecho del tapete y se realiza la vitrectomía pars plana (la lente permanece estable en todo el procedimiento). Se elimina el vítreo y la sangre, se localiza el lugar de impacto del CEIO, se rodea de láser, se inyecta viscoelástico para proteger la mácula y se extrae con un endoimán previa ampliación de la esclerotomía en el lecho del tapete, que ocluirá al final de la cirugía la zona de extracción del CEIO.
Figura 5. Postoperatorio inmediato del caso anterior. Observamos la sutura corneal y la estabilidad de la lente de tres piezas acrílica hidrofóbica, colocada en sulcus, luxando el cuerpo óptico en los restos capsulares anteriores.
4 CUERPO EXTRAÑO INTRACRISTALINIANO
El tratamiento puede ser la observación siempre que no induzca inflamación o siderosis bulbi en cuyo caso habría que retirarlos en paralelo a la extracción del cristalino. Pueden aparecer cuerpos extraños intralenticulares, que suelen ser metálicos, hasta en un 5-10% de los traumatismos penetrantes (31).
Proponemos en estos casos la viscodisección del cristalino en vez de la hidrodisección (Glez. del Valle F et al. Cuerpo extraño intracristaliniano: viscoexpresión, electroimán y facoemulsificación. 74 Congreso de la S.E.O. Alicante, 1998). En general hay que manejar con cautela la hidrodisección en las cataratas traumáticas, pero si hay un cuerpo extraño intracristaliniano es mejor obviar la entrada de líquido. Con el viscoelástico podemos controlar mejor la posición del cuerpo extraño dentro del saco cristaliniano, evitando movimientos bruscos del mismo que si pueden ocurrir con la hidrodisección. Después procedemos a la extracción del cuerpo extraño si es imantable con un electoimán (para lo que hay que ampliar la incisión) o con un endoimán. La cirugía finaliza como en una facoemulsificación normal (fig. 6).
Figura 6. CEIO intracristaliniano. De izquierda a derecha y de arriba abajo mostramos su extracción quirúrgica. Como siempre primero se sutura la puerta de entrada y se procede a tallar una incisión escleral tunelizada. Con un cistitotomo se redirige la rotura que el propio CEIO ha inducido en la cápsula anterior para culminar una capsulorrexis anterior íntegra. Completar la capsulorrexis nos permite realizar una maniobra de viscodisección de todo el cortex cristaliniano separando el CEIO de la cápsula posterior y englobándolo en la sustancia viscoelástica. La hidrodisección aumenta de forma súbita la presión en el saco cristaliniano y puede hacer que el CEIO metálico caiga hacia la cápsula posterior pudiendo complicar más la cirugía. En esta ocasión el CEIO se extrae con el uso de un electroimán, introduciendo su punta por la incisión escleral. Después si podemos hidrodisecar las masas con cánula recta o báculo de obispo y completar la facoemulsificación y el implante de una lente intraocular en el saco cristaliniano.
5 AFAQUIA. LENTE INTRAOCULAR SUTURADA TRANSESCLERALMENTE
En ocasiones la sutura de una lente transescleral puede ser la única alternativa (32) como mostramos en la fig.7.
Figura 7. Traumatismo contuso en varón de 32 años con desinserción iridiana, luxación cristaliniana, desprendimiento de retina e hipertensión secundaria. De izquierda a derecha y de arriba abajo. Marcado y tallado de amplios tapetes esclerales. Vitrectomía anterior, tiñendo el vítreo con Trigón®. Doble anclaje iridiano con doble pasada de la aguja recta de polipropileno de 10/0 tutorizada con cánula de cámara anterior. Eliminación de restos cristalinianos desde pars plana (ayudándonos de un gancho iridiano previo a la sutura definitiva del iris). Sutura del iris, usando las dos agujas de cada juego de polipropileno. Colocación de un cerclaje a 12 mm del limbo. Vitrectomía pars plana e inyección de perfluoroctano para reaplicar la retina. Inserción de una aguja recta de polipropileno de 10/0 que es tutorizada por una palomilla o aguja de 27G en una salida diametralmente opuesta a la entrada. Después de inyectar viscoelástico de alta densidad en cámara anterior se extrae el hilo con un rotador por una incisión corneal ampliada hasta 4 mm. Sutura de los hápticos de la lente e implante de la misma. Para evitar que se enreden los cabos es conveniente plegar la lente con la mano izquierda e insertarla con la derecha, según se muestra en el dibujo. Aspiración del perfluoroctano, intercambio final con gas y aspecto postoperatorio. En general solemos emplazar los hápticos de III a IX horas.
Aunque hoy día intentaríamos salvar muchos cristalinos subluxados como explicamos en el capítulo 10.6 (Glez. del Valle et al. Nueva alternativa quirúrgica para el tratamiento de la subluxación cristaliniana postraumática. 32 Congreso SECOIR. Oviedo 2017) los mismos que antes eliminábamos en la primera aproximación quirúrgica.
Preferimos hablar de sutura transescleral que sutura a sulcus, porque no buscamos el sulcus ciliar en esta cirugía. Nos alejamos al menos 2 mm del limbo corneoescleral para evitar un síndrome de uveítis-glaucoma-hifema secundario. Si nos decantamos por una cirugía de sutura transescleral, algo muy importante a tener en cuenta es el tallado de tapetes esclerales amplios y profundos para enterrar los nudos de la sutura, que nosotros preferimos de prolene de 10/0. Creemos que si este tipo de sutura está oculto de la luz solar no se degrada.
6 AFAQUIA Y ANIRIDIA. TRASPLANTE DE SACO CRISTALINIANO
El trasplante de saco cristaliniano (Glez. del Valle et al. Capsular Bag Transplantation plus Cow Hitch Suture Technique for Aphakia and Aniridia. ASCRS Congress, San Diego 2015; Glez. del Valle et al. Afaquia y Aniridia Postraumática: Trasplante de saco cristaliniano. SECOIR, Gran Canaria 2015) puede ser una opción para soportar un anillo sacular con sectores iridianos y una lente intraocular en ojos con graves secuelas traumáticas. Podría evitar el síndrome de uveítis-glaucoma-hifema en ojos afáquicos después de un traumatismo en los que el iris esté retroinsertado o más flácido y que puede desencadenarse con más facilidad con una lente suturada (Glez del Valle et al. Ophthalmic Surgery: A School of Resilience. ASCRS Congress, Los Ángeles 2017)
Para realizar esta cirugía primero tenemos que extraer un saco cristaliniano de globo ocular o del casquete esclerouveal anterior de un donante, siguiendo parte de nuestro método para estudiar y conservar el globo ocular de cádaver (33). Para ello hay que escindir la córnea, el iris, realizar una capsulorrexis, extraer el cristalino, pulir las cápsulas y finalmente cortar todos los ligamentos zonulares (fig. 8).
Figura 8. Tallado de saco cristaliniano de cadáver. De izquierda a derecha y de arriba abajo. Extracción corneal con rodete escleral despegando la inserción angular. Inyección de viscoelástico y recorte del iris. Capsulorrexis anterior (tinción capsular con azul tripán) y extracción extracapsular del cristalino. Limpieza de las masas y pulido de las cápsulas. Visodisección a través de la zónula del espacio de Berger, separando la hialoides anterior de la cápsula posterior. Corte de todos los ligamentos zonulares con microtijera. Conservación del saco cristaliniano en nevera o congelador.
El saco se manipula con una cánula de Simcoe y se introduce en medio de conservación de córneas. También hemos utilizado sacos cristalinianos donantes después de congelarlos (Glez. del Valle et al. Capsular bag transplantion in posttraumatic aniridia and aphakia. XXXIV Congress of the ESCRS, Copenhagen 2016) La cirugía del trasplante de saco la describimos en la fig. 9.
Figura 9. Trasplante de saco cristaliniano en un caso de afaquia y aniridia postraumática. De izquierda a derecha y de arriba abajo. Vitrectomía pars plana 23G de tres vías con inyección de perfluoroctano líquido para proteger el polo posterior y evitar la caída del saco. Viscoelástico de alta densidad en cámara anterior. Inyección del saco mediante sistema manufacturado ad hoc que se usa habitualmente para inyectar el injerto en casos de trasplante laminar endotelial (Celis J et al. DMEK: Curva de aprendizaje. 26 Congreso SECOIR, Valencia 2011). Relleno del saco donante con viscoelástico y sujeción del mismo con 8 ganchos de iris. Implante de lente intraocular y de anillo de aniridia. Fijación del saco donante con 3 nudos cow hitch (ver capítulo 9.3) para conseguir un plano estable. Aspecto postquirúrgico.
7 ANIRIDIA PARCIAL. IMPLANTE DE ANILLOS COSMÉTICOS
En muchos casos además de la catarata nos enfrentaremos a defectos iridianos. Una buena opción es combinar la cirugía de facoemulsificación con el implante de anillos saculares específicos que tienen diferentes formas para adaptarse a la pérdida iridiana postraumática (fig. 10).
Figura 10. Implante de dos anillos saculares con sectores iridianos. Para poder realizar la facoemulsificación se corta una de las sinequias iridocorneales, pero no la principal para mantener la tensión del resto del iris. La capsulorrexis se hace al borde de la hipotética pupila. Antes de introducir los segmentos iridianos hay que medirlos para ampliar la incisión superior correctamente. Se implantan dos anillos dentro del saco y encima de la lente intraocular para configurar una nueva neopupila.
8 ANIRIDIA. IMPLANTES DE PRÓTESIS IRIDIANAS COSMÉTICAS
En ocasiones la pérdida del iris será total con lo que será necesario el implante de una prótesis iridiana personalizada. Estas prótesis son más caras y más difíciles de obtener por lo que se suelen recomendar en casos de aniridia de ojos claros (fig. 11).
Figura 11. Implante de prótesis de iris sobre trasplante de saco cristaliniano en mujer de 69 años con aniridia postraumática, pérdida de saco cristaliniano y dislocación de lente intraocular. De izquierda a derecha y de arriba abajo descripción de la técnica quirúrgica. Para implantar el saco cristaliniano (conservado en congelador en este caso) lo teñimos con azul tripán para mejorar su visualización y lo introducimos en el ojo debajo de la lente dislocada. El sistema de implante del saco donante es adaptado de la maniobra que utiliza Javier Celis en los trasplantes laminares endoteliales. El saco se rellena de viscoelástico y se sujeta con 8 ganchos de iris. La misma lente que se había dislocado se reintroduce en el nuevo saco que además alojará un anillo de tensión capsular. El saco se fija con varios nudos cow hitch colocados diametralmente opuestos entre sí. La prótesis iridiana personalizada se puede anclar, usando alguna de las iridotomías que practicamos, con un nudo vaca también. Aspecto final postoperatorio.
9 LENSECTOMÍA PARS PLANA
La lensectomía pars plana puede estar indicada en traumatismos muy severos con importante repercusión del polo posterior. Es muy importante dejar la menor cantidad de cápsula posterior posible, al contrario de lo que pudiera pensarse y pulir la cápsula anterior con la boca del vitrectomo en posición de aspiración para eliminar el mayor número de células epicapsulares (fig. 12).
Figura 12. De izquierda a derecha y de arriba abajo describimos la técnica empleada en un traumatismo perforante en un niño de 13 con ectopia del cristalino secundaria a la tremenda tracción vítrea desde el punto de perforación en la esclera. (Glez. del Valle F et al. Ectopia de cristalino secundaria a tracción vítrea en perforación ocular infantil. 25 Congreso SECOIR. Cádiz, 2010). La perforación tuvo lugar dos meses antes de llegar a nuestro Servicio. Podemos ver la correlación entre la imagen de la lámpara de hendidura y la obtenida con una lente de Staurenghi que hemos rotado para su mejor comprensión (flechas amarillas: tracción vítrea hacia la perforación, flechas azules: ectopia lentis secundaria, flechas marrones: cuerpo ciliar). En esta ocasión realizamos una vía de acceso temporal sobre la zona de la ectopia (al contrario de lo que hubiéramos hecho en una subluxación postraumática, porque nuestra intención es cortar la tracción vítreo-retiniana y en esta posición nos enfrentamos mejor a ella). Ante la duda siempre colocamos un cerclaje con puentes esclerales. Viscodisecamos la hialoides anterior (traccionada y teñida de sangre) de la cápsula posterior y la eliminamos. Estabilizamos la retina con perfluoroctano y descubrimos un desgarro gigante temporal (la tracción vítrea inducía la ectopia y este desgarro en la misma localización en la parte diametralmente opuesta a la perforación). Para realizar la lensectomía pars plana perforamos la cápsula posterior e hidrodisecamos el cristalino, para después eliminar todos los restos cristalinianos y la cápsula posterior con el vitrectomo. Es muy importante pulir la cápsula anterior lo más minuciosamente posible con la boca del vitrectomo en posición de aspiración. Finaliza la cirugía tratando con láser el desgarro y realizando un intercambio con gas. La cirugía continúa en la fig. 35.13.
En estos casos se preserva siempre la cápsula anterior para realizar un implante secundario si después de resolver las complicaciones vítreo-retinianas el pronóstico visual sigue siendo aceptable. Con técnicas de vítreo-retina que explicamos en el capítulo 10.12 podemos pelar la fibrosis a veces muy intensa, sobre todo en pacientes jóvenes, que se puede producir sobre la cápsula anterior para poder practicar una capsulorrexis anterior y luxar la óptica de la lente a su través para compartimentalizar de la forma más perfecta posible el ojo (fig. 13).
Figura 13. Viene de la fig. 35.12. De izquierda a derecha y de arriba abajo, implante secundario en la cápsula anterior. A pesar de habernos esmerado en el pulido capsular a los dos meses los pacientes más jóvenes pueden desarrollar intensas fibrosis como la que vemos. Disecamos la fibrosis con viscoelástico y con la propia boca del vitrectomo en posición de aspiración. Nos ayudamos también de unas pinzas para pelar el tejido blanquecino íntimamente unido a la cápsula anterior. Posteriormente podemos repasar la vitrectomía y pelar la membrana limitante interna para evitar una membrana epirretiniana secundaria. La misma pinza que hemos usado para el pelado de la fibrosis capsular y de la membrana limitante interna nos sirve ahora para realizar la capsulorrexis anterior, que podemos completar utilizando el vitrectomo a modo de pinza en aspiración como comentamos en el capítulo 10.12. Finaliza la cirugía con el implante de una lente de tres piezas en sulcus, luxando la óptica en la capsulorrexis. Aspecto postoperatorio final.
10 CATARATAS TRAUMÁTICAS PEDIÁTRICAS
Las cataratas traumáticas suponen un 29% de todas las cataratas pediátricas (34) y presentan ciertas peculiaridades respecto a las cataratas de los adultos:
La cirugía de la catarata pediátrica se realizara si es posible siguiendo los mismos criterios que abordamos en el capítulo 10.10. En muchos de estos casos podemos realizar una capsulorrexis posterior que alojara la lente intraocular evitando la rotura traumática capsular (Glez. del Valle et al. CEIO pediátrico: maniobra de Gimbel y vitrectomía pars plana. 21 Congreso SECOIR. Oviedo, 2006). En estos pacientes también aconsejamos una lente de tres piezas (fig. 14).
Figura 14. CEIO y catarata traumática en un niño de 5 años. De izquierda a derecha y de arriba abajo mostramos el procedimiento primario. En primer lugar recortamos con tijeras el vítreo que asoma por la herida corneal que suturamos meticulosamente a continuación. Una incisión escleral superior tunelizada alojará un vitrectomo que eliminará el vítreo desde cámara anterior prolapsado hacia la puerta de entrada del CEIO. Después de realizar una capsulorrexis incompleta porque está rota la cápsula anterior, aspiramos el cristalino con una cánula de Simcoe y colocamos una lente de tres piezas acrílica hidrofóbica. A continuación viscodisecamos la hialoides anterior para practicar una capsulorrexis posterior que evitará la rotura capsular. Luxamos el cuerpo óptico de la lente a través de esta capsulorrexis y procedemos a la vitrectomía y a la extracción del CEIO. La lente permanece estable durante todo el procedimiento posterior.
Si no disponemos de un saco indemne, podemos utilizar los restos capsulares anteriores. Si disponemos de una cápsula posterior más o menos íntegra la utilizaremos realizando una capsulorrexis posterior y luxando la óptica en ella como hemos descrito antes.
Si tenemos dudas sobre el seguimiento del paciente o la evolución postoperatoria retiniana en un caso mixto de traumatismo anterior y posterior, también podemos realizar una facoemulsificaión reglada y colocar la lente en sulcus, luxando la óptica en una capsulorrexis anterior como describimos para casos complejos y eliminando desde atrás la cápsula posterior (Glez del Valle et al. Implante secundario de primera intención sobre cápsula anterior de primera intención en catarata secundaria a DR pediátrico. El mundo al revés. 24 congreso SECOIR. San Sebastián, 2009) (fig. 15).
Figura 15. De izquierda a derecha y de arriba abajo. Este niño saharaui había sufrido un traumatismo ocular al caerse de una bicicleta un año antes. Se operó del desprendimiento de retina mediante cerclaje y vitrectomía. Durante la cirugía vítreo-retiniana viscodisecamos la hialoides posterior que no estaba suelta (Glez. del Valle et al. Viscodisección de la hialoides posterior en desprendimiento de retina total sin desprendimiento vítreo posterior. 84 Congreso de la Sociedad Española de Oftalmología. Sevilla, 2008) Aunque se reaplicó la retina (imagen infrarroja con lente de Staurenghi) desarrolló una intensa fibrosis posterior. Ante la imposibilidad de un seguimiento cercano se realizó una segunda cirugía de facoemulsificación mediante acceso escleral superior tunelizado. Es muy importante el pulido de las cápsulas. Como la fibrosis era muy importante se optó por colocar la lente en sulcus, luxando la óptica en la capsulorrexis anterior, a modo de lensectomía inversa. La cápsula posterior se eliminó desde una de las esclerotomías de 25G. Se aprovechó la cirugía para pelar membranas epirretinianas y la membrana limitante interna.
Hechos conocidos
Datos a recordar
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