Molinete

Nota de prensa conjunta de la coordinadora del Molinete y Adepa sobre la venta de parcelas en el Molinete. (Julio 2012)

Artículo publicado en La verdad

Respuesta de la Dirección General de cultura (Enero 2012)


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<p>Respuesta de la Dirección General de cultura (Enero 2012)</p>

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<p><img src="images/Molinete2010/2013_01_8_resp_DGC_molinete_1.jpg" alt="2013 01 8 resp DGC molinete 1" width="551" height="780" /></p>

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06/08/2012

Noticia publicada en la Verdad: Lunes 6 de agosto de 2012)

Urbanismo admite que habrá que horadar el monte y que la obra para consolidarlo en alguna parcela es de dudosa rentabilidad

La búsqueda del máximo aprovechamiento urbanístico para el Plan Especial de Reforma interior del Molinete (PERI), en la ladera oeste del monte y la Morería Baja, puede convertirse en la peor estrategia para su futuro. Así lo cree el exdirector general de Cultura y presidente de la Asociación de Defensa del Patrimonio (Adepa), Juan Miguel Margalef, apoyado por la Plataforma en Defensa del Molinete, que considera que hay al menos cuatro parcelas cuyo diseño es incompatible con la conservación del cerro y el respeto a los restos de origen antiguo que haya bajo tierra. En suma, según Margalef, «si la venta de las parcelas sale adelante como está previsto, no solo se puede causar un daño irreparable al monte , que quedaría mutilado, sino también a los restos arqueológicos. Además, es dudoso que la venta tenga éxito», añadió

La convocatoria para que las 17 parcelas edificables en las que se divide el plan salga adelante quedó desierta el pasado 9 de julio. Es ya la segunda ocasión en que ocurre, después del fallido intento de 2011. Ni siquiera las ventajas introducidas esta vez han surtido efecto. La nueva oferta a los promotores y urbanizadores incluía dos parcelas más, derivadas de la subdivisión de otras dos. La superficie total es de casi 12.000 metros cuadrados con una edificabilidad de más de 50.000. También se ofrece el aprovechamiento hotelero de cualquiera de los solares por un precio más reducido. Además, se elimina la exigencia de arreglar las calles y construir los edificios en un plazo concreto y la obligación de excavar los solares de inmediato para ver si hay restos en el subsuelo. El momento y la fórmula decidida quedaban para después de la venta.

Las principales dudas de la plataforma se refieren a cuatro parcelas situadas en la ladera del cerro. De ellas, dos, la M-1.1 y M-1.2 están entre las más problemáticas, porque en ellas se apoyará parte del cerro. La E-9 es la destinada a acoger un aparcamiento cubierto de varias alturas, y otra más, la M-8, tiene en su seno una serie de restos de valor que condicionan su uso.

El aparcamiento

La parcela E-9 se encuentra en los terraplenes con zonas aterrazadas que hay bajo la parte final del parque que se construyó en la cima del cerro. «Es imposible que ahí se construya un aparcamiento de varias alturas sin pegarle un tajo radical al monte. Más o menos como el que se hizo en el Monte Sacro para construir el edificio del Grupo Unión en la Muralla de Tierra», explicó Margalef. Y, a su juicio, sacar a la venta la parcela de esa manera es muy arriesgado, porque si aparecen restos de valor, la incompatibilidad con el aparcamiento sería manifiesta.

Además, los planes de Urbanismo respecto a esta parcela consistían en aprovechar la tapia del edificio del parking para consolidar la ampliación del parque de la cima, con un mirador, dado que el límite de alturas de los edificios viene dado por la cota del monte: 34 metros.

Las parcelas M-1.1 y M-1.2 se encuentran, sobre el mapa, en el extremo sur del área de actuación, en lo que actualmente es la parte del monte más cercana a la Puerta de Murcia, detrás de varios de los edificios con fachada a esta explanada. Aquí la preocupación de la plataforma es que la excavación del foso para construir edificios «parece incompatible con la conservación del segundo molino que hay en la cima». Esa construcción quedó fuera del parque por falta de dinero, con el compromiso de que esa parte sería abordada en una segunda fase

Al otro extremo, lindando con los muros traseros de los edificios de la calle San Fernando se encuentra la parcela que fue objeto de la discordia hace un año, precisamente cuando se construía el parque. Se trata del solar M-8, que sí fue excavado hace años y en el que se encontró «una escalera en buen estado y un mosaico de valor, que es obligado conservar», según explicó Milagros Viqueira, de la citada plataforma.

Pero en el concurso de venta a este solar se le concedió una edificabilidad del cien por cien, según Margalef. «Y sin aclarar cuál es la cota de la que se parte, la de la Morería Baja o la de la antigua calle Doncellas, que es superior», indicó. Por eso ambos temen que la opción escogida sea la primera. «Será difícil explicar cómo se van a conservar los restos, si se permite una edificabilidad máxima», añadió Margalef.

Por todo ello Adepa se opone a la venta de las parcelas tal y como se ha planteado. «Se ha optado por hacerlo sin ninguna planificación previa. Lo primera sería completar la excavación de todos los solares. Y lo segundo, sacar a la venta las parcelas en función de lo que se haya encontrado», indicó Margalef.

Margalef y Viqueira entiende que de esta manera no solo se garantizará la pervivencia de los restos valiosos -«no se trata de conserva por conservar», aseguraron- sino también que los compradores sabrán lo que invierten en función de lo que podrán hacer, en lugar de «encontrarse con sorpresas desagradables», añadió este experto.

Nota de prensa sobre el ajardinamiento del molinete

En el recién inaugurado parque del Molinete se detectan diversas carencias que deben ser conocidas por todos los cartageneros.

En primer lugar, la incongruencia de encontrar dos zonas de juego y columpios en un parque que se supone arqueológico. Estas zonas de juegos, dada la zona en la que se encuentran, tampoco reúnen las condiciones más adecuadas para el desarrollo de las actividades lúdicas para las que se suponen se dispusieron.

Llama poderosamente la atención como junto a una de esas referidas zonas de juego se encuentra el castellum aquae completamente abandonado, al que no sólo no se ha consolidado o restaurado; la circunstancia es que ni siquiera se ha protegido para frenar su deterioro. Hay que recordar que los restos allí localizados están fabricados en arenisca, material que sufre especialmente a la intemperie si no se trata adecuadamente.

La cima del cerro, y es posible que muchos de los visitantes no se hayan dado cuenta, está coronada por un edificio religioso, la denominada aedicula de Atargatis, construcción que se remonta a al siglo III a.C. y de la que se conservan las cimentaciones y la pavimentación. Es precisamente esa pavimentación, en la que se localizó, allá por el año 1977, un mosaico en opus signinum con teselas, la que nos da el dato de a quién estaba dedicado este espacio religioso. Este edificio, y con él su mosaico, no están protegidos de manera alguna, ya no ante las inclemencias del tiempo, sino ante las pisadas o juegos de visitantes que realmente no saben ante que se encuentran. Y es que, además de la inexistente protección, tampoco existe ningún tipo de explicación que señale al visitante, y de esa manera pueda apreciar realmente, ante que construcción se hallan. Cabe recordar que este mosaico no se construyó hace más de dos mil trescientos años para estar a la intemperie, se incluía en un espacio cerrado y por ello no está preparado para soportar lluvia, frío o viento. Debería estar protegido y debidamente explicado. Esta misma situación de desinformación se repite en el conocido como templo negro, dado el material con el que se construyó, la andesita volcánica del color que da nombre a este edificio del que no se conoce advocación.

La propia disposición de los elementos del parque lo hacen peligroso para los visitantes, existen terraplenes y cambios de rasante muy marcados, además de los cantos vivos de escalones y cambios de nivel forrados en metal, que hacen extremadamente peligrosa una posible caída.

El planteamiento general del cerro como parque no respeta los restos arqueológicos en su conjunto, ya que éstos se cubren y se planta encima de los mismos; y, quizás con especies vegetales protegidas que posteriormente no se puedan arrancar. Los aterrazamientos del cerro han sido cubiertos, posiblemente con los mismos escombros producidos tras la intervención arqueológica, con lo que se rompe con la visión general del yacimiento que es el cerro en sí, y, además, esconde posibles restos allí localizados. Incluso restos ya excavados y estudiados han sido cubiertos, no sabemos si en las debidas condiciones, y se priva al público en general de su conocimiento y disfrute. Cabe destacar así, la existencia de un lararium en una zona de vivienda de época romana en la que se conservan muros con estucados que ya en el año 1999 fueron protegidos y consolidados.

Señalar también la situación en la que se encuentra el templo capitolino, ya localizado y estudiado desde el año 1998 y objeto de nuevas intervenciones en el año 1999 por el equipo dirigido por Blanca Roldán y Luís de Miquel. El estado de abandono y consecuente deterioro del templo es lamentable. Todo el área en torno al templo está sucia, cubierta de plantas y abandonada por completo.

No se entiende cómo un gran yacimiento como es el cerro del Molinete en su conjunto puede tratarse de forma tan desigual dependiendo de qué zona estemos hablando. Cierto es que se debe actuar por zonas, éso es obvio, pero ¿por qué no se consolidó y protegió al menos esa zona ya sacada a la luz con anterioridad? ¿por qué no se ha hecho un reparto más equitativo del dinero disponible para proteger y poner en valor los restos arqueológicos? ¿la importancia de los restos de qué depende?, ¿de los restos en sí?, ¿o de quién los excava?. No es justo para la ciudad que se pierdan restos de tanto valor histórico. Más, cuando esos restos abandonados y cada vez más deteriorados están junto a una fastuosa obra de cubrición y dentro de un perímetro de una zona protegida que cierran unas costosas vallas de metacrilato.

Y, por último, y quizá una cuestión sentimental y simbólica, ¿por qué razón este supuesto parque arqueológico no lleva el nombre de una de las personas que más ha luchado por la conservación de los restos en esta histórica colina y por desgracia no puede seguir luchando? ¿por qué el parque no lleva el nombre de Blanca Roldán? Se me ocurre una poderosa razón: a ella, estamos seguros, no le hubiera gustado nada como han tratado el yacimiento.

¡ Piénsenlo !

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