Del río al mar...

Cencellada en Vicolozano,

aljófares de nieve en la Ventosa

del Río Almar,

cellisca en Alba de Tormes,

y en Salamanca, resurrección blanca:

peregrinos amigos, seguiréis disfrutando,

con los nudillos pálidos,

el invierno inclemente de la vida,

y, mientras, yo estaré en

los trasbordos inútiles del sueño:

herida en el tobillo,

bocado del estribo,

al descender en Font de la Figuera;

costado lacerado

al retomarlo en Fon-

tanars dels Alforins,

muerte [in]civil entre València y Xàtiva

y sepultura en la memoria vuestra.

Cuidádmela muy bien, que a nadie quiero

de mi esqueleto confiar la leña.


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