Pretérito del mar indefinido

I

A la asomada primera tras la cumbre,

cuando bajaba el ballenato placentero

entretenido en curvas de merienda y uvas

y fortín soñoliento,

el gong del mar se pone en pie de un salto

dando con la cabeza en el pavés del cielo;

esparce de ceniza las recámaras,

vibran las entretelas, y hasta Alghero

no tendrá paz la tarde.


II

(Capo Falcone)

Hizo sus cálculos trigono-

métricos, cuadraron y es feliz, mientras aún suda

por las axilas la raíz cuadrada

un rocío radioso de reloj de sol.

Entretanto,

algunos farallones más dichosos

se enjugaban el porvenir aceitunado

en cortinas de sombra.


(Sardegna. De Alghero a Sant'Antioco,

4-5/VIII/'85.)


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