Ayer
Ayer tarde, oyendo y casi sin ver I Puritani, se me aparecieron cuatro versos... un poco torpes, en los cuales percibo una virtud interna: como no riman (y yo creí que sí, en mi precipitación y ofuscación belliniana) ni tienen esquema estrófico alguno, vienen a ser como una nuez con cáscara verde: si consigo restituirles las palabras que ocultan y la rima que celan, se convertirán en una cuarteta... o quintilla bien hecha, muy sabia (?) y, además, definitoria de lo que en mi interior se orquesta. El apunte originario es así:
"La mar de mi locura
me deja cada noche,
en la playa del sueño,
restos de vida antigua."
Lo cual, trabajado penosamente en mi cuaderno de apuntes, ha producido esto:
"La mar de mi demencia
me deja en la almohada
de la playa postrera
restos de vida errada
convertida en certera."