El aparato circulatorio es el primer sistema orgánico funcional del embrión. Su formación comienza en la segunda/tercera semana de gestación y el día veinte empieza a funcionar. A partir del día veintitrés, la actividad del corazón puede comprobarse mediante una ecografía.
El signo inicial del desarrollo del corazón es la presencia de dos cordones endoteliales que se fusionan para formar un tubo cardiaco único. A partir de la cuarta semana comienza la división del conducto aurículoventricular, la aurícula y el ventrículo primitivos. Progresivamente y hasta finales de la quinta semana se desarrollan una a una las estructuras del sistema cardiovascular.
El corazón se encuentra situado en el tórax, detrás del esternón y las costillas, entre los dos pulmones. Es un órgano hueco que contiene cuatro cavidades: dos superiores, denominadas aurículas y dos inferiores, denominadas ventrículos. Las aurículas recogen la sangre del organismo a través de las venas, mientras que los ventrículos envían la sangre proveniente de las aurículas al resto del organismo através de las arterias.
El nombre de cada cámara cardíaca indica su localización: las aurículas derecha e izquierda están arriba y los ventrículos derecho e izquierdo se sitúan abajo. La pared de cada cámara se compone de un tejido muscular estriado llamado miocardio, que está sometido a una contracción involuntaria, rítmica y espontánea. Tanto las aurículas como los ventrículos están separados por un tabique: el tabique interauricular y el tabique interventricular.
Ciclo cardíaco
El corazón tiene dos movimientos, uno de contracción, llamado sístole y otro de dilatación llamado diástole. Ambos movimientos no se realizan a la vez, sino que se distinguen tres tiempos:
• La sístole auricular, en la que se contraen las aurículas y la sangre pasa a los ventrículos que están vacíos.
• La sístole ventricular, cuando se contraen los ventrículos y la sangre sale de ellos a través de las grandes arterias.
• La diástole, en la que las aurículas y los ventrículos se dilatan por la relajación de la musculatura y la sangre entra de nuevo en las aurículas.
La sístole empieza con la contracción, cuando la presión del ventrículo izquierdo supera la de la aurícula izquierda, y finaliza en el pico de la eyección. La diástole se inicia cuando la presión del ventrículo izquierdo empieza a descender.
En el interior del corazón existen cuatro válvulas que regulan el paso de la sangre, se abren y se cierran para que la sangre fluya únicamente en una dirección en cada latido. Las válvulas auriculoventriculares separan las aurículas de los ventrículos: la válvula tricúspide entre la aurícula y el ventrículo derecho, y la válvula mitral o bicúspide entre la aurícula y el ventrículo izquierdo. Ambas impiden que la sangre refluya hacia las aurículas cuando se contraen los ventrículos.
Las válvulas semilunares están situadas entre los ventrículos y las grandes arterias por las que sale la sangre del corazón: la válvula pulmonar, en el ventrículo derecho, y la válvula aórtica en el ventrículo izquierdo. Ambas permiten el flujo hacia las arterias, pero impiden su retroceso al ventrículo.
Cada latido del corazón incluye la sístole y la diástole y se conoce como un ciclo cardíaco. El sonido cardíaco corresponde al cierre de las válvulas. El primer tono corresponde al cierre de las válvulas auriculoventriculares, cuando se contraen los ventrículos. El segundo tono corresponde al cierre de las válvulas semilunares durante la diástole ventricular. El término gasto cardíaco es el volumen medio de sangre bombeado por un ventrículo por minuto, y en un adulto normal en reposo oscila alrededor de los cinco litros.
Flujo de sangre a través del corazón
El corazón actúa como una bomba muscular para distribuir la sangre por todo el organismo. La sangre poco oxigenada llega al ventrículo derecho a través de dos grandes venas, la vena cava superior y la vena cava inferior. La aurícula derecha recibe sangre poco oxigenada y la bombea hacia el ventrículo derecho a través de la válvula tricúspide. Cuando los ventrículos se contraen, la sangre del ventrículo derecho es bombeada a través de la válvula semilunar pulmonar hacia los pulmones, a través de la arteria pulmonar.
En los pulmones, la sangre se llena de oxígeno y elimina el dióxido de carbono. La sangre oxigenada vuelve al corazón por la aurícula izquierda a través de las cuatro venas pulmonares, que la bombean hacia el ventrículo izquierdo a través de la válvula mitral. Cuando se contraen los ventrículos, la sangre fluye por la aorta a través de la válvula semilunar aórtica y es distribuida por todo el cuerpo.
El corazón actúa como dos bombas separadas a través de dos circuitos muy bien diferenciados. La circulación pulmonar implica el movimiento de sangre desde el ventrículo derecho a los pulmones y la circulación sistémica implica el movimiento de sangre desde el ventrículo izquierdo a través de todo el cuerpo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la hipertensión arterial (HTA) constituye el primer riesgo de muerte para la mujer y el segundo para el varón en el mundo occidental. Se estima que el cincuenta por ciento de las enfermedades cardiovasculares se pueden atribuir a la elevación de la presión arterial, que constituye el principal riesgo de ictus e insuficiencia cardiaca. El noventa por ciento de las personas con valores normales a los cincuenta y cinco años serán hipertensas antes de su muerte.
La HTA ya es un factor de alto riesgo prevalente para las enfermedades cerebrovasculares en el mundo industrializado y su incremento en todo el mundo está resultando ser un problema de salud muy común debido al aumento de la longevidad y la prevalencia de factores que contribuyen a su desarrollo, como la obesidad, la inactividad física y una dieta poco saludable.
La presión arterial se define como la fuerza o empuje de la sangre sobre las paredes arteriales. A su vez, la tensión arterial es una fuerza de magnitud similar a la presión arterial, que se opone a la presión arterial para evitar una distensión excesiva. Aunque la tensión arterial y la presión arterial son fuerzas opuestas, sus magnitudes son iguales, al medir una se obtiene el valor de la otra. En este principio se basa el examen clínico de la presión arterial, en el que se mide la onda pulsátil o de presión que recorre las arterias.
Se entiende por presión sistólica o máxima el mayor valor obtenido durante la contracción ventricular. La presión diastólica o mínima es el menor valor observado durante la diástole, que coincide con el final de esta. El valor promedio normal en un adulto es de 120 mmHg en la sistólica o máxima y 80 mmHg en la diastólica o mínima, aunque varía de unas personas a otras e incluso varía en la misma persona a lo largo del día.
En la regulación de la presión arterial intervienen varios mecanismos y estructuras reguladas por el sistema nervioso autónomo. Los barroreceptores son terminaciones nerviosas que se hallan en las paredes arteriales (principalmente del seno carotideo y del cayado de la aorta) y son sensibles a las variaciones de presión. El volumen sanguíneo está en gran parte bajo control hormonal. Cuando el volumen desciende, el nervio vago envía señales a la hipófisis para que libere hormonas que actuarán sobre el riñón, disminuyendo la eliminación de líquido; y sobre las
glándulas suprarrenales, aumentando la retención salina. Las glándulas suprarrenales segregan hormonas que aumentan la presión arterial y contraen los vasos sanguíneos. El hipotálamo es el centro de enlace entre el sistema nervioso y el sistema endocrino: controla la hipófisis, que es la que regula la secreción de hormonas al organismo.
La hipertensión arterial se define como una elevación mantenida de la presión arterial por encima de los límites normales. El diagnóstico de un individuo como hipertenso se basa en clasificaciones que determinan los límites entre normalidad y enfermedad de manera arbitraria.
El Séptimo Informe del Joint National Comittee (JNCVII) de 2003 y el informe de la OMS del mismo año consideran como límites de la normalidad una presión arterial sistólica de 140 mmHg o superior y/o una presión arterial diastólica de 90 mmHg o superior.
El JNCVII define como «prehipertensos» a aquellas personas que tienen una presión arterial sistólica de 130-139 mmHg y/o una presión arterial diastólica de 85-89 mmHg.
La hipertensión arterial según la Biodescodificación
La hipertensión arterial esencial o idiopática es aquella en la que no puede identificarse un factor causal, y representa del noventa al noventa y cinco por ciento de los casos. Produce de manera silenciosa cambios en el flujo sanguíneo a nivel micro y macrovascular, y puede afectar a varios órganos diana, como el corazón, los riñones, el sistema nervioso central, los ojos o las arterias periféricas. Prácticamente no produce síntomas, aunque a veces se manifiesta con cefalea, mareo o vértigo, trastornos visuales, zumbidos en los oídos, hemorragias nasales y
palpitaciones, entre otros.
Los conflictos biológicos se relacionan con una desvalorización del clan familiar de una tonalidad general, impotencia con relación al territorio. Para comprender los conflictos biológicos de la hipertensión arterial (HTA) hemos de considerar varios aspectos: el corazón simboliza el hogar, la casa, los afectos, el territorio. Las paredes de mi corazón son los límites de mi hogar, de mi territorio, o los aspectos limitantes que tengo en mi hogar. Las aurículas son femeninas, porque reciben la sangre del sistema venoso y la envían a los ventrículos. Los ventrículos son
masculinos porque llevan la sangre al exterior. La sangre simboliza el clan familiar, la familia (real o simbólica).
En la hipertensión arterial (HTA) vamos a contemplar un aspecto masculino y otro
femenino.
En la HTA central o masculina, el conflicto de base es «aumentar la presión para expulsar a alguien de mi corazón, de mi casa, de mi territorio». «Quiero expulsar a un miembro de mi familia fuera del clan». En este caso hay un aumento de la presión y la persona tiene las manos calientes.
En la HTA periférica o femenina el conflicto de base es «debo aumentar la tensión para restringir el acceso o la salida, para evitar que alguien se aleje demasiado, o por no querer que alguien entre a formar parte del clan». Las arterias se cierran, aumentando la tensión y la persona tiene las manos frías.
Conflictos relacionados con la hipertensión arterial:
• Conflicto de hacinamiento: demasiada gente en poco espacio.
• Conflicto de falta de reconocimiento: mujeres que asumen un rol masculino.
• Desvalorización relacionada con el clan familiar; pérdida de territorio vivida con impotencia y en estado de sumisión. La persona se siente forzada a la orden de un dominante.
• Conflicto de resistencia a vivir una situación, a salir de la casa, del territorio. Resistir para defenderse.
• Necesidad de ser siempre el primero o de estar entre los mejores.
• Amargura interior en relación al amor, decepcionado cierro mi corazón, me endurezco. (cierro el corazón a los miembros de la familia que no me aman)
• Conflicto de tensión en el clan, luchar contra la presión del clan, luchar para
proteger a la familia.
• Conflicto de equilibrio entre padre y madre . Si la presión sistólica y la diastólica
están muy separadas, «quiero separar a papá y mamá». Si están muy juntas, «quiero
que se acerquen».
Ejemplos:
Un hombre de cuarenta años tiene que interceder entre sus padres para que no se peleen y se lleven bien. Siente rabia hacia ellos porque no encuentran vías de comunicación y lo utilizan.
Una mujer de cincuenta y ocho años tiene hipertensión a partir de la muerte de su padre: siente que este se fue muy rápido y casi no lo había disfrutado. A los veintinueve años su esposo la deja por otra mujer y ella regresa a casa de sus padres. Su madre quiso abortarla porque pensaba que sería un impedimento en la relación con su esposo. Toda la vida la madre la culpó de llevarse mejor con su padre que con ella.
Un hombre de cuarenta y cinco años tiene hipertensión desde los cuarenta, cuando descubre que su mujer le es infiel, pero no puede echarla de casa «por sus hijos». A los once años vive como su padre golpea a su madre y él desea matarlo.
Una mujer de treinta y cinco años tiene hipertensión desde los treinta y dos. Está separada y tiene un hijo. Conoce a un hombre que es viudo desde hace dos años y tiene dos hijos a los que ha malcriado. Ella no soporta a los niños, pero quiere al padre como pareja. Quiere echar a los niños pero quedarse con el padre.
En la hipertensión tendremos en cuenta los valores y las creencias que mantienen el conflicto. Por ejemplo, la fidelidad familiar; muchas personas se sienten presionadas para cuidar de la familia y esta fidelidad les impide romper el círculo. La HTA es una desvalorización que afecta a las arterias, que tienen el rol masculino de la acción, de la responsabilidad de alimentar a la familia. Cuando la persona no actúa, acumula presión en el ambiente familiar.
La hipertensión puede ser secundaria a un problema renal o a un problema endocrino. Entonces tomaremos en cuenta el significado biológico del órgano afectado, además del conflicto de la HTA.
La HTA está presente en la fase activa del conflicto, aunque a menudo es detectada en la fase de solución. La hipotensión arterial es el mismo conflicto que el de la HTA, pero vivido en la polaridad contraria. Se presenta en la fase activa del conflicto y la tonalidad es una pérdida de territorio vivida con impotencia y renunciamiento: «¿Para qué luchar?, de todos modos no lograré nada».
La arritmia es la pérdida de la secuencia rítmica del corazón por una alteración de los impulsos eléctricos que determinan el latido cardíaco. Cuando una persona está en reposo o realizando una actividad física habitual, el corazón late dentro de un rango de normalidad que oscila entre sesenta y cien latidos por minuto. Si el latido es más rápido de lo esperado, muy lento o es irregular, decimos que se encuentra en arritmia. Los conflictos de arritmia conciernen a la relación, porque afectan a la conducción eléctrica y se vinculan con un trastorno de ritmo o de tiempo, falta de ritmo por falta de referente (padre): «El hombre no mide, no controla; carencia de
límites, de medida, de referentes, de padre».
Las válvulas del corazón
Las válvulas representan a los porteros que dan entrada y salida de la familia en la casa o el territorio. Las patologías relacionadas con las válvulas del corazón (valvulopatías) se producen por estenosis o por insuficiencia. La estenosis se produce cuando la válvula no se abre completamente, lo que ralentiza el flujo de sangre cuando pasa de una cámara a otra. La insuficiencia se produce cuando la válvula no se cierra por completo, lo que permite que una cantidad variable de sangre regurgite o fluya en sentido contrario. Ambas valvulopatías incrementan la cantidad de trabajo del corazón
Una estenosis en las válvulas auriculoventriculares implica una restricción en el flujo que va de la aurícula (femenino) al ventrículo (masculino), impidiendo el paso de lo femenino a lo masculino: «no querer retornar a mamá... la puerta debe permanecer cerrada»; «papá y mamá son diferentes, no hay relación entre ellos...»; «nunca está el macho cuando se le necesita...»; «el marido quiere entrar en casa y la mujer cierra la puerta»; «lo masculino quiere ir a lo femenino, pero no debe» «quiero cerrar todas las posibilidades de retorno»; «no quiero retornar donde está lamadre o la esposa»; «no quiero que papá retorne a mamá»; «hay peligro si alguien
retorna a lo femenino».
Estenosis en la válvula tricuspide: «mamá me impide llegar a papá, en términos de regreso al hogar».
Estenosis de la válvula mitral: «Mi madre me impide llegar a mi padre, en términos de salir del hogar».
Una estenosis en las válvulas semilunares restringe el flujo en la salida de los ventrículos hacia las grandes arterias. Implica una restricción en la salida de lo masculino.
La estenosis en la válvula aórtica restringe la salida del ventrículo izquierdo hacia la aorta: «estar retenido en casa por el padre, querer escapar pero no poder».
La estenosis de la válvula pulmonar restringe la salida de sangre «sucia» hacia el pulmón: «se desecha limpiar los trapos sucios».
Como ejemplo, veamos el caso de una mujer de sesenta años a la que se la ha diagnosticado esclerosis en la válvula mitral y en la válvula aórtica hace unos diez años. Separada desde los cuarenta y ocho años, con dos hijos, su marido le pone una denuncia para lograr disminuir la pensión que les pasa a sus hijos. La mujer ha empezado a trabajar desde que se ha separado, pero los empleos que consigue son precarios y el sueldo bajo. Durante siete años están en el juzgado hasta la sentencia definitiva, que ella gana. Su vivencia es que quiere cerrar la
puerta a su marido porque se niega a alimentar a sus hijos.
La insuficiencia de las válvulas auriculoventriculares permite que la sangre refluya a la aurícula, hay un retorno de lo masculino a lo femenino, a la madre: «dejo la puerta abierta para retornar, esperando el regreso de alguien»; «mi padre me echa, pero vuelvo gracias a mi madre», «quiero volver a casa».
La insuficiencia mitral permite el flujo desde el ventrículo a la aurícula izquierda: «mi esposo se fue con otra mujer y yo quiero que regrese».
La insuficiencia de la válvula tricúspide permite el reflujo desde el ventrículo a la aurícula derecha: «mi madre no se ocupa de mí y busco a la abuela».
Ejemplo: una mujer tiene una insuficiencia en la válvula mitral desde los cincuenta años. Se queda viuda a los treinta años, con un hijo de seis años. Cuando el hijo tiene veintiséis años ella lo echa de casa para que espabile y se haga mayor, pero le deja la puerta abierta para que vuelva, porque se siente culpable.
Una insuficiencia en las válvulas semilunares permite que la sangre refluya al ventrículo, hay una vuelta a lo masculino.
Una insuficiencia valvular aórtica permite el reflujo de la arteria aorta al ventrículo izquierdo: «expulsado por el padre, teme no poder volver a casa».
Una insuficiencia valvular pulmonar permite el reflujo de sangre venosa («sucia») hacia el ventrículo derecho. Hay que tener en cuenta tanto a la madre y al padre reales como a los simbólicos con relación a la función materna/paterna.