Osteoporosis: :Se trata de una enfermedad ósea en la que la densidad ósea disminuye, por lo que los huesos se vuelven frágiles, especialmente en las caderas, la columna y las muñecas.
Cualquiera puede tener osteoporosis, pero es más común en mujeres mayores. Los factores de riesgo incluyen:
Envejecimiento
Delgadez
Herencia genética
Tomar ciertos medicamentos
Ser una mujer blanca o asiática.
Baja densidad ósea
Recomendación: Para mantener tus huesos sanos debes llevar una dieta rica en calcio y vitamina D, tomar suplementos de calcio y vitamina D y hacer ejercicio regularmente. Existen diferentes tipos de ejercicios como Pilates y levantamiento de pesas que pueden mejorar el tamaño de tus huesos, masa; no fume, existen algunos medicamentos que pueden ayudar a aliviar la afección, y es importante evitar caídas, que pueden provocar la fractura de uno o más huesos.
Enfermedad de Paget: Es una enfermedad ósea crónica; la enfermedad ósea de Paget interfiere con el proceso de reciclaje natural del cuerpo, en el que el tejido óseo viejo se reemplaza gradualmente por tejido óseo nuevo; con el tiempo, los huesos pueden volverse quebradizos y deformes. Esta afección suele afectar la pelvis, el cráneo, la columna y las piernas.
La mayoría de las personas con enfermedad ósea de Paget no presentan síntomas. Cuando se presentan síntomas, la queja más común es el dolor de huesos.
La enfermedad hace que el cuerpo produzca hueso nuevo más rápidamente de lo normal. La remodelación rápida crea huesos con menos tejido y más fragilidad de lo normal, lo que puede provocar dolor óseo, deformidades y fracturas.
La enfermedad puede afectar sólo una o dos partes del cuerpo o puede ser sistémica. Los signos y síntomas que se presentan, si los hay, dependen del área afectada.
El tratamiento principal para la osteoporosis es el uso de medicamentos destinados a fortalecerlos. En algunos casos, puede requerir cirugía para abordar complicaciones asociadas.
Osteogénesis Imperfecta: Es una enfermedad caracterizada por la fragilidad ósea, lo que hace que los huesos se rompan con facilidad, razón por la cual también se conoce como la enfermedad de los huesos de cristal. Los síntomas pueden variar en gravedad dependiendo del tipo de osteogénesis imperfecta presente. El tipo I es la forma más suave y común, mientras que el tipo II es el más grave. Otros tipos de la enfermedad presentan síntomas que se sitúan entre el tipo I y el tipo II.
Si bien cualquier persona puede nacer con osteogénesis imperfecta, aquellos con antecedentes familiares de esta enfermedad tienen una probabilidad más alta de padecerla.
Las personas con osteogénesis imperfecta presentan una fragilidad ósea que conlleva a fracturas fácilmente. Sin embargo, la frecuencia de estas fracturas puede variar significativamente entre individuos; algunos pueden experimentar solo unas pocas a lo largo de su vida, mientras que otros pueden sufrir cientos de fracturas.
Las personas afectadas por osteogénesis imperfecta pueden manifestar una variedad de síntomas adicionales, que incluyen:
Malformación o curvatura de los huesos largos.
Estatura más baja de lo habitual.
Propensión a desarrollar fácilmente hematomas en la piel.
Articulaciones laxas o hiperflexibles.
Debilidad muscular.
Cambios en el color de la esclerótica, mostrando tonos azulados, morados o grisáceos.
Configuración facial triangular.
Tórax en forma de barril.
Curvatura de la columna vertebral.
Colapso de las vértebras.
Dientes frágiles, deformes o descoloridos.
Pérdida auditiva.
Problemas respiratorios.
Malformación en las articulaciones de la cadera.
Osteomielitis: La osteomielitis es una infección del hueso provocada generalmente por bacterias, micobacterias o hongos. Estos agentes infecciosos pueden acceder al hueso a través del torrente sanguíneo o, más frecuentemente, desde tejido infectado cercano o heridas abiertas. Los síntomas incluyen dolor localizado en el hueso afectado, fiebre y pérdida de peso. Para el diagnóstico, se realizan análisis de sangre, pruebas de imágenes y biopsias óseas. El tratamiento consiste en la administración de antibióticos durante varias semanas, pudiendo requerir también cirugía para extirpar el hueso infectado.
Los pacientes experimentan intensos dolores punzantes cerca de las articulaciones de las piernas y los brazos, acompañados frecuentemente de fiebre alta y malestar general. Los análisis de sangre suelen revelar un aumento en el recuento de glóbulos blancos, así como valores elevados en las pruebas de velocidad de sedimentación globular y proteína C reactiva. Estos últimos parámetros son indicativos de la respuesta inflamatoria del cuerpo y son cruciales para evaluar la progresión de la enfermedad y la eficacia del tratamiento.
Artrosis: es la enfermedad degenerativa articular más común, caracterizada por la degeneración del cartílago hialino que recubre las superficies óseas en las articulaciones.
El cartílago actúa como un amortiguador que protege los extremos de los huesos y facilita el movimiento de la articulación. En el desarrollo de la artrosis, este cartílago pierde sus propiedades y puede llegar a desgastarse completamente, lo que ocasiona que los extremos óseos se friccionen directamente entre sí, provocando dolor.
Cancér Óseo: El cáncer de huesos puede manifestarse en cualquier hueso del cuerpo, aunque tiende a afectar con mayor frecuencia a los huesos grandes de la pelvis, brazos y piernas. A pesar de su gravedad, el cáncer de huesos es poco frecuente, representando menos del 1% de todos los casos de cáncer. Es importante destacar que los tumores óseos benignos son considerablemente más comunes que los malignos. Es crucial señalar que el término "cáncer de huesos" no engloba aquellos cánceres que se originan en otra parte del cuerpo y luego se propagan (metastatizan) hacia los huesos. Estos tipos de cáncer se denominan según su origen primario, como el cáncer de mama que ha metastatizado a los huesos.
Existen diferentes tipos de cáncer de huesos, algunos más frecuentes en niños y otros en adultos. El tratamiento más comúnmente utilizado es la resección quirúrgica, aunque en algunos casos se puede recurrir a la quimioterapia y radioterapia. La elección entre cirugía, quimioterapia o radioterapia depende del tipo específico de cáncer de hueso que se esté tratando.
Referencias
National Library of Medicine. (s. f.). Enfermedades de los huesos. https://medlineplus.gov/spanish/bonediseases.html