Billo en la Gran Pantalla: El Universal

  ÁNGEL RICARDO GÓMEZ

EL UNIVERSAL

domingo 19 de abril de 2009  12:00 AM

El 27 de abril de 1988 se realizaba un ensayo del espectáculo organizado para conmemorar los 50 años de historia musical de Billo Frómeta. Una gran emoción le produjo al maestro un derrame que lo mantuvo en coma hasta el día de su muerte, el 5 de mayo de aquel año. Mas su música sigue viva a pesar del reggaetón y está presente en partidos de beisbol, fiestas y camionetas por puesto. 

Y es que Luis María Frómeta -su verdadero nombre- y su orquesta reflejan la cultura de Venezuela y probablemente del Caribe. Así lo afirma Rafael Marziano, quien recuerda al músico en la película Swing con son, que estrena el próximo viernes. 

"Él expresó como pocos el sentido de la música del Caribe en nuestro país, por eso cuando lo oímos no escuchamos algo que estuvo de moda y ya no lo está, sino algo que habla de nosotros mismos y por eso nos toca de una manera tan fuerte", comenta el realizador, quien tuvo siete años trabajando en esta producción. 

Con apenas 22 años llega Billo a Venezuela. Se preparaba para ser médico, pero el gusanillo de la música pudo más y lo llevó a emigrar de su natal República Dominicana con un contrato para tres meses. Desde entonces se enamoraría de esta tierra y especialmente de Caracas que, a juicio de Marziano, le hacía recordar a Santo Domingo. "Caracas me enseñó a tocar y yo la enseñé a bailar", decía el maestro Billo. 

El cineasta recuerda que Billo era un hombre muy bien formado en lo musical, "él tenía como un enorme sentido -no de la moda, yo no creo- sino una gran sensibilidad popular, que es distinto. Supo articular las distintas influencias y mezcló la música cubana con la dominicana, se adueñó de la guaracha... agarró el merengue caraqueño y lo siente. Andy Durán nos explicaba que él incorpora elementos de la parranda...". 

Marziano elude categorizar la película como un documental y la presenta como una suerte de mosaico donde muestra la historia de una Caridad Canelón que va a un programa de radio en el que toca una big band, la de Alberto Naranjo, que interpreta en vivo temas de Billo. Un locutor de la emisora va armando el relato en el que salen a relucir voces -cantando y hablando- como las de Rafa Galindo, Arturo Guaramato, Estelita del Llano, Alberto Naranjo, Joe Urdaneta, Héctor Monteverde, María Rivas y hasta Los Hijos de la Calle, quienes interpretan una versión en rap de Apretaíto. 

"La película es un viaje actual a través de los recuerdos de Billo, es totalmente contemporánea... No es una película biográfica sino a partir de él. Nuestro interés fue qué representa Billo Frómeta hoy en día", cuenta el realizador, quien recordará en el trabajo audiovisual hechos relevantes en la vida del artista como su llegada a Venezuela; episodios políticos como su militancia en contra del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo; y el veto al que lo somete la Asociación Musical de Venezuela. 

Billo decía que la política y la música no tenían nada que ver. Probablemente hubo acciones y temas que lo asociaron con alguna tendencia, pero en el fondo su obra pertenece a todo un pueblo que por encima de democracias, dictaduras, golpes de Estado... no pierde la costumbre de reír y bailar.