En varias ocasiones, el papa Francisco ha expresado su preocupación para que en el seno de la Iglesia haya una mejor y más profunda preparación para el matrimonio de las parejas jóvenes, insistiendo en la necesidad de un itinerario relativamente amplio, inspirado en el catecumenado bautismal, que les permita vivir más conscientemente el sacramento del matrimonio, a partir de una experiencia de fe y de un encuentro con Jesús.