D. Pedro San Martín Moro

D. Pedro San Martín Moro

Introducción

Pedro San Martin, el Arquitecto que descubrió el teatro romano de Cartagena

Por Felix Santiuste de Pablos, arquitecto

El día 17 de febrero nos dejó D. Pedro San Martín Moro después de 92 años dedicado a la conservación del Patrimonio Histórico de nuestra región.

Fue el último de una generación de arquitectos, no más de 15 en toda España, a los que la antigua Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Cultura encargara los proyectos y la ejecución de la Restauración del Patrimonio Histórico en las diferentes provincias, al haber suprimido la dictadura, los 6 arquitectos de zona, responsables de la conservación del patrimonio existentes en tiempos de la II República .

Fue con toda seguridad, la persona que más ha hecho por la conservación de nuestro Patrimonio sin ser natural de la Región de Murcia. Nació en Valladolid en 1921 y llegó a Cartagena en el año 1954 como destino de su recién aprobada oposición de Arquitecto de Hacienda.

En los años 60, cuando sus compañeros arquitectos están concentrados en la realización de los grandes proyectos desarrollistas de la La Gran Via de Murcia o los ensanches de Cartagena o Lorca, D. Pedro se estrena con la excavación arqueológica, consolidación y conservación del yacimiento de la Calle Morería de Cartagena. 1957.

En 1965 comienza el proyecto de excavación, consolidación y conservación de la Muralla y Cementerio de La Plaza de Santa Eulalia de Murcia, en colaboración con D. Manuel Jorge Aragoneses , que se concluye en 1967. Estaba recién aprobada la Carta de Venecia del Restauro de 1964, donde se insiste en que la diferencia de etapas constructivas y que la actuación en la intervención en los monumentos tiene que ser reconocible.

Este proyecto lleno de sutilezas, retranquea los nuevos recrecidos de fábrica, necesarios para consolidar las estructuras murales de los siglos XII y XV llegando al extremo de hacer imprimir todos los ladrillos nuevos con la fecha de 1964, para diferenciar las etapas constructivas.

Las estructuras más frágiles que correspondían con el cementerio islámico se cubrieron con un pequeño museo y las que correspondían a las puertas y estructuras de la muralla se consolidaron y quedaron a la intemperie, como estuvieron desde el siglo XII.

Yo vivía de niño en la calle Simón García y siempre me llamaron la atención aquellas ruinas que convivían con los gatos. Años después en Roma comprendí que esta convivencia es consustancial con los monumentos arqueológicos urbanos, la única diferencia es que allí alguien se encargaba de mantenerlo limpio.

Hoy el Ayuntamiento de Murcia ha construido sobre aquellas ruinas el Museo de la Muralla. La muralla que se construyó para estar a la intemperie, hoy está cubierta con una construcción de difícil clasificación y mucho más difícil adecuación a un entorno BIC. El Cementerio Islámico, que era el que precisaba protección, hoy no tiene ningún acceso, ni siquiera una referencia escrita de por donde está. Aquel proyecto de restauración, lleno de sutilezas y recursos constructivos es totalmente irreconocible.

Aunque una gran parte de sus obras se ejecutan en Cartagena, realiza proyectos y obras en todo el ámbito regional, que van desde La consolidación del Porche de San Antón de la Muralla de Lorca (1965- 1968), hasta la consolidación y restauración del Castillo de Jumilla(1970- 1983), o desde la restauración de la Torre del Homenaje del Castillo de Moratalla (1972-1979), a la restauración de la cubierta y descubrimiento de la fachada renacentista de la Iglesia de San Andrés de Mazarrón(1976- 1979), una secuencia de más de 50 proyectos de investigación, conservación y restauración desde el año 1957 a 1990.

Sus proyectos siempre relacionan la economía de medios con los objetivos. Entendiendo que siempre es más importante el objeto a restaurar que los elementos de protección que lo cubren. Por desgracia hoy tenemos ejemplos que argumentan lo contrario.

Aunque su trabajo como redactor de proyectos se diluye a partir de 1990, no deja de colaborar en proyectos de investigación.Concentrado fundamentalmente en el Teatro Romano y el Anfiteatro de Cartagena.

Hombre de una discreción extrema, tanto en su vida personal como profesional, no permitió ningún tipo de reconocimiento.

Con mucho esfuerzo, la Junta del Colegio Oficial de Arquitectos de Murcia, le convenció para que admitiese el premio a la Labor Profesional en los IX PREMIOS DE ARQUITECTURA DE LA REGION DE MURCIA de 1997.

Para aquel acontecimiento tuve la suerte de organizar la exposición de sus obras, con unas magníficas fotos de Severo Almansa.

Con las dotes de persuasión de Severo, D. Pedro nos abrió sus archivos y nos permitió acceder a parte de sus memorias personales, incluso una foto de niño. Creo que han sido los días que más he disfrutado en toda mi actividad como arquitecto relacionado con la restauración monumental.

En estas conversaciones que por desgracia no grabamos, como si ha sucedido con su gran amigo y colaborador D. Julio Más, le pregunte como se gestionaba la realización de las obras en aquellos años 60. Con toda naturalidad me dijo que el redactaba los proyectos por encargo del Ministerio y que el dinero en metálico se lo remitían en sobres. Dinero que el repartía al final de la semana pagando a los obreros y, después remitía los recibos a Madrid. Hacía de arquitecto, contratista y gestor.

Es curiosa la actualidad de esta anécdota, con la diferencia que aquí están las obras para comprobarlo.

Sin duda, su mayor regalo a nuestra región, ha sido el descubrimiento del teatro Romano de Cartagena. La historia creo que merece la pena contarla aunque me extienda un poco.

En 1988, estando yo en la Dirección General de Patrimonio, supervisé un proyecto para la construcción del Centro de Artesanía de Cartagena que la Consejería de Industria había encargado a D. Pedro San Martín en un solar de la Plaza de la Condesa de Peralta de Cartagena. Aquel proyecto llevaba un sótano y D. Pedro realizó la investigación arqueológica previa. (A pocos metros, en 1983 había realizado la consolidación y musealización de la Muralla Bizantina).

Encontró una estructura de más de cinco metros de profundidad de cal y canto. Lo que él denominó “La cosa dura”. Ante la imposibilidad de poder realizar el sótano, convenció a la Consejería para comprar el solar contiguo, volviendo a salir más de lo mismo. Convencido de que aquello era la estructura de una bóveda de un templo descomunal, convenció a la Consejería para que no construyera allí el centro. (Me imagino como debería de estar la Consejería por las pegas que les ponía y el retraso en la construcción). El Centro de Artesanía no se construyó en ese lugar y se ejecutó en el Ensanche. No conozco ningún arquitecto que ante el encargo de un proyecto singular esté a punto de perder su ejecución por defender el patrimonio histórico.

Siguió con las investigaciones y fue el primero en comprender que aquello era un Teatro Romano. Que “La Cosa Dura” era el suelo de la escena y que aunque el estaba convencido de ello, no presentó su plano de la planta del

Teatro hasta el año 1993 en El Seminario sobre Teatros Romanos de Hispania que organizó El Colegio Oficial de Arquitectos de Murcia y que dirigimos conjuntamente Sebastián Ramallo y yo.

El destino es sorprende y si D. Pedro no hubiera sido el arquitecto al que se le encargó el proyecto del Centro de Artesanía, hoy abría un edificio allí, que seguramente aparecería en todas las revista de arquitectura, pero Cartagena no tendría un Teatro Romano.

D. Pedro San Martín ha vuelto a descansar a Valladolid junto a sus padres, pero aquí nos ha dejado su obra por la que sobrevuela su espíritu enfundado en su gabardina color hueso y su carpetilla de cuero bajo el brazo.

Ahora que no se puede negar, creo que la Región de Murcia le debe un gran reconocimiento.

Muchas gracias Maestro.

Noticias relacionadas con el fallecimiento de D: Pedro SanMartin

http://www.elecodecartagena.es/index.php/2013/02/fallece-pedro-san-martin-moro-ex-director-del-museo-arqueologico-municipal/

http://www.laverdad.es/murcia/v/20130217/cartagena/pesar-muerte-pedro-martin-20130217.html